Saludos, gente bonita, llegamos al final del conflicto, ¿será bueno o malo para nuestra pareja? No los retengo más y los invito a leer.
Long-Fic original de MizukyChan
Capítulo 24: Guerra (Parte 3)
Bill’s POV
Agosto 25, tuve la esperanza de que este día no llegara jamás, pero aquí está y yo estoy desolado.
Estoy en los brazos de mi esposo, creo que está despierto, pero ninguno de los dos ha hecho movimiento.
—¿Amor? —dijo suavemente.
—¿Mmm?
—Te amo, ¿lo sabes?
—Claro.
—Si no fuera por ti y nuestros hijos, no iría, ni siquiera la patrulla es tan importante para mí.
—Entiendo, cielo, odio que te vayas, pero no te retendré. Te esperaré despierto hasta que llegues, te esperaré hasta el amanecer si es necesario, sólo regresa a mí.
—Lo haré. Tú serás mi meta, volver a ti y a mis pequeños.
—Te amo —nos besamos tiernamente.
—Debo pedirte algo, cielo.
—Lo que sea.
—Será complicado, pero necesario.
—No me asustes.
—Necesito que te conectes conmigo completamente, necesito que tú le transmitas todo a Andreas. Ya sé que te dije que nada malo pasará en Leipzing, pero si las cosas se salen de control y hay alguna fuga de información, no quiero correr riesgos y quiero que huyas con Andy.
—Pero…
—Nada de “peros” —me interrumpió— si algo malo sucede, tú debes cuidar a los pequeños y Andy te cuidará a ti.
—Pero me prometiste que volverías.
—Y lo haré, yo te buscaré donde quiera que estés oculto, pero debes entender que no me puedo arriesgar, ustedes son mi familia, enloquecería si te secuestran o a alguno de los gemelos, no puedo permitirme ninguna debilidad con ustedes, los amo demasiado. Por favor, ¿dime que lo harás?
—Lo haré, mi amor.
—Lo más importante, cielo, es que no te distraigas, si llegan a herirme, no te asustes, no pierdas el control, debes concentrarte en lo que pase en la batalla. Sé que será horrible sentir la guerra en tu alma, pero es por el bien de nuestra familia. Debes reportarle todo a Andreas, él sabrá qué hacer si pasa algo malo, ¿entiendes? —dijo mirándome a los ojos.
—Comprendo, amor, y lo haré, no me portaré como un cobarde, estaré pendiente de todo, no te preocupes, puedes confiar en mí.
—Sabía que podría, después de todo tenemos la misma fortaleza, somos gemelos.
—“Almas gemelas” querrás decir.
—Exacto.
—¿Vamos por los niños?
—Sí, cielo.
Vestimos a los pequeños, Tom los abrazaba con ternura, como despidiéndose, me sentía tan triste, pero no podía demostrarlo, tenía que estar fuerte para él. Para que se fuera tranquilo y pensara sólo en regresar a mí.
Desayunamos y nos besamos mucho, hasta que llegó nuestro amigo rubio.
—Hey Andy, Tania, que bueno verlos —dijo mi amado.
—Ya debes partir, Tom —dijo Andy preocupado.
—Relájate, aún me queda tiempo.
—Ve a despedirte de Bill y no te preocupes por nada, que yo protegeré a tu familia.
—Y yo ayudaré con los niños —dijo Tania.
—Ven, Tom.
Lo llevé a la cocina y lo besé con pasión. Me miró y sonrió.
—Volveré por otro de estos besos jugosos.
—Mis labios esperarán sólo por ti.
—Te amo, pero amor… si llego a perder la vida…
—Calla… me prometiste volver y lo harás… no besaré a nadie más que a ti, así que no te atrevas a morir, porque tú sabes cómo me encanta besar, ¿está claro?
—Sí, cielo, espérame.
—Lo haré… toda la eternidad si es necesario.
—Debo irme ahora.
—Lo sé.
Lo acompañé hasta la puerta. Se despidió de todos con una sonrisa y una camioneta de la patrulla lo estaba esperando. El auto partió veloz. Yo entré, cerré la puerta y me desplomé al piso, llorando, desconsolado. Tania puso su brazo sobre mis hombros, pero yo no podía levantar la cabeza.
—Lo siento, lo siento, lo siento.
