En este capítulo habrá una escena que nos llevará a descubrir la verdad sobre los genes de nuestra querida pareja. Espero les guste y comenten. Besos.
Long-Fic original de MizukyChan
Capítulo 12: Genes
Después del ataque de Raymond se decidió que Tom y Bill debían mudarse a otro lugar. Y allí estaban, montados en un avión rumbo a la pequeña ciudad de Liepzing.
—Estoy muy nervioso cariño, no conocemos nada de la ciudad —comentó el pelinegro en voz baja.
—Bueno, eso no es tan así —respondió Tom, rascándose las trenzas.
—¿A qué te refieres? —preguntó Bill, girando en su asiento.
—Hace dos años, vine a hacer un trabajo aquí, ya sabes, de la patrulla. Tengo un buen amigo en la ciudad, Andreas, te caerá bien. Él nos irá a buscar al aeropuerto y nos llevará un auto.
—¿Nos llevará un auto? ¿De dónde sacaste un auto?
—Verás… los patrulleros, dedican su vida a esto, se entrenan, patrullan, cazan, por lo que prácticamente no tienen una vida normal, no tienen empleo.
—¿Y cómo se mantienen? —Ladeó el rostro y agregó—. Tú si tienes uno.
—La misma comunidad se encarga de mantener a la patrulla, es como su trabajo.
—¿Y por qué tú si tienes un empleo?
—Porque yo quería normalidad en mi vida, rodearme de la gente que protejo. —Era tan típico de Tom hacer esos comentarios, que su esposo sonrió.
—Entiendo. —Le dio un piquito en los labios—. Eres un encanto.
—Cuando hablé con mis supervisores ayer y pedí el traslado, ellos me dijeron que en esta ciudad me tenían un gran respeto y me pidieron que por lo menos aceptara el auto, y yo bueno… tuve que acceder, además no podía traer el mío, y con mi salario, no podría comprarme uno nuevo, por lo menos no todavía, pero si te molesta, lo devolvemos.
—No, está bien, ellos te lo dieron por gratitud, no debes rechazarlo. Además, no debe ser muy grande. —Se alzó de hombros—. Luego podremos comprar uno más moderno, no nos hagamos problema.
—Gracias, mi amor.
—¿Y lo de tu empleo?
—Bueno, tengo que admitir que Eva movió sus influencias. Mi jefe no tenía idea y, de hecho, no sabe aún que soy un hombre lobo, pero él era amigo o ayudante o informante, no sé cómo decirle, de Eva. Ellos hablaron sobre la conspiración del concejo y accedió a trasladarme aquí con un “aumento de sueldo” ¿qué tal?
—Me parece genial… Aunque todo eso de la conspiración en el concejo me preocupa, nunca se había sabido de algo parecido, los roles siempre estuvieron bien marcados y el concejo era la autoridad indiscutible en el mundo de los vampiros.
—Lo que me a mí realmente me preocupa, es que se mencionó el apellido Kaulitz en el caos. Eva dijo que cuando te fugaste de casa y ella te encontró, averiguó sobre ti en los registros vampíricos y para la comunidad, te dieron por muerto. Con eso y la magia, Eva pensaba que estabas seguro, pero ahora…
—Yo no me preocupo, contigo a mi lado y la marca, nada malo me va a pasar.
—Ese es mi chico. —Afirmó Tom, besándolo.
—Pero hay algo que sí me molesta un poco.
—Dime, cielo.
—Me quedé sin empleo, ¿qué voy a hacer?
—Con mi nuevo salario te puedo mantener sin ningún problema.
—Pero yo quiero hacer algo, o me voy a aburrir como ostra.
—Cuando lleguemos buscaremos algo bueno y de medio tiempo para ti.
—¿Y por qué de medio tiempo?
—Porque el resto del tiempo te quiero para mí. —El lobo sonrió y abrazó a su pequeño.
—Me parece justo.
—Me encanta tu pelo liso. —Le dio un piquito.
—Y a mi tus trenzas.
