Long-Fic TOLL escrito por MizukyChan
«INCUBUS» Capítulo 12
Después de haber pasado una noche maravillosa, Tom y Bill despertaron con el mejor de los ánimos. Apenas abrieron los ojos, se sonrieron mutuamente.
—Dios, Bill, sólo contigo consigo dormir así —Admitió Tom, de hecho nunca había dormido tanto, como lo hacía cuando estaba con el pelinegro.
—No soy yo, esta cama es maravillosa —dijo Bill sonrojado.
—Vamos a arreglarnos o llegaremos tarde —Le sugirió el trenzado y ambos se levantaron, rogando porque sus pantalones no estuvieran manchados, por lo acontecido después del “masaje”.
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Al medio día, Luka llegó con su estuche musical al hombro y partió a su lugar en la cocina. Los G’s eran los más felices ya que la ayuda a esa hora determinada les facilitaba mucho más las cosas. Pero Bill y Tom no dejaban de correr en el frente de la tienda.
Las chicas seguían acosando al trenzado y Bill fruncía el ceño molesto ante el “descaro femenino”.
Cerca de dos horas más tarde, Luka salió para ayudar en el frente, ya que a Tom se le había ocurrido otra de sus famosas promociones y las chicas se agolpaban en el mesón para pagar cosas más costosas y ganar el añorado premio prometido.
—Le daré una mano —afirmó el chico, a un molesto pelinegro.
—Como quieras —Le dijo fríamente. El chico fue en ayuda de Tom, quien no paraba de sonreírle. Bill estaba realmente que estallaba.
—Bill, espantas a las clientes con esa cara —comentó el trenzado, con una sonrisa burlona.
—¡Cállate! —Le mandó. Tom entonces lo tomó de la mano y dejando a las alborotadas chicas hablando solas, lo arrastró hacia los baños y cerró la puerta con seguro.
—¿Qué sucede contigo? —Le encaró, nunca lo había visto así de desagradable.
—¡Nada! ¡No me pasa ni una maldita mierda! —Habló fuerte, Tom lo miró confundido.
—Quieres volver a casa, con Luka podríamos cubrirte, te ves cansado y con esa actitud…
—¡Cállate! ¡Este es mi negocio y no me voy a ninguna parte! —agregó desafiante.
—Está bien, tranquilízate —pidió Tom, poniendo uno de sus mechones negro detrás de su oreja, Bill se sonrojó.
—Lo siento —Bajó la mirada avergonzado.
—Está bien, estás cansado, eso es todo. Ven —Se acercó y le estrechó en un abrazo. Bill le correspondió, siempre se sentía tan bien allí, es como si sus cuerpos encajaran a la perfección, como si se pertenecieran. Tom hizo círculos en su espalda y el pelinegro soltó un sonoro suspiro.
—Lo siento, Tom.
—Ssshhhh —Tom se separó un poco y le vio a los ojos. Bill mantuvo la mirada, con un rubor en sus mejillas, pero no quería apartarla, sentía que se perdía en aquellos ojos chocolate.
Tom acercó su nariz y con ella acarició el rostro del pelinegro, quien se dejó hacer y volvió a suspirar, entonces el trenzado viendo que no había alejamiento, lentamente… acercó sus labios y los posó lentamente sobre los otros… que se sentían tan dulces… tan suaves… mejor que en las noches de Incubus. Fue un sólo roce, tranquilo y delicado, Bill retrocedió un poco y miró a Tom, sin miedo esta vez, sin horror, sólo con un gran sentimiento de… paz.
—Gracias, Tomi —Se separó de él y salió del baño, tranquilo y relajado. Ese Luka podía coquetearle todo lo que quisiera a Tom, pero aquel trenzado maravilloso, le había besado… a él, ya no había lugar para los celos… ellos se pertenecían…
Al salir, vio a Luka desesperado corriendo con una bandeja, sin dudarlo fue en su ayuda y le sonrió tiernamente.
—Te ayudaré —susurró cordialmente. Luka le sonrió y dijo.
—Que bueno.
—Tom salió del baño en estado de shock, pasando uno de sus dedos por sus labios y suspirando bobamente. Luka lo vio y fue hacia él.
—Ahora ya todo está bien —Tom lo miró con una mirada interrogante y el otro chico sólo sonrió y fue a la cocina por otra orden.
