“Lazo de Sangre” Fic Twc de MizukyChan
Capítulo 11: Historia
—Nos debes una explicación —dijo seriamente el mayor de los gemelos con los ojos completamente oscurecidos. Estaba molesto y mucho.
Bill arrugó el ceño, al igual que Gustav, quien apretaba los puños por debajo de la mesa completamente indignado por este nuevo descubrimiento, que le llevaba a desconfiar aún más en el anciano.
—Creo que nos debes una a todos —corroboró Georg, abriendo su boca y mostrando sus aterradores colmillos.
Bill sintió un tremendo alivio al comprender que los G’s seguían estando con ellos, apoyándolos y siendo una gran fuente de confianza para todo, tanto el entrenamiento como ofreciendo una sincera amistad.
—Bien chicos, no se sulfuren —Bromeó el anciano y varios de los otros sacerdotes rieron con él—. Señores, creo que la mayoría de ustedes no querrá escuchar esta charla, así que sugiero que se retiren.
Las sillas comenzaron a moverse y el resto de los curas de alto rango, deshabitaron la sala, uno por uno, haciendo una reverencia antes de retirarse por completo.
Tom no podía calmarse, sus ojos estaban completamente negros y las suaves caricias de Bill en su muslo lejos de calmarlo, sólo le erizaban y le decían que debía ponerse en alerta, que sólo era él el encargado de cuidar a su gemelo y debía hacerlo, así tuviera que destruir a todos los seres de aquel extraño monasterio.
«Cálmate» Pidió el pelinegro en su cabeza.
«No puedo. Nos mintieron» Fue la escueta respuesta.
«Tus pensamientos se están oscureciendo» Advirtió mentalmente el menor y miró directamente a su hermano y sin previo aviso, se arrojó a sus labios, besándolo profundamente, atrayéndolo, con las manos en su cuello, hasta hacerle gemir.
—Bill… —Jadeó el rastudo, tras separarse, mirándolo con sus ojos avellana.
—Te amo Tomi —dijo el pelinegro y todos los presentes asintieron en silencio.
Un severo carraspeo desvió la atención de los G’s y los Kaulitz hacia su Eminencia.
—Lo siento chicos —dijo el viejo, usando una voz llena de constricción—, debí decirles las cosas desde un comienzo.
—¿Qué hay de nosotros? —preguntó de pronto Gustav, sus manos empuñadas sobre el mantel.
—Gustav —La voz se volvió condescendiente—. Ustedes son “vampires”, por un segundo pensé que sería obvio que comprendieran que necesitaba la ayuda de otros vampiros. Son los errores que se cometen en la vejez.
—Pues está equivocado señor —Arremetió Georg—. Los vampiros no son de fiar.
—¿Y los “vampires” sí lo son? —contra-atacó el viejo—. “Vampires”, la raza rebelde de los vampiros comunes.
—Nosotros no somos como el resto —Se defendió el castaño.
—Lo sé mi estimado, lo sé —El hombre bajó la mirada—. Pero mis otros ayudantes han demostrado ser tan fieles a la causa como ustedes.
—Los vampiros son turbios —Insistió el pelinegro, con el ceño fruncido—. Nos han estado probando ¿No es así? Han sido ellos quienes han atormentado la mente de Tom estas noches —dijo poniéndose de pie—. Lo sé.
Al comprender que la supuesta ayuda de que hablaba su Eminencia eran esas “pruebas”, Bill se enfureció y sin llegar al descontrol, elevó una copa en el aire y la arrojó justo detrás de la cabeza del viejo, quien ni siquiera pestañó.
—Nos iremos de aquí —anunció con la voz segura. Tom le apoyó sujetando su mano.
—No tomen decisiones a la ligera Kaulitz, déjenme darles mi versión de los hechos —ccomentó el anciano, tomando un sorbo de su copa.
—Sólo por respeto a los G’s, escucharemos qué tiene que decir —agregó el rastudo, mirando el rostro preocupado del castaño.
—Gracias —dijo el viejo, aclarándose la garganta—. Bien, comenzaré por mis antecesores, a quienes tanto Gustav como Georg conocen bien. Bien comienzo —dijo viendo el gesto de enojo en el rastudo—. Desde el principio de los tiempos, Dios ha luchado con las razas del submundo.
