Hola gente linda, ha pasado un día desde el ataque de Raymond, el vampiro obsesionado con Bill y ahora ellos se reunirán con Eva ¿Será que ella ha descubierto la verdadera identidad lobuna de Tom? No se lo pierdan.
Long-Fic original de MizukyChan
Capítulo 8: Conexión
Tom no quería dejar de abrazar a Bill esa mañana. No después del ataque que los dejó tan temerosos y que hizo sentir al lobo, tan expuesto. Y aunque Bill había insistido en que estaba bien, Tom sabía que no lo estaba del todo. Su misteriosa conexión se fortaleció después del atentado. El trenzado no estaba seguro si su vampiro sentía lo mismo que él, pero en su caso… podía sentir todo lo que Bill sentía.
Mientras estaban en la cama, una mujer llamada Eva llamó a Tom. La vampira de la noche anterior y a la que verían esa mañana. Bill le pidió que cubriera su rastro lobuno, ya que ella era una vampira “buena” –o más bien, no enemiga-, y no quería arriesgarlo a un encuentro fortuito con otros ‘chupasangre’.
Tras pasar por la oficina por unos asuntos pendientes, Tom y su novio se dirigieron al encuentro con ella.
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La “madre adoptiva” de Bill, estaba preocupada, muy preocupada. Primero, porque nunca habían tenido una fuga de seguridad en el concejo y segundo, porque Tom, el chico que abrazaba a Bill tenía algo raro, o más bien los dos “juntos” tenían algo raro. Mientras estaba sumida en sus pensamientos de los chicos, los vio aparecer.
—Hola, Eva. Déjame presentarte bien esta vez, él es Tom Trumper, mi novio.
—Señora. —El trenzado le tendió la mano.
—Hola Tom, un gusto —contestó ella y se sentaron—. Bien, vamos al grano. ¿Sabes quién soy? ¿O más bien ‘qué’ soy?
—Sí, señora. Bill ya me contó sobre usted y la relación que tienen. Y le agradezco haberlo protegido todos estos años.
—Entonces estamos a mano, ya que tú lo protegiste anoche, señor “hombre lobo”. —Bill se tensó y apretó la mano del muchacho.
—¿Cómo lo sabe?
—Estás muy bien cubierto, de hecho ahora ni siquiera te siento.
—¿Cómo? —preguntó Bill asustado.
—Anoche… sabía que Raymond iba tras tuyo, pero no sabíamos exactamente dónde ni cuándo atacaría. Entonces sentí un aura de furia tremenda, completamente animalística, supe que no era un vampiro, sino un lobo y me dirigí hacia esa fuerza, pensando que eran los patrulleros cazando a uno de los nuestros. Cuando me acerqué al pub y sentí la magia, entendí que era Raymond a quien perseguían y de la nada, la furia se calmó. Llegamos al callejón y estaban ustedes y el moribundo imbécil. Al decirme que Tom te había protegido, supe que era él el dueño de ese inmenso poder.
—¿Qué harás Eva? ¿Me delatarás ante el concejo por amar a un lobo?
—Claro que no, tú eres como un hijo para mí, y además sabes lo que pienso del concejo. Sin embargo, tú… ambos… deben saber que este amor está prohibido, una mezcla de razas es antinatural.
—Pero… —Tom quiso defenderse, alegar que no estaba en lo cierto.
—Pero lo amas con toda tu alma. —Ella se adelantó.
—Así es.
—Me quedó claro, de hecho ahora mismo puedo sentir una fuerte conexión entre ambos. Quiero bendecirlos. —Bill sonrió—. Me llevaré una gota de sangre de ambos y en casa haré un hechizo para ustedes.
—Gracias, Eva —dijo Bill tendiendo su mano, al verle Tom le imitó.
La vampiresa sacó una aguja y guardó una gota de sangre de cada uno en un recipiente especial.
—Con esto bastará. Bien, creo que debo irme.
—Antes de separarnos, quiero saber qué pasará con el pervertido que atacó a Bill. —Pidió el trenzado.
—Fue sentenciado a muerte, pero la ejecución se realizará cuando él tenga conciencia, lo cual no pasará hasta dentro de unos días, si es que la recupera. Lo dejaste bastante mal, incluso tuve que inventar una historia para que el concejo no sospechara de ti, pero al fin y al cabo, se lo merecía.
—Gracias.
—Nos vemos, que estén bien.
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Eva se fue directo al laboratorio. Algo le intrigaba de estos chicos, no en forma separada, sino como pareja y una vez más pudo comprobarlo, su aura era demasiado similar para ser razas diferentes. Mejor salía de dudas, pues como decían los humanos “es mejor prevenir que lamentar”.
—Roy, gracias por tu ayuda.
—Me trajiste las muestras.
