Después de las pesadilla que la pareja tuvo sobre el bebé con genes superpoderosos, han decidido abortarlo. En este capítulo veremos si es posible que lo hagan y si habrá complicaciones por eso. Espero lo disfruten y comenten.
Long-Fic original de MizukyChan
Capítulo 16: Complicaciones
—Hola Tom, Bill, tengo malas noticias —dijo el doctor entrando a casa, con el rostro serio.
—Antes de que diga nada, queremos decirle algo. —Interrumpió el pelinegro con el semblante igual o más serio que el médico.
—Díganme.
—Hemos estado pensando mucho sobre esta situación… sobre el embarazo —comenzó Bill, mientras Tom le sostenía la mano, pero era como si las palabras le faltaran.
—Doctor, entendemos la importancia de este bebé y del bien que haría a las futuras generaciones —agregó el trenzado—, pero hemos decidido que no pondremos a Bill en peligro y que lo más sano será abortarlo. —Finalizó con la voz estrangulada y Bill le dio un pequeño apretón en la mano para confortarlo, aunque él se sentía igual de triste.
—Ya veo —susurró Roy muy serio, mirando el piso y acariciando su barbilla.
—¿Qué opina, doctor? ¿Podremos hacerlo? —preguntó el pelinegro un poco asustado.
—La verdad… esas eran las malas noticias que traía —respondió alzando el rostro para ver a la joven pareja ante él.
—¿De qué habla, doctor? —cuestionó el lobo, preocupado.
—Se trata de las pruebas que le hice a Bill, la última vez. —Se pasó la mano por la cara y tomó un hondo respiro para continuar—. Estuve analizando todo y me sorprendí al descubrir que el niño, para asegurar su supervivencia, se ha unido celularmente con los órganos vitales de Bill.
—¿Qué quiere decir? —Siguió preguntando el trenzado, sintiéndose angustiado por el bienestar de su pareja.
—Que si el bebé muere, lo más probable es que arrastre también a Bill.
—Eso no puede ser. ¡Un bebé no puede hacer algo así! —Exclamó Tom, poniéndose de pie, desesperado ante la sola idea de perder a su esposo.
—Te dije que era un monstruo —susurró Bill con los ojos brillantes de lágrimas.
—No, Bill, el niño en sí es una criatura inocente, como todo bebé, él no tiene idea del daño que te puede hacer, son sus genes los que están buscando la supervivencia. —Aclaró Roy, porque sin duda, él no podía dejar de admirar la fortaleza de ese pequeño ser. Como científico, él quería seguir investigando su evolución.
—¡Pero me siento poseído, como si él fuera una criatura demoníaca! —La voz del moreno, mostró la desesperación que sentía.
—Ya te lo dije, no es el bebé. Lo que te provoca esa sensación de descontrol es el hecho de estar embarazado. Dime, ¿acaso has visto o has oído de algún otro vampiro o vampira embarazada?
—No… de hecho… nunca.
—Claro, los vampiros se hacen, no nacen.
—Lo siento —dijo apenado. Tom puso la mano en su hombro, porque sinceramente, él tampoco sabía qué hacer.
—No lo estés, tú o más bien… ustedes dos… son especiales. Ahora, la mezcla de reacciones de tu cuerpo, hacen que te descontroles, pero aquí está Tom para contenerte.
—Pero bajo ningún caso quiero usar la violencia —respondió el lobo de inmediato.
—No será necesario usar la violencia, Tom, eres mucho más fuerte que Bill, no tendrás que lastimarlo, o más bien, no debes lastimarlo.
—Entiendo.
—Díganme ahora, ¿por qué querían abortar al pequeño?
Tras hablar por largo rato explicando sus razones, a la pareja sólo le quedaba aceptar que no podrían hacerlo, porque el simple hecho de intentarlo, ponía en peligro la vida del vampiro.
—Creo que tendré que cambiar mi actitud para con mi hijo —dijo Bill mas para sí mismo, pero inmediatamente le su esposo le corrigió.
—Nuestro hijo.
—Sí, mi amor, nuestro hijo —respondió Bill sonriendo.
—Bien, habiendo aclarado todo, pasemos a revisarte. —Agregó roy.
