Ok, por este capítulo va el título del fic. “Manuela” es el nombre que se le da al uso de la mano derecha, para la masturbación. Lo aclaro, sólo por si acaso.
«Manuela» Fic Twc / Toll, escrito por MizukyChan
Capítulo 3: Manuela
Al llegar a la escuela esa mañana, Bill se sorprendió del ruido que había en el lugar, pero se volvió un puño, cuando escuchó un grito ensordecedor.
—¡Tommmiiiiii!
El rastudo giró con una sonrisa en la cara y agitó justamente a Bill, su mano derecha, para saludar a la hermosa chica de cabello negro que corría en su dirección.
—Hola, Emma —dijo Tom esperando el tan acostumbrado beso en la mejilla que recibía de la mujer.
Bill asomó el ojo en el dorso de la mano de Tom, porque había notado algo completamente fuera de lo común en su humano. Cantidades de sangre se dirigían a la región sur de su cuerpo. Bill pensó que aquella hembra era quien inspiraba el deseo de apareamiento en el cuerpo de su huésped, así que decidió comprobarlo por sí mismo. Sin que Tom lo notara, se estiró lo suficiente para alcanzar el pecho de la chica.
—¿Tom? —Llamó ella, confundida, notando la mirada perdida del rastudo.
Un alto pelinegro de ojos maquillados se quedó de pie junto a ellos y miró con los ojos achinados a Tom, carraspeando la garganta.
Tom estaba rojo como un tomate y miró al chico con ojos brillantes—. Buenos días, William.
El adolescente, William, rodó los ojos y señaló con la cabeza la mano del rastudo que amasaba el seno de la chica—. ¿Puedes dejar de tocarle las tetas a mi hermana?
Sólo entonces Tom se dio cuenta que no era él quien estaba moviendo la mano. La quitó rápidamente y su cara se tornó de un tono casi violeta, al ver lo que su mano derecha había hecho—. Lo-lo siento.
William apretó el puente de su nariz y se inclinó un poco, para que sólo Tom lo escuchara—. Será mejor que hagas trabajar a Manuela. —Y con esa frase se alejó de ellos.
Tom giró al verlo partir y se quedó totalmente pegado en su sitio. Emma estalló en carcajadas y le dio un codazo en las costillas a su amigo rastudo.
—Ay, Tom, ¿cuándo le vas a confesar tus sentimientos a mi hermano?
—¿Por qué haría algo así?
—Porque cada día se nota más que estás coladito por él —respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja.
Tom miró a su amiga y suspiró profundamente—. No tengo ninguna posibilidad con él.
—¿Por qué dices eso? Tú eres adorable, Tom —dijo ella, abrazándolo fuertemente, tirando una de sus rastas—. De no amar a Gusti, me quedaría contigo.
—No digas tonterías —contestó Tom, pero sintiéndose mucho mejor. Ojalá William fuera tan sensible como Emma, tal vez entonces, tendría una oportunidad con él.
&
En plena clase de literatura, la voz de Bill resonó en la cabeza de Tom—. ¿Quién es Manuela?
Tom miró en todas direcciones y estiró su mano, pero ésta permanecía en su forma normal. Lentamente, abrió su cuaderno en una hoja en blanco y escribió, “no puedo hablar aquí, todo el mundo pensará que estoy loco”
—Tienes razón, dame tu celular —dijo Bill directamente a la mente de Tom.
El de rastas metió la mano en su mochila y la dejó allí, mientras Bill navegaba en internet buscando saber quién era esa Manuela y por qué debía ponerla a trabajar, como William había sugerido.
Cuando terminó la hora de clases, Tom fue al baño antes del siguiente período y casi le da un infarto cuando su mano adoptó la forma de Bill, quien miraba fijamente su polla, quitándole las ganas de orinar.
—¿Qué haces? —Preguntó, mirando a todas partes para evitar ser oído.
—Haré trabajar a Manuela —respondió Bill, un poco más fuerte de lo que Tom hubiera deseado, pues unos chicos que venían entrando al baño lo escucharon y se largaron a reír.
—Mierda —dijo entre dientes el de rastas y, aguantando las ganas, salió corriendo del baño hacia la azotea del edificio.
Tuvo suerte de no encontrar a nadie allí, ni fumando, ni durmiendo, así que se dirigió hacia un rincón y enfrentó a Bill.
—¡¿Qué mierda pretendes hacer, arruinarme?! —Gruñó Tom, con los ojos achinados—. Primero le tocas las tetas a mi amiga y luego, anuncias que me vas a masturbar en medio del baño de la escuela.
—El chico, William, sugirió que hicieras trabajar a Manuela —dijo Bill, sin siquiera inmutarse por el tono enojado de su humano.
—Eso lo dijo porque estaba tocando inapropiadamente a su hermana.
—¿Y eso qué?
—Ese tipo de cosas no se hace en público. ¡¿Y por qué le tocaste las tetas a Emma?! —Volvió a gruñir el adolescente.
—Bueno, sentí el flujo de sangre dirigirse a las regiones bajas de tu cuerpo y asumí que ella despertaba en ti, el deseo de apareamiento.
Tom se puso rojo como tomate—. No, no, no —tartamudeó—. No es ella quien me pone así.