—Aquí están. —Le entregó el recipiente con las gotas de sangre.
—Roy, sabes que esto es secreto, el concejo no puede enterarse.
—¿Cuándo te he fallado? El análisis simple de ADN estará listo mañana, si hay algo más, te lo diré apenas lo sepa. Y no te preocupes por el secreto, ya que yo mismo haré los análisis.
—Gracias Roy.
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—No tenías por qué invitarme a comer si saldrías con Bill, entiendo que quieran privacidad.
—Amigo te lo debo, por cuidarlo todo el día de ayer. Además hace solo una hora que Bill me llamó. Se sentía solo y por eso le dije que estaríamos los tres.
—Deben ser el estrés post trauma.
—Tienes razón. Él no lo dice, pero lo siento.
—¿Cómo que puedes sentirlo, Tom?
—En serio, tenemos una conexión, al menos por mi parte, sé lo que él siente.
—¿Qué… eres psíquico? —dijo con tono burlón.
—Esto es serio, Georg.
—Mira allá está, bajo el árbol. —Lo señaló por el cristal del coche.
—Giro el auto y estaciono ¿ok? Solo hay que esperar que avancen un poco los demás vehículos.
—¡Maldito tráfico! —Gruñó el castaño y continuó mirando al novio de su amigo—. Tom… no es por molestarte pero ese hombre, está muy cerca de Bill.
—Lo veo… Bill está enojado, lo siento. —El trenzado apretó más el volante.
—¡¿Hey, qué haces?! —preguntó asustado Geo, mientras lo veía salir del auto aún en marcha.
—Estaciona tú, Bill está asustado, debo ir.
Georg cogió el control del coche, pero en su interior sintió que esa extraña conexión entre su amigo y Bill, lo estaba poniendo nervioso, no era algo natural. Terminó de estacionar el vehículo y rápidamente caminó hasta donde estaban sus amigos, pero antes de llegar, vio que el hombre que acosaba al pelinegro, salió corriendo con una expresión horrorizada.
—¿Qué pasó aquí? —preguntó intrigado.
Bill se echó a reír, mucho más calmado que cuando lo vio por la ventana del auto y abrazando a Tom le contó.
—El muy cabrón se acercó para pedirme fuego, le ayudé y me empezó a decir obscenidades, primero me molesté, pero al ver que no se iba, me asusté y solo pedía que llegara Tom, y mi príncipe llegó como leyéndome la mente y le dijo muy tranquilamente que “si no te vas ahora, con estas manos sostendré tu cabeza y la arrancaré de tu cuerpo y sin siquiera mancharme de sangre, te desmembraré y quemaré tus partes hasta que no seas sino polvo” el hombre puso cara de pavor y salió corriendo.
—Lo ves mi amor, te dije que de ahora en adelante te protegería.
—¡Mi héroe! —Bill puso cara de doncella en problemas y lo besó riendo.
Así como lo contaban ellos parecía muy lindo, pero esa “conexión” era escalofriante.
—Y ahora vamos a comer, porque mi novio está muy delgado y se tiene que alimentar.
Entraron al recinto riendo y pasaron un buen rato, juntos.
—Brother, me olvidé de avisarte que por lo del ataque de ayer, te cambiaron el turno de patrulla para después de luna llena. Así lo pasas con Bill. —Le guiñó un ojo, en forma cómplice, recordando la posibilidad de que hicieran el hechizo de “la marca”.
—¡Qué bien! —dijo Bill aplaudiendo, parecía un niño.
—¿Y quién me reemplazará?
—¿Pues quien más? Yo, obviamente.
—Gracias amigo.
—Cuídense chicos, ya me tengo que ir. Adiós.
—Adiós y gracias.
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Por causa de Georg y sus preguntas, hablaron durante todo el almuerzo sobre la conexión. Y era verdad que cada vez que el pelinegro tenía una emoción fuerte, pensaba en Tom, no sabía cómo era posible que él lo supiera. Como si estuvieran jugando, hicieron pruebas y en verdad, Tom le leía la mente. Sin embargo, Bill no podía, no era vice versa.
«¿Acaso él me ama más? ¿Acaso yo soy demasiado débil?»
Se preguntó mentalmente el vampiro. Le preocupaba, pero lo que más le afectó fue la expresión de tristeza de Tom. Lo más probable era que el lobo pensara que la conexión no era recíproca.
—¿Gustav? —Gritó entrando a casa— ¿Gustav, estás aquí?
—Ahí voy. —Bajó corriendo las escaleras—. ¿Estás bien? Desde que me contaste lo del pervertido de ayer, ando a saltos.
Bill odiaba mentirle a Gustav, pero como la noche pasada los vio a él y a Tom llenos de sangre, tuvieron que inventarle que un pervertido andaba merodeando y Tom tuvo que darle una golpiza.
