“La profecía es una clarividencia sobre el futuro. Se diferencia de las predicciones en que éstas siguen un proceso lógico, mientras que las profecías no están vinculadas a un razonamiento sino a una inspiración divina”.
“Lazo de Sangre” Fic Twc de MizukyChan
Capítulo 24: Profecía
En una habitación completamente oscurecida por las cortinas, el grupo se reunió para recibir la información que Tom les entregaría.
—¿Dónde está Gustav? —preguntó preocupado el rastudo.
—Salió en la mañana —Indicó el pelinegro—. Quería comunicarle al Cardenal Caro sobre nosotros y la falsa alarma de los elegidos.
—Pero ya ha pasado bastante tiempo —Insistió el mayor de los Kaulitz.
—Tranquilo, Gus estará bien —Indicó el castaño—. Siempre es muy cuidadoso y seguramente se ha dado millones de vueltas, en caso de que alguien lo siga —Rió burlón—. Es completamente paranoico.
—Si tú lo dices —Tom arrugó el ceño, en momentos como ese odiaba no tener un celular al lado para marcar y asegurarse de que todo estuviera bien.
—Si te sientes mejor, yo bajaré a buscarlo en cuanto terminemos la reunión —Se ofreció Helen, cuando su lazo le dio un asentimiento.
—Gracias, es sólo que me siento un poco raro con todo lo que me han informado —asumió el mayor, recibiendo una caricia en la mano, por su pequeño gemelo.
—¿Tan grave es el asunto? —preguntó Sebastián.
—Sí. Hoy fui llamado por uno de ellos —Todos le miraron reprobatoriamente.
—¿Tom, estás loco? —Le regañó Georg—. Pudo haber sido una trampa, incluso lo que te dijeron puede ser una trampa.
—Espera Geo, por favor —pidió el pelinegro—. Déjalo continuar —Bill había sentido que ese tal Patrick había sido honesto, por lo tanto cualquier cosa que éste le dijera, fue cierta.
—Yo… siento mucho no haberles dicho nada en el momento —continuó el rastudo—, pero estaba seguro de que ustedes se pondrían en ese plan, y yo pude sentir que quien me llamaba, no pretendía dañarme.
—Yo puedo corroborar eso —añadió el menor.
—¿Con quién te encontraste? —preguntó Helen.
—Con un lazo como yo, su nombre es Patrick.
—¿Estás seguro que podemos confiar en este Patrick? —Insistió el castaño.
—El lazo de Patrick es su hermana, Marie.
—¿Su hermana? —Bill le miró extrañado y de pronto varias teorías se formaron en su mente.
—Marie es la madre de Bushido —Continuó el de rastas.
—Oh no —Gimió el menor, temeroso—. Yo lo maté.
—No te preocupes, ella no lo quería.
Fue así que Tom narró los acontecimientos de estos hermanos ante las atónitas miradas de los presentes, al mencionar a Lestat y a la gran madre.
—Finalmente, Patrick me avisó que nos atacarán mañana por la noche —Todos los presentes contuvieron el aliento—. Ellos no han contado de que los G’s están aquí, y seguramente no saben de la existencia de Sebastián y Helen.
—¿Mañana? —murmuró el castaño—. Tenemos que planear una estrategia. O sencillamente huir esta noche.
—No podemos irnos y abandonar a mamá y a Gordon —afirmó firmemente el pelinegro.
—Y debemos proteger a Helen —pidió el de cabello corto—. Ella es humana y no tiene poderes de lucha.
—Lo sé, pero no quiero estar lejos de ti cielo —pidió ella casi suplicante. El pelinegro la miró y comprendió sus sentimientos.
—Gustav es bueno luchando, pero también es vulnerable —acotó Geo.
—Y nosotros no somos los elegidos, por lo tanto es probable que tampoco sobrevivamos mañana —añadió Bill mirando el piso.
