INCUBUS 36. FIN

Long-Fic TOLL escrito por MizukyChan

«INCUBUS» Capítulo 36

Han pasado varios años y la familia Kaulitz Trumper se preparaba para el cumpleaños número 12 de su hijo menor Miguel. Los padres y amigos decoraban con esmero el jardín para recibir a los invitados. Tanto Jared como Tom, tenía problemas con los adornos y chasqueaban sus dedos para resolver el problema.

—Creí que ya no usabas tus poderes —dijo con ironía Jared.

—Nunca está de más un poco de ayuda —respondió el trenzado, guiñándole un ojo al otro Incubus.

&

La fiesta estaba estupenda, los amigos de Miguel bailaban y charlaban por doquier, pero el festejado no estaba por ningún lado. Preocupados, los padres preguntaron a su hermana mayor por él, ella se alzó de hombros, sin saber la respuesta, pero un extraño presentimiento le hizo salir en su búsqueda.

Lo encontró en el parque cerca de la casa, con una chica que le sonreía bobamente. Fue discreta al caminar y al estar a una distancia prudente, se dio cuenta de lo que su hermano estaba intentando.

—¡¿Qué demonios haces?! —Gruñó fuerte, Miguel dio un salto al verse descubierto en plena travesura.

—¿Qué? Nada, no estoy haciendo nada —Se defendió levantando las manos.

—La hechizaste —afirmó al ver la tela viscosa en los ojos de la muchacha—. Sabes que no está permitido —Le regañó ella—. Papá te matará cuando le cuente.

—Pero no lo harás, ¿cierto? —pidió él, alzando su mano y chasqueando sus dedos, ella le miró con incredulidad y se largó a reír.

—¿Qué… piensas hechizarme a mí? —Rió con más ganas.

—¿Por qué no funciona? —Se preguntó el chico, chasqueando sus dedos una y otra vez.

—¡Idiota! —Le golpeó la frente y apuntó con el dedo índice—. No vuelvas a hacer esto o te acusaré en serio —El menor asintió apenado—. Vamos, despiértala y déjala ir —El menor hizo como le fue mandado y se sentó en el banco respirando hondo.

—¿Qué pasa conmigo, Eli? ¿Por qué soy así?

—¿Así cómo? —preguntó ella, sabía la respuesta, pero no le diría nada que no fuera necesario.

—Diferente —Terminó él, mirándose las manos—. Ya sabes… con poderes y eso.

—No eres diferente, eres… especial, como yo —aclaró ella, sonriendo.

—Pero a ti todos te quieren, a mí no —Su tono de voz casi un susurro.

—Eso no es cierto, papi y papá te adoran, tío Luka y Jared también, y ni hablar de tía Katrina, ella está loca por ti, te consiente todo el tiempo —Enumeró ella con calma.

—Lo sé, pero ellos son, ya sabes, familia, no es lo mismo.

—¿Hablas de tener novia? —indagó ella con curiosidad, jamás había tratado estos temas con Miguel, lo consideraba demasiado pequeño para eso.

—Sí, hoy lo intenté, tú viste a esa preciosidad —Eli asintió—. Pero no me dijo ni hola, por eso la hechicé y la traje hasta aquí.

—¿Pero, crees que así es justo? —Él negó con la cabeza— ¿Ves? No importa si usas tus poderes para obligar a las personas a hacer cosas que tú quieres que hagan, así no cuenta, sin mencionar que te odiarían si se llegan a enterar —El chico la miró horrorizado.

—Pero yo…

—Aún no es el momento, eso es todo, mírate eres muy lindo —dijo ella acariciándole la mejilla—. Claro que aún no te comparas a mi belleza —Ambos rieron—. Pero prométeme que cuando llegue la chica especial, me contarás.

—¿Crees en serio que habrá una chica especial? —preguntó con la ilusión marcada.

—Claro ¿Acaso no te cansas de oír a papi Bill hablar sobre su alma gemela, o sea papá Tom, y cómo mágicamente se encontraron? —Volvieron a sonreír.

—Tienes razón, y sí, te lo prometo.

