13: Boda

Hola gente linda, gracias por seguir apoyando este M-preg y por los bellos comentarios que he leído. Hoy ha llegado el gran día “La boda”. ¿Resultará todo normal? ¿O tendrán algún evento o visita que los impacte? Para descubrirlo, los invito a leer. Besos.

Regalo Especial” Fic Twc de MizukyChan

Capítulo 13: Boda

Bill se sentía agotado, la noche pasada hicieron el amor varias veces, por culpa de la droga que la estúpida de Chantelle le puso a Tom en la bebida. Aunque al moreno, le daba más pena su novio, lo miró en la cama, dormido como piedra.

Se levantó en silencio y se dio una ducha rápida. Al salir, vio que su celular vibraba, era Eva, su jefa.

Hola —Saludó con voz cansada.

Vaya, parece que la despedida de soltero te dejo exhausto. —La mujer rió al otro lado de la línea.

Era una fiesta, claro que estoy cansado.

En fin, estoy afuera de tu casa, vengo a secuestrarte. Recuerda que la tradición dice que el novio no puede ver al otro novio hasta la boda.

Eso es para mujeres.

No importa, quiero llevarte a varios lugares para ponerte más hermoso.

Está bien, me despido de Tom y salgo. —Tras cortar la llamada, Bill besó a su amado en los labios y el otro en seguida lo abrazó de vuelta, tirándolo en la cama.

Bueno días precioso —dijo tiernamente.

Cariño, Eva está afuera.

Me lo esperaba.

¿No te molesta? —preguntó un poco incómodo.

No amor, ella tiene las mejores intenciones, ve tranquilo. Además, en un rato llegará mi madre a arreglarme.

Bien, te amo. —Cerrando los ojos, Bill lo volvió a besar.

Y yo te amo más —respondió el de trenzas, frotándose los ojos.

Bill tomó su bolso y salió de casa. Eva lo esperaba en su auto, así que se acercó hasta ella y subió al coche.

¿Cómo te sientes hoy? —Preguntó la mujer, mirándolo emocionada.

Un poco nervioso, la verdad.

Lo sabía, pero como no debes estar nervioso el día de tu boda, te llevaré primero a un “spa”, ya tengo listas las reservaciones.

Nunca he estado en uno.

Te encantará, te harán masajes, te darás un baño con sales aromáticas, es todo muy “top” justo lo que necesitas.

Creo que exageras, pero iré encantado.

Ese es el espíritu. —Ambos rieron y se dirigieron al lugar.

Al llegar ahí, Bill se dio cuenta de que el lugar era muy exclusivo. No entendía como su jefa gastaba tanto dinero en ellos, pues solo eran sus empleados, en fin.

Al entrar, unas señoritas los guiaron hacia los vestidores, donde les entregaron unas batas color turquesa. Se cambiaron, claro que cada uno en su vestidor y luego los llevaron a la sala de los masajes. Había dos camillas, en una de ellas se subió Eva y en la otra obviamente se ubicó el pelinegro.

«Wow, mmm, que rico» Se saboreó Bill mentalmente.

Esas chicas tenían mano de hadas, suavecitas. Aunque para el moreno, no había comparación, por dentro pensó que no cambiaría por ningún motivo las manos grandes y fuertes de su Tomi, especialmente cuando le aplicaba cremita a su pancita.

«Pero será mejor que deje de pensar en él o me va a crecer un problema en la entrepierna mejor ni pensarlo, ya he pasado rabias con eso, con la viejita que me hizo el traje»

Cuando Bill se relajó por completo y se dejó llevar, se quedó dormido. Claro que después de la noche pasional que tuvo, no se podía esperar que se mantuviera fácilmente despierto, especialmente cuando le estaban dando un masaje exquisito.

Al despertar, movido por Eva, Bill se dejó guiar hacia la zona de las bañeras. La suya estaba llena de pétalos de rosa y olía deliciosamente a esencia de la misma. Se sumergió y nuevamente se puso a dormitar. El pelinegro sonrió al pensar que si él estaba así de cansado, el pobre Tom debía estar agotado. Y finalmente llegó a la conclusión de que ese día era su boda, pero lo más probable es que solo se acostaran a dormir y nada más n.n Aunque no perdía las esperanzas de tener más acción por la noche.

Eva, lo he pasado maravillosamente —dijo con una tremenda sonrisa.

No te creo, te dormiste casi las dos horas que estuvimos aquí.

Eso es por otras razones, pero de verdad me siento completamente renovado.

Me alegro.

¿Ahora vamos por el traje? —preguntó Bill mirando el reloj, aún era temprano.

Nop —dijo sonriente—. Ahora vamos a la peluquería bombón.

No quiero cortarme el cabello, me encanta llevarlo largo —comentó un poco asustado.

No cielo, estuve jugando en el computador con unas fotos tuyas y quiero hacerte algo especial

¿Algo como qué?

Te haremos unos visos muy rubios y levantaremos tu cabello en puntas como una melena.

¿Como el rey león? —indagó el menor con una sonrisa, creyendo que era broma.

Un poco más alta.

¿Estás hablando en serio?

