23: Guerra (Parte 2)

Saludos, gente bella, hoy sabremos si la pareja se reconcilia antes de la guerra o no. Gracias por la visita y el apoyo a este fic.

Long-Fic original de MizukyChan

Capítulo 23: Guerra (Parte 2)

Tom’s POV

Salí furioso de la casa. ¿Cómo Bill me amenazaba de esa manera? Saqué el auto y cuando partí, por el espejo retrovisor vi a Bill corriendo hacia mí, gritando algo y luego cayó al suelo. Esa imagen me partió el alma, era imperdonable ser YO el causante de su dolor, YO, su esposo.

Tenía que volver, pero en mi torpeza en vez de apretar el freno, pisé el acelerador.

A veces soy un idiota. Al darme cuenta ya no podía volver, tendría que dar una vuelta para regresar. ¡Seré idiota!

Bill… Bill… ya voy, mi amor… espérame… allá voy… sólo unos minutos y llegaré a tu lado.

Manejé veloz y llegué a casa. Entré corriendo y en la puerta estaba Bill en el suelo, llorando amargamente y los niños tratando de consolarle.

Estaba sufriendo tanto, que ni siquiera me sintió, pero los niños me vieron y me hablaron.

—Pa

—Pi

—No niños… papi no va a volver —lloraba sin control.

—Te equivocas —dije acercándome—, no puedo dejarte —te giraste y me viste.

—Lo siento, Tom —se tiró a mis brazos—, lo siento tanto, por favor, no me dejes, no así.

—No me iré, cielo, aquí estoy, sshhh —no puedo evitar llorar también—. Ya no sufras.

—No quiero perderte, te amo tanto, por favor no vuelvas a irte, te lo ruego.

—Perdóname, Bill, por hacerte sufrir así.

—Imagina si mueres… yo no podré vivir sin ti… ¿quién cuidará de los niños? —Siguió llorando.

—Tranquilo, cielo, sshhh, te prometo que no moriré.

—Pero no puedes asegurarlo y yo no quiero perderte.

—Por favor, deja de llorar.

—No puedo parar de llorar, no quiero que te mueras.

—Tengo que pelear, cielo, es por protegerte a ti y a los niños para siempre, para que no vivan huyendo del Concejo vampiro.

—Pero vas al frente de la batalla.

—Es porque tengo experiencia y soy fuerte —ya se estaba calmando, ahora hipaba.

—Sé que eres fuerte, pero sólo una mordida y morirás y estará lleno de vampiros.

—Mi amor, no olvides que soy patrullero, he luchado con pandillas de vampiros descontrolados y no estaré solo.

—No trates de consolarme porque estoy hecho un manojo de nervios, creo que hasta me salieron canas —reímos.

—No quiero que le des tantas vueltas, tú sabes que soy un combatiente, podré defenderme, te lo aseguro.

—¿Me lo prometes? —Pides dándome uno de tus pucheros.

—Te lo juro por la vida de mis hijos, porque ellos son sagrados para mí.

—Sella tu promesa.

—¿Cómo?

—Con un beso.

—Encantado.

Nos besamos suavemente y los pequeños empezaron a reír.

—Niños —dije mirándolos—, en unos días papi Tom tendrá que salir en una misión muy importante, papi Bill estará muy triste, ustedes tendrán que cuidarlo y hacerlo feliz, ¿está claro?

—Pa

—Pi

Dijeron ambos, eran verdaderamente increíbles. Levanté a Bill y entramos a la casa. Mi esposo temblaba ligeramente y lo abracé. Lo llevé al sillón y nos sentamos.

—Dime, amor, dime todo lo que esté en tu corazón —le ofrecí.

—Sólo tengo recuerdos de nuestros mejores momentos juntos —se acurrucó en mi pecho.

—Eso es lo que debe llenar tu mente, sólo lo bueno y lo felices que seremos cuando todo esto acabe.

—¿Estás tan seguro de que acabará? —Preguntó mirándome.

—DEBE terminar, amor, de lo contrario mucha gente que está involucrada morirá, Gustav sería uno de los primeros.

—Llámalo, cielo, dile que venga, por favor, inventa un almuerzo, quiero verlo antes de ese día y hacerle prometer que estará aquí para el cumpleaños de los gemelos.

—De acuerdo.

—Y a Georg también, apuesto que él estará contigo, él nunca te deja.

—Tienes razón, él estará al frente conmigo.

—Eso me tranquiliza un poco, así se guardarán las espaldas.

—No debes preocuparte por eso, somos fuertes, nuestra patrulla es una de las más poderosas de la zona.

—Eso es porque te tienen a ti, mi lobo maravilloso —me besó.

—También irá David, mi superior.

—¿El esposo de Dunja?

—El mismo.

—¿Y Andy? Tania estará furiosa.

