“Niños Psíquicos” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 18
& Tom’s POV &
Gracias a Dios me autorizaron a quedarme con Bill esta noche, después de todo lo pasado en estos últimos días, siento que no podría respirar si me volvieran a alejar de él. Esperé a que se durmiera y salí de allí, para dirigirme a la recepción.
—Disculpe, señora —hablé respetuosamente.
—Dime, jovencito —contestó la mujer con una sonrisa.
—Quiero preguntar por la señorita Helen Williams, ingresó esta tarde —dije un poco preocupado.
—¿Eres familiar? —preguntó la señora tecleando en su computador.
—Soy amigo de ella —Traté de sonar convincente, la señora me vio y dijo.
—Ahora debe estar dormida, está en la habitación 304, creo que no deberías verla —Me vio un poco consternada.
—¿Está muy mal? —Cada vez me sentía peor.
—Según el reporte, está reponiéndose de múltiples laceraciones en todo el cuerpo y el rostro también —explicó seriamente.
—Oh, Dios —dije bajando la cabeza—. Gracias señora y… ¿ha venido o llamado el agente Listing o Schafer?
—¿Estás al tanto?
—¿De la investigación? Sí, señora, trajeron a mi novio Bill, también —expliqué, de pronto orgulloso por la palabra “novio”.
—Oh, ya veo… Ellos me encargaron mantener todo en secreto hasta que ellos llegaran.
—Perfecto. No diré nada, no se preocupe —comenté guardando discreción.
—Ve a dormir, chico.
—Lo haré, gracias de nuevo.
Cuando regresaba a la habitación de Bill, vi los números de los otros cuartos y encontré el 304. Observando a los dos lados, por si había alguien… entré.
La chica gemía en el sueño, estaba sufriendo, tal vez tenía pesadillas o recuerdos de los horrores vividos a manos de sus captores.
Me acerqué. Su rostro tenía vendas blancas, pero de todos modos podía percibir las terribles huellas que quedarían, debían ser muy dolorosas. Vi su muñeca y la marca de la flor de lis, estaba aún roja y seguramente punzante. Sintiendo compasión por la chica, puse mis manos sobre su rostro y aumenté mi energía. Cuando me sentí cansado, me alejé… era extraño… cuando curaba a Bill no me agotaba tanto como curando a un extraño, tal vez tenía que ver con nuestra conexión.
Regresé con mi moreno, quien apenas cerré la puerta, abrió los ojos.
—¿Tomi? —llamó sin verme.
—Aquí estoy, bebé —contesté tomando su mano y acariciándola.
—¿Dónde fuiste? —preguntó triste—. No quiero que me dejes.
—Tranquilo, bebé… no te dejaré, sólo fui a ver a la chica, Helen —Me acerqué y besé sus labios.
—Oh… ¿Está muy mal? —Sus ojos estaban tristes.
—Estaba llena de vendas y con varios tubos. Vivirá, pero no sé si pueda soportar el estrés post traumático.
—No sabemos si ella tiene a alguien tan bueno como tú, Tomi —dijo sonriendo.
—Traté de curar su rostro, pero me cansé mucho y tuve que dejarla —expliqué un poco apenado.
—No te culpes. Debes estar agotado por todo lo que hiciste por mí —Me acarició las rastas—. Seguramente te cansaste porque no tienes conexión con ella —Lo vi asombrado.
—Eso es exactamente lo que pensé —Lo miré atentamente y finalmente le dije—. Duerme, bebé.
—Ven conmigo —Me pidió.
—No, yo dormiré aquí en la silla… ¿ves? Está muy cómoda —dije riendo.
—No Tomi… ven —Se hizo a un lado y me dio espacio—. Duerme conmigo o no podré hacerlo sin pensar en las horribles cosas que pasaron.
No podía resistirme a esa cara tierna y a esa mirada tan necesitada. Me quité las zapatillas y me acosté a su lado, abrazándolo y besándolo en los labios.
—¿Estás muy adolorido? —Le pregunté mientras él se acostaba en mi pecho.
—Me duelen las muñecas y los pies… donde tenía las amarras —contó moviendo su mejilla contra mí.
—Quieres que te cure, me refiero a la sanación —Le ofrecí acariciando su espalda.
—No amor, no es nada… además estás cansado.
—Sabes que haría todo por ti —Le dije besando su frente.