Eran las únicas palabras que salían de mi boca, sabía que debía ser fuerte, pero no podía, lo amaba demasiado y verlo partir así tan tranquilo, me angustiaba más.
—Llora, Bill, te entendemos —dijo Andy levantándome y llevándome al sillón.
Estuve así por largo tiempo, hasta que se agotaron las fuerzas y me dormí.
Abrí los ojos y ya estaba oscuro, escuché un ruido afuera y salí.
—¿Tom? —venía cojeando y de su brazo chorreaba sangre.
—Te dije que volvería —cayó al suelo.
—Llamaré a Roy —le respondí abrazándolo.
—No hay tiempo, me voy.
—No vas a ningún lado, te quedas conmigo.
—Voy a morir, Bill, pero debía estar contigo, te lo prometí.
—No vas a morir.
—Eres mi marca, ¿lo sientes verdad?
—Nooooo —lloré—. No me dejes.
—Te amo.
—Nooooo.
Lo veo cerrar los ojos y soltar mi mano.
—¡Noooooo! —grité aterrado.
—Bill, Bill, Bill, despierta —me sacudieron.
—¡¿Tom?!
—Tranquilo, te dormiste. Relájate y prepárate, la batalla comenzará en media hora.
—Entiendo.
Esta vez no te fallaré, mi amor. Haré mi mejor esfuerzo, por ti y por nuestra familia. Sólo asegúrate de cumplir tu promesa y volver a mí.
Tom’s POV
Ya estamos todos en posiciones, ya sólo quedan 15 minutos para entrar. Siento mi celular y me preocupo, es un mensaje de Gustav.
—Hay tres armados.
Dios mío, ¿por qué hay vampiros armados? ¿Se habrán dado cuenta? Pero ya es demasiado tarde, hay que atacar hoy, no hay más alternativa.
—David —le llamé—. Gus me envió un mensaje, dice que hay tres tíos armados adentro.
—¿Crees que lo sepan?
—No, de lo contrario Gus ya estaría muerto, no enviando mensajes.
—¡Rayos! Colmillos venenosos y armas, muy mala combinación. Hay que avisarles a todos.
—Sí, señor —tomé el celular y marqué a todos los de la patrulla.
Bill, mis pensamientos son para ti. Cuídate y protege a mis hijos mientras no estoy. Y no te preocupes que voy a volver.
2 minutos, la tensión aumenta, se puede sentir la fuerza de los hombres lobo, nunca habíamos tenido un enfrentamiento de similares características.
—1 minuto —anunció David—. ¿Preparados…Tom?
—Sí, señor —me puse al frente.
—¡Ahora! —gritó y todos corrimos.
Derribé la puerta de una patada y me arrojé sobre un vampiro, arrancándole la cabeza, mientras mis compañeros avanzaban.
Veo algo plateado: un arma… me apuntaban… me levanté y escuché un grito.
—¡NOOO! —Georg se interpuso y la bala le dio en el hombro, dejando un horrible agujero.
—¡Rayos, Georg! —lo tomé y lo saqué de la línea de fuego.
—¡Georg! —un grito femenino.
—Samy —Respondió un ensangrentado castaño—. Sigamos.
—No, te dieron en un mal punto. Chica, sácalo de aquí.
—Sí, señor.
—Ve por esos cabrones, amigo —me dijo.
—Lo haré.
Corrí al maldito armado. Se sentía muy superior con su súper fuerza y un arma, pero yo también soy fuerte y lo que es peor “tengo una motivación”. Salté sobre él con todo mi peso, no le di tiempo ni siquiera de apuntar y le arranqué un brazo. Se estiró para morderme y ayudado con una daga le cercené el cuello.
Ahora a buscar a Gus.
Ataqué cuanto vampiro maldito se cruzó, menos mal que los vampiros amigos estaban marcados con una esencia especial, diseñada por Eva, así no nos matamos entre nosotros.
Vi patrulleros tirados en el piso, seguramente muertos, pero no podía ponerme melancólico, debía concentrarme en ganar la guerra a como diera lugar.
—¡David! —grité y me arrojé sobre un vampiro que estaba a punto de morder a mi jefe. Lo golpeé contra el piso y David terminó el trabajo.
—Ve por Gus, rápido —me mandó.
Pero no lo veía. Corrí hacia el interior del edificio y bajé al subterráneo, había manchas de sangre en el camino. Seguí corriendo hasta que encontré un cuerpo muerto a mordidas, pero no era un lobo.