Mucho, vamos y probemos y si no te gustan los resultados simplemente te volvemos a planchar y te dejamos liso como siempre. —Al pensar en quedar como siempre, Bill se sintió un poco tonto, ese no era un día como todos, era especial y si debía tratar cosas nuevas para impresionar a Tom, lo haría.

¿Y tú crees que quede bien? —preguntó tímido, cuando ella arrancó el auto.

Creo que te verás más salvaje.

¿Y eso es bueno?

Es perfecto, tendrás el efecto “Ying Yang” Apariencia salvaje, contrastando con tu mirada inocente y pura. Simplemente perfecto, bombón.

Está bien, lo haré, pero… ¿crees que le guste a Tomi?

Él te ama tanto, que incluso aunque estuvieras calvo, te diría que estás precioso.

Es verdad —contestó el moreno, ruborizándose.

Después de la peluquería, vamos por tu traje y a la boda. ¿Qué te parece?

Es un plan.

&

Tom pensó que seguramente, su querido Bill tendría un día maravilloso. Ya que a decir verdad, Eva lo cuidaba como si fuera un hijo y desde que se enteró que estaba embarazado, era peor: lo llenaba de atenciones y, algunas veces, Tom sentía que lo asfixiaba un poco. En fin, su propia madre no se quedaba atrás, así que sería mejor levantarse.

Dicho y hecho. Al poco rato de terminar de vestirse, llegó la madre del trenzado. Traía el traje y los zapatos, todo en negro, excepto la camisa que sería de un blanco inmaculado y la corbata de seda roja.

«Ojalá Bill y yo nos veamos bien juntos. ¿Pero qué digo? Es obvio que nos veremos bien, estamos hechos el uno para el otro» Se dijo mentalmente el trenzado.

Tom, ven. Debo llevarte a la peluquería para que rehagan tus trenzas.

Claro —respondió el joven, no lo había pensado, que bueno era tener a alguien que se preocupara por los detalles.

Tienes listas las sortijas.

Sí, mamá. ¿Quieres verlas?

Sí, me muero de la emoción.

Toma. —Tom le pasó una cajita de terciopelo azul oscuro. Dentro había dos sortijas de oro en los extremos y en el centro una línea de oro blanco. Por dentro se leía “Bill, te amo” y en la otra “Tom, te amo”. La mujer las miró un buen rato y soltó un suspiro.

Están hermosas. Pero ¿y la argolla de plata que tiene Bill? ¿La del compromiso?

Seguro que no va a querer quitársela.

Tienes razón, es muy romántico como para guardarla en el olvido.

Ese es mi chico. —dijo Tom suspirando.

¿Y ya has planeado lo de la luna de miel? Bill me dijo que querías darle una sorpresa.

La verdad, quería llevarlo a la playa ahora que su vientre no está tan abultado, pero mi jefa dijo que no hiciéramos ningún plan hasta después del matrimonio.

¿Crees que les haga un viaje de regalo?

Viendo como se lleva con Billy, es lo más probable.

Ella los quiere mucho.

Sí, pero en caso de que no nos diga nada, pues me lo llevo a la playa. Tengo bastante dinero ahorrado y quiero disfrutar de todo con mi esposo —comentó el chico orgullosamente.

Así se habla, señor “Jefe de familia”. —Ambos rieron.

Tom y su madre, estuvieron bastante tiempo en la peluquería, donde le hicieron un masaje capilar al trenzado y luego lo peinaron. Hasta le hicieron un descuento, porque me casaba ese día.

Después de lo que pareció una eternidad, comieron algo liviano y regresaron a casa. El novio se dio un baño relajante y se vistió. Se sentía extraño al usar esa ropa tan formal, pero era el día más especial de su vida, así que valía la pena el sacrificio. Al verse listo, llamó a su mamá para que me ayudara con la corbata.

Ella se veía increíble, se había alistado en la habitación de Bill, realmente parecía otra persona.

Te ves hermosa mami —dijo Tom, silbando.

Y tú te ves muy elegante. —La señora arregló la bendita corbata de su trenzado—. Estoy muy orgullosa de ti, hijo.

Gracias mamá. Estoy feliz de que estés a mi lado y te voy a pedir por favor que le des mucho apoyo a Bill, nadie de su familia vendrá y sin duda se sentirá muy solo.

No hay que decirlo dos veces. Bill es ya como mi segundo hijo, y lo amo tanto como a ti.

Gracias mamá, sabía que podía contar contigo.

Bien. Ya estamos listos. El novio siempre debe llegar primero, así que nos vamos.

Lo que tú digas. —Y así partieron al lugar del evento.

&

El lugar de la boda, era uno de los más exclusivos de la zona. La señora Eva Albornoz, jefa de la pareja, se había encargado de los gastos. Solo se haría el matrimonio civil, puesto que ninguna religión unía ante Dios, matrimonios de parejas del mismo sexo. Sin embargo, Eva, quien sentía un gran cariño por ambos jóvenes, no se conformaba con un mero trámite civil. Gastó una considerable cantidad de dinero en preparar este evento. Había arreglos florales de rosas blancas y rojas en todo el lugar. Al lado de la mesa del civil, estaba una mesa con una torta de novios imponente, con tonos blancos y rojos, que eran los colores temáticos de todo el lugar. Globos colgaban en ramilletes desde el techo y el delicioso aroma de las rosas, llenaba el recinto.