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Al terminar el día, Georg se acercó a Bill en la cocina, mientras Gus y Tom limpiaban en el frente. El castaño, tenía una sonrisa malévola en el rostro y le preguntó.
—¿Bill? Te veo muy contento este día… Acaso… ¿Tuviste uno de esos sueños tuyos? —El aludido se sonrojó notoriamente y tosió.
—Cof, cof, cof, Geo ¿Cómo preguntas eso aquí? —dijo asomándose, para asegurarse que nadie había oído eso.
—Es verdad, hombre, te ves muy… feliz. Y ya creo saber, quién es el misterioso hombre de tus sueños —comentó, levantando el dedo índice.
—¿De qué hablas? —Quiso excusarse el moreno.
—Hablo de un guapo trenzado, que te hace enojar y que con un abrazo te vuelve a hacer feliz —Bill se sonrojó aún más, si eso era posible y se sentó.
—Geo… ¿Qué voy a hacer? Me gusta y… mucho —Suspiró.
—Pues… dile… —Soltó simplemente, moviendo su largo cabello.
—¿Qué? Es hombre, Geo, yo no soy… gay —Se defendió, pero se sintió apesadumbrado, sabiendo que no era verdad—. Bueno… tal vez sí lo sea… es que… tú ves cómo es Tom, es todo un galán, yo… sólo voy a sufrir a su lado —Volvió a suspirar—. ¿Has visto la cantidad de mujeres que lo acosan?
—Sí las he visto, pero también me doy cuenta de cómo te trata a ti, y no se ha portado así con ninguna chica, Bill —Se sentó a su lado—. ¿No has pensado que él también sienta cosas por ti? —Bill recordó el beso de esa tarde y suspirando asintió—. Creo… que deberías arriesgarte.
—Mi alma, Geo, mi padre me excomulgará… no quiero ir al infierno —explicó angustiado el moreno, su amigo le miró y sintió lástima de él, pobre chiquillo, cómo a su edad, en pleno siglo XXI, podía seguir creyendo en esas absurdas e ilógicas tradiciones.
—Sabes, Bill, tu padre no tiene por qué enterarse —Le dijo guiñándole un ojo. En eso los otros chicos entraron a la cocina.
—Hoy ha sido un día estupendo —comentó Tom, con la cara llena de felicidad, obviamente recordando el beso compartido con su pelinegro.
—Es verdad, Luka fue de gran ayuda —Añadió el rubio, ajustándose las gafas.
Bill, con la sola mención de aquel nombre, se sintió abrumado.
—Ya vámonos, quiero descansar —dijo sin ganas el pelinegro.
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Una vez en casa, Bill estaba nuevamente sumido en sus pensamientos tristes acerca de la imposibilidad de estar con Tom. Mientras éste preparaba una deliciosa comida en la cocina.
—¿Bill? Ven a comer —No tuvo respuesta y fue en busca del moreno, quien se hallaba tendido en la cama, abrazado a una almohada—. ¿Bill?
—No quiero, Tom, no estoy de humor —susurró sin mirarlo. El Incubus saltó en la cama, haciendo que Bill se moviera y sonriera.
—No me vengas con eso —Se acercó peligrosamente a él y muy cerca de su oído dijo en un susurro—. Debes comer algo, para que te pongas aún más bello —Bill se estremeció por el calor de su aliento y por sus palabras.
—No juegues, Tomi —Evitaba mirarle a los ojos. El trenzado se preocupó.
—Billy, si estás así por lo de esta tarde…
—Me gustó —Confesó el pelinegro, haciendo sonreír al demonio.
—¿De verdad? —No pudo contener la emoción en su voz.
—Sí… pero… Tomi… —Lo miró angustiado—. No creo que esto sea apropiado… somos hombres.
—Lo sé, Billy, es lo más extraño que me ha pasado en la vida… y créeme que he visto cosas extrañas —comentó, recordando el submundo.
—¿Y cómo te sientes?
—Tú me haces sentir el ser más afortunado de este jodido planeta, Billy —Le acarició el cabello con dulzura, el pelinegro no pudo evita soltar un suspiro y esbozar una sonrisa por tanta cursilería… justo como a él le gustaba.
—No puedo creer que alguien como tú, tan mujeriego, me diga eso —Confesó dándose ánimo y acariciando también la mejilla del otro.
