Niños Psíquicos 4

Niños Psíquicos”

Capitulo 4

Después de que prácticamente toda la casa fue sacudida por el rugir de la sombra, todo el grupo se hallaba reunido en la sala, incluida la dueña del hostal. Los jóvenes miraban en todas direcciones como sintiendo que algo se movía allí.

¿Qué ven? —preguntó David mientras preparaba las linternas.

¿Los ves, Bill? —cuestionó el rastudo—. Yo no puedo, sólo los siento.

Están alborotados, creo que están asustados —contestó el pelinegro.

Sí, ya no juegan como ayer. Es por la sombra —Sentenció el chico apretando la mano del moreno con suavidad.

Bien, bajaremos al sótano —Anunció el parasicólogo.

Cada uno tomó una linterna y lo siguieron. La dueña abrió la puerta que mantenía con llave y comenzaron el descenso.

En caso de que las luces se apaguen, no se asusten, aquí sólo trataremos con las presencias de los niños, nadie agresivo —explicó expertamente el señor Cost.

Eso me tranquiliza —Confesó El oficial Sanders.

No te preocupes, compañero, yo te cubriré las espaldas —comentó Lancaster, cosa que hizo sonrojar al rubio. ¿Desde cuando era tan amable?

&

Una vez abajo, el parasicólogo comenzó con sus explicaciones.

Nos hemos reunido aquí, porque este hostal fue hace mucho tiempo, un internado para niños. Sin embargo algo terrible ocurrió, una noche mientras todos dormían, una de las calderas se inflamó ocasionando un incendio apocalíptico, los niños corrieron al único lugar que ellos consideraban seguro, su lugar de juegos: el sótano, muriendo la mayoría aquí.

Dios, que fea manera de morir —acotó Lancaster.

¿Y los adultos? —preguntó el rubio.

También murieron atrapados por las llamas —continuó David—. En fin, aquí o más bien desde aquí, surgen las presencias de los niños. Como son pequeños, sólo juegan y hacen travesuras, pero rechazan la violencia. Así que haré una invocación para que vengan todos aquí y escuchen nuestra petición. Pónganse todos en círculo, por favor. —David, Bill, Tom, que no dejaba al pelinegro ni a sol ni a sombra, Gustav, Georg, la dueña y otra vez David—. Respiren hondo y cierren los ojos —Todos hicieron lo que se les mandó y alzando la voz llamó.

Espíritus de los niños que moran en este lugar, por favor, les solicitamos que nos escuchen —De pronto todas las luces se apagaron. Inmediatamente Tom cogió la mano de Bill y con la misma rapidez, Georg atrapó la mano de Gus. David siguió recitando algunas invocaciones más, hasta que risas de niños inundaron la estancia.

Ahora, Bill, pídeles a los niños que te ayuden a expulsar a la sombra —El pelinegro se sintió completamente sorprendido, pero asintió sintiendo el apoyo de Tom.

Por favor —dijo apenas en un susurro—. Niños, necesito que me ayuden —Su voz se cargó de emoción—. Hay una sombra que me persigue y no me deja jugar, ella no quiere que esté con mi amigo Tom —Una lágrima rodó por su mejilla—. Yo sólo quiero ser feliz y volver a jugar como antes, por favor, ayúdenme a liberarme de ella —Tanto Tom como Bill sintieron como los niños se unieron para abrazar al moreno. Él sólo pudo sonreír—. Gracias —susurró.

Volveremos a la hora muerta, niños —dijo muy seguro David—. Ahora podemos volver —Todas las linternas se encendieron y ya más tranquilos, emprendieron la marcha. Habían dado unos pasos y el oficial rubio se dio cuenta que su mano aún se hallaba entrelazada con la del castaño y esbozó una pequeña sonrisa.

Al salir del sótano, Tom abrazó a Bill y besó su mejilla.

Has hecho un increíble trabajo, Bill —El pelinegro se sonrojó ante el halago.

No he hecho mucho la verdad.

Claro que sí, pudiste convencerlos de que te ayuden, eres genial.

Gracias Tom.

