15: Sincronizados

Piquito” = en mi país se dice así a un roce de labios, un beso suave”

Fashion” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan

Capítulo 15: Sincronizados

You are the one. You’re my number one. The only treasure I’ll ever have

(Eres el único. Eres mi número uno. El único tesoro que tendré “Number one”)

(Sábado, un día después de la fiesta)
El pelinegro se movió perezosamente entre los tibios brazos del mayor, gimiendo al sentir sus caderas chocar involuntariamente.

Mmm —jadeó sonoramente y luego abrió los ojos con rapidez. ¿Quién estaba a su lado?

Bebé, ¿ya despertaste? —Preguntó el mayor, moviéndose aun más sobre las caderas del cantante, para despertar su hombría.

¿Tomi?

¿Quién más, pequeño?

Bill giró un poco y abrazó con todo su cuerpo a Tom, y sus piernas se enroscaron en el otro como un osito koala, besándolo con pasión desmedida, friccionándose contra él hasta escuchar sus jadeos roncos y viriles.

Tómame, Tomi —le susurró con la voz cargada de lujuria.

Lo haré, bebé, pero con una condición.

¿Cuál?

Te haré mío, sólo si ronroneas como gatito —pidió el de rastas con una sonrisa juguetona en el rostro.

Meowww… rrrrrr… meowww —contestó el pelinegro, frotándose contra el pecho de Tom, moviendo sus brazos a lo largo de la cama.

Más fuerte…

Rrrrr… meowww… meowww —siguió moviéndose, estirando sus manos,

¡Ay! —escuchó fuerte.

Bill abrió los ojos, despertando de tan cómodo sueño y sonrió al ver el ceño fruncido de Tom, le había dado un bueno golpe, pero al parecer, éste se negaba a despertar. Tratando de controlar su respiración, que aun parecía agitada, se dedicó a contemplar la belleza del cuerpo a su lado.

&

Tom se sentía tan cómodo abrazado al delgado cuerpo del pelinegro, que olvidó por completo sus reglas matutinas y simplemente se dejó envolver por la calma y durmió plácidamente hasta que los rayos del sol le dieron en pleno rostro.

Un rato más —susurró y sintió una pequeña risa a su lado, sin abrir los párpados, sonrió, sintiendo como aquella figura se estiraba y una delicada mano fue hasta su cabello y comenzó a masajear su cabeza—. Dios… que rico —gimió con la voz somnolienta.

Una nueva ola de risas juguetonas se escucharon y aquella mano siguió dando ligeros masajes con sus uñas entre cada una de las rastas de Tom.

¿Te gusta?

Me encanta. Mis uñas están muy cortas por la guitarra y no dejo que nadie más que Gabriel me toque las rastas, así que tus manos están haciendo maravillas —volvió a jadear de placer por esos pequeños escalofríos que le provocaban las caricias del cantante, sonrió al sentir nuevamente las misteriosas mariposas en su estómago.

Je, je, je —rió el menor, levantándose un poco, observando a Tom con los ojos cerrados y una sonrisa en el rostro—. Nunca te había visto así.

¿Así cómo?

Tan relajado.

Tú me das esa sensación de calma, no me sentía así desde que mis padres estaban con vida —abrió los ojos y miró directamente a los otros achocolatados—, me siento realmente bien junto a ti.

Gracias —dijo el pelinegro y le dio un suave piquito a Tom antes de levantarse.

¿A dónde vas? —Preguntó quejándose como un niño—, ven a hacerme cariño.

Voy a preparar desayuno, muero de hambre.

Oh, entonces me daré una ducha —dijo el rastudo y se fue con dirección al baño.

Mientras Bill sonreía en la cocina, con intención de preparar el desayuno y se sorprendió de ver la gran cantidad de comida instantánea que tenía Tom, la mayor parte de las cosas sólo necesitaba agua caliente para tener de inmediato una abundante variedad de comida china.

Knock, knock —el ruido en la puerta le despertó de sus elucubraciones y fue a abrirla.

¿Quién es? —preguntó, ya que sólo llevaba la playera de Tom y sus bóxer.

Gabriel —fue la respuesta inmediata.

Hola —saludó el cantante, cuando abrió.

OMG, ¿te quedaste aquí? —preguntó con los ojos en forma de corazón, Bill no pudo evitar una sonrisa.

Sí, me quedé aquí, dormí con Tom, pero no es lo que estás imaginando, así que fuera, fuera —movió la mano sobre la cabeza de Gabriel, espantando los malos pensamientos del otro chico.

Ja, ja, eres un loco.

No más que tú.

Apuesto que no sabías lo que en verdad estaba pensando —le desafió Gabriel.