—Ya no soy mujeriego… ya no más…
—¿Otros hombres? —Bill alzó una ceja.
—¿Qué, estás loco? Los hombres son horrorosos… excepto tú, claro —Le guiñó un ojo.
—¿Y Luka? Actúas extraño con él —Le acusó, quitando su mano, completamente… celoso.
—No sé de qué hablas, sólo trato de ser cordial, es nuestro colega ahora… Además —Tomó su barbilla para asegurar el contacto visual—. Nadie, Bill, nadie me ha llamado la atención, con nadie siento la paz que sólo tú me haces sentir… eres… eres único, Bill… Déjame… amarte —Le pidió acercándose para unir sus labios.
El pelinegro no se alejó y recibió aquellos labios carnosos en los suyos, sólo que esta vez, entre-abrió su boca para profundizar el beso. Tom estaba complacido, nunca había besado a nadie sin su poder de Incubus y se sentía en la gloria.
Bill le acercó más con sus brazos alrededor de su cuello. El beso era lento, húmedo y lleno de sensaciones nuevas. Bill se dejó llevar y acarició aquellas trenzas que tanto le gustaban.
Tom se ubicó mejor y estaba casi sobre el cuerpo del pelinegro, temeroso de asustarlo se apegó a él poco a poco, Bill gimió ante el contacto del otro cuerpo y abrió los ojos, encontrándose con las pestañas del trenzado, completamente concentrado en el beso, volvió a cerrarlos, y sintió el calor inundarlo, bajó sus manos por la espalda de Tom, era tan grande, tan fuerte, tal como la había sentido en sus sueños, y al recordar como su cuerpo era embestido por el trenzado, su entrepierna cobró vida, un bulto considerable se ubicó allí y de pronto el cuerpo de Tom se friccionó contra él de manera deliciosa.
—No, Tom —Jadeó débilmente, como queriendo protestar, pero fallando miserablemente. Su boca fue nuevamente apresada y él recibió la lengua contraria con gusto.
—Mmm —Oyó la ronca voz de Tom y se excitó aún más. Él mismo levantó su pelvis y pudo sentir la dureza de su pareja sobre él.
—Ooohhh —Jadeó nuevamente—. No debo… Aaahhh.
—Sólo déjate llevar —Tom besaba su níveo cuello sin pudor.
—Pero…
—No haremos nada más que esto… no te preocupes… —Le tranquilizó y el pelinegro le creyó, confiando plenamente en el cuidado que Tom siempre le había dado.
—Confío en ti —susurró y se dejó hacer. Tom no dejaba de besarle, los labios, el cuello, los oídos, sin dejar de frotar sus miembros vigorosamente—. Aaahhh Tomiiiii.
Eso era alucinante, Estaba con su amado Bill, de día, sin poderes, nada que los separara, era ideal. Sentía como los dedos de sus pies de cruzaban presos de la corriente eléctrica tan familiar y ambos se corrieron fuertemente. Pudieron sentir la humedad de sus pantalones y no les importó. Tom se puso de lado y abrazó al pelinegro posesivamente.
—Siento que te amo, Bill —El aludido recordó esas palabras de su sueño y se sonrojó.
—Oh, Tomi —Enterró su cara en el cuello de su trenzado y respiró su aroma masculino.
—Mi amor —Repartió pequeños besos por toda su cara, feliz. Por primera vez en su existencia, se sentía pleno y dichoso—. ¿Vamos a comer?
—Sí…
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Por la noche, al otro lado de la ciudad, los padres de Bill se fueron a dormir pacíficamente, sin percatarse que una presencia maligna les miraba desde las sombras.
—Que comience la venganza —musitó en un susurro Jared, el Incubus amigo de Tom.
Haciendo uso de sus poderes durmió profundamente a la mujer y él tomó la apariencia de su amigo trenzado para despertar al obispo.
—¿Jorg? —El hombre abrió los ojos y se horrorizó al ver a este ser con los ojos de fuego, mirándole de esa manera tan fría.
—¿Qué haces en mi casa? —Le reclamó el mayor con la voz más débil de lo que hubiera deseado.
—Vine a darte un mensaje bastardo —Le escupía las palabras—. No te metas con lo que es mío… o te arrepentirás.
—Deja en paz a mi hijo, él no se merece que un ser maligno como tú se le acerque —El hombre sacó fortaleza para defender a su hijo.
