Saludos, gente bonita, como ya les dije, aquí está el segundo especial de Gustav y Chantelle. Que lo disfruten.
“Fashion” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 14 Especial: Chantelle Vs. Gustav (Parte II)
(Día tres de la apuesta)
El grupo de porristas se hallaba reunido en el gimnasio para comenzar su sesión de entrenamientos. Este año, ellas debían animar a los estudiantes en todas las presentaciones deportivas, no tan sólo en las competencias de cheer leaders.
—¿Dónde rayos está Chantelle? —preguntó molesta la entrenadora.
—En el lavado señora Binks —respondió una rubia y se acercó para susurrarle al oído—, está llorando —la adulta la miró con cara de incredulidad, pues su porrista principal era completamente desalmada y nunca derramaría una lágrima, a no ser que una de sus pestañas postizas le picara un ojo.
—¿Qué le pasó? ¿Está en sus días? —preguntó con la ceja alzada, aun sin creer el despliegue de sentimientos de la rubia.
—Es por la apu… —iba a responder la chica, pero recibió un fuerte codazo de una de las amigas de Chantelle.
—Yo la voy a buscar señora Binks —se ofreció Jenny.
—De prisa, y llévatela al estadio, hoy practicaremos fuera —ordenó la maestra y emprendió el camino, seguida de las alumnas.
&
Cuando Jenny llegó a los lavados femeninos, podía oír los sollozos amortiguados de su amiga, se le encogió el corazón, porque prácticamente era culpa suya que la rubia estuviera en ese estado. Desde el día de la apuesta, cuando ella fue al bar “Wild dog”, todo había cambiado, Chantelle se veía vulnerable e insegura, toda la escuela sabía que había sido rechazada por Gustav Schafer públicamente y ahora por donde pasaban, se oían murmullos sobre su espectacular ridículo y eso era algo a lo cual la rubia no estaba acostumbrada.
—¿Chantelle? —la llamó suavemente, el llanto cesó, seguramente tratando de ocultar su presencia allí—. Amiga, la señora Binks me mandó a buscarte.
—No quiero ir —respondió con la voz ronca por el llanto.
—Tienes que ir, sabes lo exigente que es la entrenadora, si faltas a las prácticas, te sacará —dijo la chica, tratando de imponer algo de razón a su amiga.
—Me siento fatal.
—Ya no sufras Chantelle, lo que pasó ayer con Gustav quedó olvidado, ya nadie lo recuerda, sólo tú le sigues dando vueltas —le animó.
—Claro que no, todos lo saben, incluso hay fotos —se quejó la chica.
—¿Fotos? ¿Quién haría algo tan cruel? —preguntó Jenny muy molesta.
—Alguien de los “pretty people”, de seguro fueron ellos —se quejó la chica, y soltó el llanto nuevamente—. Seguramente Bill estará riéndose de mí en estos precisos momentos waaa —lloró dramáticamente prácticamente sin lágrimas.
—Chanty, ábreme la puerta, por favor —rogó la rubia, por muy dura que la porrista se creyera, era una chica, y en momentos como eso, las amigas debían apoyarse.
—Estoy horrible —gimió la líder y con un click, la puerta se abrió.
—Amiga… —Jenny rápidamente la abrazó y acarició su cabello, mientras Chantelle seguía llorando, sin realmente mojar su uniforme—. Tú jamás estarás horrible, eres muy linda.
—No tanto como Bill Kaulitz.
—¿Y qué tiene que ver Bill? Estamos hablando de ti ahora.
—Pero Bill siempre termina riéndose de mí wwaaa.
—Tranquila Chanty, mira, vamos a entrenar, ya verás que haciendo lo que te gusta se pasará la pena —con un asentimiento, Chantelle se levantó y fue a lavarse el rostro.
—Toma, ponte un poco de lip gloss —le ofreció Jenny, sacándose un pequeño brillo de entre el brasier.
—Gracias —le dio una ligera sonrisa y tras repasarse los labios, ambas salieron.
&
Al llegar al estadio, se encontraron con el resto de los estudiantes que entrenaban después de clases, Chantelle frunció el ceño al ver tanta “gente común” y corrió junto a sus compañeras.
—Page, ven acá —le llamó la entrenadora—. ¿Estás bien?
—Sí señora Binks, fue un problema femenino, eso es todo —fingió la rubia.
—¿Estás con tu período?
—Una pequeña infección, muy dolorosa —volvió a mentir—, pero con los antibióticos estaré bien, no se preocupe.
