Niños Psíquicos 13

Niños Psíquicos” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan

Capítulo 13

& Sábado 6:00 AM &

Gustav se removía en el abrazo de Georg, limpiándose los ojos, alejando todo rastro de sueño. El castaño lo sintió y lo volvió a acomodar en sus brazos, besándolo ligeramente.

¿Qué ocurre, Gus? —preguntó mirándolo fijamente.

No lo sé. Tengo un presentimiento extraño, uno malo —contestó desviando su mirada al techo.

Es por la revisión del vehículo del implicado, ¿cierto? —Le tomó la barbilla, pidiendo contacto visual.

Sí, lo siento Geo, pero después del hombre del retrato hablado, yo… ya desconfío de todos —agregó sentándose rápidamente en la cama, dándole la espalda a su nuevo amante.

Te entiendo, pero es necesario la revisión de los peritos —Geo se sentó a su lado, cogiéndole la mano—. ¿Acaso conoces a alguien de confianza para hacer esto? —Los ojos del rubio se iluminaron.

¡Claro! ¿Cómo no lo pensé antes? ¡Jonathan! —El castaño arrugó el ceño, sintiéndose celoso.

¿Quién es Jonathan? —indagó apartando la mano, sin darse cuenta.

Fuimos compañeros en la Academia —«Y también amantes» pensó el rubio—. Pero él se especializó en ser perito forense, buscar huellas, fibras y bueno… tú sabes. Dios. Claro, él es lo que necesitamos. Lo llamaré.

Espera. Es lo suficientemente confiable. ¿No cederá a la corrupción? —interrogó de pronto Geo, más desconfiado que nunca o más bien, temeroso de perder al rubio.

Estoy seguro que no me fallará. Lo llamaré —Tras ponerse un bóxer rápidamente, se dirigió a su celular y buscó el número que aún guardaba.

Se alejó a la cocina para no ser escuchado, pero el castaño hizo todo lo posible para acercarse y le oyó reír perfectamente, lo que le causó unos celos endemoniados. Una vez finalizada la llamada de por lo menos 10 minutos, volvió a la habitación.

Ya que estamos despiertos, lo mejor será regresar a la Estación, hoy quitarán la vigilancia a St Patrick’s Avenue, será un caos —comentó el castaño completamente frío, tomando una muda de ropa y caminando hacia el baño. El rubio lo notó de inmediato y lo cogió del brazo.

¿Estás bien? —preguntó frunciendo el ceño.

Bien —dijo igual de frío. Se soltó y fue por una ducha. Por primera vez desde que durmieron juntos, se ducharon por separado. El rubio se sintió angustiado, no entendía el repentino cambio de humor de su compañero.

&

En el camino de regreso a la Estación de Policía, el rubio volvió a revisar su celular y notó que tenía un mensaje en el buzón de voz. Lo escuchó atentamente, ya que Geo no le hablaba.

Geo —Le dijo al terminar la grabación—. Los chicos hicieron un ritual anoche.

Genial. ¿Obtuvieron algo más? —preguntó más interesado.

Hablaron con la última víctima. Ella les dijo que cuando fue secuestrada perdió una uña en la camioneta, si la encontramos, el maldito no tendrá escapatoria —afirmó con una sonrisa.

Perfecto, veremos que arroja el informe forense y el informe extra que hará tu amiguito —dijo con una mueca irónica y entonces el rubio lo comprendió todo, Geo estaba celoso. Con suavidad le tomó la mano que descansaba sobre la palanca de cambios.

¿Sabes que te quiero? —Le dijo apenas en un susurro y muy sonrojado. El castaño se estacionó apenas pudo a un lado de la calle y lo miró fijamente.

¿Estás seguro? Porque yo… yo sí te quiero, Gus —afirmó y sus ojos brillaron.

Claro que lo estoy —Se acercó y le robó un beso.

Entonces estamos perfectamente —Dictaminó el castaño y con una sonrisa encendió de vuelta el motor—. ¿Algo más que dijeron los niños?

