Ok, sé que me excedí un poco con este capítulo, pero ¿y qué? Me encanta usar la magia de los fics. Espero que les guste. Besos.
“Regalo Especial” Fic Twc de MizukyChan
Capítulo 18: Herencia
& Cinco meses &
Tom tendría que pedir permiso a Eva para faltar a la Academia, no le gustaba la idea, pero según su madre, era un asunto muy importante. Aunque para él, lo más preocupante era que tendría que dejar solo a su amado Bill.
—Buen día, Eva, necesito hablar contigo —dijo apenas entró en la oficina de su jefa.
—¿Es por lo que me anticipaste ayer por teléfono?
—Exacto, un asunto familiar.
—¿Se trata de Bill? —La mujer se preocupó.
—No en realidad, pero él también está involucrado.
—Soy todo oídos.
—Verás, recibí una llamada telefónica de un notario público diciéndome que se haría efectivo el testamento en un tío que murió hace cinco meses. No me dio mayores detalles, salvo que llevara mi documentación personal.
—O sea, recibirás una herencia.
—No estoy del todo seguro, somos varios primos, así que creo que no será gran cosa, pero de todos modos debo ir, porque si hay alguien ausente no se puede hacer nada legalmente.
—Comprendo y no hay problema, son trámites que no se pueden posponer.
—Pero me preocupa, Bill, este asunto es en otra ciudad y lo más probable es que esté todo el día afuera y no quiero que Bill esté solo.
—¿Y por qué no lo llevas?
—Le pregunté, pero no quiere ir, dice que se aburrirá.
—Es lo más probable. Mira… tráelo mañana y yo me encargo de cuidarlo y de llevarlo de vuelta a casa por la tarde.
—¿No es mucho problema? —preguntó un poco apenado.
—Estamos hablando del bombón, él nunca será un problema para mí.
—Gracias, Eva.
&
Y así, al día siguiente, Tom dejó a su esposo en la Academia y fue en busca de su madre, para realizar el trámite familiar. Tendría que hacerse a la idea de conducir mucho ese día.
—Hola mamá —saludó al llegar a la casa.
—Hola hijo, ¿y Bill?
—No quiso venir y lo dejé en la Academia —respondió el chico, cerrando el auto.
—Y yo que quería que estuviera presente.
—Me dirás de una vez ¿de qué va todo esto?
—¿Sabes que soy la mayor de mis hermanas, verdad?
—Claro —contestó, encendiendo el motor y poniéndose en marcha.
—Y por lo tanto, tú eres el mayor de tus primos.
—Obvio, aunque no soy tan viejo jejeje.
—Sí. —Ella sonrió—. El asunto es que en el testamento de Arthur…
—A propósito. —Interrumpió—. ¿Por qué el tío Arthur dejó testamento?
—Su muerte fue muy dolorosa, por eso no hablamos mucho de él.
—Al grano mamá.
—Él hizo mucho dinero, en negocios turbios —Tom alzó una ceja, así que ella explicó—. En las drogas.
—“Mama mía”, era la oveja negra. —Afirmó Tom, sin despegar la vista del camino.
Su madre asintió—. Cómo él sabía que lo que hacía era incorrecto, nunca formó una familia propia, pero si los quería a todos ustedes: sus sobrinitos. Y él decidió que el primero de sus sobrinos en casarse, heredaría sus bienes. O al menos eso decía él.
—¿Y sabiendo eso nadie se casó?
—No, la verdad es que nadie pensó que lo del testamento fuera real, y de hecho no sabemos qué incluye el dichoso testamento.
—¿O sea que puede ser una soberana patraña?
—Exacto.
—En fin, de todos modos haremos el trámite y veremos qué heredaré, sólo espero que no sea una matita de marihuana —bromeó.
—Y por eso yo pensé que era mejor que Bill no viniera.
.
Llegaron al lugar señalado. Allí saludaron a todos los familiares que fueron previamente citados. Todos comentaban de lo loco que fue el tío Arthur y que no se imaginaban qué encontrarían hoy en el famoso testamento.
