En este capi hay un poco de bondage.
«Manuela» Fic Twc / Toll, escrito por MizukyChan
Capítulo 5: Amor y placer
La mañana se había vuelto la parte del día favorita de Bill, quien insistía en investigar las funciones reproductoras de Tom, dándole trabajo a Manuela y explorando su movilidad con la boca que creaba en el centro de su palma, probando lo que Tom llamaba “mamadas”.
Tom estaba agotado cuando la hora de investigación de Bill llegó a su fin, después de tres tipos diferentes de orgasmos. Se levantó apenas y caminó a tropezones hacia el baño, encontrándose con Georg a mitad de camino.
—Si sigues a ese ritmo vas a terminar ciego —anunció el castaño con una sonrisa.
Tom lo miró arrugando el ceño, sin entender—. ¿Eh?
—Digo que “dejes de sacarle punta al lápiz”, al menos tantas veces por día —agregó el chico, dando una palmada en el hombro de su amigo, quien seguía mirándolo interrogante—. También te oí el otro día.
Tom sintió que sus mejillas quemaban y corrió a encerrarse al baño, a tratar de ahogarse y morir de vergüenza en la ducha.
—Tu amigo utiliza frases sin sentido para referirse al hecho de masturbarse —dijo Bill, asomándose desde la muñeca del adolescente.
—Por Dios, que vergüenza —la voz amortiguada de Tom, hizo que Bill girara el ojo en su dirección, viendo como el chico se cubría con la mano izquierda.
—Los de mi clase no conocen esa emoción, Tom. Además… —Bill se extendió como un tentáculo, rodeando el cuerpo de Tom y descendió hasta llegar a sus pálidas nalgas que ya estaban desnudas y listas para recibir una ducha—. Me gustaría experimentar una forma placentera que experimentan los humanos varones al tocar un lugar llamado próstata.
—¡¿Qué?! —Tom habría caído al suelo de no ser porque Bill lo envolvió en el largo y poderoso tentáculo y lo volvió a poner de pie.
—Ten cuidado, Tom. No sería inteligente morir en una ducha, por un accidente casero.
—¡Bill! —Siseó—. Ni siquiera te atrevas a pensar en meterme nada por allí.
—¿Por qué no? —Preguntó Bill, acercando su ojo directamente a la cara del rastudo—. Has demostrado ser bastante sensible y cooperativo con el placer.
—Oh, por Dios —gimió Tom, totalmente rojo de vergüenza.
—Creo que Manuela ha probado ser muy eficiente con su labor de causarte bienestar, Tom. ¿O estás en desacuerdo?
—No, no. No se trata de eso —respondió Tom, agachándose, avergonzado—. Se trata de que hay lugares del cuerpo que no se tocan, ni siquiera por placer, ¿entiendes, Bill?
—No, la verdad es que no. Si hay algo que te causa placer, debes concentrarte en obtenerlo. Es como buscar fuentes de comida en un ambiente adverso.
—Es que esa es tu forma de pensar, Bill, porque eres un parásito, pero para nosotros las cosas son distintas, el placer sexual se disfruta más cuando se comparte con alguien a quien se ama.
—Como el hermano de Emma —comentó la mano y a Tom le pareció sentir tensión en su voz.
—¿Bill? —Tom volvió a erguirse y buscó la mirada del ojo de su mano—. ¿Bill? —Repitió al verlo tan concentrado.
—¿Tú, lo dejarías a él?
—¿Dejarlo, qué?
—¿Dejarías que el hermano de Emma te toque la próstata?
Tom enrojeció en cosa de segundos, pero apretó los labios y asintió, muy lentamente. Bill achinó su único ojo y Tom sintió un pequeño escalofrío.
Bill sin embargo, no dejó de pensar en lo que Tom le había dicho. Los humanos le parecían cada vez más extraños, porque según había visto en internet, la pornografía se daba solamente por la búsqueda del placer, pero lo que Tom le mencionaba era algo que también había encontrado a lo largo de las muchas páginas de la net que visitó, algo que los humanos llamaban “amor” y que justificaba muchas cosas, incluso las guerras.