Sí. McGee dijo que lo llamara, porque era grave.

Pues ¿qué esperas? Vamos cariño, llámalo —El rubio se sonrojó al escuchar esa palabra dirigida hacia él. Se apresuró a tomar el celular y marcó.

¿Agente Schafer? —preguntó el oficial.

Él mismo. Cuéntame McGee, ¿qué es aquello tan grave?

Los chicos hablaron con la muerta, señor y ella les dijo dos nombres de futuras víctimas.

Dios mío ¿Los tienes? —Pidió, sacando su libreta.

Sí, ella nombró a Helen Williams y también a Bill Trumper —El teléfono se le cayó de las manos al agente rubio.

¿Él está bien, McGee? ¿Bill está bien? —indagó con angustia en su pecho.

Sí, yo me encargo de hacer rondas, pero es agotador, sobre todo porque los rituales son a las 3:00 am y también porque hay más gente en el hostal.

Esta noche iremos para allá, sólo para asegurarnos. Inmediatamente nos encargaremos de buscar a la otra chica. Gracias McGee —Y colgó. Miró a su compañero y le relató en la conversación.

Dios mío. ¿Por qué irán tras Bill? La última víctima escuchó su nombre y murió mucho antes de que Bill hiciera el retrato hablado —Meditó el castaño.

Ya llegamos. Me pondré a buscar a la chica, Helen Williams.

Bien, yo veré lo del patrullaje. Nos vemos en una hora para ver cómo va todo.

Hecho.

& En el hostal &

Las madres estaban conversando con David acerca de los ejercicios que habían aprendido los niños para manejar y mejorar sus habilidades psíquicas. De pronto él se excusó para ir en busca de algo para tomar.

Ambas mujeres se asomaron por una ventana y vieron como los chicos venían corriendo, al parecer Tom perseguía al pelinegro para hacerle cosquillas. Cuando al fin lo pilló, ambos cayeron al suelo revolcándose de risa y Bill trató de subirse sobre Tom para atacarlo también, pero fue nuevamente puesto al suelo por las cosquillas propinadas por su pareja. Después de descansar en el césped por un segundo, se pusieron de pie y Tom le sacudió el polvo de la ropa al moreno, quien se dejó y le sonrió dulcemente.

La madre del rastudo miraba la escena completamente emocionada, nunca había visto a su hijo simplemente jugando con otro chico de su edad. De hecho, nunca le conoció a ningún amigo. Se sentía feliz por su hijo.

Sin embargo, la mamá del pelinegro veía con cierta desconfianza aquella familiaridad con que se trataban, pero no podía evitar sonreír al ver el rostro iluminado y lleno de felicidad de su hijo.

Tocaron la puerta y entraron a la sala, donde encontraron a sus madres, ambos corrieron a sus respectivas progenitoras y las abrazaron.

¿Cómo estás pequeño? —preguntó Simone.

Estoy bien mamá. Déjame presentarte a mi amigo Bill Trumper —Saludó el rastudo y el aludido se acercó para estrechar la mano de la señora rubia.

Señora —Le saludó y luego volteó a su propia madre, agregando—. Tom, ella es mi mamá, Teresa —El de rastas se acercó y le estrechó la mano, muy cortésmente.

Hola chicos —dijo David entrando a la sala con una charola y vasos. Sirvió las bebidas, ayudado por los chicos y se sentaron—. Señoras, el motivo de mi llamada a que vinieran es por algo muy serio —Las mujeres se alarmaron.

¿A qué se refiere? —cuestionó Simone.

Ustedes saben que sus hijos están colaborando con un caso de la policía —Continuó el hombre.

Sí, pero eso no es serio, ¿o sí? Me refiero a que el agente Listing jamás pondría a Bill en peligro —respondió la madre del pelinegro.