Oh, por supuesto que lo sabía —dijo Bill en actitud de “diva”, moviendo su dedo índice—, lo supe apenas vi tus ojos con forma de corazón —ambos rieron ante eso.

¿Y Tom? No me dirás que aún duerme —preguntó Gabriel con cara de espanto.

No, se está dando una ducha.

Bien. ¿Qué haces? —preguntó siguiendo al pelinegro.

Intento preparar algo de comer —sonrió el moreno—, algo que no sea chino.

Um, lo dudo, casi todo aquí es chino —ambos rieron.

¿Y tú? —Preguntó Bill un poco celoso—. Es temprano para visitas sociales.

Lo sé, hoy es día de la cera.

¿De la qué? —los ojos del pelinegro se abrieron grandemente. Para él la “cera” era señal de depilarse, pero Tom no se depilaba, por lo menos nada que estuviera a la vista, sería posible que Tom se depilara allí abajo… los colores se le fueron al rostro y Gabriel rió, leyendo claramente sus pensamientos.

Día de la cera —dijo para volverlo a la realidad—, como hoy Tom no tenía que ir a limpiar la biblioteca por lo de la fiesta de anoche, decidimos que hoy le repasaría las rastas —explicó el chico, aunque Bill le seguía mirando como si de pronto estuviera hablando en chino, como toda la comida que había allí—. Mira Bill, las rastas no lucen bonitas sólo porque sí, no son como tú —dijo y el menor se sonrojó—, para mantenerlas bien hay que encerarlas.

Wow, no sabía eso.

Y hoy serás afortunado, porque te enseñaré a hacerlo, para que en adelante lo hagas tú —dijo él guiñándole un ojo—, ya sabes que Tom no deja que nadie le toque el cabello.

Lo sé, me lo dijo esta mañana.

¿Y por qué razón? —preguntó alzando una ceja.

Porque le estaba haciendo un masaje entre las rastas —los ojos de Gabriel se abrieron como platos y sonrió encantado.

¿Sabes lo que eso significa? —preguntó como crazyfan girl.

No estoy seguro…

Que eres muy especial para él.

Gabriel, ¿eres tú? —se oyó la masculina voz del rastudo, que se acercaba con una toalla en las manos, secándose las rastas.

Sí, soy yo.

Qué bien que no te olvidaste.

&

Después de desayunar, Tom yacía sentado en el piso, mientras Gabriel y Bill secaban una por una las rastas del chico.

Vaya, esto es un trabajo de chino —dijo Gabriel con una sonrisa.

Por favor no hablemos más de cosas chinas —pidió el pelinegro con voz dramática—, con todas las comidas instantáneas que he visto hoy, dejaré de pedir comida china por el resto de mi… no, por el resto de la semana —los otros dos rieron—, es que de todos modos es deliciosa je, je.

Bien, ya están secas —dijo Gabriel—. Mira Bill, así es como se hace. Pero primero. Tom, sácate la playera para que no se ensucie.

Cierto —dijo el rastudo y poniéndose de pie, se quitó la enorme prenda, dejando al descubierto, todo su torso bronceado y ligeramente marcado, dejando al menor de los tres, casi babeando. Tom al darse cuenta de su mirada, se sonrojó también y volvió a su posición en el piso, cruzando los brazos para tratar de cubrirse.

Y así Gabriel enseñó al cantante a poner cera en cada una de las rastas, modelándolas, tratando de no tirar demasiado porque era incómodo para Tom. Siguieron así, hasta que el celular del chico sonó.

Tengo un mensaje —dijo Gabriel y tomó su celular, cuidando de no mancharlo con cera—. OMG —sonrió como un crio—. Bueno chicos, los dejo. Tengo una cita.

Dio un beso en la mejilla a Tom y a Bill y salió sin dar mayor explicación, los otros dos se quedaron en silencio hasta que la puerta se cerró y luego rompieron a reír.

Espero que todo le salga bien —dijo el pelinegro, retomando su trabajo con las rastas.

Me preocupa, Gabriel aún no quiere contarme con quien está saliendo —dijo Tom esperando que Bill le dijera algo.

Tú eres su amigo, Tom, te lo dirá tarde o temprano —asumió el cantante.

Pero, me da mala espina que lo mantenga en secreto —insistió.

Tal vez piensa que esa persona no te agradará y por eso lo mantiene en secreto —siguió el pelinegro.

Pero yo no soy un ogro, Gabriel es mi mejor amigo, sabe que no voy a juzgar a su novia —volvió a decir, girando un poco su rostro.

