Notas: Sólo por si acaso les aclaro que el embarazo masculino no existe en la vida real. El M-Preg es sólo una libertad literaria creada para los Fanfics 😉
Long-Fic TOLL escrito por MizukyChan
«INCUBUS» Capítulo 15
—¿Luka? —El chico croata reconoció inmediatamente al recién llegado y dio un paso al frente con la clara intención de hablarle, pero otra vez la voz imperiosa le llamó.
—Luka, tu orden está lista —Era Gus desde la cocina, el chico volteó y vio la expresión de exasperación del rubio por la hora de extremo trabajo y decidió dejar al sujeto tranquilo por un rato… ya tendría ocasión de hablarle. Tomó la charola y salió a entregar su pedido.
El trenzado sirvió unos cafés deliciosos hechos por Bill y fue en busca de una nueva orden, cuando vio un rostro bastante familiar sentándose en una mesa solo.
—Jared, ¿qué demonios haces aquí? —La mente del trenzado inmediatamente advirtió el peligro de lo que significaba tener a su amigo “come hombres” aquí… tan cerca de SU Bill.
—Yo también te quiero, Tom —respondió irónicamente el otro moreno, poniéndose de pie y dándole un ligero abrazo al otro demonio.
—No has respondido a mi pregunta —Gruñó el trenzado, sonando más frío de lo normal.
El otro chico notó el cambio de su amigo y pensó que seguramente aquel joven que le “robó el corazón” estaría aquí, lo cual era una intriga que quería descifrar lo antes posible.
«¿Qué clase de persona había convertido al gran Tom Kaulitz, violador de vírgenes, en un gay?» Se preguntaba el chico mirando alrededor, a las hermosas muchachas que parecían encantadas de estar ahí, atendidas por aquellos galanes, porque el moreno que vio al entrar allí también lo era. Mmm y tenía un aroma completamente tentador.
—Bueno amigo… leí por ahí que el “Sweet Land” era atendido por hombres guapísimos y sólo quería ver si era verdad —comentó Jared, fingiendo inocencia—. El haberte encontrado aquí es, como decirlo… pura casualidad.
—¿Por qué no te creo nada? —agregó Tom, esta vez con una cálida sonrisa—. Toma, este es el menú. Son dulces en su mayoría, pero ahora hemos agregado más comestibles —explicó el trenzado ya más profesional. Jared ojeó el menú y eligió un par de cosas.
—Creo que eso estará bien —Le dijo el chico.
—Te traeré la orden apenas esté lista. Que te diviertas —Se despidió el trenzado, llevando la orden a la cocina, sin dejar de sonreír, tal vez aquella visita no era tan mala, tal vez sería bueno que Jared conociera a Bill y de paso le ayudara con el problema de su embarazo, tal vez él sabría cuáles son los síntomas, como curarlos y qué hacer cuando llegue el momento del parto.
Tom pensaba tantas cosas que parecía un zombi caminando de un lado a otro con bandejas, entregando pedidos, sonriendo automáticamente y yendo en busca de la siguiente orden. Él pensaba que con la ayuda de Jared, tal vez sus problemas terminarían, tal vez… sólo tal vez.
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Bill dejó de preparar sus Capuchinos especiales, tomó una orden y salió a servirla. Al llegar a la mesa Nº 9 se encontró con un hombre muy guapo que le vio muy intensamente, se sonrojó.
—Aquí tiene, señor, espero lo disfrute —dijo siguiendo el protocolo, pero el hombre siguió observándolo tan fijamente, que sintió escalofríos.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Jared, sin apartar la mirada de aquel hermoso joven pelinegro. Su aroma indicaba que ya no era virgen, pero a quién le importaba, era absolutamente hermoso, simplemente perfecto, además el maquillaje en sus ojos, acentuaba más sus rasgos finos.
—Soy Bill —respondió el moreno tímidamente y apretó más la bandeja, se estaba sintiendo realmente incómodo—. ¿Necesita algo más, señor? —indagó por cortesía, sólo quería correr y esconderse de aquel hombre que parecía querer comérselo, el sólo pensamiento de otro hombre tocándolo, le dio asco y rogó que Tom pasara por ahí y lo relevara.
—No me digas, señor, sólo soy algo mayor que tú —comentó el demonio sonriendo, de una manera lasciva. Bill se asustó y quiso gritar, sin embargo algo lo impidió.
Jared chasqueó sus dedos y aumentó su poder de Incubus, deseaba a ese chico… y lo tendría. Esperó un par de segundos, hasta que una ligera membrana se formó en los ojos del pelinegro. Era más difícil ocupar su poder durante el día, seguramente quedaría agotado, pero aquella belleza merecía la pena.