—Él no irá.

—No lo creo —dijo, levantando su vista para verme.

—Él estará aquí contigo.

—¿Acaso vendrán acá? —se asustó.

—No, cielo, todo está controlado, no hay ningún indicio de ataque a Leipzing, pero ya sabes como soy, jamás te dejaría sin protección. Andy estaba un poco molesto, como todo patrullero quería ir al combate, pero cuando le dije que su misión sería cuidarte, accedió sin protestar, dijo que si llegaba a pasar algo, él se haría cargo de ti y los niños.

—¿Pero no pasará nada, cierto?

—Ya te prometí que volveré, aunque me falte un brazo y una pierna, volveré a tu lado mi vida.

—Más te vale, y no importa si llegas hecho un vegetal, yo te cuidaré y te amaré hasta que seamos viejitos. Recuerda la marca, estaremos juntos por siempre.

—Sí, mi vida —lo besé largamente y otra vez los niños se rieron.

—Entonces llama a Gustav y a Georg.

—¿Te parece para mañana? Gustav está cerca y no creo que ponga problemas.

—Perfecto.

Me dirijo al teléfono y llamé a los chicos.

—Georg no puso ningún problema y traerá tu postre favorito, Bill.

—¿Gustav?

—Hola, amigo, ¿estás bien? Nos vimos hace solo un rato.

—Hablé con Bill.

—Estará furioso.

—Ya pasó, pero insistió en invitarte a almorzar para hablar contigo antes del ataque.

—¿Y cuándo sería?

—Mañana.

—Mmm…

—¿Algún problema?

—¿Puedo ir acompañado? ¿Te acuerdas de Marta?

—Ja, ja, ja galán, claro que puedes traerla, Bill estará feliz.

—Entonces, mañana a la una.

—Te esperamos —colgué.

—¿Bill? —grité.

—Arriba, cielo, estoy cambiando a los niños.

—¿Te ayudo?

—Sí.

Subí corriendo y Bill estaba buscando la ropita de los pequeños.

—Ven, campeón —dije tomando a Tom Jr. —. Te cambiaré.

—Y tú princesa, ven con papi.

Estuvimos un rato con los bebés, los alimentamos y los dejando un rato frente al televisor. Mientras nosotros preparábamos la cena. Reímos y charlamos, cómo si la guerra no existiera, éramos sólo nosotros, una familia “casi” normal.

Esa noche, Bill puso vino en la mesa.

—¿Cuál es la ocasión especial? —Pregunté tomando un sorbo.

—Nosotros, los dos JUNTOS, eso es especial —sus ojos se aguaron.

—No vayas a llorar, cielo, creo que si lloras un poco más te quedarás seco —reímos.

—No lo haré, quiero que estos días sean los más especiales del mundo.

—Cada día que he vivido contigo ha sido especial, desde aquel primer día en el bosque.

—Te amo con toda el alma.

—Y yo a ti… escucha… creo que son los niños.

Fuimos en silencio a la sala y los pequeños estaban “conversando”.

—Te lo dije —sonrió Bill—, te dije que hablaban.

—Son demasiado inteligentes, como papi Bill —al parecer nos escucharon.

—Pa

—Pi

—Y se coordinan para llamarnos.

—Bien, bebés, no más televisión, es hora de dormir —dijo Bill tomando a Vale.

—Vamos campeón, a dormir —tomé a Tom Jr.

Los pusimos en su cunita y tras sujetarse una manito se durmieron.

—Vamos, cielo, tú también debes descansar.

—No, Tom, quiero que me hagas el amor. Desde hoy, todas las noches me harás el amor.

—Encantado.

Bill’s POV

Desperté feliz en los brazos de Tom.

—¿Cielo? —le moví un poco.

—Duerme, mi vida —me besó el pelo.

—No amor, tenemos que levantarnos temprano, recuerda que hoy tenemos visitas.

—Es cierto —me volvió a besar el pelo—. ¿Nos duchamos juntos?

—Sí… aprovechemos que los niños están dormidos.

Nos fuimos en silencio al baño y terminamos haciendo el amor bajo el agua. Me encantó.

Al salir, escuchamos a los gemelos reír y los fuimos a vestir.

La mañana se nos pasó volando, entre los niños, el aseo y el almuerzo.

Finalmente empezaron a llegar.

—Cielo, ya llegó Georg.

—Ahí voy —fui a la sala y ahí estaba mi amigo.

—Te traje fresas y helado de chocolate y por si acaso una tartaleta de frutas.

—Gracias, vamos a dejarlas a la cocina —fuimos juntos, mientras Tom vigilaba a los bebés.

—Gracias por invitarme.

—Quiero pasar tiempo con ustedes, tú sabes… antes del combate.

—Aunque estoy seguro de que NO pasará nada —respondió Georg—, es bueno para des estresarnos

—Gustav está aquí —gritó mi esposo.