—¡No te muevas! —me gritaron.
—¿Gus? Soy Tom.
—Dios mío, gracias, ven por favor ayúdame.
Tenía un arma en sus manos temblorosas. Se tiró al piso, al lado de Marta, que tenía un vestido amarillo, completamente manchado de sangre.
—Estaban armados —empezó a hablar—, cuando empezó el ataque me señalaron como el culpable y un maldito me disparó, pero ella se interpuso y recibió la bala. Me quisieron matar, pero me defendí a mordidas y traje a Marta conmigo. Uno de ellos nos siguió y volvió a disparar y esta chica tonta se volvió a tirar sobre mí —el pobre estaba llorando—. Tiene dos o tres balas. Ayúdame, Tom, por favor.
—Salgamos de aquí.
—Hace un rato perdió el conocimiento.
—Cálmate… si no te calmas, ella morirá.
—Está bien.
—Arriba aún hay enfrentamientos, yo iré delante de ustedes. Tú la cargarás, te llevaré hasta la salida y subirás a un auto de la patrulla. La llevarás con Roy de inmediato. ¿Entendiste todo?
—Sí… con Roy —la tomó en brazos y comenzamos el escape.
—No te separes de mí. Con ella en brazos, eres un blanco fácil.
Llegamos a la planta de salida. La batalla seguía. Había mucha sangre.
Me enfrenté a varios vampiros antes de alcanzar la puerta. Ahí estaba Georg.
—¡¿Qué demonios haces aquí?! —le pregunté sorprendido.
—No dejaré que ningún maldito se escape —respondió con certeza.
—Y yo le ayudaré —dijo la chica.
—Niña —le dije—, lleva a mi amigo a un auto rápido, su novia está grave.
—Sí, señor —salieron corriendo.
—¿Cómo están las cosas?
—De nuestros cinco blancos, este es el único que todavía está en acción, los otros fueron exterminados, del resto de Europa aún no sabemos nada, es muy pronto.
—Voy por David.
—Te espero, compadre.
Bill’s POV
Pude sentir desde un principio la tensión del ambiente. Me dediqué a narrar todo lo que mi corazón sentía. Era como si Tom me estuviera hablando por celular, era tan claro lo que sentía, que llegaba a ser espeluznante.
Sentí como le dispararon a Georg y el sentimiento de culpa de Tom, porque fue por protegerle. Sentí como había cadáveres en el suelo, no sólo vampiros del Concejo, sino también compañeros, amigos de mi esposo.
Me agité al sentirle luchar, yo estaba igual de cansado que él, y yo no había salido de la sala de mi casa. Le contaba cada cosa a Andreas.
—Continúa —me decía.
Tom salvó a Gustav y lo envió con Roy.
Ya habían pasado horas y creo que la lucha se apaciguaba. Sin embargo, Tom seguía peleando, ¿por qué? Ya terminó, pensé en mi corazón, pero como si él me escuchara me respondió.
—Por el bien de nuestra familia.
Siempre me tranquilizaba.
Vi a Andreas tomar el celular y hacer unas llamadas, luego volvió con nosotros.
—Ya ha acabado. En Hamburgo, donde está Tom, ya terminó. La pelea más intensa fue donde estuvieron los chicos, pero ahora están limpiando y pronto volverán a casa.
En el resto de Europa pasó lo mismo. Al parecer se contuvo toda fuga de información. Hablé con David y dijo que la operación había sido un éxito.
—Llama a Roy, por favor, para ver si revisó a Gustav —le pedí con Vale en brazos.
Lo veo hablar y pasearse, está muy serio, pero luego sonrió.
—Gustav venía tan pendiente de Marta, que no se percató que traía una bala en la pierna, pero está bien. La chica está grave. Una de las balas le dio en el pulmón y produjo un derrame interno. Roy sacó las tres balas y dice que si pasa la noche, vivirá.
—Dios mío, Gus no soportaría perder otra novia, es demasiado sensible.
—Lo sé, no quiso volver a casa, se quedará allá con la chica.
—Ya veo.
—¿Cómo está Tom? —reguntó el rubio y yo me concentré para sentirlo.
—Él está bien —sonreí—, sólo cansado, ya viene en camino.
—Que te parece si le preparamos algo de comer —me sugirió Tania.
—Magnífica idea.
