Dark Friend 3: Lugares precisos

Dark Friend” Fic de MizukyChan

Capítulo 3: Lugares precisos

Entre escupidos y mordidas, Tom logró mover un poco la tela que estaba en su boca, lo suficiente para articular sonidos comprensibles.

Tras escuchar que el secuestrador se llevaba a Natalie con él, se apresuró a moverse todo lo que pudo para confirmar el bienestar de su hermano—. ¿Bill, estás aquí? —Preguntó con la voz amortiguada por la tela.

El aludido no podía responder, pero si fue capaz de girar el cuerpo para hacer sonar la silla en la que estaba aprisionado.

—¿Estás herido? —Logró preguntar y Bill hizo dos ruidos con la silla, señal que el mayor tomó como un “no”.

Estaban lejos del lugar donde Natalie estaba con el secuestrador, pero los gemelos sintieron que la sangre se congelaba en sus cuerpos cuando escucharon los golpes contra algo y los gemidos de Natalie al hacerlo.

Privados del sentido de la visión y, al no tener una idea clara de lo que estaban escuchando, temieron lo peor.

—La va a matar —susurró Tom con la tela en la boca.

Bill apretó los puños y sintió que sus ojos derramaban lágrimas silenciosas que bañaban sus mejillas y se raspaban con la tela que cubría su cara. ¡¿Qué mierda habían hecho para merecer esto?!

No supieron cuanto tiempo escucharon los gemidos de Natalie y el sonido sordo de algo golpeando contra algo. Bill sentía el estómago revuelto y la bilis le llegó hasta la garganta cuando escucharon la voz del secuestrador entrar de vuelta en la habitación en la que se encontraban.

—¿Qué haremos ahora, cariño? —Preguntó el hombre, dirigiéndose específicamente a la rubia empapada de sangre que caminaba a su lado.

—Lo mismo que con Saki —respondió con un tono de voz que aterró al cantante.

—Lo haremos, pero luego de matarlos —agregó el hombre, con un toque de diversión en la voz.

Tom tragó pesado. ¿Qué demonios estaba pasando?

—¿Sabes algo? —Dijo Natalie con un tono monocorde que horrorizaba hasta el más duro de los machos—. Solía trabajar para ellos. Niños ricos que tienen todo en la vida.

Tom se tensó al sentir pasos ligeros acercándose, era Natalie, de pronto giró el rostro, azotado por un fuerte golpe. La mujer no lo había golpeado a mano desnuda, sino que cargaba algo para dañarlo de verdad. Tom sintió el escozor en el ojo y apretó los dientes en la mordaza que tenía, soltando un gemido de dolor que provocó que Bill gritara junto a él.

—Oh, no te preocupes, principito, que también tengo algo para ti —dijo Natalie y también dejó un golpe en la cara cubierta de Bill, pero el cantante no tenía la misma resistencia física de su hermano. Bill cayó inconsciente, dejando caer la cabeza hacia un costado.

El secuestrador soltó una risa de gusto y caminó hacia los otros dos miembros de la banda, golpeando sin piedad sus rostros, hasta dejarlos semi inconscientes.

Entonces, Natalie se paseó detrás de las sillas de los jóvenes, retirando los sacos que cubrían sus rostros. Giró y caminó delante de ellos, tocando sus caras, con una sonrisa macabra.

El psicópata se ubicó detrás de la mujer, sujetándola por la cintura—. ¿Qué haces, cariño?

—Quiero que me vean. Que nos vean —respondió, ladeando el rostro para exponer su cuello al hombre, que llevado por la excitación de su triunfo, lamió la piel expuesta.

Natalie sujetó las manos del hombre y las deslizó por su torso, hasta sus senos, obligándolo a amasarlos, gimiendo de gusto.

El tipo no se hizo de rogar y bruscamente giró a la mujer, devorando su boca salvajemente.

—Ahí, en la mesa —mandó Natalie, señalando la mesa que contenía todas las armas de tortura.

El hombre asintió y sin dejar de meterle mano, movió a la rubia, guiándola hasta su destino, arrojando todos los utensilios al piso. Cuando la mesa quedó descubierta, la giró violentamente, dejando su vientre pegado al frío metal y levantó su corto vestido, desgarrando las bragas que llevaba y la penetró de golpe.

Natalie gimió fuerte y apretó los ojos. Ella era lesbiana porque las mujeres eran mucho más delicadas para los encuentros íntimos, pero sabía que sólo era cuestión de encontrar el lugar preciso, para poder disfrutar de ese abuso.

Los chicos no tenían nada que cubriera sus ojos esta vez, pero ninguno de ellos se animó a levantar la vista y ver lo que acontecía. Los gemidos roncos del hombre eran prueba suficiente de ello.

Lentamente, Bill recobró el conocimiento y vio con horror la expresión de dolor en la cara, cubierta de sangre de la rubia, mientras era embestida brutalmente por el secuestrador. Sin embargo, lo que veía no coincidía con lo que escuchaba. Natalie gemía cual puta de película porno, como si disfrutara del abuso al que era sometida.

¿Qué estaba pasando con su amiga? ¿Había perdido la razón? ¿Estaba adoptando el síndrome de Estocolmo con el hombre que los tenía secuestrados? ¿O realmente disfrutaba del sexo masoquista?

El gemido final del psicópata hizo que Bill bajara la cabeza, ya todo había terminado.

—Es hora de comer —dijo el hombre, saliendo sin cuidado del cuerpo de la chica—. Vamos, cariño.

Natalie hizo caso omiso al dolor de su cuerpo y se levantó con una sonrisa—. Muero de hambre.

Pero antes de salir de la sala de torturas, la mujer dio una mirada a los gemelos, sonriendo con agrado, había golpeado los lugares precisos, y ahora ambos tenían los ojos sumamente inflamados, estaban casi irreconocibles.

& Continuará &

¡¿Pero qué rayos ha pasado con Nataly?! ¿Qué creen ustedes?

Escritora del fandom

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