Familiar 7: Pacto

Familiar” Fic de MizukyChan

Capítulo 7: Pacto

Bill… me gustas —Bill jadeó y Tom aprovechó el momento para besarlo.

Sorprendido tanto por la frase, como por la acción del humano, Bill permaneció quieto, sintiendo la calidez de los labios de Tom sobre los suyos, hasta que el movimiento se detuvo y Tom se separó un poco de su rostro, para verlo a los ojos—. Me gustas.

Tom, no lo dices en serio.

El humano subió una pierna sobre el cuerpo del demonio, manteniéndolo fijo en su lugar y volvió a besarlo, mordiendo levemente el labio inferior de Bill, abriéndose espacio para colar su lengua dentro de aquella cálida boca, logrando que el pelinegro correspondiera su beso, con la misma o más intensidad que la de Tom.

El corazón de Tom latía desbocado dentro de su pecho, esto era tan nuevo y tan natural a la vez, que se sentía bien, lo sentía correcto. Este es el siguiente paso. Pensó, mientras la lengua del demonio se movía al compás de la suya y le sacó un jadeo que resonó por toda la habitación.

De pronto, la mano de Bill llegó a su pecho y lo separó de su cuerpo—. Tom, no.

El barbudo abrió grandemente los ojos y se sentó en la cama. Había estado tan seguro de que Bill sentía lo mismo, que ni siquiera había considerado la idea de que esta “atracción” fuera sólo de su parte. Bill siempre le decía que era guapo, pero él también lo era, tenía un recipiente hermoso, con cara de ángel, que no sólo lograba cerrar tratos que llevaban almas al infierno, sino que también le conseguía cuerpos con los que follar mientras él dormía en el cuarto del motel de turno.

Lo siento —dijo, levantándose de la cama, como si de pronto estar cerca de Bill le quemara—. No fue mi intención aprovecharme.

¿Aprovecharte? —Bill bufó y también se levantó—. Soy un demonio, Tom, no puedes aprovecharte de mi.

Ya lo hice, ¿no? Al pedirte que sanaras a mi mujer —respondió con rabia y vergüenza, pero tan pronto las palabras abandonaron sus labios, deseó no haberlas dicho. Empuñó las manos y caminó hasta la pequeña ventana, mirando hacia la oscuridad de la noche.

Bill notó el cambio en el ambiente y arrugó el ceño—. No te aprovechaste, Tom, pagaste por ello.

Tom tensó todo su cuerpo ante las palabras y se sintió sucio, como una prostituta a la que han desenmascarado delante de su familia.

Pagaste con tu alma por un milagro y ahora estás condenado a ser mi sombra el resto de tu existencia mortal. Tú mismo lo dijiste, Tom, soy lo único que tienes. No eres tú el que se está aprovechando, soy yo. Tú… —Bill soltó un suspiro tembloroso y continuó—, tú sólo estás confundido.

Pero Tom no lo estaba, giró con todo su cuerpo en tensión y dio unos pasos hasta cerrar la distancia que lo separaba de Bill, levantó el índice y picó directo en el pecho del pelinegro.

No tienes derecho a decir algo así —Bill arrugó el ceño, pero no dijo nada—. No estoy confundido, maldita sea. Te acabo de decir que me gustas. Llevamos seis malditos meses viviendo juntos, te he temido como no tienes idea, te he odiado con desesperación, pero ¿sabes qué?

Bill tragó pesado y, al ver que Tom se mordía el labio, preguntó—. ¿Qué?

En todo ese tiempo, nunca me has dado motivos para huir.

No puedes hacerlo.

Sé que no puedo, ¡maldición, Bill, escúchame! —exclamó Tom, sujetando a Bill por la ropa, sacudiéndolo un poco—. Sé que no puedo huir, sé que no puedo irme sin que lo autorices, sé que soy tu sombra, lo sé. Pero… —Tom soltó la ropa del demonio y dio un paso atrás, dejando una mano sobre el pecho del otro, como pidiendo que no desapareciera—, pero no es que no pueda, es que no quiero, ¿entiendes? No quiero alejarme de ti. Después del incidente yo, simplemente no puedo ni siquiera imaginar mi vida sin ti, no quiero regresar a mi antiguo hogar, no quiero ver a mi esposa, no quiero ver a mis antiguos amigos, no quiero nada de eso.

