Ilusión 4: Demonio

«Ilusión» Fic de MizukyChan

Capítulo 4: Demonio

Tom retrocedió un paso al ver los ojos negros de Bill, quien parpadeó y nuevamente recuperó su forma original, con las iris de tonalidad avellana, rodeadas de blanco, como un ojo normal.

¿Un demonio?

Sí, soy un demonio, Tom, no uno cualquiera, un negociante. Cumplo los deseos de venganza de alguna persona a cambio de su alma, un negocio excelente, si me lo preguntas. Creo que el valor de las almas está sobre-valorado —sonrió de lado.

Tom se estremeció—. ¿Por qué me cuentas todo esto?

Porque eres un buen tío, Tom. Y…

¿Y?

Te borraré la memoria.

¿Qué?

Tienes buenas intenciones, tu personalidad es honesta, joder eres lo más íntegro que he visto en… no sé, en años. Y no podría tocarte, no puedo dañar personas buenas, ¿me sigues?

Y como no puedes dañarme, ¿me borrarás la memoria?

Bill se alzó de hombros y se sentó en la cama—. Bueno, no toda la memoria, sino más bien, este encuentro y todo lo relacionado conmigo —levantó el índice para señalar su laptop—. O sea, toda tu investigación.

¿Y qué pasará con Lucille?

Bill bajó las curvas de sus labios—. No es mi problema.

No es tu problema —Tom repitió las palabras en forma extremadamente baja—. Claro que no es tu problema, es MI jodido problema —levantó la voz, haciendo sonreír al pelinegro.

El gatito está sacando las garras. Adoro cuando eso sucede —chistó y volvió a ponerse de pie, para dirigirse hasta la mesa y llenar los pequeños vasos hasta el tope—. Ven, brindemos.

Tom caminó junto a él y vació el vaso de un trago, tosiendo cuando el fuerte licor quemó su garganta.

Oye, Bill…

¿Mmm?

¿Puedes sanar a mi esposa usando la alquimia?

Sí, podría —respondió el demonio, llenando nuevamente sus vasos—. Pero ya te dije que…

No hay venganza. Sí, lo entiendo, pero… ¿podría darte mi alma a cambio? No me molestaría.

No hay un acto de maldad involucrado, Tom —respondió el pelinegro, sintiendo lástima por el hombre—. No podría atar tu alma al contrato si no hay un hecho maligno de por medio.

Podría hacer algo malvado —dijo Tom, bebiendo de su vaso. Bill lo miró y sonrió. Este hombre era adorable, no había una gota de maldad en él—. Podría matar a alguien. Tengo un arma —dijo, tocándola con un dedo, pero sin llegar a sostenerla.

Claro, con lo buenote que eres, terminarías en prisión, siendo la perra de tu compañero de celda —respondió el demonio, bebiendo de su vaso también—. No, señor, no quiero eso.

¿Y qué te importa a ti? ¿Eres un demonio, no? —Lo provocó Tom, tocando su vaso para que Bill volviera a llenarlo—. No debería importarte lo que me pase a mi.

Si alguien va a probar ese cuerpazo que tienes, preferiría hacerlo yo.

Podría dejarte, ¿sabes? —Bill levantó la mirada y Tom pudo jurar que vio como sus pupilas se dilataban—. Dejaría que me follaras, si es que eso cuenta como acto de maldad.

Bill soltó una risotada—. Tal vez en la Edad Media, Tom, ahora el sexo no es para nada un acto de maldad, ni por mucho fetiche que incluyas. El sexo es natural, viene con tu cuerpo, así que no, no cuenta —se alzó de hombros.

Mierda, Bill, déjame hacer algo —Tom vació nuevamente su vaso, ya casi no apretaba los ojos al sentir el escozor—. Quiero salvarla. ¿De qué me sirve tener un alma, si no podré estar con mi esposa?

Bill lo miró un momento, sopesando las posibilidades y luego agregó—. Cualquier otro aceptaría lo que estás ofreciendo, Tom, pero yo no, soy un demonio justo. Me gusta el orden y que la balanza esté estable.

Entonces, no lo harás. ¿No aceptarás mi alma?

Bill soltó un suspiro—. Aun si aceptara, Tom, tu mujer ya fue diagnosticada con muerte cerebral. Ella ya murió. Lo que queda es sólo una concha vacía. Un cuerpo atado a la vida por un respirador artificial. Si la regreso, podría no ser completamente ella, ¿sabes?

¿A qué te refieres?

Nunca has escuchado el dicho: “lo que ha muerto debe permanecer muerto”.

No —Tom arrugó el ceño. ¿Qué clase de frase era esa?

¿Alguna vez viste “Cementerio de Animales”?

No.

Bill rodó los ojos, este chico era demasiado bueno para ser real—. Si alguien ha muerto y es regresado a la vida, a veces vuelve fragmentado, le faltan trozos y esos espacios vacíos se llenan de espíritus que no son suyos.

¿Te refieres a que son poseídos?

Algo así, pero no como en las películas de exorcismos —respondió el pelinegro, vaciando su vaso otra vez—. Esas personas se llenan de maldad.

Oh… —Tom arrugó el ceño—. ¿Quieres decir que mi Lucille sería malvada?

No al grado de convertirse en un asesino en serie —bromeó el demonio—, pero ya no sería la dulce esposa que conociste y amaste. Sería más amarga, se molestaría con mayor facilidad, sería más propensa a las malas palabras.

Oh, eso no es tan malo.