Eli se preguntaba si su hermano sentía lo mismo que ella, esos deseos de contacto físico, a ella le pasaba con su tío Luka y temía perder su cariño si intentaba algo con él, además estaba la diferencia de edad, aunque prácticamente no se notaba, el hombre era demasiado guapo y parecía que con el tiempo sólo se ponía mejor, porque ni un cabello se tornaba gris. Tembló ligeramente al sentir esa sensación en su bajo vientre y sacudió la cabeza, sólo tenía quince, aún no era el momento.

& Tres años después &

Toda la familia se hallaba reunida en torno al árbol de Navidad, dada la buena situación económica que los Kaulitz tenían, se habían mudado a una casa más grande y celebraban las fiestas con todos sus amigos.

Miguel se despedía de sus padres con un beso en la mejilla, pues había sido invitado a la casa de su novia. A regaña dientes, el pelinegro le autorizó, pero Tom lo llevó a un rincón y le entregó una tira de preservativos.

—Ya te expliqué cómo se usan… pero ya sabes.

—Sólo si es necesario, lo sé, papá —repitió el chico de cabellos dorados, guardando el regalo en su pantalón.

Tom se había sorprendido de que a sus quince años, su hijo Miguel aún no mostrara el hambre propia de un Incubus, él ya había despertado sus instintos incluso antes, y temía mucho que llegara la hora de hablar con su hijo con la verdad. Bill, sin embargo, estaba tranquilo, él aseguraba que era Dios quien les estaba bendiciendo al proteger a sus hijos de ese apetito demoníaco.

A diferencia de su hermano, Elizabeth, no tenía novio, nunca había tenido ni querido uno, su corazón estaba ocupado por alguien, a quien considera tan importante en su vida como sus padres. Dio un gran suspiro y se fue a sentar a su lado como hacía desde que era una niña.

—¿Cómo estás, linda? —preguntó él, llevando un mechón rubio detrás de su oreja, ella se estremeció y sus mejillas se sonrojaron.

—No sé… —respondió sin ganas. Él la giró un poco para escudriñar en sus ojos y vio la tristeza que ella sentía.

—¿Qué ocurre? Estás triste y es Navidad —Le sonrió para aliviarla y en parte lo hizo, pero cuando sus ojos se posaron en los finos labios de su tío, la chica sintió como el corazón le latió tan rápido que tuvo que escapar de allí. Se levantó y se fue al jardín. Su tío la siguió, bajo la atenta mirada de Bill.

—Cielo —murmuró el pelinegro al oído de su esposo, quien giró para verle—. Creo que ya llegó la hora —Tom asintió y besó levemente los labios de su marido.

&

Afuera, la joven de 18 años se sentó en el verde pasto, sin importar el frío y respiró hondo, tratando de recobrar la respiración. Sintió como un cuerpo se sentó a sus espaldas y la abrazaba desde esa posición.

—¿Me contarás qué pasa contigo? Sabes que no puedes engañarme —habló él, pero cerca de su oído, cosa que mandó cientos de escalofríos por la espalda de la chica.

—Yo… es algo raro, tío Luka —comentó ella, apoyándose en el pecho del mayor.

—Tengo paciencia para escuchar.

—Lo sé —Él se había vuelto su confidente desde hacía años.

—¿Y entonces?

—Es extraño —Suspiró largamente y Luka acarició sus brazos, con cariño.

—Creo que sé, qué es lo que ocurre, Eli —dijo él y un cierto pesar se posó en su pecho—. Cuando una linda chica de tu edad suspira de esa manera, está claro que está enamorada —Eli se giró rápidamente y miró a su tío con los ojos grandes.

—¿Enamorada?

—Así es y dime… ¿Quién es el afortunado?

—Yo… —Dudó, su corazón latía deprisa y estaba frente al causante de todos esos sentimientos, y sin pensarlo más, cerró la distancia que los separaba y posó suavemente sus labios sobre los de su tío.

Al abrir sus ojos se encontró con la expresión de terror y sorpresa de Luka y eso le desesperó, se puso de pie y corrió a encerrarse en su cuarto.