—Por supuesto, ya me di cuenta que el que te provoca las erecciones es el hermano de Emma, William —agregó Bill, achinando el ojo.
El adolescente llevó la mano izquierda a su cabeza y se rascó la nuca—. Bueno yo…
—En realidad eso no importa. Me gustaría investigar cómo funciona el proceso de apareamiento humano. ¿Podrías aparearte con William para que aprenda?
—¡¿QUÉ?! —Tom casi cae por el borde de la azotea—. No quiero que vuelvas a aparecer en la escuela, ¿está claro?
—Que aburrido. —Bill se cruzó de brazos y luego volvió a ser sólo la mano derecha.
&
Bill volvió a ser Bill por la noche, cuando vio que Tom estaba sumamente angustiado tratando de resolver unos problemas matemáticos.
—¡Mierda! ¿Y de dónde se supone que saque el valor de “Y”?
—Eso es fácil —respondió Bill, asomándose al libro de matemáticas que yacía sobre el escritorio—. Solamente tienes que realizar la operación del paréntesis y luego la operación exterior, así. —Bill tomó el lápiz y le mostró lo que decía—. ¿Entiendes?
—Mmm, eso creo.
—Haz el siguiente —sugirió la mano, corrigiendo cada vez que Tom iba a cometer un error.
Al terminar, Tom se estiró y sonrió encantado—. Muchas gracias, Bill. Sin tu ayuda, sin duda me habría desvelado.
—Pues la ayuda no es gratis. Es como los humanos dicen, “una clase particular” y debes pagar la tarifa.
Los ojos de Tom se abrieron grandemente y, con pánico en la voz, preguntó—. ¿Y cuál es la tarifa?
—Déjame usar a Manuela.
El rastudo hizo una mueca, nerviosa y comentó—. Literalmente, Manuela eres tú, Bill. La mano derecha.
—Oh, claro, ya terminé la investigación. Cuando no tienes a alguien para mantener relaciones sexuales, pero necesitas liberar la tensión sexual, se recurre a la masturbación, cuya práctica es bastante aceptada en la sociedad humana. —Bill recitó cual celular.
—Mmm, algo así.
—Tienes que dejarme investigar, Tom —dijo Bill achinando los ojos.
—Me da mucha vergüenza. Mejor no —respondió el chico, con las mejillas rojas.
—Si no lo haces por las buenas… te obligaré —amenazó Bill, convirtiendo sus dedos en filosas navajas.
Tom tragó pesado y asintió—. Está bien, está bien. Te dejaré… usar a Manuela.
Sin embargo, Tom estaba demasiado nervioso como para tener una erección y Bill resopló, observando a su humano.
—Mejor vete a dormir, Tom —dijo Bill, estirándose hacia el laptop.
—¿Hablas en serio? —Preguntó el rastudo.
—Eres un caso perdido, de entre todos los humanos, me vine a meter con uno frígido.
Tom sintió que su cara se calentaba, pero no discutió. Se puso el bóxer y se cubrió con una manta, tratando de dormir. No le costó mucho caer en los brazos de Morfeo, después de todo, el estrés de tener a Bill con él, era demasiado.
En mitad de la noche, Bill dejó de mirar la pantalla del laptop, pues una sensación familiar le indicó que su humano presentaba una erección. Se recogió hasta llegar al cuerpo y vigiló la cara de Tom, achinando su ojo.
—¿Así que esto es un sueño húmedo? —Susurró, mostrando una sonrisa.
Se deslizó por debajo de la manta y con cuidado bajó el bóxer del chico, hasta dejar al descubierto su erección. Sin pensarlo un momento, puso en práctica lo que había aprendido ese día, aferrándose a todo el largo de la polla y moviéndose a un suave compás.
—Aaaahhh —un gemido salió de la boca de Tom, causando una extraña reacción en su mano derecha.
Bill sintió una rara vibración que lo recorrió por cada dedo. Le gustó. Decidió que si hacía sentir bien a Tom, él también se sentía bien, por tanto prosiguió con los movimientos, aumentando un poco la velocidad.
—Aaaahhh. —Tom gimió todavía más fuerte, despertando en el proceso. Abrió los ojos grandemente, al sentir la sensación de hormigueo recorrer su bajo vientre, justo a tiempo para eyacular—. ¡Oh, por Dios! —Su frente sudaba y su corazón latía a mil.
Bill dejó su labor, apareciendo frente a Tom con unas manchas blanquecinas en sus dedos, los que movió hasta la boca que los recibió en la palma, lamiendo y probando el sabor del semen.
—Vaya, esto sabe bien —dijo saboreando los últimos dedos.
Tom sonrió, estaba exhausto, pero completamente relajado—. Eso es lo más extraño, pero sexy que me ha pasado en la vida.
Bill asintió, estaba absolutamente de acuerdo y deseaba volver a hacerlo, muchas veces…
& Continuará &
Por causa de un sueño húmedo Tom conoció a Manuela, pero como le gustó, no va a parar de usarla. Y aun si quisiera parar, Bill no lo dejará, porque a “la mano” le ha gustado mucho más jijiji. No se vayan sin comentar.
Buena historia me traumo enterita 😀
Hola, gracias por leer. No sé si es el trauma es bueno o malo, pero te invito a seguir leyendo 😉