Notas: Penúltimo capitulo, espero que les guste *.*
«I need you» Fic de Millah
Capítulo 20
La fecha de la boda se decidió para dentro de cuatro meses. Bill quería una boda sencilla, pero Tom insistía en que debía ser una boda inolvidable para ambos porque después de esta no habría otra. El pelinegro aceptó sabiendo que Tom no cambiaria de parecer.
Esa tarde, después de que el rubio regresara terminaron de desembalar los muebles que habían comprado, los ubicaron en el lugar propicio y al terminar pidieron unas pizzas porque ninguno tenía ganas de cocinar, solo comer, darse una ducha e irse a la cama.
-¿Crees que Marla lo supere? -preguntó Bill mientras comían.
-La verdad… no lo se -resopló Tom -antes de que me fuera me dijo que no podría vivir sin mi, pero se que lo hizo para manipularme.
-Pero te preocupa ¿verdad? – el pelinegro notó que Tom sentía preocupación por aquellas palabras.
-Que va, no tiene importancia, esa mujer es capaz de todo para conseguir lo que quiere- mordió otro trozo de pizza, pero lo tragó con dificultad.
Bill no dijo nada más y continuaron comiendo en silencio hasta terminar. Pensando si había sido lo correcto dejarla sola.
.
Mientras se calentaba el agua, ambos se desnudaban sin dejar de mirarse y lanzarse sonrisitas coquetas, sabían lo que vendría después de meterse y dejar que el agua empapase sus cuerpos.
Apenas cerrar la puerta de vidrio de la ducha y dejar que el agua tibia mojara el cuerpo de Bill, Tom no se resistió a ponerlo contra la pared para comerle su dulce boca. Cuando se quedaba sin aliento liberó sus labios y bajó por su plano y suave abdomen, el que lamió hasta llegar a esa delgada y pálida erección que palpitaba sutilmente frente a sus ojos. Besó la suave punta y la metió por completo en su boca, chupando lentamente hasta casi hacerle terminar, soltándolo antes. Bill le imitó, lamió todo el contorno su pene, que era mucho más grueso, degustó el sabor del liquido pre seminal y también se detuvo cuando le sintió a punto de acabar en su boca.
Subió rozando su piel con la de Tom, se apoderó de su boca y le soltó para girarse, apoyarse en la pared y alzar su trasero, el que alzó hasta la altura del miembro de su amado y acercó invitándole a penetrarle. Aquello fue suficiente para que el rubio entrara delicadamente en el cuerpo su cuerpo y comenzara a hacerle el amor pausadamente al principio, aumentando el ritmo cuando le sintió completamente dilatado. Empujó con desesperación dentro de Bill para acabar pronto con esa tortura retenida dentro, quería estallar ya y arremetiendo una última vez, liberó su calida esencia dentro de aquel cuerpo que suplicaba jadeante también por acabar. Sin salir aun de él, el rubio tomó su miembro y lo masajeó para ayudarle a culminar, enterándose de aquel orgasmo cuando Bill dejó escapar un fuerte gemido y echó su cabeza hacia atrás pegando su pelo mojado en el rostro ruborizado de Tom.
Momentos después, separaron sus cuerpos y descendieron abrazados hasta quedar arrodillados mientras el agua de la ducha caía como lluvia por sus cansados cuerpos.
-Seis días después-
Bill pasó de largo los casilleros y se dirigió directo a la oficina de David, golpeó y entró cuando escuchó un «adelante». Con una tímida sonrisa, caminó y se detuvo frente al escritorio del mayor, que le miraba extrañado al verlo callado y nervioso.
-¿Pasa algo? -preguntó inquieto.
-Muchas gracias David, por todo lo que hiciste por mí -dijo dejándolo aun más intrigado.
-¿A que viene todo esto?
-Renuncio -dijo bajando la mirada.
-¿Cómo que renuncias? -inquirió David levantándose de su silla.