A la hora estipulada, el notario público los invitó a pasar a una gran habitación con una mesa larga y sillas para todos. Hizo la introducción de rigor y les explicó que todos los bienes del tío Arthur serían heredados por el sobrino que se casara primero. La mayoría sólo reía, a medida que el hombre leía el testamento y les explicaba en palabras más simples, los complejos términos legales contenidos en dicho documento. Finalmente, todos comprendieron que el afortunado que recibiría todos los “bienes”, sería Tom. En esos momentos, no había ninguna señal, ni muestra de envidias, ni molestias, pues todos esperaban que se tratara de alguna de las muchas bromas del viejo Arthur.
—Y ahora procederé a leer la lista de los bienes heredados —dijo el hombre con el mismo tono solemne que había empelado durante toda la reunión. Se ajustó los lentes y continuó.
—Primero, heredará la propiedad ubicada en la ciudad de Berlín en “Condominio Swan 483” con todo el mobiliario que hay en ella. Segundo, la propiedad ubicada en el balneario “Viña del Mar Nº 1150” con todo el mobiliario que hay en ella.
Tom estaba asombrado, había heredado dos propiedades según la lectura que había durado menos de dos minutos y una de ellas, estaba en la playa, Bill estaría feliz.
—Tercero, todos los vehículos que están bajo el nombre del testador serán traspasados al heredero. Cuarto, todas las joyas guardadas en el banco Central que están a nombre del testador, serán traspasadas al heredero. Quinto, todo el dinero de la cuenta corriente del testador será traspasado al heredero.
Todos los que estaban presentes estaban igual de asombrados e impactados que Tom, con la boca abierta. El chico de trenzas también pudo notar cierta envidia en algunos pares de ojos, pero no le importó. Había recibido un regalo especial, su Bill, y con él, toda la suerte que trajo.
—Señores, esa ha sido la lectura del testamento. Señor Thomas Kaulitz, usted es el heredero oficial y necesito que se quede para hacer los traspasos necesarios. El resto de los presentes puede retirarse.
—Muy bien —contestó Tom, mostrando en su voz todo el asombro que sentía.
El grupo más grande de familiares, empezó a salir de la sala. Una vez solos, el notario sonrió al trenzado y le preguntó.
—¿Sabe de cuánto dinero estamos hablando, señor Kaulitz?
—Para nada —respondió el chico, alzando los hombros.
—Sin contar las mansiones.
—¿Mansiones?
—Sí, no son simples propiedades, son mansiones sorprendentes. Yo las visité para hacer las tasaciones y los inventarios.
—Wow. Pero, cuénteme…
—Es tanto dinero, que usted no necesitará trabajar en tres vidas. —Tom abrió los ojos como plato.
—¿Me está hablando en serio?
—Por supuesto. Bien, ¿me permite sus documentos? —Volvió a su pose de negocios y se puso serio. Estuvieron haciendo todos los papeles necesarios, hasta que por fin, todo quedó arreglado.
Al salir, Tom le contó a su mamá el comentario del notario y ella no lo podía creer. En dos días todos los bienes del tío Arthur, estarían a nombre de Tom. Se sentía feliz, no sólo por los bienes materiales, sino porque eso le aseguraba la vida a su hijo. Y también, con esos nuevos recursos, podría pagar la mejor atención para cuando Bill fuera a dar a luz.
&
De regreso a casa, el trenzado compró un gran pastel de chocolate, para celebrar con su pequeño.
Abrió la puerta con cuidado, para no tirar el pastel. Se percató que la música estaba fuerte y se oía una canción muy triste en la radio. Entró del todo a la sala y Bill lloraba desconsolado sobre el sofá. Se acercó a él y lo abrazó con cariño.
—¿Mi amor, estás bien?
—Sí, lo siento, sólo quise escuchar música romántica, pero todas las canciones son taaaan tristes y waaaaaaaa. —Lloró y se limpió la nariz.
Tom apagó la radio y lo volvió a abrazar—. No llores bebé, aquí estoy yo para alegrarte.
—Yo sólo quería un poco de romance…
—¿Quieres romance? Yo te daré romance. Ve a lavarte la carita y te llevaré a cenar, tenemos mucho que celebrar. —El pelinegro lo miró intrigado, pero le hizo caso.