Claro que es así, ellos siempre protegen a sus niños, el problema es que han descubierto que uno de los implicados en el caso “flor de lis”, es alguien importante y eso ha puesto la vida de sus hijos en riesgo, esa es la razón por la que estamos aquí: escondidos —agregó seriamente David, cambiando la mirada entre una mujer y la otra.

No puedo creerlo —Declaró Simone.

Debo llevarlo a casa —intervino Teresa.

No señoras, si los sacan de aquí, tanto la vida de los niños como las suyas estarán en peligro —Finalizó David.

Mamá —Comenzó el rastudo—. Aquí hay un oficial que está pendiente de cuidarnos, además… si Bill y yo estamos juntos… será más fácil atrapar al asesino —El pelinegro asentía sin decir nada, después de todo él quería quedarse con Tom todo el tiempo que le fuera posible, tanto porque lo amaba, como porque junto a él había descubierto el mundo del placer y no quería dejarlo sólo por la terquedad de su mamá.

¿Qué dices tú, Bill? —Le preguntó su madre.

Tom tiene razón mamá. Trabajando juntos hemos descubierto muchas pistas que solos nunca habríamos podido encontrar. Y lo mejor es que… —Se sonrojó—. Pudimos deshacernos de la sombra —La mamá recordó que su hijo siempre hablaba de esa horrible sombra que lo mantenía alejado del mundo. Tal vez por eso él estaba tan unido a este chico, Tom.

Mamá por favor, deja que me quede —Pidió el rastudo a su madre y el pelinegro hizo lo mismo.

Mamá deja que me quede con Tom, él me ha ayudado mucho —dijo con un ligero temblor, que su madre no pudo pasar por alto.

Señoras, el oficial McGee me informó que los agentes Schafer y Listing vendrán esta tarde. Deberían quedarse a hablar con ellos —Sugirió David.

No creo que eso cambie mucho las cosas señor, me quiero llevar a mi hijo —Declaró Teresa, los ojos de Bill se aguaron y lágrimas de impotencia comenzaron a caer. De inmediato Tom se sentó a su lado pasando un brazo por sus hombros, confortándolo y dándole una mirada reprobatoria a la madre de éste.

Chicos por qué no salen un momento, para hablar con sus mamás —Pidió el adulto.

Tom ayudó a Bill a levantarse y salieron del hostal, sentándose en una banca bajo un gran árbol. Las mujeres los veían por la ventana. Miraban como Tom le decía palabras de aliento al pelinegro y como poco a poco le sacaba sonrisas. Con sumo cuidado le limpió las lágrimas y le besó la mejilla, haciendo que el moreno se sonrojara.

Nunca vi a mi hijo así de feliz antes —comentó Simone volteándose, ya habían visto suficiente.

Ni yo —Asumió Teresa.

¿No les da gusto por sus hijos? —Preguntó David yendo al grano—. Me refiero a… ¿Saben en realidad la soledad en que vivían sus hijos? —Las miró inquisidoramente.

La verdad es que Tom siempre ha estado solo —Comenzó Simone—. Él me decía que era porque los demás niños no eran interesantes, pero… —Sus ojos se aguaron.

Tanto Tom como Bill eran juzgados en sus escuelas, entre sus pares; por eso decidieron desde muy pequeños mantener su don en secreto, lo que es peor, decidieron aislarse de la sociedad. Ellos… han estado tan solos… que duele —Continuó el hombre—. Ahora que se conocieron han podido experimentar la amistad sincera, sin prejuicios y sin pedir nada a cambio. Sin mencionar que han evolucionado demasiado el cuanto al uso de sus habilidades psíquicas —Tomó una respiración honda. Las mujeres los miraron con lágrimas en sus ojos.

¿Es verdad lo que dice? —preguntó Teresa, por fin mostrando interés.

Sí, con la ayuda de Tom pudimos expulsar a la sombra que lastimaba a Bill, su hijo —respondió tristemente al recordar la pena que sintió el pelinegro por ese episodio.