-Lo siento David, pero ya no necesito trabajar… al menos no de momento- sonrió.
-Está bien. Ahora tienes a alguien que te mantenga, lo comprendo, créeme que si… -caminó hacia Bill- pero si renuncias no te veré nunca más y… y… no quiero eso -dijo con la voz temblorosa -se que tu nunca serás para mi, pero moriría de pena si no te volviera a ver.
Bill sonrió- no digas eso, siempre que pueda vendré a verte, jamás me olvidaría de alguien que me ha ayudado tanto.
-¿En serio?
-Si, además quiero que asistas a mi boda.
-Tom me mataría si voy –volvió a ocupar su escritorio.
-Ya lo hablé con él y está de acuerdo. Recibirás el Parte dentro de poco… David, de verdad espero que vayas.
-Iré- asintió el mayor con la mejor de sus sonrisas al ver que Bill estaba bastante ilusionado de verle allí.
Se despidieron y Bill volvió a casa para terminar de trasladar las últimas cosas de los niños que aun no se mudaban a vivir con ellos.
.
Aquella tarde, mientras terminaban de instalar los muebles en las habitaciones de los pequeños, a Charlize se le ocurrió que quería ver a su madre.
Tom dudó al principio, pero accedió comprendiendo que a pesar de todo su hija nunca la podría olvidar, fuera mala o no, ella seguía siendo su madre.
Le dijo que se cambiara de ropa mientras él le cambiaba a Nicholas, talvez sería bueno que Marla viera a sus dos hijos después de tanto tiempo. Dejó a Bill terminando la lista de invitados junto a Simone y Jörg, y se fue a «visitar» a la mujer que alguna vez amó con todo su corazón.
Al llegar, la casa estaba extremadamente silenciosa. Llamó repetidas veces a Marla pero ella no se asomaba ni contestaba, subió entonces con Nicholas en sus brazos, pero al pisar el noveno escalón un olor a descomposición le hizo detenerse. Enseguida aquellas palabras de Marla llegaron a su cabeza. Rezó por estar equivocado, pero antes de seguir bajó para dejar a los niños en la sala y le pidió a Charlize que cuidara a su hermano.
Subió rápidamente, pero con el cuerpo temblándole por el miedo de talvez, estar en lo cierto. A cada paso que daba, el desagradable olor penetraba más a fondo en su nariz, se paró frente a la puerta y abrió lentamente, para encontrarse con la imagen más espantosa de su vida.
Marla yacía en su cama, semidesnuda y con la piel en un tono blanco verdoso, de sus finas muñecas descendía un río seco de sangre que continuaba coagulada por el piso, muriendo en un charco seco y maloliente. Sus ojos estaban fuertemente cerrados, como si aun sintiera dolor y su cabeza colgaba en la orilla de la cama. Llamó a la policía de inmediato y se dispuso a salir porque la peste en el lugar era insoportable, pero al voltear vio que Charlize observaba todo parada entre la puerta semiabierta.
-¡Charlize! -gritó sacándola inmediatamente de ahí -¡te pedí que te quedaras con tu hermano!
-¿Qué le pasa a mamá? -preguntó como si estuviera en trance.
Tom estaba muy nervioso -¿por qué no te quedaste con Nicholas?
-Quiero ver a mamá – le pidió la niña con los ojitos llorosos.
-No cariño, no puedes…
-¿Por qué no?
El rubio la tomó de la mano y bajó con ella, vio que el pequeño caminaba tambaleándose por el lugar vacío y se arrodilló frente a ella. Dándose cuenta de que no valía la pena ocultárselo, decidió contarle la verdad -cariño -suspiró -mamá ha muerto.
La niña cerró sus ojitos y comenzó a llorar -¿murió… porque… la dejamos… sola? -preguntó entre hipos.