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Pasó una hora más y llegaron a su destino. Buscaron sus maletas, que eran bastantes y las pusieron en un carrito. De pronto, una cabeza muy rubia se acercó hasta ellos.
—Hey, Tom. ¿Cómo estuvo el viaje?
—Hey, amigo. —Tom le dio un abrazo—. Qué bueno verte. Mira, él es mi esposo, Bill.
—Mucho gusto. —Saludó el pequeño, extendiendo la mano.
—¡Wow, que poderosa marca traes! Es un gusto, soy Andreas. Pero vamos, les ayudo. El auto está afuera.
Al salir, Tom se quedó de piedra al ver la gigantesca van que los esperaba. Bill tenía los ojos como platos y no pudo evitar decir—. Creo que se excedieron un poco con el auto.
—Para nada, solo lo mejor para el mejor.
—¿El mejor?
—Claro, Tom es una especie de héroe aquí. ¿No te ha contado la historia? Él es la “leyenda”.
—No, Tom es muy reservado con su trabajo de patrullero.
—Ya veo, pero vamos, los llevaré yo, para mostrarles los lugares importantes.
Subieron al auto y el rubio los llevó primeramente, al edificio donde trabajaría el trenzado, luego los llevó a los cuarteles nuevos de la patrulla y finalmente a la que sería su casa desde ese día en adelante. Que para desconcierto de Bill, también era enorme.
—¿Sabes, Bill? —habló el rubio—. Mi novia trabaja en decoración de interiores y en preparación de eventos, y como me dijiste que también hacías eventos en el pub, tal vez podrías trabajar con ella. ¿Si quieres, te doy su número?
—Claro, me encantaría —respondió el pelinegro con una gran sonrisa.
Tom sentía que todo se estaba dando perfectamente y estaba muy complacido.
&
El tiempo pasó y todo era felicidad para la pareja. Bill comenzó a trabajar con la novia de Andreas, haciendo eventos y como el chico era muy diestro con el computador, creó una espectacular página web, y gracias a ella, varias veces les hacían pedidos desde otras ciudades. Sinceramente, estaba feliz.
Tom por su parte tenía su trabajo “normal” y sus turnos en la patrulla. Y como era habitual, cuando había casos complicados lo llamaban. Cuando salía de caza a otras ciudades, Bill no dormía hasta que su esposo regresaba. Y aunque Tom le decía que era solo rutina, el vampiro no dejaba de preocuparse.
Al día siguiente, tendrían una fiesta para celebrar un año de estadía en la ciudad. Invitaron a Eva, a Gustav y a Georg, quienes vendrían conduciendo. También vendría un tal Roy, amigo de Eva, quien les daría información sobre la conspiración. Andreas y su novia también los acompañarían.
La pareja estaba ansiosa preparando la fiesta, pero de pronto…
—¡TOOOM! —Gritó el pequeño. Tom subió corriendo a la habitación.
—¿Bill? —Lo vio en suelo, doblado de dolor, llorando.
—Tom me duele, me duele. —El pelinegro se apretaba el estómago con fuerza.
—Dios mío, ¿qué comiste?
—Nada malo, ni si quiera he cazado.
—Ven, te pondré en la cama. —Al levantarlo, el trenzado vio una mancha de sangre en el suelo—. ¡Oh, por Dios! Bill, estás sangrando.
—Me duele Tom, llama a Eva.
Su esposo cogió el celular y llamó a la vampira.
—Eva, es Bill, está mal, está sufriendo, le duele el estómago y está sangrando. ¿Eva qué hago? No hay nadie, nadie lo atacó, pero le duele, dime ¡¿qué hago?! —preguntó desesperado, sin pausas ni siquiera para respirar.
—¿Recuerdas la vela roja que te dije que siempre tuvieras cerca de la cama? —dijo la mujer, tratando de calmar al otro.
—Sí, aquí está.
—Enciéndela, no cuelgues. —Hizo lo que me mandaron.
—Ya está.
—¿Cambió de color?
—No.
—Acércate y huele.
—Ya, nada, no huele a nada.