—Hey… —El de rastas le tomó la mano con cariño—. No vamos a morir, no dejaré que nada malo te pase amor mío.
—¡Georg! —Se oyó un grito cuando el rubio entró en la habitación, azotando la puerta. Todos le miraron preocupados—. Oh Dios mío, están todos aquí —Suspiró—. Pasé por sus cuartos y al no ver a nadie, pensé lo peor.
—Gustav estamos en problemas —Le dijo el castaño al rubio, dando palmaditas en su espalda, para que se calmara.
—Mañana habrá un ataque de Lilith y sus fuerzas —Los ojos del rubio se abrieron grandemente por temor y luego sonrió.
—Bueno, tenemos un día más —Todos le miraron con cara de “estás loco”—. Hablé con el Cardenal y esta noche llegarán los refuerzos.
—Wow —dijo el pelinegro, sintiendo una luz de esperanza.
—No se desesperen, vendrán todos los que puedan luchar —Terminó el rubio.
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Con una pequeña dosis de esperanza, todos se retiraron con sus respectivas parejas a descansar, a alimentarse y a prepararse para recibir a los refuerzos aquella noche.
Tom podía sentir en cada fibra de su ser, el desasosiego de su pareja y se acurrucó cerca de él, acariciando sus brazos con cariño, repartiendo besos de mariposa a lo largo de su cuello. Sin poder evitarlo, Bill sonrió.
—No sé por qué siempre lo logras —dijo suspirando.
—¿Lograr qué? —Fingió ignorancia el mayor.
—Esto, relajarme, decirme con tus besos que nada malo pasará, cuando en realidad estamos el borde de la muerte, caminamos por el filo de la navaja —Volvió a suspirar el menor, girando su cuerpo, para estar completamente bajo su hermano, y abrazarlo más a él, rodeándolo por el cuello.
—Mi querido Bill, no estamos al borde de la muerte —Le miró fijamente a los ojos.
—No es cierto. No somos los elegidos.
—No, no lo somos. Pero somos los caminantes —Alzó las cejas juguetón, como si eso fuera lo más espectacular del mundo—. Y somos muy buenos en combate.
—Hemos vencido a todos nuestros maestros Tom, pero eso no nos hace inmortales —El pelinegro arrugó el ceño—. Lilith es la gran madre. Tiene ese título por algo ¿no?
—¿La has visto luchar? —preguntó el rastudo.
—La verdad es que no.
—Sólo poseyó mi cuerpo y se aprovechó de ello para que tú no la dañaras —Insistió el mayor—. Creo que en realidad no es un hueso tan duro de roer. Creo que podremos hacerle frente.
—Creo que estás actuando muy ingenuamente.
—En serio Bill, creo que podremos aguantar el combate hasta la mañana, y en plenos rayos del sol, la retenemos hasta hacerla cenizas —explicó, pensativamente el de rastas.
—Pero ella no es un vampiro Tomi.
—Pero es un ser de las sombras. Nos atacarán de noche, porque le temen al sol. Harán combustión si los retenemos hasta que el sol los alcance.
—Pero eso podría matar también a nuestros amigos —agregó el pelinegro temeroso.
—Tienes razón, tendremos que hablar con ellos, buscar una forma de ocultarlos a tiempo y luego, nosotros tendríamos que soportar la lucha hasta la aparición del sol —Tom miró directamente a los ojos de su hermano—. ¿Estás dispuesto a arriesgarte?
—No quiero que nada malo te pase a ti —susurró el menor, con los ojos tristes.
—Nada me pasará si estás completamente concentrado en la batalla.
—¿Por qué tanto interés en matar a Lilith?
—Porque estoy harto de seguir ocultándome bajo tierra. Quiero vivir contigo en el mundo exterior, ahora que sé que podemos andar durante el día, podremos disfrutar de la vida —dijo con sinceridad el mayor—. Quiero que todo el mundo sepa que eres el amor de mi vida, quiero lucirte ante el mundo. Quiero que todos me tengan envidia, por tener un novio tan guapo —El menor sonrió—. Quiero que seas feliz Bill. Quiero que podamos visitar a mamá y a Gordon, quiero una vida.