Tom… —susurró el pelinegro, pero se mordió el labio al notar la determinación en los ojos del barbudo.

¿Sabes qué es lo que quiero ahora? —Bill tragó, permitiendo que el humano continuara—. Quiero que seas lo primero que vea cada mañana al despertar, quiero cocinar con aderezos para que puedas cenar conmigo. Diablos, hasta quiero que ese idiota de Georg pruebe mis platillos y me llame Pelitos. Quiero poder ir a esos bares donde consigues tus clientes, sin meterme en problemas como la última vez, quiero ayudarte a colectar las almas que ya deben ser enviadas al infierno. Incluso quiero ayudarte con tus maldades mensuales, porque entiendo la desesperación de quien está al otro lado del contrato. ¿Pero sabes qué es lo que más deseo?

Bill sacudió la cabeza, no confiaba en el sonido de su voz, pero levantó su mano para poder sujetar la que Tom todavía tenía sobre su pecho.

Quiero que te quedes conmigo cada noche, quiero que me uses a mi para satisfacer tus deseos —bufó—. ¿Recuerdas lo que Georg dijo aquella vez, cuando intentó poseerme? Él dijo que para eso me tenías, que soy tu mascota para cuando te sientas demasiado flojo como para buscar sexo en otro lugar.

El pelinegro arrugó el ceño y apretó la mano de Tom, negando con la cabeza, pero el humano continuó, porque era como si las compuertas de la represa se hubieran abierto y ahora ya no había vuelta atrás. Él no quería volver a atrás.

¿Y sabes qué? Quiero eso, Bill.

Los ojos del pelinegro se abrieron de par en par—. Tom, no…

Escúchame, Bill, hemos vivido medio año juntos y contigo he estado más vivo que todo el tiempo que estuve casado. Me gustas. Me gustas mucho. No sé si es amor, no voy a mentir y decir que te amo, porque no lo sé, pero de algo estoy muy seguro, no estoy confundido. Sé lo que quiero y eso eres tú. Te quiero a ti, quiero besarte, quiero tocarte y quiero que me toques.

Y eso fue suficiente para Bill, quien se lanzó al cuerpo del humano, buscando su boca, besando desesperado aquellos labios que recordaba tan bien, que anhelaba cada noche, que lo llenaban de culpa y remordimientos, pero que no podía olvidar y por los que estaba dispuesto a morir.

Tom devolvió el beso con todo, envolvió sus brazos alrededor del delgado cuerpo y lo apretó contra sí, dando pasos hacia atrás, hasta que sus piernas tocaron la cama. Giró y llevó a Bill con él, hasta que estuvieron nuevamente sobre el colchón, el ronco gemido que escapó de la boca de Tom erizó la piel del pelinegro que sintió su miembro erguirse, obligándole a alzar las caderas en busca de contacto.

Tu boca es deliciosa —susurró el humano, dejando los labios brillantes del pelinegro, para bajar por su mandíbula hasta su cuello, lamiendo y dando pequeñas mordidas—. No sabes las veces que deseé que me besaras, las veces que soñé que me besabas, las veces que me toqué pensando en tus besos, como si ya los hubiera probado, como aferrándome a un recuerdo sellado en mi memoria.

Tom —el nombre salió como un gemido, endureciendo más la polla de Tom, que se frotaba insistentemente contra la suya.

El barbudo giró en la cama, permitiendo que el demonio quedara sobre su cuerpo, para poder acariciar su espalda y nalgas a voluntad, con la respiración agitada y el corazón al borde del colapso. Los ruidos de placer de Bill eran tan hermosos, que lo inspiraban a decir cosas.

A veces te siento antes de que aparezcas, es como si estuviéramos conectados, como si ya fuera tu familiar y tú, mi adorado amo.

Bill se detuvo y usó su poder para congelar a Tom—. ¿Qué has dicho?

No es necesario que me detengas, Bill, quiero hacerlo, quiero ser tu familiar —respondió el humano, pegado en la cama, como si estuviera atado por correas invisibles.

El demonio subió a horcajadas sobre el cuerpo del barbudo y se estiró para revisar su mano—. El tatuaje está intacto.