—Lo sé, Tomi, pero no es necesario, de verdad —Nos quedamos un rato en silencio y luego Bill se removió, se alzó sobre los codos y me miró—. Tomi… hoy me hicieron unos exámenes y pude asegurarme que el hombre que me secuestró, no me… —Me puse tenso—. No me violó.
—¿En serio? —Me alegré.
—Según me dijo el agente Listing, llegaron justo antes de que él me hiciera algo.
—Oh, bebé, que bueno —Lo abracé más fuerte y lo besé dulcemente en los labios.
—Ya basta, si sigues besándome así —Se sonrojó—. Terminaremos haciendo el amor.
—Uno más. El último —Él asintió y nos besamos, menos efusivamente esta vez y luego lo dejé—. Duerme.
—Esta vez podré dormir tranquilo.
&
Por la mañana despertamos cuando la puerta se abrió. Bill me volvió a abrazar y oímos una suave tos.
—Lamento despertarlos, chicos —dijo una voz ronca. Abrí los ojos de golpe y me senté, llevando conmigo a mi pequeño.
—Agente Listing —Saludé feliz, por fin nos darían noticias.
—¿Cómo están? —preguntó acercándose.
—Estamos bien —respondió mi moreno sonriendo—. Un poco adoloridos, pero bien.
—Que bueno escuchar eso —afirmó igual de sonriente—. Tengo información que darles, se los debo pues son parte de esta investigación —dijo sonando serio de repente.
—Somos todo oídos —agregué abrazando por los hombros a mi pequeño.
—Verán, tenemos buenas noticias. Hemos encontrado muestras forenses que condenan a los dos asesinos.
—¿Y el Senador Donovan? —cuestionó mi moreno.
—Han encontrado sus huellas en uno de los instrumentos de tortura. Además su repentina huída del lugar donde te encontramos, lo vuelve a condenar. Ahora contamos con más aliados que nos ayudarán a cerrar este caso —comentó el castaño mirando a ambos chicos.
—Eso es genial —dije sorprendido—. Sólo espero que la reputación del Senador no le ayude a salir impune de este caso —Añadí un poco preocupado.
—No te preocupes, su reputación como dices nos ayudará, pero en este caso es su “mala reputación” pues estos hombres son miembros activos de la secta que lideraba el Senador —Continuó el agente—. Ustedes tenían razón, este hombre era el “gran maestre” de una nueva raza de “templarios”, una que buscaba venganza.
—Yo pensé que los templarios eran buenos —dijo Bill levantando las cejas—, o al menos eso es lo que nos enseñaron en la escuela.
—Por eso te digo, esta era una nueva raza, los chicos malos —explicó el agente.
—¡Todos unos cabrones! —Concluí.
—Bueno, chicos, tengo mucho que hacer, así que debo retirarme. Saludos les manda Gustav, no pudo venir, ya saben… —dijo girando hacia la puerta.
—Gracias, agente —Me despedí.
—No… gracias a ustedes —Y salió.
&
Ese mismo día, Bill fue dado de alta y regresó al hostal, donde se quedaría junto a Tom por unos días más, hasta estar completamente seguros de que el Senador Donovan y sus hombres serían encerrados.
No ocurrió lo mismo con Helen Williams, quien había recibido una extraña curación en las heridas de su rostro, sin embargo, las de su cuerpo tomarían mucho más tiempo en sanar.
Bill y Tom salieron a caminar por el campo de flores del hostal, mientras los adultos tomaban drásticas decisiones.
—Los chicos pueden quedarse el resto del verano, hasta que el juicio concluya —Comenzó Nana.
—Le agradezco mucho, señora —comentó Simone—, aunque me gustaría que mi esposo hablara con Tom.
—Puede visitarlo y no habrá problemas —Insistió la anciana.
—No me gustaría que los chicos se separaran —Intervino David.
—Ni a mí —sostuvo Teresa—. Tom ha hecho mucho por mi hijo y… sería injusto apartarlos ahora —«Ahora que sé cuanto se aman» pensó la mujer—. Bill volvería a ser un alma en pena.
—Lo sé… Tom quedaría devastado —confirmó Simone—. ¿Pero qué pasará con la escuela? —Eso era algo que ciertamente los separaría y una madre no quería ver a su hijo sufrir a diario por estar apartado de la persona que ama.