—¿Estás muy ocupado? Necesito preguntarte algo. —Bill cambió de tema.
—Solo estaba en internet, nada importante. Cuéntame, se debe tratar de Tom porque te veo preocupado.
—Es verdad. Creo que soy una mala persona, Gustav. Tom me ha dado todo lo que ha podido y yo lo único que le doy son desilusiones. ¡Estoy podrido! —dijo suspirando y bajando la cabeza.
—Bien, primero: estás exagerando. Segundo: empieza por el principio porque no veo el cuadro completo.
—Verás… Tom tiene esta extraña conexión conmigo. Cuando algo me pasa o tengo pena o cualquier cosa, si se concentra un poco, él puede saber lo que me pasa, lo que siento, por eso me ha sacado de varios problemas estos días. Sin embargo, yo no lo tengo, o creo que no lo tengo, no lo sé, lo que sí sé, es que él sufre porque tal vez piensa que no lo amo lo suficiente para tenerla.
—¡Detente allí! Esas son solo suposiciones tuyas. Tom te ama. Debe ser fantástico para él poder sentirte y estar ahí cuando lo necesitas. Qué se yo, a lo mejor es psíquico y tú no tienes por qué serlo. Él te ama así como eres. Te amó desde ese primer encuentro suyo. Yo estaba ahí, ¿recuerdas? Puedo ser callado, pero me doy cuenta de las cosas. Si tú no tienes esa magia, pues has que él sienta cuánto le amas. No dejes que él vea en tu interior esta incertidumbre, muéstrale el inmenso amor que tú también le tienes.
—Gracias, Gustav. ¿Dónde aprendiste a dar consejos?
—Leyendo fanfictions en internet… —Sonrió, pero volvió a ponerse serio—. Pero creo que hay más, ¿cierto?
—Sí, y esto es un poco complicado para mí.
—Que no te de vergüenza, recuerda que te conozco desde los 15.
Tras asentir, Bill continuó—. Verás… tenemos, más bien yo tengo… problemas sexuales.
—Ya veo… ¿Ustedes no lo han hecho aún?
—No —contestó el pelinegro, completamente sonrojado.
—¿Cuál es el problema?
—Mi problema es que dejo a Tom con las ganas.
—Pobre hombre jajaja pero ¿por qué? Si se nota que hay mucha tensión sexual entre ustedes.
—Yo soy el problema. Me excito, pero cuando él me toca… ya sabes… ahí… —Bill estaba que se moría de la vergüenza— mi amigo Billote se cae… por favor no te reías.
—Y no has intentado ayudar a Tom, para… tú sabes… aliviarlo.
—Lo intenté, pero él no me deja, el dice que va a disfrutar conmigo y no a costa mía.
—¿Ves que te ama?
—Si ese no es el problema… El asunto es que quiero… llegar… al final.
—Esto es más bien psicológico, Bill. Debes tener en la memoria un recuerdo que te diga que el sexo o tus partes íntimas están relacionadas con el dolor, ya sea una pena o un dolor físico. Y… bueno… ustedes son hombres y sí hay algo de dolor físico en la relación sexual. Lo que debes hacer es tener todo lo necesario para que la acción del coito sea más llevadera.
—¿Cómo?
—Tienes que comprar lubricante, eso ayuda.
—Ya lo anoté, ¿qué más? —preguntó intrigado.
—Relajarte… y… mucho. Deja de preocuparte, solo dedícate a disfrutar, estoy seguro que Tom hará todo lo que esté en sus manos para ayudarte y si te pasa algo, tienes un mal recuerdo, pues míralo y volverás al presente. Y si no resulta a la primera, pues no te desesperes, que ya resultará.
—Gracias Gustav, te debo una.
—Intenta probar esta noche.
—No te enojas si te vuelvo a dejar solo.
—De hecho no estaré solo. —Fue el turno de Gustav de sonrojarse.
—Picarón, te lo tenías muy guardado.
—Bueno, ¿me dejas la casa o no?
—Claro amigo, te lo mereces.
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Como día sábado el pub estaba abarrotado de gente, así que a pesar de estar cansado del trabajo, Tom decidió ayudar a su pequeño. Uno de los ayudantes de cocina estaba enfermo y Gustav se lo pasó toda la noche allí.
El trenzado ayudaba en lo que podía, además, le gustaba estar rodeado de gente normal, pero más le gustaba la sensación que tenía en el pecho, no sabía si era Bill o él mismo, pero se sentía en paz.
—Oye guapo, me das otra cerveza. —Pidió una rubia llena de silicona y con vestido muy provocativo.
—Claro. —Al alcanzarle el trago, ella le tomó la mano y pasándose la lengua por los labios le dijo.
—¿Te gustaría salir un momento para que te de una buena mamada?
