“Niños Psíquicos” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 7
En un bar, dos policías se debatían en cómo enfrentar los sentimientos que luchaban por salir a flote, temerosos del qué dirán y de sobre todo, de la reacción de aquel a quien amaban.
—Puedes explicarme nuevamente eso de esta “virgen negra” —pidió el castaño, dando un sorbo a su cerveza y mirando fijamente a su opuesto.
—Discúlpame, a veces suelo decir las cosas muy rápidamente pensando que todos comparten mis teorías —comentó el rubio bajando la mirada, cohibido por la insistencia del otro.
—Por favor, no te disculpes, en lo que llevamos juntos has acertado en muchas cosas, eres el compañero ideal —Al decir esto, se percató de su doble significado y ambos hombres se sonrojaron.
—Bueno, como te contaba —relató el rubio—. Hay algunos escritos antiguos, que dicen que María Magdalena era una persona importante en el tiempo de Jesús, sería el equivalente a un político de la actualidad, ideal para Jesús, ya que él estaba también juntando gente por “su mensaje”.
—Hablas de él como si también fuera un político.
—La verdad es que esos escritos lo muestran así, él era muy hábil con sus palabras y llegado un momento fue muy poderoso, por eso el Sanedrín quiso destruirlo —Prosiguió el agente, ajustándose las gafas.
—Ya veo, hasta en la antigua Jerusalén había corrupción —Ambos asintieron.
—En fin. En la Biblia se explica que Jesús hablaba en las sinagogas y allí declaraba su palabra y esto es lo interesante —Alzó las cejas, entusiasmado—. Si buscas cualquier dato de ese tiempo, verás que para ganarte el derecho de hablar en la sinagoga, debías estar legalmente casado.
—Wow.
—Exacto. Incluso las pinturas de la Última cena de Jesús muestran a Magdalena a su lado, a no ser que veas a uno de sus discípulos como un gay —Ambos sonrieron.
—¿Y lo de la virgen negra? —Volvió a preguntar el castaño.
—Los que piensan que Jesús, siendo el Hijo de Dios, engendró sus propios hijos en la tierra, comenzaron a ocultarlos, ya que la Iglesia trataba de matarlos, pues le quitaban el aire “divino” a Jesús, volviéndolo un simple mortal que formó una familia. Y en lugar de adorar a María, la madre de Jesús, adoraban a María, la esposa de Jesús, pero como su religión debía ser clandestina, pues pintaron su virgen de negro —Terminó bebiendo de su cerveza.
—La virgen negra. Vaya… si aquellos seguidores están vivos, pues no están haciendo bien su trabajo, pues al parecer nuestro loco está matando a los descendientes de Magdalena. O al menos eso parece… —Dio otro sorbo a su cerveza y al dejarla sobre la mesa rozó la mano del rubio.
—¿Crees que esté matando a los descendientes de Magdalena o a los descendientes de sus perseguidores? —Lo miró con cara de “aquí te pillé”.
—¿Por qué lo dices? —cuestionó sorprendido.
—Porque si lo que dice Bill es cierto y ellos esperan a un “gran maestre templario” es sólo cuestión de atar cabos. Los templarios protegían a los descendientes de Magdalena, por lo tanto esta podría ser una venganza contra aquellos que persiguieron a Magdalena —afirmó triunfante el rubio, arreglándose las gafas.
—Eres increíble —Le dijo el castaño sujetándole el brazo y con un brillo intenso en los ojos. El rubio se cohibió, pero no apartó la mirada—. Me agrada que trabajes conmigo.
—Y para mí, es un honor trabajar contigo, Geo —mencionó tiernamente el diminutivo.
—¿Geo? —Lo miró profundamente y bajó su mano hasta la del rubio—. Me gusta.
—Ya es tarde, creo que deberíamos dormir —comentó Gustav, poniéndose notablemente nervioso.
—Deberíamos dormir, ¿juntos? —sugirió el castaño a modo picarón, cosa que hizo que el rubio se atorara con su trago.
—Yo… yo no… yo no… lo siento —tartamudeó el rubio tratando de liberarse.
—Vamos no te pongas así ¿O acaso eres homofóbico? —preguntó el castaño.
—Claro que no, el amor es libre, no depende del sexo de las personas —respondió más fuerte Gus.
—Pero sabes que en el Departamento de policía aún es mal visto tener una pareja gay.
—Lo sé, es triste que todavía la mentalidad esté tan fuertemente cerrada —contestó un poco triste.
—¿Sabes qué sería lo triste? —agregó el castaño, el otro negó con la cabeza—. Sería triste hacer que tu pareja se escondiera por ti, para no perjudicarte en el trabajo.