—Entonces no es magia. Dime ¿dónde está la sangre?
Tom se acercó hasta su esposo buscando señales de heridas y notó que era su pantalón el que estaba manchado.
—Es en su pantalón, no es mucha, es más bien un líquido viscoso mezclado con sangre.
—Creo saber qué es, pero no puedo decirlo por teléfono.
—¿Qué hago, Eva?
—Ponle paños calientes en el estómago y cuando se calme un poco, dale leche tibia, que no consuma nada de sangre, ¿entiendes? —dijo muy claramente.
—Está bien.
—Nosotros estamos en camino, apenas lleguemos iré con Roy, él es médico. No es grave, así que quédate tranquilo.
El lobo colgó el teléfono, Bill seguía retorciéndose de dolor, logrando desesperarlo, así que lo abrazó.
—¿Amor, confías en mí?
—Con toda mi alma.
—Tranquilízate. —Tom elevó el poder de su aura para darle tranquilidad a su pequeño, lo sostuvo en sus brazos hasta que se calmó y dejó de quejarse.
—Gracias.
—Déjame quitarte esta ropa, te podré algo más holgado. —Pidió el trenzado y así lo hizo. Buscó una toalla, la empapó con agua caliente y se la puso en el estómago.
—Tom… debo decirte algo.
—Sí, cielo.
—Creo que hay algo dentro de mí.
—¿A qué te refieres?
—No estoy seguro, solo sentí que había algo vivo dentro de mí y luego… vino el dolor.
—Eva dijo que no era magia.
—Tengo miedo, Tomi.
—Y yo… puedo luchar con monstruos, pero me aterra que sufras y no poder ayudarte.
—Te amo.
—Y yo a ti. Eva dice que su amigo Roy es médico, él te revisará.
—Está bien.
—Te traeré leche.
—Tom… tengo sed.
—La leche te ayudará.
—No. Tengo de “esa” sed, quiero, necesito… sangre. —Su voz sonó avergonzada, por tal necesidad.
—No puedo, Eva dijo que no te diera nada de sangre.
—Entiendo, si ella lo dice, debe haber una razón.
Por el miedo, durmieron abrazados y despertando con el menor de los ruidos.
Muy temprano por la mañana, llamaron a la puerta. Tom bajó corriendo, sabiendo que era Eva.
—Hola Tom, ¿cómo está Bill?
—Ahora está descansando arriba.
—Él es Roy, es un médico y científico muy importante en nuestra comunidad.
—Hola. —Saludó extendiendo la mano.
—Encantado, es un honor —respondió el otro vampiro con una sonrisa.
—¿Honor? —Tom achinó los ojos.
—Ya te explicaré, primero quiero revisar a Bill.
—Bien. —El lobo lo guió hasta la habitación y lo dejó examinar a su esposo. Por los nervios, prefirió esperar abajo con los demás.
—No te preocupes, Tom, si es lo que pienso, Bill estará mejor que nunca. —Afirmó Eva.
—Gracias. —Volteó el rostro al rubio—. Hey, Gustav, ¿cómo lo llevas?
—¿Lo de ser vampiro? Bien, soy como Bill —contestó sonriendo.
—¿Un vegetariano de personas?
—Exacto. —Soltó una risita.
—Aunque yo le enseñé como alimentarse sin matar, ni contagiar humanos. —Se defendió Eva—. Pero él insistió, dijo que si Bill lo había logrado, él también lo haría.
—Prefiero no arriesgarme, además está la magia, ahora entiendo todo lo que Bill hacía.
—¿Sabes lo mío? —indagó Tom.
—¿Que eres un hombre lobo?
—Vaya.
—No te preocupes hombre, somos familia, ¿recuerdas? “Cuñado” —Ambos sonrieron.
—Muy bien señores, ya revisé al joven. ¿Tom, puedes venir?
—¿Era eso, Roy? —preguntó Eva.
—Sí.
Tom caminó con él hasta la segunda planta y se sentó al lado de Bill, tomando su mano con cariño y preocupación.