—Sabes que si faltas a los entrenamientos, por muy buena que seas, tendré que reemplazarte —dijo la mujer con voz autoritaria.
—No fallaré, lo prometo, ganaremos este año.
—Lo mismo dijiste el año pasado.
—Este año estoy más motivada —aseguró Chantelle.
—Bien, ve a tu puesto.
El grupo de porristas comenzó su entrenamiento como siempre con los gritos y luego las rutinas de saltos. Jenny tuvo razón ya que la líder estaba sonriendo nuevamente, al sentirse en su elemento.
Estuvieron así por una hora y cuando guardaban sus cosas para retirarse, Chantelle se fijó en uno de los chicos que corría solitario alrededor de la gran cancha, sin duda le llamaron la atención las cosas extrañas que tenía en la cabeza. La rubia lo escudriñó mejor cuando estuvo cerca y se sorprendió de lo guapo que era el joven, tenía unos ojos preciosos y unos brazos de muerte y un color de piel que ya deseaba ella.
—Chanty —le llamó Romina—. ¿Estás bien? Pareces en la luna.
—¿Sabes quién es él? —señaló a Tom con su mano, pero ya corría lejos de ellas.
—No alcancé a verlo, pero no lo sé, nunca miramos a estos perdedores —asumió Romina, repitiendo las palabras que había dicho Chantelle previamente.
—Bueno, no importa, salgamos de aquí.
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Cerca de las seis de la tarde, Chantelle estaba tirada en su cama, mirando el techo, pensando en cómo vengarse de Gustav para probarle que nadie humillaba a Chantelle Page y vivía para contarlo, la apuesta ahora quedaría en segundo plano. Primero lo despojaría de su orgullo y luego recogería los pedazos para intentar convertirlo en un chico sexy. Aunque en su opinión, Gusti, estaba bastante bien con esa apariencia de chico rudo y la hermosa chaqueta de cuero negro que lucía cuando se subía a esa moto. Sacudió la cabeza para sacarse esos pensamientos. Él ahora era el enemigo, nada más que eso.
—Ring, ring —su celular comenzó a sonar con la canción “Stronger” de Britney Spears y rápidamente lo contestó.
—Hola Jenny.
—Chanty, debes venir ahora mismo —habló la chica casi sin respirar.
—¿Por qué?
—Gustav está aquí, está con James, haciendo no sé qué cosa juntos. Acaba de llegar, así que si te das prisa, alcanzarás a verlo —dijo la chica igual de rápido.
—No sé si deba —dudó la rubia.
—Vamos Chanty, tú eres una luchadora, ven y vence a tu víctima.
—Está bien, voy para allá.
Con toda la habilidad que le brindaba la práctica, se cambió de ropa por completo y rehízo su maquillaje. Sin saber por qué, quería impresionar a su víctima.
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Con al menos, tres infracciones por exceso de velocidad, semáforos en rojo y no indicar con las luces, Chantelle llegó en tiempo récord a la casa de su compañera, fijándose que la súper moto de Gustav estaba allí.
—Jenny —saludó cordialmente, como si esa visita fuera lo más casual del mundo.
—Chanty, que bueno que viniste, por un momento creí que tendría que hacerme las uñas yo sola —dijo la primera excusa se le cruzó por la cabeza.
James y Gustav que estaban en la sala, escucharon las voces chillonas y rodaron los ojos, regresando a la pantalla del laptop que tenían en las piernas.
—Hola hermanito —saludó Jenny entrando a la sala con la otra rubia.
—Hola pequeña, hola Chantelle, ¿cómo estás?
—Hola James —le dio un sonoro beso en la mejilla—, estoy de maravilla, ¿acaso no lo ves? —giró para mostrar su minúscula falda.
—Chantelle, ¿estás creciendo más rápido, o esa falta es muy corta? —le preguntó para molestarla, la chica imitó el puchero de Bill, que no resultó.
—No seas malo. Me gusta está falda, es sexy.
—Cof, cof —el chico rodó los ojos—. Ya conoces a mi amigo Gustav ¿cierto?
—Sí, vamos a la misma escuela, hola Gustav —se acercó y sin que el otro pudiera evitarlo, recibió también un sonoro beso en la mejilla.
—Hola —respondió secamente y se limpió la marca de labial que le dejó el beso.
—Espérame aquí, Chanty, voy por las cosas —avisó la rubia.
—Hey, Jeny —le llamó su hermano—, ¿van a estar aquí? ¿Por qué no en tu cuarto?
—Aquí hay más luz —mintió ella de forma casual y prosiguió su camino, sin hacer caso a James ni a sus quejas ocultas.
