¿Quieren saber qué pasa con la marca? Bueno, lo veremos en este capi, además de un evento especial que se celebra en el pub de Bill. A leer.
Long-Fic original de MizukyChan
Capítulo 10: Fiesta
Tom estaba convencido de que su vida era maravillosa. Tenía un empleo cómodo, un buen sueldo, pero lo mejor de todo, era que tenía al amor de su vida junto a él. Con Bill hacían el amor cada vez que podían, ya no había traumas ni temores, solo placer y amor. En verdad se podía decir que ellos se complementaban.
La pareja organizó una fiesta para el domingo en casa de Gustav. Matarían tres pájaros de un tiro: celebrarían el cumpleaños de Georg, aunque él no lo sabía aún. Festejarían el noviazgo de Gustav y obviamente, anunciarían de manera oficial su casamiento.
Entre tanto, Tom seguía trabajando con Georg en secreto, buscando de los atacantes de Bill. Aquella vez en que el pelinegro le contó sobre el abuso, la conexión le mostró al lobo, los rostros de sus victimarios.
Ayudado por otro patrullero, hicieron retratos hablados y empezaron con la cacería. Hasta ese momento, los habían identificado a todos. Seis desgraciados, escoria de la sociedad, la mayoría drogadictos, que por causa de esos estúpidos vacíos legales, continuaban cometiendo toda clase de delitos.
Tom y sus compañeros estaban reuniendo todo el material posible, para encerrarlos un buen tiempo en las cárceles humanas. En cuanto al otro hombre lobo, estaba bajo vigilancia por violencia. Tom estaba al acecho, apenas ese tipo cometiera un error, sería suyo.
El trenzado no acostumbraba a sentir ira, ni rencor, pero se metieron con lo único que no debían tocar: su esposo y ahora… tendrían que pagar.
& Domingo &
Bill estaba muy emocionado, porque ese día, por fin podría comprobar lo de “la marca”
—Georg viene en camino. —Anunció su esposo, cerrando su celular.
—Genial, vamos al patio a ayudar a Gustav con el fuego. —Pidió el pelinegro.
—Soy experto en asados (barbacoas) —respondió Tom, abrazándolo por detrás.
—Mmm, eres experto en muchas cosas, cielo.
—Bill, trae las copas. —Mandó el rubio apenas lo divisó.
—Tranquilo hombre, que Ana aún no llega.
—Lo sé, pero quiero que todo sea perfecto.
—Siempre tan perfeccionista jajaja.
El vampiro se dirigió a la cocina, tomando lo que más pudo en sus manos y volvió al patio. Escuchó el timbre y salió casi corriendo a abrir.
—¡Yo voy! —Gritó con una sonrisa.
—Debe ser Georg. —Gritó su lobo.
—Hola Georg, amigo, ¿cómo estás? —Bill le saludó con cariño y cuando le iba a dar un abrazo… el otro alzó una mano.
—Espera… Bill. ¡Oh, Dios mío, estás marcado! —El aludido no pudo evitar sonreír. Había resultado, ahora era parte de Tom.
—¿Cómo te diste cuenta?
—Hueles a “soy propiedad de Tom Trumper”.
—No, ¿en serio? —Se movió de la puerta—. Ven, pasa.
—Es que, es en serio. Claro, con Tom no me di cuenta porque conozco su esencia por años, pero a ti, fue solo acercarme y sentí temor.
—¿Temor?
—Claro, la marca la deja alguien muy poderoso, si te acercas a su pareja te expones a que te mate.
—¿Así de fuerte?
El castaño asintió—. Vaya, que envidia me dan. Esto es muy serio.
—Estaremos juntos hasta la muerte.
—Literalmente. En caso de que uno esté en su lecho de muerte, la marca llamará al otro para que estén juntos hasta el último momento. En verdad… que envidia. Aun si yo encontrara a un “alma gemela”, como te dice Tom, no sería lo suficientemente poderoso para consolidar el hechizo y menos para hacerlo tan fuerte como lo hizo Tom.