Yo no sé nada, pero ¿qué pasaría si no es una novia, Tomi? ¿Qué pasaría si Gabriel es gay? —ambos se quedaron mirando fijamente. Después del recuerdo que el rastudo le contó sobre su antiguo vecino—. ¿Dejarías de ser su amigo, Tomi?

No, claro que no. Tú mismo lo dijiste anoche, las cosas han cambiado —aseguró, pero el sonrojo en su rostro era un claro indicador de que estaba luchando con sus convicciones “hétero”.

Dejaron la conversación allí y escucharon música, mientras Bill terminaba de encerar sus rastas, y cuando éstas al fin estuvieron hermosas y radiantes, se sentaron en el sofá y suspiraron al mismo tiempo.

Estamos sincronizados —dijo Bill y ambos rieron.

Es cierto, desde hace un tiempo, parecemos hermanos —sugirió Tom, pero eso detuvo la risa del menor.

Como gemelos… —susurró y luego soltó un suspiro de resignación, era inevitable, Tom siempre desviaba su posible relación de pareja a una familiar.

Su celular sonó fuertemente y corrió a la habitación para contestar, pues allí habían quedado todas sus cosas.

Bill, ¿dónde estás? —gritó Gordon al otro lado de la línea.

Papá, calma estoy bien, estoy con Tom —respondió, mirando al rastudo que volvía a ponerse la playera, cubriendo la magnífica vista.

Menos mal que estás con ese chico.

¿Qué pasa, papá?

Tu madre llamó a Andreas, pensando que estabas con él, pues no estabas en tu cuarto esta mañana —explicó el padre—, y él nos dijo sobre el incidente con Bushido y ya sabes cómo es Simone, se volvió loca.

Pero estoy bien, Tom me defendió —recordó los sucesos de la noche pasada y sólo entonces se percató de que el ojo de Tom aun se veía un poco hinchado y tenía un ligero color morado.

Lo sé, es tu guardaespaldas, ya vi el video por YouTube.

¿Qué? ¿De qué video hablas?

David llamó también por lo del video y estaba gritando que le habías arruinado la carrera.

¿Qué? Pero, ¿qué hice? ¿Cuál video?

Un fan publicó el video donde Bushido trata de molestarte, acosándote, y como Tom le dio una paliza y se escucha toda la verdad sobre la mentira que creó tu manager.

Oh, no…

Aunque no lo creas, ese video tiene muchísimas visitas, creo que tus fans se están pasando la voz para apoyarte en la corte contra el otro cantante.

Oh, papá, ¿qué voy a hacer? —gruñó el chico, sentándose en el sofá, sintiéndose miserable.

Te vienes con Tom lo antes posible y vamos a poner la denuncia formal.

Pero, papá, no quiero más problemas.

Bill, esto es muy serio. Debí hacerle caso a Tom la primera vez que habló conmigo, así que ahora regresa y terminamos de una vez con esto.

Pero…

Nada, Bill, regresa ahora mismo.

Está bien. Adiós —cortó y suspiró.

¿Problemas? —preguntó el rastudo, tomando la mano del cantante.

No, sólo enfrentar la realidad —le miró con dulzura.

Estaré allí a tu lado —le tomó la otra mano, acercándose.

Lo sé —esta vez se sonrojó cuando fue Tomi, quien le dio un piquito.

&

Cuando Bill estuvo listo, Tom condujo hasta su casa donde Gordon los esperaba, tratando de calmar a una angustiada Simone.

Hola, ya estoy aquí —saludó el pelinegro entrando a la sala, seguido por el rastudo.

Bill, mi niño —corrió la mujer asfixiando a su hijo en un abrazo.

¿Estás bien, Bill? —Preguntó enseguida su padre.

Sí, tranquilos, Tom me cuidó —añadió el chico, zafándose del agarre de su madre.

Tom, ven acá —le pidió Gordon, el rastudo se acercó a él y recibió la mano que le ofrecía el adulto—. Gracias chico, por cuidar a mi hijo y perdón por no haberte creído.

No hay problema, señor, mientras podamos hacer algo para alejar a Bushido para siempre, yo estaré conforme —confesó Tom, provocando un sonrojo en el pelinegro, cosa que de inmediato fue notada por la observadora Simone.

¿Y qué haremos, papá? —preguntó el pequeño, sentándose. Toda la situación le cansaba y le atemorizaba.

Iremos a la estación de policía y pondremos la denuncia formal —explicó el adulto—, Alex nos espera allá, al parecer ha conseguido que mantengan al maldito en custodia y que no le den ningún tipo de fianza.

Wow, eso fue rápido —dijo el rastudo.