Yo sabía…. Lo sabía…. Que esa cosa lo lastimaba —Sollozó la mujer y fue abrazada por Simone cuando se desplomaba en un sofá.

Tranquila Teresa, al igual que yo lo sabías, pero nunca pudiste estar segura, ¿verdad? —La miro confortándola.

No, nunca pude ver lo que él veía, ni sentir el temor que él experimentaba —Lloró Teresa.

Te entiendo, cada vez que Tom despertaba con uno de esos angustiosos sueños y yo sin poder hacer nada más que abrazarlo.

No puedo ni imaginar el terror que sintieron sus hijos siendo más pequeños y ver cadáveres y espíritus rondándolos sin entender por qué sólo ellos podían verlos —intervino David, lo que sólo aumentó el desasosiego de las mujeres.

Ahora se ven felices juntos —afirmó Simone calmándose.

No crees que están un poco… —Meditó— ¿Demasiado unidos? —indagó la otra mujer, presa de tormentos venideros por causa de su marido.

Sólo son niños —contestó David comprendiendo de inmediato el matiz de la pregunta.

Simone voy a ir al grano. ¿Tu hijo es… homosexual? —inquirió Teresa mirando duramente a la rubia, ésta ni se inmutó.

La verdad es que Tom es muy guapo y hay muchas chicas que quisieron tenerlo de novio, pero él no estuvo con nadie, no por ser gay, sino por este “don”. ¿Acaso crees que entre ellos hay algo más que amistad? —cuestionó tranquila.

Mi hijo se maquilla desde los doce años, le gusta vestirse bien, pero eso no lo convierte en un “marica” —comentó la madre de Bill, recalcando la última palabra.

¡Mamá! —Gritó el pelinegro al escuchar a su madre hablar de esa manera con respecto a él.

Señora, Bill y yo somos muy unidos por este maldito don que tenemos, pero eso no le da el derecho de hablar mal de Bill, esta vez me tiene a mí, yo le voy a defender de cualquier agresión. Aunque sea suya —dijo el rastudo poniéndose de escudo entre Bill y los presentes, luego lo tomó de la mano y lo encaminó hacia la habitación.

¡Rayos! Es que es muy difícil para mí, saben. Mi esposo siempre ha atacado la forma de ser de Bill y si ahora llega con Tom… así… tomados de la mano, es capaz de molerlo a golpes aun si ellos no fueran pareja, ¿me entienden? Lo hago por su bien —Teresa volvió a romper en llanto.

&

Los adultos se quedaron en la sala conversando de los niños hasta que oscureció. Mientras ellos estaban abrazados en la pieza aprovechando los últimos momentos que les quedaban juntos, pensando que finalmente sus madres los separarían.

No quiero Tomi, no quiero separarme de ti, te lo juro —El pelinegro enterró su cara en el cuello del mayor, aspirando su aroma.

No las dejaremos, bebé, hablaremos con Gustav y Georg, les rogaremos si es necesario, para que sigamos juntos en esto —El rastudo le besó la frente con delicadeza.

Pero aunque lo lográramos, sería hasta que dure el caso y ¿después de eso? —El moreno pareció intensificar su abrazo al mayor.

La escuela, ya sólo nos queda el final. ¿Podríamos cambiarnos juntos? —Solicitó el de rastas.

No vivimos tan juntos Tomi —Interrumpió el pelinegro.

Buscaríamos la manera… ten fe bebé, no volveremos a separarnos, te lo juro —Le prometió el mayor, buscando sus labios para fusionarse en un tierno beso.

& Continuará &

¿Serán capaces los chicos de seguir juntos una vez que el caso termine? De hecho, ¿serán capaces de convencer a sus madres de que puedan terminar la investigación? ¿Podrán averiguar algo los G’s con su nuevo amigo Jonathan? Todo esto en el próximo capítulo. Gracias por seguir leyendo y comentando Besos y hasta muy pronto. Les quiere su amiga, MizukyChan.

Escritora del fandom

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