Chantelle aprovechó para sentarse al lado de Gustav, cruzando las piernas, para que el escote de su falda, mostrara bastante piel, cosa que al rubio claramente le molestaba. Ella miró sus uñas con fascinación, dándose cuenta de la incomodidad del chico rudo.
—¿Qué ves? —preguntó mirando su laptop y tratando de hacer conversación.
—Miramos que hay de nuevo sobre el vendedor de drogas de esta zona, ya sabes, el “caso 69” —le explicó James.
—Sí, mi papá está muy interesado en eso, los de la escuela le pidieron que ayudara incluyendo agentes de la agencia de seguridad de la que es dueño, para que ese cretino no arruinara la reputación de nuestra escuela —dijo ella con orgullo en la voz.
—Wow, tu padre es muy poderoso —le dijo James, por nadie era desconocido que la familia Page era la más poderosa en la industria de seguridad.
—¿Y qué hay de nuevo? —preguntó la chica, tratando de ver la pantalla que tenía el rubio.
—Al parecer, uno de sus cómplices golpeó a una mujer tratando de escapar de una redada —dijo James y a la rubia le brillaron los ojos, ese era su momento de venganza.
—Un maldito golpea-mujeres —dijo ella apretando los dientes—, conozco a uno así, ¿no Gustav Shafer? —dijo con una ironía tremenda y una mirada de hielo.
—¿Qué? —dijeron los dos hombres.
—¿No lo recuerdas? —Dijo ella, poniéndose de pie—. Pues deja refrescarte la memoria.
Ella le quitó la computadora de las manos y tecleó la pagina principal de la escuela, donde esa mañana los “pretty people” habían subido las fotos en las que él la tenía en sus piernas y luego la tiraba al suelo.
—Mira esto maldito, cabrón —le pasó el laptop a los dos, quienes miraron las fotografías con la boca abierta—. Gracias a ti, soy el hazmerreir de toda la maldita escuela.
—¿Gustav? —James le miró con desaprobación, porque las pruebas estaban allí, su amigo no podría negar nada.
—No es lo que parece —trató de defenderse.
—¿No lo es? Mira esto —se levantó la falda donde había un hematoma color morado—, es absoluta obra tuya, cabrón golpeador de mujeres —dijo ella alzando la voz, la madre de Jenny entró a la sala y acercándose al computador y vio la evidencia.
—¿Gustav? —La madre le miró, llevándose una mano a la boca completamente shockeada por la gravedad del asunto—. ¿Es cierto eso? ¿Golpeaste a Chantelle?
—Sí, mamá —dijo Jenny bajando de las escaleras—. Gustav la humilló delante de toda la escuela, la pobre Chanty ha llorado dos días por eso.
—Aparte del dolor en mi pobre cuerpecito —dijo ella fingiendo y victimizándose, sus ojos se nublaron y Gustav la miró con odio.
—Gustav, te voy a pedir por favor que te retires de mi casa, no puedo tolerar los actos de violencia, menos aun, si estos son contra mujeres, y menos a una niña tan fina como Chantelle —dijo la madre con la voz llena de rencor.
—Lamento tener que estar de acuerdo con mi madre en esto, Gus —dijo James.
El rubio cerró el portátil y lo guardó en su bolso, le dio otra mirada de odio a la rubia, que abrazaba a Jenny y salió de allí con la cabeza en alto.
&
Por la noche Chantelle estaba en su cama mirando el techo y se preguntaba por qué, si había logrado humillar a Gustav, no se sentía tan bien como se suponía.
Se sentó y prendió su laptop. Como cualquier masoquista, abrió la página donde estaban las horribles fotografías, las vio una a una, pero no era su imagen la que sus ojos recorrían, sino la de Gustav. Sus brazos gruesos, y recordó como él la levantó con tanta facilidad, no es que ella fuera gorda, pero no dejaba de pensar en lo fuerte que era el rubio.
Suspiró varias veces y ampliando la imagen, hizo unos cortes, dejando sólo el rostro de Gustav a la vista y la puso de protector de pantalla. Se quedó con el computador encendido, hasta que sus ojos se cerraron, llevándola a un mundo de sueños, recorriendo campos dorados en moto, abrazada a la cintura del rubio, quien sonreía y susurraba su nombre…
& Continuará &
¿Chantelle se está enamorando? Pero ahora Gustav la odia, ¿hará algo ella, para que él cambie de opinión? ¿Podrá hacer algo con respecto a la apuesta?, ¿o simplemente se tatuará el nombre de Bill en el trasero? No se pierda la continuación.