Después de un rato, en que retocó su maquillaje y se cambió de ropa, regresó a la sala. Tom lo vio y silbó de gusto.
—Te ves precioso.
—¿A dónde vamos, Tomi?
—Ya lo verás.
&
Cuando se arreglaba, Bill oyó como Tom hablaba por teléfono dando instrucciones, aunque en realidad no le puso mucha atención, el pequeño sólo quería salir y sacarse esa sensación de tristeza que le habían dejado las canciones que se suponía eran románticas.
—¿A dónde vamos? —preguntó, otra vez, muy curioso.
—Ya lo verás —respondió con una sonrisa y le extendió su mano. Subieron al auto y tras ajustarse los cinturones, Tom preguntó—. ¿No has cenado, cierto?
—No, ya sabes que no me gusta comer solo, te estaba esperando.
—¿Y tienes hambre?
—Estoy famélico, aunque Eva me dio muchas cosas ricas durante el día.
—¿Me extrañaste? —preguntó, dándole una mirada de lado.
—Claro, pero sabía que estabas en cosas importantes. ¿Me contarás sobre ese tío misterioso?
—En el restaurante.
—Está bien. —Bill sabía que Tom no le mentiría y si quería hablar después, entonces esperaría.
Llagaron a un lugar muy elegante. Al entrar, un hombre en smoking saludó a la pareja.
—Muy buenas noches, ¿tienen reservación?
—Sí, mi nombre es Thomas Kaulitz. —contestó el trenzado.
El hombre revisó un libro y con una sonrisa les dijo—. Señores Kaulitz, vengan conmigo, yo los atenderé esta noche. —Lo siguieron y el hombre los llevó hasta un lugar reservado, demasiado elegante para gusto de Bill—. Aquí tienen la carta, cuando estén listos, retiraré sus pedidos.
—Tomi, esto es muy lujoso —susurró el pelinegro, como si Tom no se hubiera dado cuenta de ello—. Debe ser muy costoso, también.
—Tú te mereces lo mejor, cielo.
—Pero es muy caro. —Confirmó al ver los precios de la carta.
—Que no te importe el valor, sólo disfruta del romance de esta noche. —Bill volvió a leer la carta y se sintió como en la isla, con ganas de comérselo todo—. ¿Estás listo?
—Sí, probaré varias cosas.
—Pide lo que se te antoje, cielo. —Hicieron los pedidos y entonces Bill se puso serio.
—Tomi, cuéntame cómo te fue hoy con lo del notario.
—Era por una herencia, amor.
—¿Herencia, acaso murió alguien? —Lejos de pensar en dinero, el pelinegro se asustó ante la posible pérdida de un familiar de Tom.
—Sí, pero hace varios meses. Mi tío Arthur murió y dejó un testamento y la herencia era para el primero de sus sobrinos que se casara.
—No te creo —dijo el menor con una sonrisa. Todo eso parecía muy fantasioso.
—Al parecer todos creían que era una locura y que el testamento no tenía nada de valor, ya que el tío Arthur era como “la oveja negra” de la familia.
—¿No me digas que tú eres el heredero?
—Sí, soy el mayor de los primos y además el primero en casarse. O sea soy el heredero.
—¡Aaahhh! —El chico ahogó un grito de emoción—. ¿Y qué te heredó?
—Adivina. —Bill se puso a pensar en tonterías, como en cuadros familiares antiguos, plantas exóticas, hasta una tortuga de mascota, pero sacudió la cabeza y se rindió.
—No lo sé… ¿una casa?
—Dos —contestó Tom, sin dejar de sonreír.
—¿Dos casas? Oh my God.
—Y una de ellas está en la playa.
—¿En la playa? ¡Qué felicidad! —Exclamó aplaudiendo como niño—. Somos muy suertudos.
—Y eso no es todo.
—¿Ah, no? ¿Y qué más?
—Vehículos.
—Oh my God. ¿Vamos a tener otro auto?
—Son tres más: un deportivo rojo, una van negra, y una furgoneta negra.
—Otra vez ¡Oh my God!
—Y aun hay más. —Tom disfrutaba de las expresiones de su pequeño y pensó que de seguro él puso las mismas caras frente al notario.