Bill ya no podía escuchar nada a su alrededor, sólo estaba la visión que le mostraba a aquel hombre tan increíblemente guapo y el deseo sexual que comenzaba a crecer en su bajo vientre.
«¿Por qué?» Se preguntó «¿Por qué deseo a este hombre? Creo que esto está mal» La mente nublada de Bill se resistía a caer en la trampa tan fácilmente «No… no debo» Intentaba recordar, él sabía que había una razón por la que no debía irse con aquel hombre que se había puesto de pie y le tomaba la mano.
«Recuerda Bill» Se forzaba. Sintió como aquel hombre tan guapo le quitaba la bandeja de las manos y la ponía en la mesa «Tom…Tom…Tom» Pensó rápidamente «Yo amo a Tom»
El hombre sujetó su barbilla, le iba a besar, pero debía impedirlo. Lo deseaba, pero amaba a Tom y eso estaba mal…
—¡TOOOMMM! —Gritó antes que Jared pudiera juntar sus labios. El trenzado, sintió la desesperación en el grito de su amado y soltando la bandeja que traía, corrió hacia su amigo y le dio un tremendo puñetazo.
—¡IDIOTA! Él es mío —Gritó mientras golpeaba al otro chico sin piedad.
El pelinegro intentaba volver en sí, podía oír la voz de Tom molesto, debía estar con él, debía ayudarlo, debía verlo, ya no veía nada… la oscuridad lo envolvió y sintió miedo, necesitaba a Tom a su lado, sus rodillas temblaron y cayó desmayado.
—¡Bill! –Volvió a gritar el trenzado y se alejó de Jared para tomar a Bill en sus brazos y llevarlo adentro—. Jared, ven conmigo —Le mandó, el otro chico se puso de pie, mientras las chicas, miraban aterradas la escena que pasó delante de sus ojos. Los tres hombres desaparecieron detrás del mesón.
Gus y Geo salieron a tranquilizar a los clientes, confirmándoles que todo estaba en orden.
—¡Libéralo! —Fue el mandato claro de Luka hacia Jared, al entrar en los baños y cerrar la puerta.
—¿Qué? ¿Quién eres tú? —preguntó el demonio, mirando al más alto con intriga.
—¡Libéralo! Debes dejarlo despertar —Le volvió a mandar en su acento extraño. Escondiendo sus manos, Jared chasqueó los dedos y Bill lentamente abrió los ojos.
—¿Tomi? —llamó asustado, no entendía qué había sucedido.
—Bill, mi amor, ¿te sientes bien? —indagó el mayor, acariciando tiernamente su mejilla.
—Sí —Sonrió—. Eso creo… ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? —preguntó alterado, su mente se sentía confusa, intentaba recordar, pero no podía.
—Te desmayaste, amor —Le aclaró el trenzado, rozando levemente sus labios—. Me preocupé muchísimo… ¿Quieres que te lleve a casa?
—No, Tomi, de verdad estoy bien… sólo… necesito comer algo —respondió el pelinegro, poniéndose de pie lentamente.
Claro, al recuperar sus facultades, todo volvía a la normalidad, pero Bill ahora estaba embarazado, así que la palabra “normalidad” debía ser quitada de sus vidas desde ahora en adelante. Se tambaleó un poco, pero Tom lo sostuvo firmemente.
—¿Seguro estás bien? —Le miró con duda, la angustia claramente instalada en su pecho. El moreno sujetó su vientre y se quejó un poco—. ¿Te duele?
—No… sólo… sentí que algo se movía… muy raro jijijiji No es nada, mi amor —Sólo entonces Bill se percató de que había más gente con ellos en los baños, y se sonrojó furiosamente, se habían estado diciendo palabras de amor delante de Luka y del desconocido.
—Luka… lleva a Bill a la cocina, por favor, que coma algo —El chico asintió y miró con rabia a Jared e hizo un movimiento hacia su dirección. Tom comprendió, no quería dejarlo solo con él en caso que iniciaran otra pelea—. Necesito hablar con Jared.
—Comprendo —Se acercó al pelinegro y le tomó el brazo, como si en realidad estuviera muy enfermo—. Ven, Bill, necesitas recuperar tus fuerzas —El moreno se volvió a sonrojar y salió con Luka lentamente y volvieron a cerrar la puerta de los baños.
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—Luka, me siento bien… ¿Por qué exageran tanto? —comentó, tratando de soltarse de su agarre y recordando cómo le había tocado la panza esa mañana.
—No, Bill, uno no se desmaya de la nada. ¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo especial? —averiguó, con un semblante serio, pero con ternura.
—¿Por qué tanta preocupación? —agregó Bill, finalmente liberándose del agarre.
—Porque lo necesitas… ahora estás recuperándote y necesitas fuerzas.
—Fue sólo un virus estomacal, Luka, no hay por qué exagerar —bufó el pelinegro y entró en la cocina, donde los G’s estaban enloqueciendo con el trabajo.