&

El hombre se quedó allí sentado, con la mente corriendo a mil y con un sentimiento de culpa brotándole desde lo más profundo del alma. De pronto el nudo en su garganta se hizo insoportable y unas lágrimas cayeron.

«¿Por qué?» Se repetía mentalmente. «Yo amo a Elizabeth, mi querida y difunta Elizabeth, pero ella, Eli, es tan pequeña y frágil» Suspiró nuevamente.

No comprendía por qué esa niña se parecía tanto a su novia, aquella que le hizo conocer el amor. De pronto al pensar en esa palabra “amor” se dio cuenta que la pequeña Eli también le prodigaba esos sentimientos, que también hacía que su corazón estuviera en calma y feliz. No podía comprenderlo, él había hecho una promesa y juró jamás romperla, y aunque había sido duro, lo había logrado, su cuerpo seguía inmaculado, sólo para su Elizabeth.

Tan sumido estaba en sus pensamientos, que no sintió como Bill y Tom se sentaban a su lado.

—Está un poco frío aquí para sentarse, ¿no crees? —Bromeó el trenzado.

—Yo… —No podía articular oración alguna, su mente estaba bloqueada.

—Luka, tenemos algo que decirte —Comenzó el pelinegro, tomando la mano de su esposo—. Se trata de Elizabeth.

—No es lo que ustedes creen —susurró de inmediato el chico, pensando que lo estaban atacando.

—No creemos nada, Luka —Le calmó su amigo—. Pero debes saber algo muy importante, ya que no queremos que nuestra hija salga lastimada, porque desconozcas esta información.

—¿Qué pasa? —preguntó confundido.

—Eli es muy especial —Comenzó Bill.

—Eso ya lo sé, es divina —agregó, refiriéndose a su lado celestial.

—Sí, pero además de eso, ella venía como un regalo —Prosiguió el chico.

—Para Tom por haberse arrepentido, lo comprendo.

—Luka, cállate y deja que Bill termine de hablar —Le mandó el trenzado.

—Está bien, lo siento.

—Mira, Luka, antes de que Eli naciera, cuando estaba en mi vientre, ella nos habló a Tom y a mí, sobre ella, de qué nombre debíamos ponerle y el por qué —Explicó el menor.

—Espera… ¿ella te pidió que la llamaras Elizabeth? —preguntó impactado por la noticia.

—Así es, su nombre tiene un significado especial, porque ella es la reencarnación de tu Elizabeth —Finalizó con suavidad, el chico suspiró y abrió los ojos con sorpresa.

—¿Estás hablando en serio? —Temía la respuesta, pero Tom le apretó el hombro y asintió.

—Nuestra pequeña Eli, es tu Elizabeth, Luka. Dios te ha recompensado por haberte mantenido fiel a tu promesa y ahora te libera de ella, y te deja en libertad para amar a nuestra hija —Los ojos de Bill mostraban la sinceridad de sus palabras.

—Oh, Dios mío —Suspiró una vez más.

—Amigo, si no fuera porque eres tú, Eli jamás tendría novio —Bromeó el trenzado.

—Ella te ha querido desde siempre, Luka, lo siente en su interior, claro que ella no recuerda nada de ese evento, pero te ama, seguramente lo has notado —Volvió a hablar Bill, él tenía más apego por las emociones de sus hijos y los comprendía mejor en ese aspecto.

—Creo que… necesito pensar —dijo Luka, levantándose y dirigiéndose a su casa.

&

Una semana después, Bill estaba desesperado, su hija apenas comía y sólo se levantaba para ir a clases de “cello”, instrumento que amaba por su tío Luka. No hablaba y su rostro demostraba una intensa tristeza. No habían tenido noticias de Luka desde Navidad y ahora que estaban a las puertas del año nuevo, él temía por el bienestar tanto de su hija como de su amigo.

—Tranquilo, cielo —Le calmaba el trenzado—. Luka reflexionará y volverá, ama demasiado a Eli como para simplemente dejarla en el olvido.

—Sí —Suspiró—. Creo que tienes razón.

—Ya, cambia tu carita y ponte sexy para la fiesta, quiero darte el mejor beso de año nuevo de toda tu vida —jugueteó moviendo su piercing con sensualidad.

