22: Guerra (Parte 1)

Saludos, gente bonita, muchas gracias por seguir leyendo este fic. Espero disfruten el capítulo, aunque sea un poco triste. 

Long-Fic original de MizukyChan

Capítulo: 22 Guerra (Parte 1)

Tom’s POV

Ha pasado casi un año desde el nacimiento de mis hijos. Bill y yo sólo aumentamos el amor que nos tenemos, pero no todo es color de rosa.

Desde que supimos del embarazo de mi esposo, los aliados de Eva se pusieron en campaña para detectar a los responsables de los experimentos ilegales del Concejo. Esta operación se ha efectuado en completo silencio desde entonces en toda Europa y ya hay resultados.

Nosotros, Andy, Georg, David y yo, hemos sido informados de cada movimiento del Concejo vampiro para estar alertas y proteger a Bill y a los bebés de posibles ataques. Sin embargo, gracias a las habilidades de Eva y Gustav, nunca se han acercado a la ciudad de Leipzing… hasta ahora.

En los pasados seis meses, hemos tenido muchos ataques de vampiros descontrolados que hemos tenido que contener. No han llegado a la ciudad misma, pero han aterrorizado ciudades vecinas. Mi patrulla, liderada por David, es una de las más fuertes de la zona, así que hemos estado trabajando bastante con estos enfrentamientos.

Hoy se realizará una asamblea entre los vampiros renegados, para planificar el ataque a la sede central del Concejo en Hamburgo.

—¿Estás bien, amigo? —me preguntó Gustav.

—Bien, sólo un poco preocupado por Bill, tú sabes que siempre me descubre cuando miento.

—Pero esta vez no mentiste, yo lo hice por ti —dijo sonriendo.

—De todos modos me siento un poco culpable.

—Es por su bien, él no aceptaría que participaras en esta revuelta, Tom.

—Lo sé, él odia que salga hasta de caza con la patrulla.

—Bueno… tú también odias cazar.

—No me gusta la violencia, pero si es por proteger a mi familia, haré lo que haga falta.

—Y esta será la última vez. Si todo sale bien, rodarán todas las cabezas culpables y ustedes por fin estarán libres.

—Entonces valdrá la pena el sacrificio.

—Hola —nos saludó una chica muy guapa que acababa de llegar.

—Hola —le respondí—, soy Tom.

—Yo Marta.

—Hola, soy Gustav.

—¿Gustav? ¿No serás por casualidad el espía del Concejo? —mi amigo se sonrojó.

—Sí, ese mismo.

—¡Oh, Dios mío! —Se sentó al lado del rubio—. Nosotros, los vampiros comunes, estamos muy preocupados por ti, el día de la redada quedarás expuesto y podrías morir —dijo muy angustiada.

—Bueno… son riesgos que hay que correr —respondió Gustav bajando la cabeza, la chica le tomó la mano y preguntó.

—¿Y no tienes miedo?

—No puedo ser egoísta y pensar sólo en mi miedo personal, aquí hay muchas vidas de por medio.

—Eres tan valiente —le miró con ojos soñadores y sin soltarle la mano.

—Mi amigo es un poco tímido —dije tratando de no reír ante la escena— y dinos ¿qué harás tú ese día?

—Como te dije, nosotros los vampiros comunes, iremos al combate frontal.

—Pero esa batalla también será peligrosa, tú también eres muy valiente —dijo Gus.

—No tanto como tú. Apenas el Concejo se vea atacado, tú estarás rodeado por ellos, que son vampiros viejos y muy fuertes. Nosotros haremos lo que podamos.

—Toda ayuda será importante —volvió a hablar Gus.

—Incluso la de los hombres lobos —agregó la chica—, oí que vendrán unos patrulleros de confianza a ayudarnos.

—Es verdad, será como en los tiempos antiguos: vampiros y hombres lobos trabajando en equipo —dijo el rubio—. De hecho mi amigo, Tom, es uno de ellos.

—No —dijo la chica asombrada—. ¿Y cómo no puedo oler la diferencia?

—Porque estoy protegido por encantamientos mágicos —le respondí.

—Había escuchado de vampiros magos, ¿pero hombres lobo? Es genial.