No es Georg. No estoy poseído, Bill —el pelinegro lo miró con el ceño apretado—. ¿Podrías, por favor, soltarme?

Bill se levantó de la cama y quitó sus poderes, soltando el cuerpo de Tom, quien se sentó en la cama y soltó una risita—. Lamento haber dicho eso.

Lo lamento por tus pelotas, Tom, porque me has cabreado —respondió el pelinegro. Tenía los ojos oscurecidos y Tom sabía que no debía meterse con él cuando estaba así, aunque también sabía que Bill nunca haría algo para dañarlo gravemente, nunca lo mataría sólo porque sí.

Lo siento —el barbudo bajó la cabeza y suspiró. Su erección dolía, pero esto era importante—. Lo siento, Bill, pero…

Nada de “peros”, Tom —Bill giró y lo miró con rabia.

Entonces, el humano levantó su mano y dijo—. Lumen —dejando que una pequeña llama iluminara la estancia, flameando sobre su palma.

¡Voy a matar a Georg! —Gruñó el pelinegro, haciendo que los muebles de la habitación temblaran.

Tom empuñó la mano, apagando la llama y se levantó—. No vas a matar a nadie más que a Lambert y yo te voy a ayudar.

No.

Estaré en ese aquelarre lo quieras o no, Bill. Te voy a ayudar a matar a ese brujo de pacotilla, aunque tenga que pedir ayuda a Heidi para transformarme —la determinación en la cara de Tom era tal, que Bill tuvo que respirar hondo, para no desaparecer ahí mismo y buscar a Georg para asesinar su castaño recipiente.

Escúchame bien, Tom.

No, escúchame tú, Bill —respondió el humano, sacando pecho—. Todo lo que te dije esta noche es cierto. Me gustas mucho, quizás demasiado para ser un demonio, y por lo mismo te voy a ayudar. Vamos a conseguir ese maldito grimorio, hechizo o lo que sea, y si para eso tenemos que quemar a todas y cada una de las brujas, lo haremos, porque yo voy a ser tu familiar.

& Continuará &

Chan, chan, chan, se esconde de Ady quien seguramente esperaba un lemon completo en esta escena, pero no, lo siento, no todavía. Pero todavía nos queda fic, así que los invito a continuar con la lectura.

Escritora del fandom

4 Comments

  1. Por un instante crei que habria un lemon con fuegos artificiales, pero no fue así. Tom esta determinado ayudar a Bill con su mision de matar a Adam y se lo ha dejado bien claro.
    Nos leemos en el proximo, saludos 😊

    • Tom nos ha demostrado desde la temporada 1 que es muy obstinado. Cuando toma una decisión, sigue con ella hasta el final y viviendo 6 meses con Bill, el demonio ya debe tener claro que el humano no se va a quedar tranquilo en casa, si lo que quiere es ayudar.
      Muchas gracias por el apoyo y lamento no haber incluido el lemon aqui jijiji. Besos.

  2. Jajajjaajjjaj *Ady saca su «libro de las sombras» al estilo Prue Halliwell y busca hechizos para Claudia* joder, sí, JODER era lo que tenían que hacer esos dos!!!, Bill ya estaba dispuesto, Tom dispuesto…carayyyy Tom porque hablaste???? Vale, que te lo pasa un poco porque toda la declaración de Tom sobre acompañar a Bill a las mismísimas sombras, a ejecutar maldades y todo por estar eternamente junto a él lo vale….imagino a esos dos bellos demonios caminando entre las sombras, en las penumbras del mismísimo averno, amándose , entregándose ante el deseo, lujuria y tampoco sé si se pueda decir amor pero siendo compañeros por toda la eternidad!!!
    Vamos Bill, accede, quiero leer eso y poder disfrutar después de un LEMON de aquellos que sabes hacer muy bien Mizu🌚❤️🔥🔥🔥🔥😏

    • Jajajajajaja, mi querida Ady, no sabes cómo disfruto de tus comentarios jajajajaja. Tendremos lemon, pero no todavía, antes, este par tiene una misión que cumplir. Pero te invito a seguir leyendo (y a buscar hechizos) para que este par pueda trabajar en equipo. Besos y gracias por tu apoyo

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