William, el hermano de Emma, no miraba por más de un minuto a Tom, mientras que él llevaba toda una semana con el rastudo y ya no quería separarse del asustadizo adolescente. Obviamente tampoco es que pudiera hacerlo de buenas a primeras, considerando que era una parte de su cuerpo, la parte más importante de todo su cuerpo, su mano derecha. Pero aun así, pensaba que Tom era injusto al decir que dejaría que William lo tocara en ese punto tan importante de su anatomía, mientras que él, que lo había hecho sentir tan bien esas últimas noches, no podía ni siquiera acariciar sus nalgas.
—Tendré que hacer algo al respecto —dijo en susurros mientras Tom dormía plácidamente en su cama después de un agotador día en la escuela.
Bill había descubierto que tenía la habilidad de entrar en la mente inconsciente de su huésped cuando éste reposaba en un estado onírico, por tanto aprovechó la oportunidad y comenzó a estimular sus deseos sexuales proyectando imágenes de William en su cabeza. Tal como había anticipado, el órgano sexual de Tom se cargó de sangre y alcanzó un buen nivel de erección. Continuó llevando imágenes del chico pelinegro mientras se deslizaba por la cama hasta llegar al bóxer del adolescente. Ya tenía práctica quitando el bóxer de Tom sin que éste se diera cuenta, así que se lamió los labios y procedió a saborear de la polla del chico.
Se suponía que esta acción le daba placer a su huésped, pero él también sentía hormigueos en toda su estructura de mano, así que continuó lamiendo y succionando, hasta que escuchó que los gemidos de Tom se volvían más fuertes.
—Ahora es cuando —dijo en un susurro y procedió a extenderse como nunca antes, creando con sus dedos, verdaderas cuerdas con las que procedió a atar las manos de Tom a la cabecera de la cama y a mantener las piernas del chico, abiertas para darle la movilidad que necesitaría para realizar su experimento.
Al sentirse restringido y estimulado, Tom abrió los ojos, en un estado de confusión y excitación—. ¿Bill?
—Sssshhh —Su mano lo hizo callar, volviendo a meterse la polla en la boca que tenía en la palma.
—Oohh, Dios, Bill, esto es… —Cuando Tom quiso bajar la mano izquierda, se dio cuenta que estaba atado y una sensación de pánico lo invadió—. Bill, ¿por qué estoy…?
La pregunta quedó en el aire, cuando sintió que un dígito húmedo se situó en la entrada de su trasero. Abrió los ojos como plato y comenzó a temblar. Su erección desapareció y de un momento a otro, sintió que empezaría a llorar.
Bill achinó su ojo al notar que el hormigueo placentero había desaparecido, al igual que la erección, que ahora sólo era carne blanda en su boca.
—¿Qué sucede, Tom? —Bill se estiró todavía más, para ver la cara compungida de su humano.
—¿Me vas a violar, Bill? —Preguntó en un susurro apenas audible.
—No —respondió de inmediato. Bill había leído sobre todo tipo de prácticas sexuales en internet y la que tenía por nombre “violación” era la que menos le gustaba.
—¿Entonces, por qué estoy amarrado?
Si hubiese tenido mejillas, Bill estaría rojo como tomate—. Yo sólo, estaba experimentando.
—Pero te dije que había cosas que no se podían hacer sólo por placer. Que hay actos que se realizan por amor.
—El apareamiento no tiene relación con el amor, sino con el deseo de continuar con la especie —explicó Bill, recordando otros tantos datos que había aprendido sobre biología.
—Pero los humanos no se aparean, Bill. Los humanos “hacen el amor” y tú, como parte de un humano, debes entender eso. —Los ojos llorosos de Tom se veían más tranquilos.
Los extremos de Bill que formaban las ataduras, lentamente se encogieron, liberando al adolescente, quien tomó a Bill con su mano izquierda y lo llevó hasta su cara, besando los labios que estaban en la palma.
—Gracias, pequeño.
El ojo de Bill brilló de emoción y esa noche, se acurrucó en el pecho de su huésped. No hubo más trabajo de Manuela esa noche, sólo arrumacos con el humano.
& Continuará &
¿Qué les parece? ¿Les gusta como evoluciona la relación entre Tom y Manuela?