—Ese será un problema —Teresa reflexionaba sobre cambiar a su hijo, pero las distancias eran muchas y no podría permitir que su hijo fuera nuevamente discriminado por sus compañeros, por ser como era.
—Creo que tengo la solución a este conflicto —comentó Nana. Todos la miraron ansiosos.
—Habla Nana —Le pidió su nieto David.
—Ustedes no quieren que sus hijos se separen, ¿verdad? —preguntó mirándolos a todos.
—No… no ahora… —respondió Simone.
—¿A qué te refieres con “no ahora”? —indagó Teresa.
—No sé si deba decirlo —Aclaró la mujer rubia mirando al cielo.
—Ellos se aman —Aclaró Teresa, Simone la miró sorprendida.
—¿Lo sabías?
—Me di cuenta por el comportamiento de Tom, y le pregunté a Bill en el hospital —La morena sonrió—. Es la primera vez que mi hijo está feliz, ¿sabes?
—Lo sé, lo mismo pasa con mi Tomi —Le respondió la sonrisa.
—¿No les molesta que ellos sean chicos? —cuestionó David.
—Mi marido será un problema, por eso prefiero que se queden aquí —contestó Teresa—. Él es un poco violento, no me gustaría que golpeara a Bill.
—Oh… lo siento —Simone le abrazó.
—Por eso les digo que tengo la solución —Volvió a hablar Nana—. ¿Por qué no dejan que sus hijos terminen la escuela aquí? —Todos la miraron y una sonrisa se formó en el rostro de David.
—Claro, yo estudié acá, fue genial, aquí las personas son más tolerantes que en la ciudad, no hay bullying y además los chicos se tendrán el uno al otro, ya no estarán solos, tal vez incluso puedan interactuar con más gente, sería perfecto para su desarrollo —Estaba emocionado hablando de los beneficios de dejarlos ahí.
—Yo podría cuidarlos —Se ofreció Nana—. Y podrían visitarlos los fines de semana.
—Hablaré con mi marido —Concluyó Simone—. Pero me parece una grandiosa idea.
—Y a mí —Aceptó Teresa.
—Además, podríamos seguir con nuestras prácticas, para así evolucionar sus habilidades y convertirlos en verdaderos “médiums”.
—Bueno, seguramente mi marido me apoyará, pero creo que será mejor no decir nada a los chicos, hasta que estemos cien por ciento seguros —afirmó Simone—. No quiero darles falsas esperanzas.
—Estoy de acuerdo —Sonrió Teresa.
& En el campo de flores &
Los chicos se acostaron a la sombra de un gran árbol, cerca del arrollo que tanto les gustaba. Estaban cogidos de las manos, mirando hacia el cielo.
—Extrañaré tanto este lugar —dijo pensativo el rastudo.
—Y yo te extrañaré tanto a ti, Tomi —El apenado pelinegro se recostó de lado, abrazando a su novio.
—¿Por qué lo dices? Yo no voy a dejarte —comentó seguro Tom, besando su frente.
—Estoy seguro que nos separarán… mi madre lo sabe —dijo serio.
—Lo sé… yo le dije que te amaba —Se enderezó para mirarle—. Era mejor así, Bill.
—Pero nos separarán —Hizo un puchero.
—No lo creo. No después de lo que hemos vivido juntos. Además David nos apoyará. Estaremos juntos… por lo menos, lo que queda del verano —Se acercó y le besó con ternura.
—Creo que debemos regresar, tengo mucha hambre —Ambos sonrieron y con pereza emprendieron el camino de regreso.
&
En el hostal, los adultos se preparaban para cenar, los recibieron alegres, y no era para menos, después de haber estado a punto de perderlos. Comieron todos juntos y las madres se despidieron para regresar a la ciudad.
—Las llamaré por la mañana —Les dijo David a las mujeres desde la puerta—. Adiós.
—Creo que nos iremos a dormir —Avisó el de rastas, al ver que su pequeño bostezaba.
—Sí, merecen un buen descanso —Les acarició la cabeza Nana—. Buenas noches.
—Buenas noches Nana —dijeron ambos y subieron a su habitación.
Tras cepillarse los dientes, se metieron bajo las sábanas, sólo en bóxer por el calor que aún reinaba.
—Bebé, ¿estás bien? —preguntó el rastudo al sentir la opresión en su pecho.