—Como lobo debe tener un hambre voraz, igual que Andy, ¿cierto?
—Sí —le respondí riendo.
—Hey… que los estoy escuchando —gritó desde la sala.
—Podremos hacer el cumpleaños sin ningún problemas después de todo —dije feliz.
—Tal vez deberíamos retrasarlo, para que también los heridos estén presentes.
—Claro, tienes razón. Es mejor con amigos heridos y no tener ningún fallecido.
—Claro, claro —ambos reímos.
Nos pusimos a cocinar, charlamos, reímos. Toda la amargura de la mañana se había desvanecido, ahora sólo había paz, tranquilidad y la certeza de que Tom volvería. Sentimos un auto estacionar y al asomarme por la ventana vi a mi amado esposo. Cubierto de sangre, sucio, cansado, pero con una gran sonrisa.
Salí corriendo y lo abracé. Los ojos se me aguaron, pero no de tristeza, sino de felicidad.
—Te lo prometí, bebé, aquí estoy.
—Que bueno que llegaste de una pieza.
—Debo verme horrible.
—Peor que eso.
—Necesito un baño.
—Yo te daré un baño. Ven… vamos.
Saludó a Andreas y a Tania.
—¿Qué les parece que se dé un baño y luego nos cuente los detalles? —dije en tono protector.
—Excelente idea. Nosotros cuidaremos a los gemelos.
—Gracias Tania.
Subimos de la mano. Mientras Tom buscaba ropa de recambio, yo le preparaba la tina. Le puse sales y aromas. Prendí unas velas y luego entró. Se quitó la ropa. Tenía arañazos y cortes, manchas de sangre y suciedad.
Lo besé y le ayudé a entrar. Se acomodó y cerró los ojos. Yo tomé la esponja y suavemente empecé a limpiarlo.
—Una guerra es horrible —dijo con la voz quebrada.
—Lo sé —dije sin dejar de limpiarle y acariciarle.
—Perdí mucha gente hoy —unas lágrimas cayeron por sus mejillas.
—Lo sentí.
—Siento mucho que tuvieras que presenciarlo, ni siquiera yo estoy acostumbrado a este tipo de violencia.
—Lo sé, amor. Pese a lo fuerte que eres, no te gusta luchar, siempre lo he sabido, pero lo hiciste por nosotros, tu familia. Y te amamos por eso y siempre te lo vamos a agradecer y a compensar.
—No necesito recompensa, ¿lo sabes?
—De todos modos la tendrás —respondí besándolo.
—¡Auch! —Se quejó cuando le toqué una herida en su labio.
—Estás muy lastimado —dije preocupado—, ¿por qué no vamos con Roy?
—Son sólo rasguños y moretones, nada serio. Además tendrá muchos heridos que atender hoy.
—Eres muy valiente —comenté, mirándolo con ojos soñadores.
—Tengo mucha hambre, no he comido desde el desayuno.
—Tania y yo te preparamos algo delicioso.
—Gracias, cielo.
—¿Amor?
—¿Dime?
—Creo que tendremos que correr el cumpleaños.
—¿Por qué?
—Porque Georg, Gustav y su novia están heridos.
—Y Samy también.
—¿Samy?
—La novia Georg —dijo riendo.
—¿Desde cuando tiene novia? —pregunté impresionado.
—Desde Hoy.
—Cuéntame —pedí con una sonrisa.
—No sabíamos que esta chica loba de la patrulla estaba interesada en Georg, hasta hoy que lo hirieron, en pleno combate le contó sus sentimientos y se quedó con él hasta que todo terminó.
—Vaya.
—Imagínate, Georg con novia, ahora sí que estará insoportable. —Ambos reímos.
—¿Y qué me dices? —le recuerdo del cumpleaños.
—Sí, es mejor correrlo, así estarán todos presentes. Mis pequeños, este ha sido un año de locos.
—Pero lleno de amor —lo besé.
—Junto a ti, todo está lleno de amor.
—Eres perfecto, ¿lo sabes? —pregunté mientras le besaba la nariz.
—No, cielo, el único perfecto eres tú.
—Te amo.
—Y yo te amo más cada día.
—¿Vamos a comer?
—Vamos.
& Continuará &
Y ta-rán, se acabó la guerra, por fin. Pero queda sólo un capítulo para cerrar también el fic. ¿Lo quieren leer?