—No sabes lo feliz que me haces al decirme esto.
—Hey, ¿por qué retienes a mi esposo aquí? Vengan afuera —dijo el lobo con una gran sonrisa.
—Lo que digas, man.
Antes de llegar al patio trasero, el timbre volvió a sonar.
—¡Yo voy! —Otra vez, el vampiro se ofreció.
—Ana, linda pasa.
—Hola Bill… perdona pero…
—¿Sí?
—¿Cambiaste de perfume? Te siento diferente —dijo la chica con una sonrisa.
—Debe ser —respondió Bill contento, pensando que incluso ella, siendo humana se había dado cuenta. Se sintió muy feliz.
&
Bromearon, rieron, comieron y tomaron hasta que ya comenzó a oscurecer, entonces todos se pusieron serios.
—Bien, chicos y señorita —dijo el trenzado— ha llegado el momento de anunciar el motivo de nuestra celebración. ¿Gustav? —Cedió la palabra.
—Gracias, Tom. Amigos, alcemos nuestras copas por esta belleza, aquí presente, mi querida Ana, quien por fin ha aceptado ser mi novia, salud.
—¡Salud! —Todos brindaron.
—¡Felicidades, linda! No te arrepentirás, Gustav es el hombre más bueno del mundo, después de mi Tomi, claro. —Rieron.
—También en este día queremos cantar una pequeña canción. 1, 2, 3 “Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños querido Georg, que los cumplas feliz”.
—¡Bravo, bravo, bravo! —Gritaron y aplaudieron.
—Gracias, amigos.
—Bill te tiene un presente.
—Toma, Georg. —Le extendió una cajita—. Es un amuleto mágico, debes llevarlo siempre en tu cartera, es pequeño así que no te molestará, te ayudará con las chicas.
—Vaya, gracias. No pensé que también supieras de magia.
—Mi madre le enseñó, ella era una “bruja blanca” —comentó Gustav.
—Y ahora… —dijo Tom—, me arrodillo ante el ser más maravilloso que creó la naturaleza. —Sacó una cajita de su bolsillo y sus ojos brillaron al pronunciar—. ¿Quieres ser mi esposo ante el cielo y por toda la eternidad?
—Oh por Dios, claro que quiero.
—Entonces acepta esta alianza en señal de este pacto. Sé que no te gusta el oro, por eso escogí plata.
El vampiro abrió la cajita y vio que había dos argollas, una más pequeña, la suya, la tomó y leyó la inscripción.
“Por siempre, Tom”
El lobo se la arrebató de la mano y la puso en su delicado dedo, se veía hermosa. Siguiendo el ejemplo, Bill tomó la otra, que decía.
“Por siempre, Bill”
Bill la puso en el dedo de su pareja. Sus ojos se llenaron de lágrimas, eran tantos sentimientos y emociones juntas, que creyó que iban a explotar en su pecho.
—Vamos Bill, pensaremos que no te gustó el anillo —dijo Gustav. Todos se echaron a reír.
—Hey, todos. —Volvió a hablar el rubio—. Queda una noticia más.
—¿Qué? ¿Todavía algo que celebrar? —preguntó Tom.
—Claro… El próximo sábado es…?
—¡Halloween! —Gritó Bill muy emocionado.
—¿Y…? ¿Salen a pedir golosinas? —Bromeó Tom divertido.
—Veras Tom, “cuñado”. Nuestro negocio tiene una tradición. Durante todo el año está prohibida la entrada para vampiros y hombres lobo. Pero en noche de Halloween, la condición para entrar, es que te disfraces como uno de ellos. Esa noche se desatan las pasiones. La gente ama jugar a ser una criatura de la noche, y por su puesto nosotros organizamos un…
—¡CONCURSO! —Volvió a gritar el vampiro.
—Ya llevamos tres años con esta tradición y adivinen ¿quién ha sido invicto en el concurso?
—¡YO, YO, YO, YO!