Había varias mujeres, madres de las alumnas de Tom, que habían llegado temprano. Sus trajes señalaban su alto estatus económico y conversaban animadas entre sí, hasta que el primer novio hizo su entrada triunfal.

Tom llevaba un traje negro grafito, camisa blanca y corbata de seda roja, en su bolcillo del saco, se vislumbraba la punta de un pañuelo de seda rojo. Entró un tanto tímido, pero fue inmediatamente recibido por sus amigas, quienes le saludaban y felicitaban por tan hermoso acontecimiento.

Así fue transcurriendo el tiempo, más invitados fueron arribando, hasta que un tumulto anunció que el novio faltante había llegado. El joven Bill, vestía un traje blanco, camisa negra y corbata de seda blanca, y llevaba el mismo detalle del pañuelo negro en el bolcillo de su saco. Pero las miradas se dirigieron a su cabello, que venía levantado en una melena alta con unos mechones rubios.

Tom salió a su encuentro y tras tomarlo de la mano, entraron al gran salón. Se acercaron al juez civil, quien preguntó en voz baja—. ¿Tienen listos a sus testigos?

Yo seré testigo de Tom —dijo Simone muy contenta, pero este hecho fue como una clavada de dolor en el pecho de Bill. Tom pareció darse cuenta y apretó más su mano, solo entonces se percataron que una mujer se les acercó.

A mi me gustaría ser testigo de mi hijo —dijo la mujer. Al reconocer la voz, Bill giró y abrazó a la señora con fuerza.

¡Mamá, mamita! —Exclamó el pelinegro al borde del llanto.

Por favor no llores, no quiero que estropees tu maquillaje —agregó otra voz conocida para el moreno.

¿Raúl? —Se giró— Raúl, hermano. —La joven pareja estaba completamente conmocionada.

No podía faltar a la boda de mi hermanito. —Afirmó el hombre.

Ni yo —agregó otro hombre unos años mayor que Raúl.

Esteban, tú también. Oh Dios mío. Tom, mi vida, ellos son mis hermanos Raúl y el mayor Esteban.

Un gusto. —Saludó el de trenzas, estrechando la mano de sus cuñados.

El gusto es nuestro —dijo Raúl—. Hemos paseado entre sus conocidos y nos hemos dado cuenta de que en realidad eres un buen hombre, Tom y que protegerás a nuestro pequeño Bill y al bebé. —La pareja puso cara de sorpresa—. Sí, ya nos enteramos, pero no se preocupen por papá, él no sabe nada aún y para cuando se entere será demasiado tarde.

Gracias por acompañarnos en este día tan especial —dijo el de trenzas.

Por nada cuñado —respondió Esteban, dándole un abrazo a ambos.

La ceremonia, fue sencilla, pero muy emotiva, pues varias personas hicieron brindis a favor de la joven pareja. La madre de Bill, lloró casi toda la ceremonia, pero fue consolada por sus tres hijos y el que recién se incorporaba a su familia.

Todos fueron atendidos muy elegantemente, cenaron platillos deliciosos y cuando ya estaban todos en el postre, la señora Eva y la delegada de las apoderadas se pusieron de pie.

Queremos aprovechar este momento para hacer entrega del regalo de bodas de parte de todas las mamás de la Academia de Música. Son dos pasajes “all inclusive” a las islas Maldivas para Bill y Tom como luna de miel. —Se oyeron aplausos por todo el lugar. Tom ayudó a su esposo a ponerse de pie y se dirigieron hacia las mamás representantes y recibieron el sobre, abrazando a las mujeres como agradecimiento.

¡Muchas gracias! —Exclamó Bill, completamente emocionado.

Gracias a todos —dijo el de trenzas.

Después de despedirse rápidamente de los invitados. El joven matrimonio se retiró a su casa, para disfrutar de su primera noche de casados. Ambos estaban felices, pero cansados por tanto ajetreo y tantas emociones juntas.

¿Amor, me aplicarías la cremita en la pancita? —Pidió el pelinegro, quitándose la ropa.

Claro, cielo —respondió el de trenzas, que ya estaba en bóxer. Se untó crema en las manos y empezó a masajear el vientre de su amado y flamante esposo. Este solo suspiraba de placer.

¡Que rico! —Afirmó Bill entre suspiros.

Tras un breve masaje, el de trenzas se dirigió al baño a lavarse los dientes y al regresar encontró a su amado, profundamente dormido.

Te amo bebé —susurró, depositando un beso en su frente y en su vientre. Se acomodó a su lado y lo cubrió—. Nos vemos mañana, amor.

& Continuará &

Próximo capítulo “Luna de miel”, esta noche estaban tan agotados que no quedó tiempo ni energías para un lemon, pero de seguro tendrán más acción en las Maldivas. ¿No creen? Las invito a comentar para animarme con esta historia. Besos a todos y gracias por visitar el sitio.

Escritora del fandom

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