—¿Por qué Dios hizo algo tan tonto, como crear razas del submundo? —cuestionó el mayor de los Kaulitz, como si su pregunta fuera brillante.
—Hijo mío, Dios es grande, en un principio fueron sólo Adam y Lilith —explicó.
—La maldita bruja —Volvió a interrumpir el chico.
—¡Tom! —Le llamó la atención el pelinegro, quien quería escuchar la explicación, sin más interrupciones.
—Exacto, Lilith la bruja. Aunque la hermosa Lilith no era una bruja en absoluto. Era una creación perfecta, casi tanto como Adam, pero nuestro primer hombre, se portó como cualquier joven con las hormonas revueltas —Los gemelos lo miraron asombrados—. El muy tonto quiso forzar a Lilith a intimar con él, cosa que provocó tal furia en ella, que prefirió abandonar el jardín de Edén, antes de someterse a las vulgaridades que Adam quería.
—No puedo creerlo —dijo Gus abriendo los ojos enormemente.
—Ahora comprendo por qué se reveló. El muy maldito casi la viola —Complementó el castaño. Bill asintió, él tampoco aprobaba ese tipo de encuentros, no habiendo estado a punto de ser violentado él mismo, por el cuerpo de Tom, mientras era poseído por Lilith.
—Esa es la historia que la iglesia ha mantenido oculta del mundo por siempre —continuó el anciano—. Al ver lo que había ocurrido, Dios no pudo hacer nada más que maldecir a Lilith por desobedecerlo y fugarse del Edén, pero tampoco podía estar feliz con Adam y su lujuria, así que destruyó su creación.
—¿Mató a Adam? —preguntó asombrado el de rastas.
—Sí hijo, ensayo y error —dijo el viejo como si le costara trabajo contar esta historia llena de vergüenza—. Volvió a crear a un hombre, esta vez de la arcilla y le llamó esta vez… Adán y para que su compañera tuviera los mismos deseos que él, la creó de su costilla.
—Eva —comentó el menor.
—Eva sí cedió al placer, porque era igual a Adán y ya saben el resto —dijo el viejo carraspeando—. Pero Lilith fue otra historia. Fuera del jardín de Edén y de la protección divina, fue visitada por los demonios que rondaban la Tierra.
—¿Por qué había demonios? —preguntó Tom.
—Antes de que el hombre existiera en la Tierra, todos los seres vivían con Dios en el…
—Cielo —Completó el rastudo.
—Claro, el cielo. Hasta Satanás estaba allí, pero era un ángel llamado Lucifer —comentó el anciano.
—Eso sale en la biblia —acotó el pelinegro.
—Cuando Dios decidió crear la Tierra para sus hijos, Lucifer y varios de sus seguidores se enojaron, porque Dios le daría al hombre el “albedrío”.
—¿Qué es eso? —Insistió el mayor de los Kaulitz.
—Tomi —Bill rodó los ojos—. Es la libertad de escoger, tú tomas tus propias decisiones.
—Eso sólo pasa cuando te vas de la casa de tus padres —añadió el chico con una sonrisa para fastidiar a Bill.
—Lucifer consideraba que el hombre estaba obligado a adorar a Dios, que no tenía opción, pero el Padre amoroso, no podía esclavizar a sus hijos, Él los amaba tanto que prefería dejar a su albedrío las decisiones que tomaran, aun cuando ellos no quisieran amarlo a Él —Continuó el viejo con devoción—. Fue entonces que Lucifer se reveló, por lo que Dios lo arrojó a la Tierra y a sus seguidores con él, pero sin poder, como criaturas inferiores, que el único daño que podrían crear en los hombres era “tentarlos” para llevarlos a hacer el mal y así desobedecer a Dios, en venganza.
—Eso sí lo sabíamos —añadió Georg.
—Ellos se volvieron demonios, y para tener más poder, usaron a Lilith, quien era la única con el poder de reproducirse en la Tierra. Y así, día tras día, noche tras noche, venían a su cama para copular y hacerla parir hijos del infierno —dijo el viejo con un deje de tristeza—. Así se convirtió en la Reina de los Condenados, porque escapando de una violación, era forzada siempre a parir espectros y seres del mal.