—Ahí vamos.

—Bill, Georg, les presento a mi novia Marta.

—¿Novia? —Preguntó, Tom alzando una ceja.

—Sí, no se cómo consiguió mi teléfono y salimos —Vi que la chica le guiñó un ojo a Tom.

—Y cómo no sabemos qué pasará en una semana —agregó ella—, mejor aprovechar el tiempo.

Todos reímos.

—Pasen a sentarse, Tom y yo pondremos la mesa —y nos fuimos a la cocina.

—Cariño… ¿estás molesto? —me preguntó bajito.

—¿Conoces a la chica? —Había prometido no ser celoso, pero tengo los nervios a flor de piel.

—Sí… ella estará en la batalla, le gustó Gustav y me pidió a MI su celular, no es gracioso, soy cómplice del nuevo romance.

—Mi vida —corrí y lo abracé.

—¿No me digas que te pusiste celoso?

—No.

—¿Bill?

—Bueno… sólo un poquito.

—Cielo…”la marca”, por Dios.

—Lo sé, lo sé, lo siento… dame un besito.

—Ya, pero sólo uno —nos besamos.

—Ahora pongamos la mesa.

Comimos todos felices de la vida y mientras degustábamos el postre, la no muy grata conversación salió.

—Bill, no te preocupes por la guerra —los ojos se me aguaron y Tom sostuvo mi mano

—Gus quedará al descubierto apenas inicie el ataque —dijo Marta—, pero yo estaré con él y haré todo lo posible por ayudarle —agregó, dándome seguridad.

—En cuanto a nuestra patrulla, estaremos al frente, porque somos los más fuertes y capaces. Nuestro jefe David, junto a Tom y yo organizamos la estrategia. Haremos mucho daño, pero nos cubriremos las espaldas. Por eso te pido que confíes en nosotros.

—Yo no quiero que mueran —dije ya sin poder contener el llanto.

—Bill, yo soy joven no voy a morir y menos Tom, él tiene una familia como motivación, será el que menos daño recibirá como en todos días de caza. Tienes que pensar que es sólo eso, otro día de caza.

—Gracias, chicos.

—Además, como ya te dijimos —comentó Gus—, todos estaremos aquí para el cumpleaños de los gemelos.

—Obvio, yo soy el padrino, no puedo faltar —dijo Georg, con una sonrisa.

—Y tú tampoco, Marta, Gus quedaría desconsolado si te pasa algo —le dije a la chica.

—No tengo intenciones de dejar a este galán.

—¿Y Eva? ¿Ella también combatirá?

—No —respondió el rubio—, ella fue descubierta ayer, está oculta con Roy. Si todo sale bien, podrá disfrutar de su verdadero lugar en el Concejo.

—Entiendo.

Seguimos charlando y me explicaron algunos de los pasos que seguirían en la guerra. No me gustaba mucho saber los detalles, pero los chicos me hicieron ver lo bueno de la estrategia y de que, a pesar del combate cuerpo a cuerpo, no habría fugas y todo terminaría en un solo enfrentamiento. La operación se realizaría en toda Europa, por tanto todo terminaría ese mismo día. Sentí alivio, tendría a mi Tom de vuelta esa misma noche.

Los chicos estuvieron hasta la tarde con nosotros. Nos comimos la tartaleta de frutas y finalmente se fueron.

—Cielo, estoy agotado —me dijo Tom.

—Claro, te encargaste tú solo de los niños, lo siento.

—No es nada, amo a mis hijos. ¿Pero te sientes más aliviado después de hablar con los chicos?

—Sí amor, regresarás a mi esa misma noche.

—Y antes si fuera preciso.

—Te amo, Tom.

—Y yo a ti, para siempre.

—Llevemos a dormir a los gemelos.

—Claro.

Acostamos a los niños y luego nos fuimos a nuestra habitación.

—Quítate toda la ropa, bombón —me dijo sensual.

—¿Por qué haría algo así? —pregunté fingiendo inocencia.

—Porque te voy a devorar Ggggrrr —rugió.

—Dios mío, el lobo me va a comer —corrí por la pieza.

—Ven aquí, caperucitO —me atrapó y me subió a la cama.

—Ja, ja, ja, ja, no lobo malo, no me comas.

—Pero caperucitO… te va a gustar.

—¿En serio? —me besó el cuello.

—Estoy seguro —bajó, repartiendo besos hasta mi ombligo.

—AAhhh lobo…. Cómeme…

& Continuará &

Y después de toda la angustia, Bill está más tranquilo y confiado en la estratega que usaran contra los vampiros. Pero, ¿creen que todo salga como está planeado? ¿Será el fin de este fic una tragedia o un happy ending? No se pierdan la continuación.

Escritora del fandom

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