En esos momentos, se abrió una puerta y nos invitaron a pasar. Estuvimos adentro unos 15 minutos y la sala de conferencias se llenó de gente. Entonces un hombre de unos 40 años tomó la palabra.

—Señores, estamos en tiempos peligrosos. La guerra es inminente.

El ambiente era muy tenso. Todos sabían que la operación debía realizarse con éxito a la primera, de lo contrario todos quedarían expuestos y serían finalmente cazados por traición. Eva me había comentado que había vampiros ancianos dentro del mismo Concejo al tanto de la situación, que nos apoyaban desde las sombras. Esas personas también lucharían ese día. No se trataba sólo de vampiros renegados, convertidos contra su voluntad, como Gus, sino de todos aquellos que querían acabar con el poderío injusto de algunos vampiros, que desde tiempos antiguos habían cometido crímenes por causa de su poder.

La patrulla también ayudaría, porque en los últimos meses el Concejo había convertido muchos vampiros jóvenes sin control, lo que repercutió en muertes de humanos inocentes. Yo y mis amigos estábamos al tanto de los experimentos ilegales y de que podrían atrapar a mi familia con el fin de seguir con esos experimentos por la fortaleza de nuestros genes. Ese era un riesgo que no estaba dispuesto a asumir bajo ningún costo.

La asamblea siguió y se puso fecha para la guerra: Agosto 25, dos días antes del cumpleaños de mis niños. Era inevitable… yo estaría presente en el combate… y en caso de que no sobreviviera… al menos les dejaría un buen regalo: una vida tranquila, sin el miedo de que algún día los secuestraran o mataran… además tendrían a Bill para cuidarles.

Al salir, me disponía a partir cuando alguien me tomó del brazo.

—¿Tom? —Era la chica de hace un rato.

—Marta, ¿verdad?

—Sí… mira… yo —se veía muy apenada.

—Dime.

—Verás… soy muy tímida… pero me gustaría tener el número de Gustav… tú sabes… para hablar de estrategia —soberana mentira, estaba claro que le gustaba el rubio.

—Claro, es…

—Espera —sacó su celular—, ahora dime.

—87694732

—Gracias Tom, eres genial… y nos vemos la próxima semana.

—Claro, el 25… Adiós.

—Adiós.

Ahora… ¿cómo le digo a Bill?

Manejé cerca de dos horas para llegar. Entré el auto y en el patio estaban los pequeños, en el suelo, gateando felices con Bill persiguiéndolos.

—Cielo, llegué.

—Mi amor —se paró y corrió a besarme—. ¿Cómo estuvo esa reunión con Gustav?

—Ya sabes… rutina —me miró fijo y creo que empecé a sudar.

—¿Estás bien? —Preguntó, alzando una ceja.

—Sí, cielo, sólo un poco cansado.

—Ven… quiero mostrarte una nueva gracia de tus hijos.

—¿Qué cosa? —Pregunto emocionado.

—Siéntate. Niños… llamen a papi.

—Pa —dijo Valerie.

—Pi —dijo Tom Jr.

—Pa

—Pi

Era sorprendente, estaban sincronizados, mis hijos son realmente especiales.

—Mis niños son geniales.

—Tu esposo también, recuerda que yo les enseñé —respondió coqueto.

—Siempre has sido increíble, cielo, desde que te conocí —lo besé y al vernos, los niños empezaron a reír.

—Ya niños, no se rían, papi Bill ama a papi Tom es natural que lo bese.

—Son niños, Bill, no necesitas darles explicaciones —los niños seguían riendo.

—Bueno… tú ganas. Cielo, quédate con los niños mientras cocino algo, ¿si?

—Pasta, mi amor, quiero comer tus espaguetis deliciosos.

—Deseo concedido.

Bill’s POV

Me fui a la cocina y sonó el teléfono de la casa.

—Yo atiendo, cariño —le grité a Tom—. ¿Hola?

—¿Bill?

—Sí, soy yo. ¿Eva, estás bien?

—No. ¿Puedo verte esta tarde?

—Claro, puedes venir a casa cuando quieras.

—No, tiene que ser fuera y sin Tom.

—Me estás asustando.

—¿En el café de siempre, a las cinco?

—¿Y qué le digo a mi esposo?