—Yo les ayudo —Se ofreció Luka y tomó una bandeja y el número de la mesa—. Que Bill coma algo —Mandó y salió a entregar la orden.
—Bill, ¿cómo te sientes? —preguntó Gus preocupado—. ¿Qué quieres comer? —El pelinegro salivó de inmediato.
—Me siento bien, Gus, sigue cocinando, yo me prepararé algo. —El rubio le hizo caso y siguió en lo suyo.
Entró Geo y tomando otra bandeja, volvió a salir, sin siquiera percatarse de que Bill ya estaba de vuelta.
Mientras el pelinegro comenzó a prepararse un sándwich con mermelada, mayonesa, papas fritas, un trozo de brownie y un poco de kétchup. Gus volteó y casi le da un infarto.
—¡No comas eso! —Casi gritó, inmovilizando al pelinegro con el sándwich en el aire y la boca abierta, miró a Gus de reojo y sin pensarlo más le dio un gran mordisco.
—Mmm —Gimió cerrando los ojos y masticando rápidamente sólo para poder volver a morder su tan anhelado sándwich.
—¿Qué demonios estás haciendo? —Le preguntó aterrado el rubio—. Estuviste con un virus estomacal, debes cuidarte y comer cosas livianas, si le echas eso a tu estómago, lo recargarás y podrías volver a enfermar —Le soltó el sermón el chico arreglándose las gafas, al ver a Bill morder nuevamente el pan gigante.
—Ñññooo mmmeee iiñññpporrttaaa ññada —Trató de hablar con la boca completamente llena.
—No te entendí nada —dijo riendo al ver la expresión de satisfacción en su rostro. Luka volvió a entrar en la cocina y sonrió al ver a Bill con la boca llena.
—Muy bien, sigue así —comentó, palmeando su hombro y tomando otra orden, salió.
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Mientras en los baños, la tensión se podía cortar con un cuchillo. El trenzado se paseaba como un león enjaulado, luchando con sus propios sentimientos de golpear hasta matar a Jared, por haber osado embrujar a su amado, con los fines propios de un Incubus.
Pero por otra parte, sabía que en el único que podía confiar en estos momentos era el “maldito” frente a sus ojos. Se sorprendió por la palabra que escogió para Jared, quien había sido su mejor amigo durante su vida en el infierno, pero no había otra palabra para describir a cualquiera que quisiera acercarse a SU Bill con malas intenciones.
—Jajaja —Rompió el silencio el chico de ojos azules, limpiándose la sangre del labio roto que le dejó el trenzado, y luego le miró furioso.
—¿Qué es lo gracioso? —preguntó realmente molesto, sin dejar de caminar de un lado a otro.
—Tú… tú eres el gracioso jajaja —Tom se enfureció tanto que golpeó una pared con su puño desnudo, provocándose una herida—. ¿Lo ves? Jejejeje.
—¿Qué cosa? —Casi le gritó.
—Estás actuando como un maldito humano, Tom Kaulitz. Tú… “un Incubus del infierno”, un demonio con el poder de destruir a estos seres inferiores, estás actuando justo como ellos… como nuestras presas —Le dio una mirada retadora—. Hasta me golpeaste, Tom, en vez de usar tus poderes, me golpeaste, como los malditos energúmenos. ¡Dios… no puedo creerlo! —Giró la cabeza para evitar mirarlo, se sentía avergonzado de su amigo.
—Eso… no es cierto —Se defendió Tom, pero su voz no sonó convencida del todo, se sentó en una banquilla y miró a Jared.
—¿Qué pasa contigo y ese chico? —interrogó el moreno, regresando su mirada.
—Lo amo.
—Lo sé.
—Es algo… cómo decirlo…, especial.
—¿Él es el responsable de la venganza contra el religioso? —Volvió a preguntar, sin esconder que estaba muy interesado.
—Sí, Bill es su hijo.
—Ya visité al hombre, creo que ya no se volverá a inmiscuir entre ustedes —comentó Jared, con una sonrisa malévola en el rostro. Tom le miró y negó con la cabeza.
—Al contrario… se te pasó la mano y el obispo quiere separarnos con más fuerzas —El otro chico puso cara de culpable—. ¿Qué?
—¡Uuuups!
—Dios mío, ¿qué hiciste esta vez? —preguntó el trenzado saliendo nuevamente de sus casillas.
—Fui con un pequeño disfraz de… “ti” —añadió Jared, apretando los ojos, esperando otro golpe.
—¡Serás idiota! —Gritó Tom volviéndose a poner de pie—. Con razón el hombre nos quiere separar, seguro piensa… Dios… no sé qué puede estar pensando…
—Lo siento, amigo, yo sólo creí que hacía lo mejor para ti, que al hombre le quedaría claro que debería dejarte tranquilo —comentó sincero el otro Incubus. Tom regresó a su asiento.