Subieron a la habitación implementada y, allí, el médico hizo todos los estudios. Bill ya había completado cinco semanas, que habían sido bastante duras, pero los tres, esperaban que las cosas fueran mejorando.
—Como era de esperarse —dijo Roy— el niño está bien. Pero como debemos estar alerta de cualquier cosa, me mudaré a Leipzing.
—No es necesario doctor, tengo una amiga que es matrona y ella también me está controlando —comentó muy feliz el pelinegro, refiriéndose a Dunja, esposa del jefe de la patrulla.
—Creo que no entiendes lo delicado de la situación, Bill. Si ocurre cualquier indicio de aborto espontáneo, tendré que estar aquí de inmediato para operarte, o tú morirás junto con el bebé.
—¡No podemos permitir eso! —Exclamó Tom, aferrado a la mano de su amor.
—No, Tom, por eso me mudaré apenas resuelva algunos asuntos.
—Se lo agradezco doctor, si algo le llega a pasar a Bill… no me lo perdonaría.
—Entiendo.
Bajaron a la sala y se despidieron del doctor. Tom se sentía muy emocional, no quería ni pensar en perder a su esposo. Sintiendo su angustia, mediante la conexión, Bill lo abrazó.
—No te preocupes, mi amor, no voy a dejarte solo. Haré todo lo posible por salvar al pequeño y así tendremos nuestra familia feliz.
—Por el sólo hecho de tenerte… yo soy feliz. —Afirmó el lobo y tomando las mejillas de su marido, lo besó.
&
Las semanas pasaron con bastante calma, lo cual tenía más tranquila a la pareja.
Quien había cambiado mucho, era Bill, se lo pasaba hablándole al bebé, pidiéndole que no lastimara a papi y diciéndole cuanto le amaríamos cuando llegara al mundo.
Tom miró por la ventana del jardín y allí estaba, en posición de meditación absorbiendo energía de la naturaleza. Ya no había necesidad de “recargarlo”, como Tom bromeaba, el vampiro decía que no quería arriesgarse a “dejarlo seco”, así que usaba mucho los hechizos de Eva.
Bill lucía hermoso y Tom podía sentir su aura aumentar. Lo observó en silencio a través del cristal y cuando el moreno se vio satisfecho, se puso de pie y entró a la casa.
—¿Te sientes mejor, cielo? —preguntó Tom, con cariño.
—Sí, amor, pero el bebé y yo tenemos hambre.
—¿Quieres que vamos a un restaurant o te preparo algo?
—Sí, salgamos, así me distraigo un poco.
—Ve a arreglarte y nos vamos —Sugirió el trenzado con una sonrisa.
Fueron a un restaurant familiar muy lindo. Lo habían visto algunas veces paseando, así que decidieron probar cómo sería comer allí.
Ordenaron pasta y muchas ensaladas.
—Dime amor, ¿cómo te gustaría llamar a la bebé? —preguntó el pelinegro, con un brillo especial en sus ojos.
—¿”La” bebé? ¿Por qué lo dices tan seguro?
—Soñé con ella… más bien… la sentí… al hacer el hechizo esta tarde.
—¿Estás seguro? Tal vez sólo fue una impresión… después de todo aún es muy pronto.
—No, mi vida. —Bill sonrió—. La sentí… fue muy fuerte… el doctor Roy tiene razón es muy poderosa.
—Te veo muy feliz.
—Lo estoy. Ella me dijo o me hizo sentir que te dijera que confía en ti, ella sabe que podrás protegerla.
—¿Y eso a qué se refiere?
—No lo sé, tal vez fue sólo una sensación en general.
—Eso espero. En todo caso llamaré a Eva, por si sabe algo de algún otro peligro. —Tom mantuvo la sonrisa, pero por dentro estaba preocupado, cuando hizo sus estudios de magia, había aprendido que ese tipo de comunicación extrasensorial era tan real como una conversación telefónica y si “la pequeña bebé”, estaba advirtiendo a Bill sobre protección, entonces habría problemas. Debía estar preparado.
—No creo que sea para tanto. —Bill sonrió ante la preocupación de su esposo, él estaba demasiado feliz por haber sentido a su hija, como para pensar en el peligro.