—Señores, como saben, Eva les tomó unas muestras de sangre hace como un año atrás.
—Sí —respondieron ambos.
—Bueno, yo las analicé para revisar su ADN y comprobar si eran familia.
—Sí, y resultó que somos gemelos. —Acotó el trenzado.
—Había además, algo que me intrigó en sus muestras, algo que no pude saber en ese instante, por lo que seguí investigando. Pude descubrir que su ADN era muy fuerte por naturaleza, por lo que puse a Eva en alerta, ya que el “maldito concejo vampiro” secuestra a personas con estos rasgos para hacer experimentos.
—¿Está hablando en serio? ¡Eso es completamente ilegal! —Exclamó el lobo, muy molesto por la insensatez de sus rivales.
—Los vampiros vienen haciendo estos experimentos desde el pasado, fue por ellos que podemos andar en el día, por la manipulación genética. —Explicó Roy con mucha calma—. Para no perder esa habilidad, es que el concejo buscaba familias con un buen nivel de ADN y contagiaba a los bebés al nacer. De hecho, si contagias a una persona cualquiera, lo más probable es que muera.
—Por eso, para convertir a alguien, primero debes presentarlo al concejo, para que ellos den su aprobación —añadió Bill.
—Exacto. Se supone que los experimentos habían acabado, pero algunos miembros del concejo querían volverse más fuertes y siguieron experimentando con la manipulación genética en personas inocentes.
—¿Qué tiene que ver eso con nosotros? —preguntó Tom, aún molesto por la falta de humanidad de los vampiros.
—Sus genes… son… especiales —respondió con los ojos brillantes.
—¿Qué quieres decir?
—Se adaptan.
—¿Se adaptan a qué?
—Prácticamente a todo. Tú te hiciste lobo, Bill vampiro, y ahora…
—¿Y ahora?
—Sus genes, al estar contagiados por las distintas razas, buscaron formas de mantener su especie, de sobrevivir. Es decir… sus genes mutaron.
—¿En qué? ¿Somos monstruos? —Tom estaba un poco asustado.
—Al contrario, ustedes, o más bien el ser que está dentro de Bill, será la salvación de los humanos.
—¿De qué estás hablando? —cuestionó el lobo, alzando la voz.
—¿Qué hay dentro de mí? —insistió Bill, casi en un susurro.
—Un bebé.
—¡Un bebé! —Exclamaron al unísono, ambos impactados.
—Tus genes, Bill, se hicieron, como llamarlo, “Hermafroditas”.
—Pero soy hombre. —Se defendió.
—Lo sé. Pero es por la mutación de tus genes que tienes la capacidad de procrear de hombre y de mujer. Y como tienes una pareja masculina, entonces tu cuerpo actuó como receptor femenino. —Explicó Roy con toda tranquilidad.
—No entiendo —comentó Tom, arrugando el ceño.
—Tú eres la semilla masculina y Bill la femenina —respondió el médico.
—Pero es hombre.
—Claro, esto es a nivel de genes, no de cuerpo.
—¿Y cómo va a tener ese bebe? ¿Qué le pasará?
—Bueno, el bebé nacerá como cualquier bebe normal.
—¡¿Y cómo es eso?! —Exclamó el pelinegro aterrado, pensando en un parto normal.
—Operación, obviamente.
—¿Y qué será: vampiro u hombre lobo? —preguntó Bill.
—Será humano, o al menos eso espero, no estaremos seguros hasta que nazca, pero no debes beber sangre, no debemos influir en su formación.
—Pero aunque Bill no bebe mucha sangre la necesita, ¿cómo va a sobrevivir?
—De ti.
—¿De mí?
—Tendrá que tener una alimentación muy saludable como todas las embarazadas, y para suplir su falta de sangre, en su naturaleza vampira, tú le fortalecerás con tu aura, es como darle energía vital. Además Eva les dará unos trucos mágicos para absorber energía de la naturaleza.
—Entiendo —contestó el pequeño.
—¿Qué pasó ayer, por qué Bill sangró y sufrió tanto?