—Siempre me das los mejores besos de mi vida, Tomi —respondió hundiendo su rostro en el cuello de su esposo, lugar que se había vuelto su favorito.

Por la noche, los amigos comenzaron a llenar la sala y esta vez Miguel invitó a su novia Molly a acompañarlos. Elizabeth no quería bajar, hasta que el golpeteo en la puerta fue más insistente.

—Papi ya te dije que no iré —Elevó la voz para que la dejaran en paz, pero sólo consiguió que la perilla girara y la puerta se abriera con cautela. Para que no vieran su rostro lloroso, se escondió entre las almohadas. La puerta volvió a cerrarse, aminorando el ruido de la música. Sintió como la cama se hundió a su lado y una dulce mano le acarició el brazo. Sin poder evitarlo se erizó por completo.

—Eli… —Se oyó la voz masculina que ella tanto añoraba. Aún sin mirar habló con lentitud.

—Lo siento, tío Luka, no quiero que me odies —Su voz luchaba por no quebrarse.

—No te odio, linda, jamás podría odiarte —afirmó él, sincero, acercándose hasta depositar un beso sobre su cabeza de risos rubios—. Te amo demasiado como para albergar otro sentimiento —La chica giró de inmediato, enfrentando la mirada del hombre.

—¿Qué? —preguntó sintiéndose confundida, tal vez él se refería a que la quería como una sobrinita.

—Lo que oíste, te amo Eli, pero estaba tan asustado de amarte de esta manera, que tuve que huir por un tiempo —La miró con inocencia y un poco de culpa. La chica se sentó y se abrazó a él, como siempre hacía.

—Tío Luka…

—No… ahora sólo seré Luka, nada de tío, ese amor paternal se acabó, te amo como mujer y deseo que seas mía —expresó, sintiendo sus mejillas arder, la chica se soltó del abrazo y lo miró con dulzura— ¿Puedo besarte?

—Siempre que lo desees, Luka —Con lentitud, se fundieron en un beso tierno, cargado de emociones provenientes de un tiempo remoto, y que ahora cobraban más fuerza, para no perder nunca más la posibilidad de compartir un beso, como si no hubiera un mañana.

&

El pelinegro jadeaba agitado al sentir las manos de su esposo recorrerle por completo, rápidamente era despojado de sus ropas y sin pudor alguno gemía el nombre del trenzado sin parar.

—Vamos, Tomi, hazlo —pidió, enterrando sus uñas en la espalda de su esposo.

—Pero hay visitas afuera —Se refrenó el trenzado, pero sin dejar de quitar prendas del cuerpo de su marido.

—Están borrachos, vamos cariño, hazme el amor —Tom no se hizo de rogar y quitándose él mismo la ropa, embistió el cuerpo de su delgado pelinegro sobre la cama, frotando sus miembros erectos sin piedad, gimiendo junto al pelinegro con rudeza.

Bajó una de sus manos para preparar la entrada de Bill y cuando lo sintió listo, le llenó por completo, abrazándolo y besándolo en el proceso.

—Te amo tanto, cielo —Susurró dulcemente el mayor a su esposo, ahora, después de dieciocho años de casados, seguían manteniendo la llama de la pasión en sus cuerpos.

—Y yo a ti, Tomi —respondió el chico moviéndose al compás que marcaba su esposo.

Al haber culminado con un orgasmo maravilloso. Tom dejó de abrazar a su pelinegro para proceder a limpiarlo, pero esta vez, Bill no se giró, le miró a los ojos con energía.

—Quiero un hijo —demandó claramente, sin rodeos.

—Lo sé, lo siento dentro de mí, siento todo lo que tú quieres.

—¿Y?

—Temo por tu salud.

—Dios nos cuidará, estoy seguro.

—Bien

Se volvieron a abrazar y se dejaron dominar por el cansancio y sus sueños estuvieron cargados de imágenes de ellos con un nuevo bebé en brazos, de su hija embarazada y de su hijo titulándose de la Universidad. Sonrientes por aquellas hermosas visiones, confiaron en que su decisión había sido acertada.