Fue por el video —alegó Gordon—, aunque es considerada evidencia circunstancial, lo que aparece allí es suficiente para hacerle pasar un gran susto al tal Bushido y a su pandilla, además nos dará una orden de alejamiento para que no vuelva a acercarse a Bill en mucho tiempo.

Debería pudrirse en la cárcel, cómo se le ocurre acosar a mi niño, es menor de edad —decía Simone completamente en shock por los hechos.

Además todo eso le hacía recordar el terror que sintieron cuando su hijito intentó suicidarse por causa de Oscar Manzur y de cuánto les costó sacarlo del ese estado depresivo. Ahora miraba de reojo entre Tom y Bill y sus entrañas se comprimieron al descubrir en la mirada del pelinegro, ese brillo particular de los enamorados, temió nuevamente por el bienestar emocional de su bebé y rogaba a todos los santos para que Tom no fuera malo para él.

Bueno, vámonos —pidió el padre y todos le siguieron.

&

En la estación de policía, Bill dio su declaración fuertemente agarrado de la mano del rastudo y luego esperaron fuera, mientras Gordon y Alex, el abogado de la familia, terminaban de hacer lo necesario.

¿Estás bien? —preguntó el mayor, al notar el cansancio en el rostro del pelinegro.

Sí —levantó la mirada para ver a su amigo—, es sólo que todo esto me agobia, me sobre pasa.

No es así, te has portado como una persona muy fuerte, te admiro por ello —le animó el de rastas, acunando su mejilla—, ahora me gustaría saber qué es eso del video de YouTube que mencionó tu padre.

La verdad es que sé tanto como tú —aclaró el menor—. ¿Crees que Gabriel sepa algo? Ayer él mencionó algo sobre una grabación.

Le llamaré —Tom marcó en su celular y esperó—. Gabriel, sé que estás en tu cita, pero me gustaría saber sobre el video que está circulando en la red, ¿sabes algo? —su voz era demandante y su amigo no pudo mentirle.

Claro que lo sé. Luis arregló la grabación que hice ayer y la subimos a YouTube —fue la sincera respuesta de Gabriel.

No tienes idea de las cosas que han pasado por eso —le regañó el rastudo.

No te enojes, Tom, todo lo hicimos con la mejor intención, para poder proteger a Bill de ese maldito —siguió hablando el chico.

Yo no estoy enojado —gritó Bill al lado de Tom y Gabriel dio una risita al otro lado de la línea.

Te encantará el otro video, Bill, hicimos una parodia, tienes que hacer clic en el anexo —le indicó.

Ni siquiera hemos visto el primero —le dijo Tom, aún estando un poco molesto, por mostrar algo de la vida privada de su Bill, últimamente se sentía muy posesivo con SU Bill y sonreía ante ello, no le parecía raro, después de todo estaban sincronizados, casi como gemelos, volvió a sonreír.

¿En qué estás pensando, Tom? —preguntó Gabriel, con la voz divertida al otro lado, era como si él pudiera ver en la mente de su amigo.

Nada cof, cof —se ahogó al verse descubierto.

En fin, usa tu celular para ver el video, Tom, y luego me dices que opinas. Luis es espectacular en lo que hace y la parodia quedó genial, ya lleva miles de visitas —siguió Gabriel, riendo emocionado por lo que Luis había logrado.

Apropósito, ¿quién es Luis? —preguntó el de rastas.

Un amigo, ya nos hablamos, adiós Tom, saluda a Bill de mi parte —y la llamada se cortó.

Y no me dijo quien era —Tom miraba al pelinegro con cara de asombro—, y además me cortó, esto es insólito.

No es insólito, es Gabriel —dijo Bill alzando los hombros, él sí sabía quién era Luis, pero no era el encargado de contarle a Tom.

Veamos el video, dijo que podía buscarlo desde aquí —miró el celular y luego al cantante con las mejillas rojas—. No tengo la más mínima idea de cómo usar el internet en este celular.

Ja, ja, ja —Bill rompió a reír y aunque Tom se sentía ridículo por no manejar aparatos tan tecnológicos, le dio gusto ver que el estrés dejaba los rasgos del menor, para que la risa le devolviera la vitalidad—. Dame acá.

Vieron el video, y tal como dijo Gabriel, lo habían modificado, para que no se mostraran cosas demasiado terribles, pero sí se aclaró la verdad sobre el supuesto romance entre Bill y Bushido. Pero sin duda el mejor video, era la parodia, donde Luis representó la escena en animación 3D y dejó a Bushido en total ridículo, frente al guapo y fuerte guardaespaldas.

& Continuará &

¿Habrán acabado por fin con la amenaza de Bushido?, ¿qué habrá pasado con Gustav y Chantelle? No se pierdan la continuación.

Escritora del fandom

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