—Bill, cielo, tú tienes un don especial, es como un sexto sentido, si tuviste esa conexión con la niña y te hizo sentir eso, pues hay que hacerle caso. Y además… tiene razón.
—¿En qué?
—La protegeré de todo y de todos. —Afirmó con plena seguridad.
—Ese es mi esposo. Mmm, este postre está delicioso.
—No comas mucho dulce, cielo.
—Es que me encanta el helado de chocolate.
—Valerie —susurró Tom mirando a su pequeño.
—¿Qué?
—Me gustaría que se llamara Valerie. ¿Qué te parece?
—Me gusta, es muy femenino… la pequeña Vale.
—¿Vale?
—Sip, hay que buscar un diminutivo, tú sabes… para decirle de cariño.
—Mi niña. —Tom no pudo evitar soltar un enorme suspiro.
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Regresaron a casa y la pareja se retiró a descansar.
Bill se sentía feliz de que Tom lo comprendiera y no pensara que estaba loco. El chico estaba a punto de cumplir los tres meses, eso lo hacía sentir más aliviado, ya que por fin la pequeña Vale, estaría segura dentro de su cuerpo.
El vampiro se puso el pijama y se acostó, Tom levantó su playera y besó el vientre aún plano de su esposo.
—Hasta mañana, Valerie, que tengas dulces sueños. —Luego de eso, besó a su vampiro—. Hasta mañana, mi amor.
—Hasta mañana, mi cielo.
Se abrazaron y tras unos suaves suspiros, se durmieron.
Una pequeña molestia en la cadera hizo, despertar al pelinegro. Se sentó en la cama y se puso a respirar hondamente, para tratar de aliviar el dolor. Al ver que no pasaba, se levantó al baño por un poco de agua. Entonces el dolor se intensificó, quiso gritar, pero se quedó sin aire.
«¡Tom!» Gritó en su mente.
—¡Cielo! —Gritó el lobo, despertando.
—Aquí… —Pudo responder Bill, doblado de dolor, sujetado fuertemente del lavado.
Tom alcanzó a sostenerlo antes de que cayera al suelo.
—Me duele, Tom —dijo apenas en un susurro.
—Ven. —El lobo lo levantó y lo cargó hasta la cama—. Llamaré al doctor.
—¡OH! Me duele. —Se quejó fuertemente y se sujetó el vientre. Doblado de dolor en la cama, Bill sintió algo líquido bajar por su pantalón—. ¡Tom! —Gritó.
—Viene en camino —dijo refiriéndose al médico.
—Creo que es sangre —susurró el vampiro, Tom lo tocó y su rostro mostró temor.
—Sí, es sangre. Cálmate es sólo un poco, el doctor ya viene.
—No quiero que muera, Tom. —Desesperado por su hija, Bill se puso a llorar.
—No morirá, ella es fuerte, tú lo dijiste.
—No quiero perderla, es nuestra hija, la amo demasiado, no podría soportarlo.
—Y yo no quiero perderte a ti.
—No quiero, no quiero. —Siguió llorando. El dolor y la angustia, hicieron mella en el pelinegro, quien sintió como poco a poco sus fuerzas se agotaban.
—Bill, abre los ojos, no te desmayes, Bill.
El aludido, se esforzó por mantener los ojos abiertos, pudo ver a su Tom muy concentrado, entonces, sintió su energía.
—Tom, no, no lo hagas, no quiero que tú también te mueras.
—Pues yo no permitiré que te mueras tú.
Y luego… todo se hizo negro.
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Apenas el médico colgó el teléfono se puso en marcha. Rogando que no se tratara de un aborto espontáneo. Bill ya estaba de tres meses y a esas alturas, sería muy peligroso para el moreno. Incluso si no contaban con los daños que haría el bebé al estar conectado a los órganos vitales de Bill, lo más probable era que el aborto mismo lo arrastrara a la muerte.
Condujo lo más rápido posible, hasta que divisó la casa. Tom le había entregado una copia de la llave, así que entró a toda velocidad. Había luz en la habitación y subió corriendo. Lo que vio lo paralizó.