—¡Rayos! Pero ese no es el único problema… —Su mirada bajó al suelo y se quedó sumamente pensativo, su amigo le miró y se preocupó al verle así de desesperado.
—¿Qué ha pasado?
—Embaracé a Bill… —respondió sin pensar… sólo necesitaba decirlo en voz alta, ya no podía contener ese dolor en su pecho, la culpa lo estaba carcomiendo como el ácido, sus ojos se nublaron unas lágrimas amenazaron con salir. Jared lo observó, pero la compasión se le fue al infierno ante tal confesión, se puso de pie y gritó.
—¡Y me dices a mí, idiota! ¿Cómo no lo limpiaste? Era sólo dormirlo y limpiarlo… maldita sea… es un procedimiento sencillo, lo venimos haciendo desde hace años Tom, ¿Cómo pudiste olvidarlo? ¡Maldita sea! Estás en serios problemas —Gruñó sin parar, sin notar como con cada palabra, el trenzado se hundía cada vez más en su asiento.
—Él… él… él…
—¿Él, qué? ¡Maldición!
—Él despertó… —dijo Tom casi en un susurro. Jared se detuvo en seco y volteó a verlo.
—¿Qué?
—Bill despertó, cuando hicimos el amor —Jared tenía la boca abierta, quería decir algo, pero aunque sus labios se movían, nada salía de ellos.
—¡Oh, Dios!
—Lo sé…
—¿Hace cuanto que estás con Bill? Me refiero… ¿Hace cuánto que ocupas tu poder con él?
—Dos o tres semanas… ¿Por qué? —El trenzado se estaba angustiando.
—Has perdido tu poder con él… —Tom abrió grandemente sus ojos—. Sus sentimientos han sido más fuertes y te ha superado, seguramente porque tú mismo estás débil… ¿Te has follado a otras vírgenes? —Tom negó con la cabeza—. Lo sabía… estás débil, te estás haciendo… como decirlo sin que suene horroroso… te estás “sensibilizando”.
—Es por estas malditas emociones, lo sabía —Tom gruñó molesto, pero ya no había nada que pudiera hacer, estaba jodido.
—Exacto, las emociones te debilitan y a Bill… lo hacen más fuerte ¿Viste cómo se resistió a mi poder y te llamó? Nunca había visto algo así —expresó Jared un poco asombrado.
—Él me ama… y pese a tu poder, él me aseguró que sólo se entregaría a mí —agregó Tom, con cierto grado de orgullo.
—¿Él te dijo eso? O sea que en la vida real… ustedes… ¿nada aún? —Tom negó y Jared soltó una carcajada—. ¿Es por él que estás trabajando aquí? —El trenzado asintió—. No puedo creerlo, eres el primer Incubus que trabaja en la vida jajaja.
—Ya deja de burlarte y ayúdame a encontrar una solución ¿Cómo puedo explicarle a Bill que está embarazado? —Su tono volvió a ser desesperado—. Él sigue pensando que es virgen.
—¿Él es religioso, cierto?
—Así es.
—Dile… ¿Bill has oído de que algunas personas se embarazan por la gracia divina? —Tom asintió emocionado—. Pues… eso no te pasó a ti jajaja —Tom se paró y lo volvió a golpear, arrojándolo al piso.
—Déjate de tonterías, necesito ayuda.
—Lo sé… pero deja la violencia de lado, arruinas mi hermoso rostro… además tengo que visitar a ese empleado de ustedes que huele tan bien… —dijo saboreándose los labios. Tom lo soltó y bufó.
—Mejor no te acerques a Luka —comentó serio.
—¿Luka? —Jared se sentó y trató de recordar—. No sé por qué siento que le conozco.
—Es extraño… él dijo que me conocía, pero yo no lo recuerdo —agregó el de trenzas.
—Luka… —Meditó Jared, se quedaron en silencio, hasta que el trenzado nuevamente se tensó.
—Y bien… ¿Me ayudarás?
—Tengo que hacerlo, estás demasiado jodido para hacer algo tú solo —En esos momentos, la puerta se abrió.
—Nosotros tres debemos hablar —ordenó el chico con su acento extraño.
—¿Luka? —Los tres, se miraron expectantes.
& Continuará &
¿Qué es lo que Luka hablará con los Incubus? ¿Qué hará Bill con su embarazo? ¿Qué hará Tom para satisfacer el hambre sexual de Bill (que le provoca su hijo) ahora que ya no funciona su poder de Incubus para dormirlo? ¿Será Bill, capaz de convertirse en una pequeña zorra por su hambre sexual? Todo esto en el siguiente capítulo. Gracias por leer. Y no olvides comentar.