Jared procesaba la información… “Mi hijo” o sea que en verdad Tom estaba con un hombre, eso tendría que verlo… sonrió con malicia.
—Verás, Jorg… hoy te daré una lección, que se repetirá si vuelves a meter tus narices donde no te llaman —habló el Incubus de manera despectiva.
—¿Lección? ¿De qué hablas? —El hombre estaba cada vez más asustado.
—De esto —El demonio chasqueó los dedos y fueron transportados al submundo, donde una serie de criaturas deformes y extrañas… habitantes del infierno…vivían, éstas al ver al humano, sabían exactamente lo que debían hacer… y lo disfrutarían.
Cuatro formas viscosas se acercaron al hombre, cada uno tomando una extremidad de Jorg, una quinta entidad llegó y utilizando sus brazos afilados, arrancó la vestimenta del hombre. El obispo completamente presa del pánico, comenzó a rezar fuertemente, pero las oraciones no le salvarían de los violentos ultrajes que le proporcionaron aquellas criaturas.
Después de horas de brutal abuso. Jared reía inconteniblemente, aún en su disfraz de Tom, y chasqueando los dedos, retornó a Jorg a su casa, dejándolo completamente inconsciente.
Por la mañana, la mujer sacudía a su esposo, al ver que no despertaba.
—¿Qué te ocurre, Jorg? —El hombre no contestaba, fue entonces que la mujer vio la desnudez de su esposo y las horribles marcas que tenía en el cuerpo, brutales llagas aún sangrantes. Rápidamente llamó a una ambulancia y luego a cada uno de sus hijos.
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Bill estaba enfundado en su pijama, abrazando a Tom, durmiendo con una sonrisa en sus labios, cuando el sonido insistente de su celular lo despertó.
—¡Mierda! ¿Quién llama a estas horas? —Se levantó con cuidado de no despertar a Tom, pero fue inútil.
—¿Qué pasa, amor?
—Mi celular. ¿Dónde está?
—Tal vez en tu pieza, cielo —respondió con una sonrisa, después de jugar la noche anterior se habían dormido en la cama de Tom, como si fueran una pareja que lleva años junta.
Bill corrió a su cuarto y contestó.
—¿Aló, mamá?
—Hijo, algo terrible ha pasado —Su tono de voz era débil por la angustia.
—¿Qué pasa, mami? —Bill se preocupó de inmediato.
—Tu padre, Bill, fue atacado anoche, estamos en el hospital —Bill casi se queda sin aliento.
—Voy para allá —Colgó rápidamente y tomó unas prendas de vestir. Tom venía con una sonrisa en los labios, que se perdió al ver a Bill tan desesperado.
—¿Qué sucede? —preguntó preocupado.
—Mi padre —Lo miró—. Fue atacado anoche. Está en el hospital.
Bill sentía que todo esto era culpa suya, que era un castigo divino por haber transgredido la ley de castidad y estar con un hombre. Por su parte Tom pensó, que tal vez a Jared, se le había pasado un poco la mano con la venganza.
—Voy contigo —Se ofreció el trenzado.
—¡No! —contestó enérgico el pelinegro—. Esto es un asunto familiar. Además —Trató de arreglar las cosas al ver la mirada herida que puso el otro—. Necesito que vayas al local y veas que todo funcione hoy, Tomi, por favor… ayúdame con eso.
—Está bien —Quiso besarle, pero Bill corrió el rostro quedando el beso en la mejilla.
—Trataré de no tardar —dijo el moreno saliendo por la puerta, dejando a Tom con una mala sensación en la boca de su estómago.
& Continuará &
¡Rayos! Ahora el padre de Bill tratará con más fuerzas de separar a Bill de Tom. ¿Podrá lograrlo? ¿O Ahora que Bill probó los dulces besos de Tom, se enfrentará a papá y luchará por su amor? Y Jared… ahora que se enteró que Tom esta con un HOMBRE, irá a buscarlo… ¿Qué pasará cuando se encuentre con semejante bomboncito, Billito? Todo esto y más en los próximos capítulos. Gracias por leer y comentar.
Bueno creo que se le pasó la mano y dios por qué no uso otra cara para la venganza fue muy obvio
Jared viendo a Bill uy interesante
Jared es tan guapo que era perfecto para el rol del Incubus malo, maloso jijiji