Bill estaba ensangrentado, con los ojos cerrados y abrazado por la espalda lo tenía Tom, inconsciente.
El médico se acercó para comprobar los signos vitales. Para su gran alivio, Tom estaba vivo, pero seguramente exhausto. Bill también estaba vivo.
Cargó al vampiro en brazos y lo llevó a la otra habitación. Lo revisó y estaba bien. El bebé estaba bien. Seguramente Tom había salvado al bebé al entregarle su energía.
Regresó al otro cuarto y revisó a Tom. Su pulso era muy débil, lo más probable es que haya hecho estallar su aura sin medirse, no le importó sacrificarse por su familia. Gesto noble, digno de él y de su raza. Lo dejó dormir y volvió con Bill.
Después de unas horas, el pelinegro se movió.
—¿Tom? —llamó, con los ojos cerrados y la voz rasposa.
—Está bien, no te preocupes.
—¿Doctor? ¿Mi bebé? —preguntó asustado, abriendo los ojos.
—Está bien, a salvo.
—Tom me estaba dando toda su energía, tengo que verlo.
—Él está dormido, debe descansar y tú también.
—No… tengo que estar con él —dijo tratando de levantarse.
—Es mejor que descanses.
—Está bien, lo haré, pero a su lado.
—Como quieras. —Roy lo ayudó a ponerse de pie y lo acompañó hasta la otra habitación.
—¿Tom, mi vida?
—No te escucha, está demasiado agotado. Pero tuvo suerte, no alcanzó a caer en estado de coma.
Bill se acostó a su lado y acarició su mejilla.
—No te preocupes, mi amor, Vale y yo estamos aquí y estamos bien —susurró contra el oído de su esposo.
—¿Vale? —preguntó el médico.
—Es el nombre de la bebé.
—Pero aún es muy pronto para saber el sexo. Debes esperar hasta el quinto mes.
—Es una larga historia.
—En fin. —Le quitó importancia y cambió de tema—. Llamé a Eva, debe estar por llegar, se quedará contigo unos días, sólo por precaución, aunque todo se ve muy normal ahora.
—Todo es gracias a Tom. Cumplió su promesa y nos protegió.
—Tienes razón. Ahora vuelve a dormir. Yo me quedaré hasta que llegue Eva.
—Gracias, doctor.
—Si necesitas algo, estaré abajo.
&
Bill despertó y vio que Tom todavía tenía los ojos cerrados. Se concentró en su conexión, para hacerle saber que tanto él como su hija estaban bien. Luego de dejar un beso en su mejilla, bajó a la sala.
Eva estaba en la cocina con vaso de agua en las manos.
—Bill, qué bueno que despertaste. ¿Cómo te sientes? ¿Quieres algo? ¿Leche? ¿Jugo? ¿Agua?
—No, gracias. ¿Y el doctor?
—Te tomó unas muestras de sangre y cuando llegué yo, se fue al laboratorio.
—Ya veo, ¿te dijo cuándo despertaría Tom?
—Dijo que dormiría un día o dos.
—¿Tanto?
—Es por la falta de energía, pero tuvo suerte, no cayó en coma.
—Entiendo.
—Debes comer algo.
—No tengo hambre.
—No debes hacer que el sacrificio de Tom sea en vano, debes cuidarte y cuidar al bebé.
—“LA” bebé… será niña. —Afirmó, quiso sonreír, pero estaba tenso.
—¿Cómo lo sabes?
—La sentí… ella se comunicó conmigo y creo que sabía lo que iba a pasar, que Tom la salvaría.
—Comprendo… Dicen que en la antigüedad, los vampiros magos adquirían una habilidad especial, un don extrasensorial, algo así como las premoniciones… tal vez tú has desarrollado ese poder.
—Tom dijo que yo tenía como un sexto sentido.
—También se le puede llamar así.
—Eva, gracias por venir.
—No es nada, tú sabes que puedes contar conmigo… ahora ven a comer.
—Está bien.
& Continuará &
Pobrecito Bill, tuvieron ese tremendo susto, justo ahora que habían cambiado sus actitudes para con la pequeña Vale, pero qué pasará con Tom, ¿seguirá dormido? Para saberlo, los invito a continuar con la lectura. Besitos.