—Porque el bebé estaba reclamando espacio. Verás, seguro el huevo fue fecundado hace poco y estaba recién desarrollándose, pero una vez firme, debía encontrar un lugar en el cuerpo de Bill para poder alojarse durante el embarazo y ya lo encontró, la sangre o más bien la mucosidad que viste, es que el bebé limpió el lugar antes de alojarse.
—Hablas de él como si fuera un adulto.
—Es que genéticamente hablando, es muy superior a cualquiera de nosotros y está velando por su propia supervivencia.
—Estoy asombrado.
—Con Eva seguiremos investigando sobre su familia de origen y porqué son de razas distintas, pero por el momento hay que cuidar al bebé. Volveré en una semana con el equipo necesario para hacerte un ultrasonido y vigilar al niño. Y recuerda, nada de sangre. Ahora los dejaré solos para que hablen.
El doctor se retiró y Tom se giró para mirar a su amado. Arrugó el ceño preocupado, Bill se veía muy triste, así que lo abrazó.
—Espero que sea tan guapo como tú —comentó el lobo. El vampiro se soltó del abrazo y dijo serio.
—¿Lo quieres?
—Claro, es nuestro hijo.
—Tom, somos hermanos, no has visto las noticias, los hijos de parientes tienen problemas, no son normales.
El trenzado, ni siquiera había considerado el hecho de que eran hermanos, porque para él, Bill siempre había sido su amante, su esposo—. Pero escuchaste a Roy, tiene genes poderosos, hasta te estaba limpiando antes de anidarse, es fuerte como yo y hermoso como tú.
—Pero…
—Escucha. —Tomó sus manos—. Vamos a tener este hijo, eso está claro, no lo abortarás, eso es un crimen. Si el pequeño llega a tener una deficiencia, lo cuidaremos maravillosamente para que él nunca lo sepa, él será feliz con sus padres que lo aman, ¿estás de acuerdo?
—Oh, Tom. —Bill lo abrazó—. Te amo tanto, este niño tendrá al padre más bueno del mundo y yo lo amaré con locura porque es el fruto de mi amor por ti.
—Esa es la actitud que quiero ver.
—Sin embargo, tengo miedo. —Cerró los ojos y bajó la cabeza—. Anoche tuve sed, como nunca la había sentido.
—Para eso estaré yo, Bill, ¿de acuerdo? Yo te daré mi energía, igual que anoche.
—No quiero que estés débil.
—Tú alimentas al bebé y yo te alimento a ti, ¿qué te parece?
—Lo dices tan sencillamente, estoy embarazado y soy hombre, siento que el mundo se me viene encima.
—Mi amor, ahora completaremos nuestra familia, ¿no te hace feliz eso? ¿Que a pesar de ser hombres, podremos tener hijos?
—Viéndolo de ese punto de vista, es maravilloso.
—Ven acá, vamos a darle la noticia a todos.
Bajaron a la sala tomados de la mano. Todos estaban en silencio.
—Amigos —dijo el trenzado—, hoy celebraremos, no solo que cumplimos un año en la ciudad, sino que Bill y yo vamos a ser padres.
—¡Felicidades, Bill! Te felicito —Gustav se levantó y abrazó a su hermano adoptivo—. El doctor Roy nos explicó todo, eres genial, hombre. ¡Felicidades Tom! —También lo abrazó.
Esa tarde tuvieron la fiesta con todo el resto de los amigos, aunque no se anunció la noticia… por precaución. Tom se sentía en las nubes. «Un hijo de Bill, del amor de mi vida» Para él era simplemente… una bendición.
& Continuará &
Wow, sí, a primera vista parece una bendición, pero Roy les contó que el apellido Kaulitz había sido mencionado en el concejo, por tanto de una u otra forma Bill no está del todo a salvo. Y esa sed que le provoca el bebé “superdotado”, es un poco aterradora, ¿no creen? Bueno, vamos a seguir leyendo para ver qué sucede. Muchas gracias por seguir visitando el lugar y por dejar comentarios. Besos.