—Escapó del sartén para caer en el fuego —Puntualizó el pelinegro bajando la mirada—. Ahora entiendo.
—¿Y la leyenda de su muerte? —preguntó el de rastas.
—Al ser maldecida en su fuga, uno de los querubines guardianes del portal del Jardín de Edén dijo en estado de transe:
“De tus propios hijos encontrarás la destrucción, tus criaturas rebeldes, amantes de su propia sangre, que se allegarán el uno al otro sin importar la moralidad. Ellos vendrán a ti, su progenitora, y cobrarán revancha por tus maldades. ¡Venganza! Gritarán furiosos y en sus negros ojos verás el infierno”.
Recito el anciano de memoria—. Y esas criaturas rebeldes, son ustedes —Finalizó mirándolos directamente a los ojos.
Los gemelos contenían el aliento, era diferente que te lo contaran de esa manera, los G’s se sujetaban de las manos por debajo de la mesa.
—Wow —agregó el rastudo, buscando con su mirada a Bill.
—Wow —dijo él con una sonrisa.
—Básicamente esa es la historia de la leyenda de la cual ustedes son los protagonistas —Concluyó el anciano, volviendo a beber de su copa.
—¿Qué hay con lo de los vampiros del monasterio? —interrogó con total seriedad el rubio, mirando fijamente a su Eminencia.
—Gus tiene razón —acotó el rastudo volviendo a la gravedad del asunto—. Eso no explica que tenga vampiros a su lado señor.
—Tampoco explica que nos haya mentido —agregó el pelinegro.
—No les he mentido —Se defendió el viejo—. Sólo omití algunos detalles, hasta que estuviera seguro de que podía confiar en ustedes —agregó mirando también a los G’s—. No lo tomen a mal, pero la experiencia nos ha llevado a desconfiar de todos.
—Entiendo —dijo el castaño asintiendo—. Proceda por favor, su Eminencia.
—Bien, como les dije, nos remontamos hacia atrás. Como el planeta está plagado de demonios, debíamos buscar información sobre ellos, infiltrarnos y espiarlos, pero en nuestras débiles y corruptas formas humanas era imposible hacer eso —explicó el anciano, girando uno de los anillos en su delgado dedo—. Cuando el papa Julio II aprobó la ayuda de “fuentes externas”, como les llamaba, fue el mejor tiempo para buscar información sobre Lilith y sus secuaces.
—¿Julio II? —preguntó Gus recordando.
—El papa guerrero, así le llamaban —Apoyó el castaño.
—Pero eso fue posterior a nosotros —Se molestó el rubio—. Él estuvo en los años 1500, nosotros nos unimos a la iglesia en la Inquisición, a comienzos del 1100.
—¿Quiere engañarnos nuevamente? —preguntó Tom empuñando las manos sobre la mesa.
—No, no, no es eso —Se defendió el sacerdote—. Dije que Julio II dio la aprobación, no digo que antes no existiera. De hecho, aquí en el monasterio hay gente antigua, más que ustedes —dijo apuntando a los G’s—. Es sólo que antes era “ilegal”, incluso para la iglesia.
—¿Y por qué lo hacían? —Insistió el pelinegro, desconfiando cada vez más del viejo.
—Porque era necesario, pequeño Kaulitz. La época de las brujas —Sacudió la cabeza—. Fue horrible y necesitábamos gente que en realidad supiera a quién cazar, como ellos lo hacía —Volvió a señalar a los G’s—. Ellos sí cazaban verdaderos vampiros, que en ese tiempo estaban…
—Contagiando a cuantos pudieran, era su forma de venganza contra el mundo —comentó el castaño arrugando el ceño.
—Exacto —Siguió el anciano—. Y nosotros, éramos los únicos que sabíamos en realidad qué eran los vampiros y cómo se alimentaban, por eso debíamos detener su estúpida idea ¿Podrían imaginarse un mundo lleno de vampiros?
—Finalmente todos morirían porque no habría más sangre real que comer —dijo Bill, levantando los hombros, era obvio.
—Bingo —Apoyó su hermano.