—Miéntele, pero que no lo sepa sobre mi o no te dejará venir.

—Está bien.

—Adiós —colgué y volví al patio.

—¿Tom?

—Dime, cielo —estaba en el suelo con los niños.

—¿Te puedes quedar con los gemelos esta tarde?

—¿Por qué, cielo? ¿Vas a salir?

—Sí —lo miré intrigado—, voy a una tienda nueva, vi en la televisión que habría ofertas.

—¿Quieres que te acompañe?

—No te preocupes, prefiero ir solo.

—¿Estás seguro?

—Sí, cariño… voy a cocinar.

—¿Bill? —me quedé inmóvil.

—¿Si?

—¿Quién era al teléfono? —sentí que estaba sudando frío.

—Nadie, equivocado.

—Te amo, mi vida.

—Y yo a ti.

¿Por qué le estoy mintiendo a Tom? ¿Qué me está pasando? Yo nunca le he mentido. ¿Qué le estará pasando a Eva? ¿Qué tiene en contra de Tom? Dios mío, no quiero que esto se convierta en un problema.

Estuve cocinando con el alama en un vilo. El almuerzo estuvo igual, no podía concentrarme en nada, al final, Tom tuvo que darle de comer a los bebés.

Me puse a lavar la loza y se me cayó un plato de las manos.

—¿Bill, estás bien?

—¿Ah?… sí

—Creo que mejor no salgas, estás muy distraído.

—No —casi grité.

—¿Ves? Estás raro.

—No pasa nada, tal vez es el estrés por los gemelos.

—Cielo, hace casi un año que los tienes y no te habías portado así de raro.

—Es por su cumpleaños.

—Pero Tania y tú ya tienen todo listo.

—Sí, pero siempre hay inconvenientes de última hora.

—Sólo relájate, cielo.

—Por eso quiero ir a la tienda.

—Está bien… si pasa cualquier cosa o terminas muy cargado, los niños y yo te vamos a buscar.

—Gracias, cariño.

—Yo termino de lavar la loza, ve a arreglarte.

—Te amo —lo besé.

Me fui en taxi y llegué un poco temprano, así que pedí un jugo mientras esperaba. No sé por qué, pero tenía un muy mal presentimiento.

—¿Bill?

—Hallo Eva.

—¿Estás bien? Luces distraído.

—Claro que no estoy bien, le mentí a mi esposo. ¿Qué es eso que me tienes que contar?

—Comenzó la guerra, Bill.

—¿De qué demonios estás hablando? —me asusté.

—La guerra contra los traidores del Concejo vampiro.

—¿Y por qué no nos han informado de nada?

—Sólo tú no sabes nada.

—¿Qué? ¿Tom lo sabe?

—Lo sabe y estará en la pelea.

—¿Qué? Pero él es un lobo, esto es un asunto vampiro —dije alterándome.

—La patrulla de Tom y otras patrullas pelearán ese día junto a los vampiros.

—¡Dios mío! ¿Y por qué no me lo dijo?

—Para mantenerte a salvo.

—¿Y por qué me lo dices tú?

—Para que no lo dejes participar, está en grave peligro, al igual que Gustav.

—¡Oh, Dios mío! —Exclamé con ambas manos en mi cara.

—Gustav quedará al descubierto apenas inicie el ataque y Tom…

—¿Y Tom?

—Va a la cabeza.

—¿Qué?

—Fue idea suya.

—Pero… habrá muchos vampiros, una sola mordida y estará …

—Muerto. Por eso debes evitar que vaya.

—¿Y Gustav? ¿No harás nada por él?

—Nos enfrentamos, pero fue inútil, no pude convencerlo.

—Al menos tengo tiempo para persuadirlo.

—No mucho.

—¿A qué te refieres? —Pregunté al borde de la histeria.

—El ataque será el 25 de Agosto.

—Dos días antes del cumpleaños de los niños… ni siquiera pensó en eso —dije bajando la cabeza.

—Tienes que tratar de persuadirlo. Tom es muy fuerte, pero son muchos vampiros y algunos son muy poderosos —me puse a llorar—. Lo siento, Bill.

—¿Por qué me hace esto? ¿Acaso no piensa en su familia? Yo… debo irme.