A veces Tom se sorprendía de lo sucias que podían llegar a ser las mujeres embriagadas.
—Disculpe señora, estoy trabajando.
—Guapo, tú no trabajas aquí, solo le estás ayudando al flaquito.
—El “flaquito” es mi novio, señora. ¿Me puede soltar ahora?
—Él tiene pinta de gay, pero tú, bombón, aunque te acuestes con él no quedarías satisfecho, eres muy hombre para él.
Y entonces pasó… No había forma alguna de que Bill hubiese escuchado esa conversación, debió ser la conexión. El vampiro dejó una botella en la barra y se acercó hasta ellos.
—Señora, este “flaquito” puede satisfacer perfectamente a este hombre y ahora por favor suéltelo, porque estamos trabajando y si sigue acosándolo, llamaré a la policía.
La mujer se espantó y salió disparada, lo más probable es que se haya ido del pub. Tom también quedó completamente sorprendido y solo entonces fue que Bill se dio cuenta de lo que acababa de pasar.
—¡Oh Dios mío! Lo sentí, fue la conexión. —Comenzó a dar saltitos, aplaudiendo. El trenzado no podía quitar la sonrisa de su cara. Lo abrazó y lo besó. No le importó la gente, ni nada. El mundo se detuvo solo para ellos. Se sintió pleno y feliz.
En el camino a casa, Bill fue contando a su novio, que había hablado Gustav y él le aconsejó que se calmara y que lo de la conexión fluiría, que solo debía relajarse.
—Yo también necesito relajarme, estoy muerto —dijo el de trenzas soltando un bostezo—. Necesito dormir.
—Yo te ayudaré a relajarte mi amor.
Sin querer parecer dramático, eso asustó a Tom. Amaba a Bill, con toda su alma, pero cada vez le costaba más bajarse la erección cuando se quedaba con ganas. Arrugó el ceño y creyó que no podría marcarlo esa luna llena. Aún era muy pronto para su amado vampiro.
Al llegar, Tom se fue directo a la habitación, estaba rendido, pero Bill estaba decidido a seguir el consejo de su amigo y relajarse y lograr que ambos disfrutaran de esa noche.
El pelinegro se quitó la ropa, apagó las luces y se metió a la cama con el lobo.
—Date vuelta. —Mandó.
—¿Qué? ¿Qué me vas a hacer?
—Te daré un masaje. Traje una crema exquisita. Ya hombre, no seas cobarde.
—Espero que no duela.
—Claro que no.
Se subió sobre él, a horcajadas sobre su trasero y comenzó a darle un masaje en su fornida espalda.
—¡Dios, que rico!
—De eso se trata.
Bill continuó con su labor y empezó a frotarse contra él. Sin poder evitarlo, Tom comenzó a soltar jadeos. Y como el vampiro tampoco era de piedra, también lo hizo.
—Gírate —Ordenó, con la voz ronca.
Ahora masajeaba su bien trabajado tórax, sin dejar de friccionarse contra él. Para esos momentos, ya estaban ambos descontrolados, sintiendo sus miembros frotarse en tan íntima forma. Bill no sintió miedo, pues tenía los ojos puestos en los suyos y sus manos ya no masajeaban, solo se sostenían para continuar con los deliciosos movimientos pélvicos.
Entonces otra vez la conexión le habló al vampiro, le decía que Tom estaba cerca del final y él también… lo podía sentir. Se movió más rápido, hasta que por segunda vez en su vida vio las estrellas.
Cuando las luces desaparecieron de sus ojos, Bill no podía moverse. Su respiración estaba a mil. Entonces Tom lo envolvió con sus brazos y lo besó en la frente.
—“Flaquito”… vaya masaje. —Y se echó a reír.
—¿Estás más relajado?
—Wow, claro que sí.
—En dos días es luna llena. Creo que ya estoy preparado para hacer el amor. Ya no tengo miedo, Tom.
—No sabes lo feliz que me haces. —Todo rastro de duda, había desaparecido de la mente de Tom.
—Recibiré la marca y seré tuyo para siempre.
—Te amo, Bill. Y te amaré para siempre.
—Y yo a ti.
& Continuará &
Joder, que buenos consejos da Gustav. Pero lo mejor es que ya está todo preparado para que reciba la marca. Y cambiando de tema ¿No les pareció raro que Eva les pidiera una gota de sangre, para un hechizo de bendición y que la llevara al laboratorio? ¿Qué planea al hacerles un análisis de ADN? ¿Y ese Roy, será realmente de confianza o será parte del concejo vampiro y delatarán a Bill por estar con un lobo?
Si quieren saberlo, los invito a continuar leyendo y comentando el fic. Las cosas comenzarán a ponerse muy buenas después de la marca >///< Si, hablo del bebé.