—Y yo quiero vivirla contigo.
Se besaron con ternura, pero luego sus lenguas perdieron el control, luchando por dominar y saborear lo mayor posible del otro.
Las manos del menor, arañaron la espalda de su gemelo y a su vez, Tom recorría los costados del pelinegro, casi con devoción, como si fuera esta la última vez, cosa que en teoría, no dejaba de ser posible. Por muy buenas intensiones que tuvieran, nadie conocía las capacidades de lucha de Lilith, y todos estaban en peligro.
—Quiero devorarte —susurró el rastudo.
—Soy todo tuyo —respondió su hermano, dándole espacio, para que recorriera con sus besos, desde su cuello hasta el ombligo, gimiendo con cada lamida recibida.
—Dios, eres tan delicioso.
—Tú eres… tú… —Su boca no parecía cooperar con sus pensamientos.
Beso a beso, la anticipación del menor se hacía más grande, arqueando su espalda de placer. Cuando la boca del mayor, llegó a su estrella tatuada, Bill expulsó el aire que parecía estar conteniendo, estremeciéndose y soltando un grito cuando la cálida humedad de Tom, absorbió su miembro de una sola vez.
—Aahh —Gimió fuertemente, y seguramente todo el hotel puedo escucharlo.
Tom trabajó arduamente, brindándole placer a su pequeño, hasta que la salinidad del pre-semen invadió sus sentidos. Alzó su cabeza, y sonrió al ver el desastre que era Bill sobre la almohada, sus cabellos revueltos, sus labios hinchados, sus ojos oscurecidos de deseo y su pecho subiendo y bajando a ritmo irregular.
—Te amo… —susurró y subió hasta apoderarse de los labios de Bill y devorarlo nuevamente en un beso apasionado, digno de un “vampire”.
—Vamos Tomi —murmuró casi ininteligiblemente el menor—, entra en mí… ahora.
—Y si no quiero… —Jugueteó el mayor.
—¿Quieres que ruegue? —Sonrió el pelinegro—. Tomi, por favor —Gimoteó—. Entra en mí, dame muy duro.
—Bebé, eres tan sexy —Tom se mordió el labio inferior y tras besar por última vez al pelinegro, volvió a descender.
Tras preparar rápidamente la pequeña entrada del menor, Tom se hundió en su cuerpo con tranquilidad, pese al deseo y la desesperación de la situación en que se encontraban. Cuando estuvo dentro del todo, expulsó el aire que estaba conteniendo, porque pese a hacer el amor cada noche, era como si cada vez que lo hicieran, Bill siempre volviera a ser virgen, tan estrecho, apretado y cálido.
—¿Estás bien? —preguntó al ver los ojos apretados de su pareja.
—Bien… —Respiró—. Eres tan jodidamente grande —Abrió los ojos y le sonrió—. Hagámoslo.
—Lo que mandes bebé.
Con lentitud, el de rastas comenzó a mecerse sobre el menor. Con cada estocada, sus corazones se sincronizaban y latían con fuerza. Era maravilloso, que pese a ser “vampires”, sus corazones aún latieran como humanos, y que esto les hiciera sentir “vivos”.
—Te amo bebé —Siempre susurraba el mayor, nunca le hacía el amor a su pequeño, sin recordarle cuanto le amaba, y que ese acto, no era simplemente alimentarse, sino entregarse y demostrarse todo el amor contenido en su alma.
—Te amo tanto Tomi —Bill siempre respondía de la misma manera. Con sus ojos brillando de emoción, como la primera vez que se entregaron de esta forma carnal.
El compás fue haciéndose más rápido y profundo, y ambos cuerpos bañados por una leve capa de sudor, danzaban rítmicamente como las llamas del fuego sobre una hoguera.