Esa pregunta rebotó una y otra vez en la cabeza del rubio, tal vez si, pero sabía muy bien que a ella no le importaba el que sus hijos la abandonaran, su único interés era que solo Tom permaneciera a su lado.
-No abejita. En realidad no se por que pasó esto -mintió para no crear más penas a su pequeña hija, que ya suficiente había sufrido.
La abrazó con fuerza y besó su frente – vamos a casa cariño, ustedes no pueden estar más tiempo aquí.
.
La policía llegó junto con una ambulancia, el médico forense inspeccionó el cuerpo y constató sin dudas que se trataba de un suicidio y que había ocurrido hacia seis días.
Tom dio a conocer la triste noticia a su familia, quienes quedaron impactados porque jamás creyeron que Marla era capaz de hacer algo así. Sin perder el tiempo, contrataron los servicios de una funeraria para que el funeral se llevara a acabo lo más rápido posible debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo.
Los padres de Marla habían muerto hacía mucho tiempo por lo que contaba solo con tres hermanos, a los cuales no veía por no tener una buena relación. Sin embargo y a pesar de las infinitas diferencias entre ellos, su muerte les caló hondo. Viajaron desde Francia y participaron del funeral. Marla fue cremada y sus cenizas serían lanzadas al mar, Tom recordaba con melancolía que fue en una playa donde se vieron por primera vez.
Todos, incluso Bill, estaban sorprendidos por la decisión que tomó Marla. Pero toda su preocupación estaba puesta sobre Charlize, después de haber visto esa terrible escena tendrían que estar al pendiente de la pequeña día y noche.
El funeral se llevó a cabo al día siguiente, y la única persona que derramó lágrimas por Marla, fue Charlize. Ella muy en el fondo de su corazón, sabía que su madre la quería a pesar de demostrarle lo contrario, lo único que se preguntaba era por que jamás se lo demostró. Pero esa sería una pregunta que jamás tendría respuesta.
-Un mes después-
-¿Crees que es prudente que se lleve a cabo la boda? después de todo ha pasado muy poco tiempo.
-También lo he pensado Bill, pero sería muy injusto que canceláramos la boda.
-Pero aun no mandamos los Partes, podríamos esperar.
-¿Sabes qué pienso? -preguntó abrazando a Bill, sobre su pecho – pienso que debemos preguntarle a Charlize, ella es la que más ha sufrido la muerte de Marla, creo que es ella quien debe decidir.
Bill suspiró y asintió. Se incorporó en la cama y besó a Tom antes de levantarse. El desayuno fue el momento perfecto para preguntar a la pequeña si estaba de acuerdo o no.
-Liz, tu papá y yo queremos hacerte una pregunta -habló Bill mientras le servía un poco de leche.
La niña asintió mientras bebía.
-¿Te parece bien que se lleve a cabo la boda? -preguntó Tom.
La niña les miró confundida – ¿por qué me preguntan eso a mí?
-Por que sabemos que aun estás triste, cariño –Bill acarició su pelo.
-No estoy triste Billy. Solo me da pena que mamá nunca me dijo que me quería.
-Todos sabíamos que tu mamá era una persona… difícil de comprender -dijo Tom para hacerla sentir mejor.
-Si papi, lo se. Pero yo no quiero que se suspenda la boda, quiero que ustedes se casen porque se quieren mucho y porque quiero que Billy nos cuide para siempre -sonrió la niña.
Bill y Tom corrieron a abrazar a Charlize mientras le decían una y otra vez cuanto la querían, a ella y a su pequeño hermanito, que sentado en su sillita reía con aquella tierna escena, como si entendiera que aquellos mayores darían todo por su felicidad y por la de su hermana. Pareciera comprender a pesar de no ser consiente de la muerte de su madre y de todo el sufrimiento que causó, que esas dos personas que reían frente a él les harían vivir un futuro lleno de paz, de comprensión, de cariño, y lo más importante… de amor.
Continúa…
GRACIAS POR LEER!!