—Nadie podría competir contigo, Bill. Tienes algo místico y eso que no te he visto disfrazado —dijo dulcemente Ana.
—Ya lo creo. —Agregó Tom, guiñándole un ojo.
—Lo mejor de este año es que tenemos animador oficial para el concurso y será….
—¡TOM! —Volvió a gritar Bill.
—¿Qué? —preguntó el lobo, incrédulo.
—Mira el lado bueno —dijo el rubio de gafas con una sonrisa—. Tú no necesitarás disfrazarte, porque estarás sobre el escenario y obviamente, Georg también puede venir.
Tom y Bill se miraron, sabiendo que Georg ni siquiera podría entrar al pub.
—Tú tienes pinta de hombre lobo —comentó Gustav, un poco pasado de copas, haciendo que el castaño rompiera a reír.
—Gracias amigo, pero tengo que patrullar esa noche, no estaré disponible.
—Qué mal, pero si te logras escapar, estás cordialmente invitado.
& Sábado: Noche de Halloween &
Tom tenía el ceño apretado, todavía no sabía cómo terminó aceptando hacer eso, bueno… sí lo sabía, si no aceptaba, Bill no dejaría que lo tocara íntimamente. Eso era chantaje puro, pero efectivo.
Y allí estaba. A las seis de la tarde, temprano para ayudar, pero ya estaba todo decorado. Había dos empleados extra, uno en la cocina y uno en la barra, porque según Gustav, esa noche no dejarían tranquilo a Bill.
—¿A propósito, dónde está Bill? —preguntó el lobo.
—Estuvo todo el día ayudándome y hace un rato se fue a la peluquería y a buscar su disfraz. Entiende que no le gusta perder cuando se trata de competencias de vampiros. Y hablando de criaturas, te deseo suerte para esta noche —dijo con una sonrisa maliciosa.
—¿Por qué lo dices?
—Tu pequeño ángel se transforma en noche de Halloween.
—¿En serio?
—Oh sí, y como tú eres su esposo ahora, pobre de ti. —Se echó a reír y se fue a la cocina.
Tom se quedó completamente intrigado. Su pequeño no era activo sexualmente hasta conocerlo, entonces, ¿qué tanto podría cambiar en Halloween?
Esa fiesta era bastante popular, ni siquiera había anochecido y empezó a llegar la gente. La música era de un estilo oscuro, gótico, pero muy pegajoso. Gustav tenía razón, la gente quería sentirse como una criatura de la noche.
«Son tan ingenuos, no tienen idea de lo que significa llevar esta maldición, pero en fin, es solo una fiesta» Pensó el lobo.
El trenzado se ubicó al lado del DJ y promocionó los anuncios del concurso. La gente comenzó a inscribirse con muchas ganas. Los disfraces eran muy elaborados. Muchos participaron en años anteriores y ahora venían con atuendos más sofisticados y provocativos para ganarle al campeón, así le llamaban a Bill.
El pelinegro aún no llegaba, y tenía a Tom, un tanto preocupado. Pese a que la marca lo protegía, no podía dejar de sentirse sobre-protector con él. Después de todo era su pareja eterna.
Cada dos horas, se hacían presentaciones de los participantes del concurso, donde desfilaban, exhibiendo sus atuendos y presumían de sus dotes de actuación, representando alguna escena de película.
De pronto, el mundo se detuvo, literalmente. En el umbral de la puerta estaba la criatura más exquisita a vista de cualquiera. Alto, delgado, pantalones de cuero negro, muy ajustados, botas negras hasta la rodilla, camisa manga ¾ blanca, desabotonada en el pecho, donde brillaba una enorme cruz de plata.
Todas las cabezas estaba puestas allí, pero lo que más sorprendió a Tom, fue el cabello del vampiro. Las rastas desaparecieron, en su lugar había una melena de pelo largo, negro, muy liso. Los ojos estaban más maquillados de lo normal, el estilo ahumado lograba que resaltara su mirada, que esa noche tenía un brillo especial, sensual, sexy, caliente.