&

—¿Nunca dejaras de tinturarte el cabello, cielo? —Preguntó el trenzado sosteniendo una charola con dos tazas de té con limón.

—No, a ti te gusta negro, ¿cierto? —Levantó una ceja.

—Aunque fueras calvo te amaría igual, Billy —respondió entregándole la taza a su esposo.

—No, esto es serio, ¿crees que soy ridículo y debería dejarme el cabello blanco? —Su tono cambió a uno de preocupación.

—No cielo, no eres ridículo, es sólo que me siento celoso de que aun los jóvenes te miren como si quisieran comerte, y nosotros somos ya de otra generación —comentó, sentándose a su lado.

—Tienes razón, pero me gusta verme bien, y ya sabes que lo hago sólo por ti —explicó acariciando su rodilla, miró el rostro surcado de arrugas de su esposo.

—Lo sé, cielo.

—¿A qué hora llegarán los niños? —preguntó el moreno con una sonrisa.

—Ya no son niños, Billy —Le regañó el mayor.

—Para mí siempre serán mis bebés —Sonrió y el trenzado no puso más objeción.

No hubo terminado de decir la frase y la puerta del frente se abrió. Se oyeron risas y pasos que pronto llegaron hasta los abuelos.

—¡Tata Bill! ¡Tata Tom! —Se escucharon las voces cantarinas de dos niños de ocho años.

—Hola MaryAnn —Saludó el pelinegro—. Hola Jared

—¿Cómo están mis nietos favoritos? —preguntó el trenzado.

—Nos dices eso a nosotros y también a Johny el hijo de tío Miguel, eres un mentiroso, tata Tom —Alegó la niña rubia, sacándole una sonrisa a ambos abuelos.

—Hola papi, hola papá —Saludó Eli, entrando de la mano de Luka, luciendo tan joven como él.

—Hola, mis niños —respondió Bill dándoles un beso en la mejilla a cada uno.

—¿Y Tommy Jr? —Preguntó Luka.

—Llegará en cualquier momento, vendrá con su novia, quiere presentarle a la familia, y vaya familia, ¿eh? —Bromeó el trenzado, tomando la mano de su esposo.

—No molestes, Tomi, ya verás que ella queda encantada con nosotros —Le dio un leve beso en los labios.

Y así la casa se fue llenando de amigos y de los nuevos integrantes de la familia, hasta que al terminar todos de almorzar. Luka se puso de pie.

—Quiero hacer un brindis —Todos los presentes alzaron las copas—. Por dos hombres estupendos, generosos, entusiastas y por sobre todo amantes. Bill y Tom nos han dado una lección, han estado juntos por más de cuarenta años y su amor sigue intacto, igual de apasionado que cuando tenían veinte —Levantó su copa—. ¡Salud!

—¡Salud! —Se oyó a coro y todos bebieron, la pareja se volvió a besar con suavidad y sonrieron.

—¿Estás feliz, cielo? —preguntó Tom en el oído de su esposo. El pelinegro le miró y recorrió con sus ojos, cada lunar, cada arruga en la cara de su Tomi y sonrió, para él, aún seguía siendo su sexy demonio.

—Desde que estoy contigo, he sido feliz —Juntaron sus frentes, sintiendo que su vida había sido grata, que ahora podían descansar, que estando juntos la muerte sería sólo otro estado.

& Fin &

Bueno chicas, la enorme familia Incubus se despide el día de hoy. Sólo quiero aclarar que Miguel entró en acción para que Katrina también conociera la felicidad, al enamorarse del brujo y tener un hijo que no fuera de don Sata jejeje y bueno Jared se siente cómodo trabajando con los humanos y Luka recuperó al amor de su vida, en otras palabras, todos están felices jejejeje, Espero hayan disfrutado tanto como yo de este cuento.

Escritora del fandom

2 Comments

  1. Fue un ff hermoso los personajes preciosos todos tuvieron un desarrollo bastante lindo me encanto

    • Y a mi me encantó leer tus comentarios con el paso de cada capítulo. Muchas gracias por el apoyo. Este es el verdadero pago de los escritores, el cariño de ustedes, los lectures. MUAK

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