No, por supuesto que no, pero la gente que los espera, no siente eso. Sienten que esa persona ya no es la misma.

Podría vivir con eso —agregó Tom, como si la decisión ya estuviera tomada—. Podría vivir con eso y sin mi alma.

Tampoco te quitaría el alma ahora. Eso ocurre cuando desencarnas.

¿Eh?

Cuando mueres.

Oh.

Quitarle el alma a un humano vivo es igual a convertirlo en otro Hittler. Es quitarle la humanidad, convertirlo en un robot. Si no tiene sentimientos, es capaz de hacer lo que sea.

Oh. —Tom alzó las cejas—. ¿Ha pasado antes?

Sí, sólo revisa los libros de historia, cada gran asesino fue un humano sin alma —respondió el demonio, llenando los vasos una vez más.

Tom vació su trago y golpeó la mesa con el vaso—. ¿Y cuál es el truco?

¿El truco?

Sí, el truco. Tendrás mi alma cuando muera, es decir que me matarás pronto, ¿no?

Bill soltó una sonora carcajada, dejando perplejo a Tom—. ¿Crees que alguien como yo se preocupa de algo tan insignificante como el tiempo? ¿Qué edad crees que tengo, Tom?

Tom lo miró fijamente, meditando—. Unos dieciocho.

Este cuerpo —se tocó el pecho—. Bill Muller, tiene veinte. Y los ha tenido por los últimos cuarenta años.

Wow —Tom abrió grandemente los ojos.

Lo sé. Es un tipo atractivo y además, tiene cara de ángel —sonrió de lado—. Le da confianza a la gente cuando beben con él en el bar y le cuentan todas sus desgracias y cómo les gustaría matar a tal o cual persona.

Tom asintió. Estaba de acuerdo, hasta él pensó que Bill era un ángel y resultó ser todo lo contrario.

La botella quedó vacía cuando Bill llenó por última vez los vasos de ambos—. Brindemos.

Sorprendido, Tom sostuvo su vaso y lo alzó, chocándolo junto al de Bill y lo bebió de un trago.

Bien, Tom, ha llegado la hora. Ha sido un placer conocerte, de verdad eres un tipo agradable y también muy guapo, un encanto para deleitar la vista —Bill sonrió—, pero debo borrarte la memoria.

¡Espera! —exclamó el castaño, levantándose de su asiento.

Bill rodó los ojos—. ¿Y ahora qué? No te preocupes, no te dolerá. Mañana despertarás bien, sólo sufriendo una resaca, por tomar de este condenado vodka barato —agitó la botella para dar efecto a sus palabras.

No quiero perder mi memoria. De verdad quiero darte mi alma. Haré lo que sea por salvar a Lucille. Lo que tú consideres un acto de maldad, lo haré.

Bill achinó los ojos—. ¿Lo que sea? ¿Estás seguro, Tom?

Lo estoy.

Ya no serás el buen hombre que se ha gastado todo por mantener viva a la esposa que milagrosamente despertará de la muerte cerebral, ¿estás consciente de eso?

Tom asintió—. Haré lo que sea. Incluso moriré ahora mismo si así lo deseas.

¿Y no disfrutarás de la nueva vida que le darás a tu mujer?

Los padres de Lucille estarán felices con su regreso. Ellos la cuidarán bien. No importa si yo ya no estoy en su vida.

Bill pasó la lengua por sus labios—. Creo que iré al infierno por lo que voy a hacer.

Tom sonrió—. ¿No que eres un demonio? Supongo que ya has estado ahí.

No me gusta corromper gente buena, Tom, por muy demonio que sea. Pero el albedrío es lo más valioso que tienen los humanos, además de su alma, y si tú haces esto por tu propia libertad, entonces…

¿Aceptas? —Tom sonrió—. ¿Vas a sanar a mi mujer?

Lo haré.

¿Y qué tengo que hacer?

Pues…

& Continuará &

Ok, esta es la parte que me gusta… ¿qué creen ustedes que pedirá Bill para aceptar el trato? ¿Cuál será el acto de maldad que hará que cometa Tom para atar su alma al contrato? Muero por leer sus comentarios.

Escritora del fandom

6 Comments

  1. Si Tom me rogara tanto para darme algo, yo no hubiera tenido la fuerza de voluntad de ese demonio para negarselo tantas veces xD

    • La verdad es que Bill tiene un motivo para portarse así, aunque eso no se sabrá todavía. En todo caso, tienes razón, cualquiera se habría aprovechado de la situación y habría tomado a Tomichu jijijiji

  2. Tengo curiosidad por cómo fue que el demonio consiguió el cuerpo de Bill.
    Me sorprende lo bueno y honesto que es el demonio y por eso no puedo imaginar que le pedirá a Tom.
    Siento que Tom va a cometer el peor error al aceptar el trato cuando las consecuencias son horribles y su esposa ni siquiera regresará al 100%.

    • Sobre Bill, pues sabremos más de él, aunque no en esta temporada, así que te invito a seguir leyendo la serie. Y sobre el pacto, pues a leer el final, porque ahí se mencionará.
      Muchas gracias por el apoyo.

  3. No se me ocurre nada que podria pedir Bill, pero me parece increible como lucho por resistirse a los ruegos de Tom, hasta que finalmente acepto.

    • Recuerda que Bill dijo que no le gusta corromper a los que son realmente buenos. Tom aquí no tenía ningún deseo de maldad, por eso a Bill le costó tomar la decisión.

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