La gente también se percató de la llegada del ángel oscuro y tras analizarlo tal como Tom había hecho, comenzaron a gritar.
—Bill, Bill, Bill, Bill.
Haciendo caso a su público, el vampiro se acercó al escenario y caminó como un modelo y de pronto, mostró los colmillos, blancos, brillantes, puntiagudos y muy amenazantes. Y sensualmente pasó su lengua por ellos.
Tom se quedó petrificado, con la boca abierta. Y la gente animaba y gritaba, lo amaban. Y él… lo deseaba. Ahora entendía las palabras de Gustav, durante esa noche de Halloween, Bill podría mostrarse tal cual era, podría mostrar todo su poder de vampiro y era intimidante, pecaminoso y sexy, increíblemente sexy.
Bill se lo pasó toda la noche hablando con la gente, presumiendo sus perfectos colmillos, mandándole miradas provocativas a su lobo y sirviendo algunos tragos. Era increíble la energía del ambiente, la gente no se iba, todos parecían esperar el final del gran concurso.
Hasta que a las cuatro de la madrugada se escogería al campeón. Los y las finalistas subieron al escenario.
—Recuerden que ustedes deciden. ¡Griten muy alto el nombre de su favorito! ¿Están listos? ¡AHORA!
—Bill, Bill, Bill, Bill.
—Vaya, sí que se pusieron de acuerdo. ¿Algo que decir señor “vampiro”?
—¡Tom, esta noche serás mío! —Gritó en el micrófono. Toda la gente lo apoyó con vítores y silbidos. Mientras el lobo, se quedó de piedra.
—¡Prepárate Tom! —Gritó alguien entre la multitud.
—¡Hazlo gemir, Bill! —Se oyó otro grito.
—¡Enséñale quien manda, Bill!
—¡Muérdelo AHÍ!
A pesar de la sorpresa, Tom no pudo evitar reír ante esos comentarios.
—Entonces… que el vampiro nos muestre su gracia. —Anunció Tom, siguiendo las instrucciones de Gustav, ya que en verdad, no tenía idea de qué sucedería entonces.
«Me pregunto ¿qué hará mi niño?» Se dijo mentalmente, pero no necesitó esperar, porque la gente le respondió.
—Sangre, Sangre, Sangre, Sangre —Gritaban ansiosos.
Bill mostró sus colmillos y Tom sintió que los vellos de su piel se erizaron. Notó el aura vampírica del pelinegro y casi saltó cuando su amado gritó—. ¡¿Quieren ver sangre?!
—SIIIII —Gritó en respuesta la multitud.
Levantó la manga de su camisa y acercó el brazo a sus colmillos y dio una tremenda mordida, su pálida piel se tiñó de rojo y también la comisura de sus labios. La gente estaba como loca. Luego pasó sensualmente la lengua por sus labios, sacando el rastro de sangre indeseada y con paso firme, caminó entre la multitud, hasta acercarse a Tom. Acunó su rostro con ambas manos y lo besó. La gente seguía gritando cosas, mientras Bill besaba salvajemente a su lobo y lo excitaba como no tienen idea.
—¡Hazlo tuyo, Bill!
De pronto, Gustav tomó el micrófono de la mano de Tom y dijo.
—Ya váyanse a casa y pásenlo bien, nos veremos el próximo Halloween. —Y alejándose del micrófono, susurró a sus amigos—. Ustedes también váyanse, yo me encargo de todo.
Bill tomó del brazo a su pareja y prácticamente lo arrastró hacia afuera. Subieron al auto de prisa y Tom lo encendió de inmediato. Bill giró en el asiento y abrió el cierre del pantalón del lobo.
—¿Qué haces?
—Conduce y rápido —Mandó. Se acercó a él y puso su boca en el miembro de su esposo, quien no pudo evitar soltar un gemido de gusto.
Aunque era Tom quien estaba recibiendo placer, Bill no dejaba de hacer sonidos eróticos también.