Al salir, Lancaster se percató de su enlace con el rubio y, tras soltarlo, le sonrió al otro agente.

Bien, chicos, pienso que lo mejor será comer algo, ¿no creen? —Sugirió la dueña del lugar.

Sí —respondieron al unísono los jóvenes.

Comieron, conversando de lo ocurrido abajo y todos estaban muy orgullosos de Bill y su progreso en entablar contacto con otras presencias, sin duda el más entusiasta era el rastudo, quien no dejaba de elogiar al pelinegro.

Tras terminar de comer, vieron la hora y ya quedaba poco para la hora muerta, así que decidieron que era un buen momento para bajar de vuelta al sótano.

Nuevamente cogieron sus linternas, Bill llevaba su cuaderno y Tom le ayudó a no tropezar. Georg, también se sintió compelido a ayudar a su compañero a bajar, aunque ambos sabían que ninguno de los dos necesitaba dicha ayuda.

Al llegar abajo, se volvieron a poner en círculo, sólo que esta vez, con un brazo tocarían a su compañero del lado derecho, cerrando el círculo completo. David explicó que esta era una forma de canalizar toda la energía de los presentes.

Sonó el reloj del señor Cost y comenzó con su invocación. Tom abrió los ojos y percibió la energía mediante colores en cada uno de los presentes. Los policías y la señora, tenían una luz amarilla brotando de ellos, muy débil, pero brillante, David tenía una verde, mucho más poderosa, vio a Bill y su energía era roja, muy intensa, quizá la más intensa del grupo y luego la suya, de un tono azul eléctrico, muy poderosa también, era increíble.

Y ahora te ordenamos que te retires del espacio de Bill, no tienes derecho a atacarlo nunca más, no podrás acercarte a él sin que él lo permita. Vamos, Bill, dile, expúlsalo —El pelinegro no podía creer que fuera tan simple como simplemente echarlo, así que temió y su voz sonó apenas en un susurro.

Vete —dijo casi sin fuerzas.

Debes ordenárselo, Bill, vamos —Le apuró David.

¡Vete de aquí! —Gritó Tom— ¡Déjalo tranquilo! Vamos, Bill, sé que quieres hacer esto —El chico lo miró en la penumbra y halló fortaleza en sus palabras.

¡Vete de aquí! —Gritó lo más fuerte que pudo. Sin embargo dentro de la oscuridad, Bill pudo distinguir a la sombra y como ésta se acercaba amenazante al círculo. Entonces pudo sentir la risa de los niños rodeándolos y protegiéndolos del peligro— ¡Te ordeno que te vayas y que nunca más me dañes, ni a mi familia, ni a Tom, ni a las personas que quiero! ¡Te irás y ya no volverás! —Gritó a todo pulmón. David estaba complacido pues pudo sentir, al igual que Tom, que la sombra no podía avanzar.

Bill, trae tu dibujo y quémalo aquí —Había un tarro preparado para la ocasión.

El moreno se acercó y David prendió el papel. Lo pusieron con cuidado en el tarro y esperaron. De pronto, una llama asombrosa prendió el papel y se elevó hasta casi un metro de alto. Un rugido se dejó escuchar por toda la casa y la sombra se fue.

Ya… ya no está —aseguró Bill, sin poder contener su emoción. Se puso a llorar en los brazos de Tom, quien le acariciaba la espalda.

Lo has hecho increíble, Bill, ya eres libre —La luz de las linternas volvió, se oyeron las risas de los niños en señal de que estaban conforme con lo sucedido aquella noche.

Creo que no podré dormir hoy —comentó Georg.

Demasiados fantasmas por una noche —Le secundó el rubio.

Bill, debes saber que la sombra no ha desaparecido —dijo David—, sólo está lejos de tu espacio, pero si alguna vez te sientes amenazado, tienes el poder de echarla lejos.

Gracias David, no sé qué hubiera hecho sin ti —respondió agradecido el pelinegro.

& Tom’s POV &

Subí con Bill a nuestra habitación de la mano. No sé por qué no podía dejar de tocarlo, incluso quería aumentar mis toques hacia él, no era algo malo, sólo deseaba hacerlo para mostrarle cuanto lo necesitaba y cuanto quería protegerlo.