—Yo… —tartamudeó el pelinegro—, yo… quiero que me ames, Tomi.
—Pero estás débil… no quiero hacerte daño —contestó inseguro el otro chico.
—Tú nunca me dañarías, Tomi, además… lo deseo tanto —El de rastas sonrió y le besó la frente.
—Lo haremos con cuidado, ¿sí? Si te sientes mal… paramos, ¿ok? —El pelinegro le miró sonrojado y asintió.
Tom se acomodó en la cama y besó a su amado en los labios, sintiendo inmediatamente que su cuerpo reaccionaba. El beso se hizo húmedo y necesitado. Ambos habían estado tan temerosos de no volverse a ver que ahora lo único que deseaban era asegurarse de que el otro aún estaba allí y que se seguían amando tanto como el primer día.
Las manos de Tom viajaban nerviosas por la espalda del pelinegro y éste sin pensarlo mucho se aferraba a las rastas de su amor, jadeando. Tom bajó más sus manos y apretó las nalgas de Bill con cuidado.
—Sólo tuyo amor —susurró el moreno en su boca, cosa que agradó al rastudo.
—Sólo mío —Le aseguró. Estaban felices de haber confirmado que aquel delincuente no alcanzó a profanar el cuerpo de Bill y ahora festejaban, entregándose sin mesura el uno al otro.
Con cuidado y rapidez, se desprendieron de sus bóxer y ya desnudos se frotaban incesantemente, causándose oleadas de placer. Tom poseyó el cuerpo de su amado esa noche y las siguientes, hasta el fin del verano.
&
Los agentes hicieron todo lo posible y el caso contra el Senador Donovan estaba a punto de ser cerrado, todos los involucrados estaban alertas y toda la nación seguía el juicio, aterrados de enterarse que un líder político en quien confiaban, había sido capaz de ejercer tales atrocidades. Muchos policías fueron arrestado y dados de baja por aceptar sobornos y encubrir a los asesinos del caso “flor de lis”.
Todo parecía ir bien, pero los chicos estaban tristes, con el fin de sus vacaciones, también llegaba el fin de su vida juntos, como pareja. Según Tom, seguirían como siempre, su amor no disminuiría, pero no estarían juntos todo el tiempo y la escuela… los mantendría alejados.
Un día se reunieron las madres de ambos chicos con Ann, obviamente David y Nana. Llamaron a los chicos y se sentaron todos en la mesa de la cocina.
—Queremos hablar con ustedes —Comenzó Simone.
—Ahora que el caso está cerrado —prosiguió Teresa— y ya sabemos que estarán seguros, queremos proponerles un trato —Los chicos se miraron incrédulos.
—¿De qué se trata? —preguntó Tom.
—Hemos hablado con David y él piensa que ustedes deben seguir trabajando juntos para desarrollar sus habilidades —Continuó la rubia.
—Por lo tanto, lo mejor es que permanezcan juntos —dijo Teresa—. Para eso, la señora Nana, amablemente ha ofrecido su casa —Los chicos instintivamente se tomaron de las manos y sonrieron.
—¿Y la escuela? —indagó Bill, ese tema le preocupaba.
—Creo que es mi turno de hablar —intervino Ann, que ahora era novia oficial de David—. Mi padre es el director del liceo de esta ciudad, le solicité que los admitiera y accedió —Los chicos no podían estar más felices.
—¿Estás de acuerdo, mamá? —cuestionó Tom.
—Claro que sí, hijo, será por su bien. De todos modos, tu padre y yo te visitaremos los fines de semana y cada vez que podamos —contestó Simone.
—Además está el teléfono —Concluyó Teresa, sonriendo a su hijo.
—Gracias —dijeron al unísono.
—Los amamos, niños, y queremos lo mejor para ustedes —Terminó Simone.
Cenaron juntos y nuevamente las madres regresaron a sus casas. Bill y Tom estaban felices, el futuro parecía sonreírles, por primera vez irían a la escuela sin temor a la soledad, estarían juntos y eso era suficiente para ellos.
& Continuará &
Como les avisé, tendremos dos capítulos extra, contando cómo será su vida en la nueva escuela, con otras personas. ¿Los aceptarán al saber que son psíquicos? ¿Más bien, los aceptarán por ser gays? No se pierdan el final del fic. Gracias y recuerden que la mejor forma de hacerme feliz es con un comentario.