Tom besaba los labios de su hermano, sin dejar de embestir, para crear con sus estómagos, una fricción en el propio miembro del pequeño y llevarlo de este modo al límite de la pasión.
—Ya… ya… —Gimió el menor, siendo ésta la clave para que Tom desviara su rostro y le diera acceso a su cuello.
Los incisivos blancos y brillantes, aparecieron instantáneamente, rasgando la suave y bronceada piel del rastudo, dejando brotar el sagrado néctar que Bill saboreaba con placer.
—Dios… —Gimió el mayor, sintiendo en su propio cuerpo el placer que dicha experiencia significaba para el pelinegro. Era simplemente… sublime.
Con dulzura y delicadeza, Bill pasó la lengua por la pequeña herida, justo antes de que el orgasmo llegara a ambos con una fuerza inusual aquella noche.
Con el aire entrando en pequeñas cantidades, por la fuerza de su clímax, ambos se miraron fijamente, buscando la comprobación de que estaban en perfecta forma. Bill sonrió y el mayor, salió de su cuerpo, para acomodarse a su lado, abrazándolo con posesión, sin importar lo pegajoso que se sintieran.
—Eso fue asombroso —por fin exclamó el pelinegro.
—Te amo tanto pequeño —susurró el mayor.
—Y yo a ti.
Dedicándose palabras amorosas, los gemelos se sumieron en un sueño relajado, esperando el anochecer, para hablar con el grupo y presentar su estrategia.
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Los Kaulitz visitaron a su madre, contándole que al día siguiente no se presentarían por temas laborales, mentira que ella aceptó con algo de persuasión del que sería su futuro esposo.
Al regresar, los G’s y Sebastián junto a Helen les esperaban en el cuarto.
—¿Hay noticias? —preguntó de inmediato Tom al entrar.
—Deben llegar dentro de un rato —comentó el rubio—. Jorg llamó hace una hora y estaban bastante cerca.
—Bien, sólo hay que esperar un poco más.
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Al cabo de veinte minutos, Bill sintió la presencia de los otros.
—Ya están aquí —comentó, tomando la mano de su hermano.
—Bajemos, estaremos más cómodos en el comedor —Indicó el castaño.
Los administradores del hotel, arreglaron unas mesas para que el grupo estuviera cómodo.
Tom miraba a todos los presentes, saludando con la mirada a Jorg y Ann, Valentine y Selene, Jess, Gabrielle, John un vampiro que siempre estuvo oculto por mandato de su Eminencia. Y cerrando la lista, la hermana Tasha, que según ellos no tenían ningún tipo de poder.
Los gemelos explicaron el plan que tenían en mente y todos estuvieron de acuerdo en que prolongar el combate hasta la mañana, sería lo mejor para acabar con las criaturas nocturnas.
—Pero no estamos seguros en cuanto a Lilith —asumió Jorg con toda la sabiduría de sus años—. Nadie sabe nada de ella en realidad.
—Eso es cierto —añadió Gustav—. Sólo sabemos que será eliminada por los elegidos y ya que los chicos no lo son, estamos en problemas.
—Y sin embargo, no hay nada que podamos hacer para prevenir este combate —dijo valiente Valentine—, pero estoy de acuerdo con Sebastián en que hay que proteger a nuestros lazos.
—Y a ustedes también —dijo el pelinegro—, del sol.
—Tengo una idea para eso —agregó el rastudo—, pero necesitaré dinero y a Gus. Lo haremos en la mañana.
—Claro.
Y así continuaron preparando la estrategia para hacer frente a Lilith y a sus huestes. Si morían, lo harían luchando por su libertad y por su derecho a amarse libremente.
& Continuará &
Bien chicos ya se viene el fin. Espero les guste lo que tengo planeado jejejeje. Un besote y comenten porque eso me hace muy feliz.