—Pero ellos no opinaban eso, buscaban venganza. Por eso pedimos ayuda a seres de confianza como Gustav y Georg, porque ellos fueron convertidos por una situación de urgencia y querían luchar contra el mal —Los G’s compartieron una mirada extraña y siguieron con la historia—. Dado el éxito de sus misiones, seguimos trabajando con estos enviados especiales por años, sólo algunas personas conocían de su verdadero origen y muchas veces debían mantenerse ocultos, pues su eterna juventud los delataba.
—Entre nuestras filas, aquí en el monasterio, tenemos a alguien más antiguo y que les ayudará con combate psicológico. Es experto en eso —Continuó hablando el viejo—. Su nombre es Jorg, no había querido presentárselos hasta que todo estuviera listo. Él es un “vampire” y está aquí con su lazo, la hermana Tasha.
—¿Ella es su lazo? —preguntó incrédulo el rastudo—. Entonces, ¿por qué ella no tiene reflejo? Ella debería seguir siendo humana.
—Es porque sus cuerpos han evolucionado, es como los suyos Kaulitz, tú y Bill son diferentes, Georg y Gustav también han evolucionado. Mientras más se entrenan, mejores y más fuertes se vuelven.
Los G’s volvieron a apretar sus manos bajo la mesa.
«Está mintiendo» Dijo el rubio en su cabeza.
«Lo sé, debemos averiguar quién es el verdadero lazo de Jorg» Respondió mentalmente el castaño.
—¿Cuántos vampiros hay en total? —preguntó el pelinegro mirando de frente al sacerdote, sin dejar de ver el negro de sus pupilas.
—Siete en total. Se los presentaré mañana —aseguró el hombre.
—El monasterio está bajo tierra por ellos, ¿verdad? —preguntó el rastudo, comprendiendo de pronto la magnitud de esta noticia.
—Sí, se creó bajo tierra para proteger a los aliados cuando estén aquí, y también, lo construimos aquí, pensando siempre en descubrir a los elegidos y entrenarlos, protegiéndolos de su mayor enemigo, el sol —El viejo comenzó a toser fuertemente, alertando a los sacerdotes tras la puerta para que vinieran a ayudarle.
—Será mejor que dejen descansar a Su Eminencia —dijo una voz masculina entrando al salón.
—Está bien. Nos veremos mañana —dijo Georg, reconociendo a Jorg—. Vamos chicos.
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Salieron a regañadientes, pero siguieron al castaño, quien en lugar de retirarse a su propio cuarto, los llevó a su habitación, la 483.
—Mantengan su boca cerrada —Les dijo tras cerrar la puerta—. Necesito hablar a sus mentes —pidió en voz baja y Gus asintió de inmediato.
«El anciano miente» Habló el pelinegro directamente a la cabeza de todos, quienes asintieron.
«Debemos irnos» Respondió Tom, pensando en el inminente peligro que eso significaba.
«No Tom. Primero debemos averiguar qué planean» Contestó el castaño.
«Son sólo siete vampiros. Busquémoslos, veamos quienes son vampiros ordinarios y quienes son “vampires”, por qué están aquí y qué esperan de nosotros» Explicó el rubio y todos estuvieron de acuerdo.
«Ahora descansen. Tendremos mucho que hacer mañana» Finalizó Geo, tomando la mano de Gus y saliendo de la habitación.
Cuando todo quedó a oscuras, Tom miró a Bill a los ojos y le dijo al oído.
—¿Intentaste matarlo? —pero más que una pregunta, era una afirmación.
—Me da mala espina.
—Te amo Bill. No me dejaste caer en la corrupción, no lo hagas tú, ¿está bien? Si debemos matar a alguien, que sea Lilith y nadie más.
—Lo siento Tomi.
—No lo sientas. Tranquilo. Yo estoy aquí para protegerte —el pelinegro asintió y ambos se acurrucaron en la cama.
& Continuará &
Wow Bill estaba a punto de matar a Su Eminencia ¿Tan fuertes se han hecho ya? ¿Qué hará Jorg? Porque de seguro sintió la desconfianza de los G’s. ¿Quién será su lazo? ¿Serán igual de fuertes? No se pierda la continuación.