—Bill…

Corrí a tomar un taxi, debía hablar con Tom, hacerlo entrar en razón, obligarlo a quedarse si era necesario. No podía dejar de llorar, ya habían sido muchas las ocasiones en que estuve a punto de perder a Tom, si moría de verdad no podría soportarlo. ¡No! Tengo que impedirlo a como de lugar.

Llegué a casa y entré corriendo. Llorando, pero molesto.

—¿Bill? ¿Llegaste? ¿Tan pronto?

—¿Por qué, Tom? ¿Por qué me mentiste? Me has estado mintiendo, ¿por qué?

—¿De qué hablas? —dejó a los niños en el piso de la sala.

—Hablo de que te vas a una guerra sin decirme nada.

—Bill, cálmate —dijo tratando de abrazarme.

—No me calmo una mierda, Tom. ¿Cómo querías que me enterara? ¿Cuando viniera alguien de la patrulla a decirme que habías muerto —dije, sin parar de llorar.

—Bill, déjame explicarte.

—No, Tom, tú no vas y punto.

—Ya basta, Bill, tranquilízate.

—No quiero calmarme, ¿no entiendes? No puedo perderte, te necesito, tus hijos te necesitan. ¿Acaso no pensaste que tienes una bendita familia?

—Es por mi familia que lo hago.

—Falso, esta es una guerra vampira, eres un lobo, no tiene que ver contigo.

—Pero contigo sí, te están buscando, llevan años buscándote, y no dejaré que te encuentren, ni a mis hijos —dijo alzando la voz.

—¡No me grites! —lloré más fuerte.

—Es que no me dejas explicarte.

—No quiero que vayas, Tom, quédate —supliqué.

—No, Bill, esta vez no voy a cumplir tus caprichos, cumpliré con mi deber como siempre lo he hecho.

—No, Tom, no es tu deber, es tu estúpido orgullo de patrullero el que te lleva al suicidio, no te das cuenta que es una trampa mortal.

—Nuestro grupo es numeroso y estamos bien organizados, esta guerra acabará con toda la escoria y por fin seremos libres.

—¡Mierda, Tom! No quiero ser libre, si me vas a dejar viudo —lo golpeé en el pecho y él se alejó de mí.

—Estás asustando a los niños.

—Imagina como van estar de asustados si pierden a su padre.

—Te tienen a ti.

—Somos una familia, yo sin ti no soy nada.

—Te amo, cielo, será por tu bien.

—Si me amaras, no me dejarías y menos en el cumpleaños de tus hijos.

—¡Basta, Bill! —me gritó—. No cambiaré de opinión.

—Entonces vete, si te vas a ir de todos modos, vete ahora mismo, porque no podré soportar la agonía. ¡Vete, maldita sea!

—Si eso quieres —se dirigió a la entrada.

—Tom, si cruzas esa maldita puerta… no vuelvas, porque no nos encontrarás, me iré con los niños —dije amenazante con la esperanza de que se quedara.

—No quería que mi partida fuera así…

Se fue…

¡Dios mío! ¡No! Me dejó…

Escuché el auto y me olvidé de todo, me tragué mi orgullo y salí corriendo tras él…

—¡Tooommm! ¡No te vayas! —Caí al suelo, llorando y bajé la cabeza.

—¡Por favor, no me dejes! —Los sollozos no me dejaban ni respirar. El auto se alejaba.

Volví a casa destrozado, mi corazón estaba partido en dos, sin Tom no tenía nada. Una palabra llegó a mi cabeza “suicidio”, pero en la puerta estaban los dos bebés.

—Pa

—Pi

Me arrojé al suelo con ellos y lloré… lloré tan fuerte como me lo permitían las fuerzas, mi alma estaba desgarrada. Mi esposo podría morir y yo lo había echado, me sentía morir.

Los niños me trataban de acariciar, pero nada podía parar mi llanto.

—Tom… Tom… amor mío… vuelve… por favor… por favor…no me dejes.

& Continuará &

Chan, chan, chan, empieza la guerra y Bill se pelea con Tom. ¿Creen ustedes que se puedan arreglar antes del gran enfrentamiento? ¿Creen que Tom muera en batalla? Queda muy poquito para el fin. No se pierdan la continuación.

Escritora del fandom

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