—No lo puedo creer. —Bill supuso que su cara era un poema, por tanta impresión.
—Joyas y dinero. En dos días todo estará en mi cuenta. A propósito, necesito que me acompañes al banco porque debes tener una cuenta para tus gastos. En caso de cualquier emergencia, debes tener como abastecerte.
—Dios mío, Tomi, tenemos muchas cosas.
—Pero para mí, lo mejor es tenerte a ti.
—Lo sé. Me lo has demostrado desde que nos conocimos.
—Ahora sí que podemos dejar de trabajar los dos.
—Pero Tomi…
—Lo sé, se lo debemos a todos los de la Academia.
—Sí, además tú amas tu trabajo.
—Sólo quiero estar contigo.
—Y lo estaremos… siempre.
Después de comer, ordenaron los postres y comieron hablando de lo loco que había sido el tío Arthur y de lo afortunado que eran ellos, al haber recibido la herencia.
—Mi macedonia está exquisita —comentó el pelinegro, tentando a Tom.
—Mi mousse de fresa también lo está —respondió el mayor, sacándole la lengua—. Amor mío, ¿te gustaría ir a la playa el fin de semana, a ver nuestra nueva casa? —preguntó de la nada, alzando una ceja.
—¿De verdad? —Bill no podía creerlo. Es que, a decir verdad, todo parecía un sueño para él. Haberse salvado de un suicidio y ahora vivir la más mágica de las vidas, con un hombre guapo y que lo amaba, del cual esperaba un bebé, con el que tendría el futuro económico asegurado. Era el clásico cuento de hadas.
—Tal vez no esté tan soleado como las Maldivas, pero será un lindo paseo.
—Aaah genial, me encanta la idea. —Esta vez, su voz sonó más aguda, con ganas de soltar un gritito de emoción.
—Bien, este fin de semana nos vamos de paseo. Sabes, creo que debería invitar a mi madre, hace tiempo que ustedes no se juntan.
—Sí, la extraño, necesito consejos con mi barriga, últimamente no para de crecer.
—Y así no tendremos que preocuparnos de la cocina.
—¡Tomi! —Exclamó reprochándolo—. Eres un interesado.
—Claro que no, invitaré a Gordon también y así le hará compañía a mi mami.
—Aun así eres un interesado. —Después de un rato, a Bill le bajó el cansancio y bostezó, visiblemente agotado.
—¿Quieres que nos vamos? Te noto cansado.
—Sí, quiero dormir. —Abandonaron el restaurant, dejando una generosa propina sobre la mesa.
&
Al llegar a casa, Bill se dirigió al baño para desmaquillarse. Y estando allí, sintió un olor delicioso venir de la pieza. Caminó hasta allá y vio una luz tenue de velas aromáticas.
—¿Querías romance?
—Oh, Tomi, eres un amor, pero estoy cansadito —dijo haciendo un puchero.
—No te preocupes, te voy a hacer un masaje en la pancita. —Tomó la crema y la aplicó suavemente—. Tu pancita está hermosa.
—Está enorme —alegó el menor, exagerando.
—Hola bebé —habló Tom, casi al ombligo y dejó un beso ahí—. Tu papi está aquí, esperándote ansioso.
—¿Crees que pueda oírnos?
—Aún no tiene orejitas, pero creo que puede percibir los sonidos. Yo quiero que nos reconozca.
—Claro que te reconocerá, eres su padre, tú lo aceptaste antes que yo. Como siempre, tu amor es incondicional, Tomi.
—Es que tú llegaste como un verdadero regalo a mi vida, tú y todo lo que has traído.
—Te amo, Tomi.
—Y yo a ti. Ahora descansa.
—¿No te enojas porque no haremos el amor?
—Te despertaré más temprano en la mañana para que lo hagamos —dijo guiñándole un ojo, en forma sensual.
—Por la mañana, mmm, que sexy, está bien, acepto. Ahora abrázame, cariño.
—Ven aquí, cielo.
& Continuará &
Muchas gracias por haber leído el capi, se que una herencia suena muy fantasioso, pero hay que aprovechar la magia de los fic para hacer estas cosas, además estos beneficios ayudarán a los capítulos que vienen. Una vez más, gracias y están invitados a comentar.