¿Estás cansado? —Le pregunté al llegar.

Estoy apaleado —respondió con un gran bostezo. Yo también me sentía así, pero aun así quería aprovechar al máximo mi tiempo con él—. Me voy a cambiar —dijo mostrándome su pijama.

¿Quieres que salga? —Le pregunté por respeto, él se sonrojó.

No, está bien, somos hombres, ¿no?

Sí, bueno… yo no duermo con pijama —De pronto me sentí expuesto.

¿Tom? —Estaba sonrojado.

Dime Billy.

¿Podrías… podrías dormir conmigo esta noche? —Casi salté de la cama y me acerqué a él.

Claro, si no te molesta.

En tus brazos dormí como nunca, esta tarde. A salvo —Le dejé ponerse su pijama y yo me quité mis prendas. Me acosté a su lado y lo abracé poniendo mi cabeza en su cuello, respirando su aroma.

Quiero besarte, Bill —Le dije al oído.

Yo también quiero hacerlo —Le miré con ternura y junté nuestros labios, fui correspondido con ansiedad y le abracé más fuerte. Nuestras lenguas bailaban un compás lento, pero sensual, cuando nos separamos, nuestras respiraciones estaban agitadas.

Quiero tocarte, Bill —Le dije sincero, él estaba completamente sonrojado y adorable.

Y yo quiero que me toques —Le volví a besar y mis manos se metieron bajo su pijama, recorrieron su torso causándole estremecimientos a mi moreno. De pronto nos movimos y nuestros miembros se rozaron.

Mmm —Gemí y temí asustarlo con mi acción, pero luego sentí un jadeo más suave de sus labios.

Aaahhh Tooooomiiiiiiii —Pensé que debía detenerme, pero mi cuerpo no respondía.

¿Quieres que me detenga? —Logré articular entre gemidos.

No —Fue mi luz verde, me puse sobre él, soportando mi peso en uno de mis brazos y me rocé con Bill, él levantó las caderas recibiéndome y así comenzamos un vaivén, delicioso que nos hizo ver las estrellas. Seguí besándolo, hasta que sentí que una ola de electricidad invadía a Bill, arrastrándome a mí de paso y nos corrimos juntos.

Te amo, Bill —susurré mirándolo a los ojos, y luego me acomodé a su lado.

Tomi —me miró—. ¿Cómo podemos amarnos tan pronto?

No lo sé, sólo sé que quiero estar contigo… siempre —Le dije besando su frente.

Tan sólo en dos días encontré a mi mejor amigo y al amor de mi vida —agregó sonriendo.

Estamos tan fuertemente conectados que si te pasa algo, creo que moriría —afirmé, nunca antes había hablado de cosas románticas y hoy todo lo cursi que vivía en mí, salió a flote.

¿Crees que Isabelle me odie? —susurró asustado— ¿Como lo hacía la sombra contigo?

No lo creo, Bill. Isabelle me cuida, no sé por qué, pero sé que ella es buena.

¿Sabes algo bobo, Tomi? —Me preguntó sonrojándose.

Dime, bebé.

Nunca había besado a nadie y mucho menos… eso

Te entiendo, yo tampoco. Hemos estado tan solos todo este tiempo, que ya era hora de que nos reuniéramos, Bill, y ahora nunca te dejaré ir, creo que desde ahora, yo seré tu sombra —Le besé la frente.

Tú eres mucho más guapo que la sombra —Bromeó y soltó un bostezo.

Duerme, pequeño.

Sólo si me acaricias.

Lo haré —Y con mi mano comencé a acariciar su pecho por sobre la ropa, hasta que sentí que su respiración se hizo pesada, sólo entonces lo abracé bien y pude cerrar mis ojos. Lo que no esperaba era volver a soñar tan pronto.

& Continuará &

¿Qué habrá soñado Tom? ¿Tendrá relación con ellos o con un nuevo caso? ¿Podrán utilizar sus dones para atrapar al asesino de la “flor de lis”?

Escritora del fandom

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