—¡Rayos, me pasé un semáforo! Bill. Aaahhh, me voy a…
—¡Hazlo! —Ordenó.
—Oh, Oh, Bill —Y explotó en su boca. El vampiro se enderezó y pasó la lengua por sus labios y colmillos.
—Eres exquisito —dijo de una forma demasiado sensual, era un pecado verlo.
Llegaron y subieron corriendo al departamento. Al entrar, Bill lo azotó contra la puerta y lo besó apasionadamente, le quitó la ropa con rudeza y lo llevó a la habitación. Por su parte, Tom estaba fascinado con este aspecto oscuro del pelinegro, así que se dejó hacer.
Una vez desnudos del todo, Bill lo arrojó a la cama, sin dejar de besarse y frotarse. Rodaron por el colchón y Tom se puso sobre él, se miraron y Bill sonrió. Lo tomó con una fuerza que Tom no creyó que tuviera y cambió los papeles, poniéndose sobre él.
—Esta noche serás mío, Tom. —Amenazó, mostrando los colmillos.
—Está bien, hazme tuyo. —El lobo no podía, ni quería negarse ante tal afirmación.
Bill se puso entre las piernas del lobo y lo penetró de golpe.
—¡AAYY! —«Mierda, quema»
—Estás jodidamente estrecho, Tom. —Se quedó quieto un momento y luego mandó.
—Mírame, Tom.
El trenzado abrió los ojos y los conectó con los suyos. Lo embistió fuertemente, pero cuando llegó a su punto, el dolor desapareció y se volvió placer, pasión y lujuria.
Los ojos del lobo se cerraban, iba a llegar al orgasmo.
—¡Mírame Tom! —repitió el vampiro.
—Bill… —Tom sintió el orgasmo más fuerte de su vida.
—Te amo, Tom.
—Y yo a ti, mi “vampiro”. —El mundo del trenzado se apagó, quedó agotado, necesitaba dormir.
&
En la mañana un fuerte dolor en el trasero le confirmó al lobo, que no había sido un sueño.
—Aayy. —Se quejó, se levantó con dolor.
—¿Tom, estás bien? —preguntó la dulce voz del pequeño.
—Sí cielo, voy al baño, sigue durmiendo. —Caminó a duras penas hasta el baño y al regresar a la cama vio a Bill abrazando sus rodillas… llorando.
—¿Qué te pasa, cielo? ¿Por qué lloras? —preguntó, abrazándolo.
—Porque soy muy malo, soy un monstruo, no te merezco.
—¿De qué estás hablando, Bill?
—Te hice daño, la sábana tiene sangre, mucha sangre.
—Bill, mi amor… era la primera vez que alguien me penetraba, es normal que sangrara un poco.
—Pero no tanto, soy un bruto, no te preparé ni nada yo… lo siento tanto. —Lloró más.
—Ven aquí. —Tom lo abrazó de nuevo—. Ayer lo pasé muy bien.
—Pero te dolió.
—Pero también lo disfruté… no es que sea masoquista, pero ayer fue… un tanto diferente.
—Tú me cuidas tanto, me haces el amor con dulzura… y yo…
—Te dejaste llevar… y me encantó, cuando quieras lo repetimos —dijo con una sonrisa, logrando sacarle una risita al vampiro.
—Lo de ayer no se repetirá… por lo menos hasta el próximo Halloween.
—Estaré esperando —contestó el lobo, besándole la oreja.
—¿Por qué eres así, Tom?
—¿Así cómo?
—Tan comprensivo.
—Porque te amo… por completo. Amo este lado angelical e inocente y también amo tu lado vampiro, te acepto tal como eres y no te cambiaría por nada.
—Gracias.
—Por nada.
& Continuará &
¿Agua fría? Me encantó mostrar este lado oscuro de Bill, que sacara el lado sexy y sexual de la naturaleza vampírica. ¿Les gustó? Espero saberlo a través de sus comentarios. Besos y nos leemos muy pronto.