—Eso no pasaría si ambos trabajaran ahí —Lo soltó de repente y luego se dio cuenta que la había cagado.
—Gustav me impresionas ¿Tendrías un amor clandestino?
—Sí lo haría —respondió rojo como tomate.
—¿Qué tal si seguimos con esta charla en mi departamento? ¿Quieres un café? —Invitó el castaño, seguro de sí mismo.
—Un café estaría bien —contestó el rubio y ambos dejaron el lugar.
& En el hostal &
Tom estaba realmente nervioso, sabía que su responsabilidad era tomar el control de la situación y por sobre todo, hacer sentir bien a su amado pelinegro, quien por su parte también estaba nervioso, pero confiaba plenamente en su reciente pareja.
—Te amo Bill —Comenzó el rastudo y besó dulcemente los labios de su par quien le correspondió ansioso, luchando por dominar, pero finalmente dejándose hacer por Tom.
El pelinegro jadeó dentro del beso y enredó sus manos en el cuello del mayor, buscando profundidad. Sus cuerpos se juntaron y Tom metió sus manos bajo la playera del menor haciéndole estremecer. Con timidez, pero decidido, Bill buscó el fin de la polera del rastudo para levantarla por sobre sus cabezas y finalmente sacarla.
—Si te arrepientes, me dices y paramos —Le aseguró el rastudo, pero en la mirada de Bill se hallaba una gran decisión y él simplemente no quería parar.
Tomó las manos del rastudo y las llevó hacia su abdomen, incitándole a quitarle su propia playera, así lo hizo y ambos quedaron con el torso desnudo. Volvieron a besarse, sintiendo sus pieles hervir con la calentura del momento.
—Aaahhh Tooomiiii —Jadeó Bill sonoramente, cosa que hizo que el miembro de Tom se endureciera por completo.
—Ven pequeño —Le tomó de la mano y lo recostó en la cama. Con cuidado le quitó el calzado y fue hacia el botón de su pantalón. Le miró pidiendo autorización y tras confirmar con la mirada de deseo del pelinegro, procedió a bajarle el pantalón.
—Ahora tú Tomi —Le dijo un sonrojado pelinegro. El mayor rápidamente se descalzó y se quitó el pantalón. Bill lo miró fascinado—. Quítate todo mi amor —Le pidió, apoyándose en sus codos para verle despojarse de sus ropas. Tom estaba muy sonrojado, pero hizo caso a su novio y quedó completamente desnudo. Estuvo de pie un momento mientras Bill le daba un repaso de pies a cabeza—. Eres muy grande Tomi, creo que me va a doler un poco —Dudó el pelinegro.
—Bebé, ya te dije si no quieres paramos y listo, yo te esperaré el tiempo que sea necesario —dijo decidido el rastudo, dispuesto a quedarse con las ganas con tal de respetar a su pequeño.
—No quiero parar Tomi, te deseo mucho, quiero sentirte en mí —Pasó la lengua por sus labios, excitando más al mayor.
—Yo te cuidaré, lo prometo ¿Puedo? —pidió mostrándole a Bill sus propios bóxers, el moreno asintió y se acercó a quitarle la última prenda al menor.
Se puso sobre Bill y le besó apasionadamente siendo fieramente correspondido. El pequeño enrolló sus piernas en las caderas de Tom provocando que sus miembros se friccionaran y pese a que ya lo habían hecho antes, nunca fue estando completamente desnudos, lo que hacía que el roce fuera simplemente exquisito.
Tom quiso probar a su pequeño y bajó su boca hasta el cuello del otro besando, lamiendo y succionando, dejando una marca allí. Bill sólo se retorcía de placer y seguía moviéndose contra el cuerpo del rubio.
—Vamos Tomi hazlo ya —sugirió el pelinegro. Tom que quería sentir por completo a su pequeño, pensó que lo mejor, era ir con calma.
—Tranquilo bebé, quiero amarte como nunca —Le susurró al oído. Volvió a bajar y llegó a tener su rostro frente a la erección de su pareja, lo miró con deseo y sin dudarlo se lo llevó a la boca. Bill pegó un pequeño brinco por la sensación y se ahogó en gemidos.
—Dios, Dios, Dios —Gimió sonoramente. Pronto Tom ensalivó sus dedos y sin dejar de lamer a su presa, comenzó a preparar a su pequeño—. Ay —Se quejó al sentir la intrusión.
—Tranquilo, la molestia pasará —aseguró Tom, calmándolo. El moreno se relajó y se dejó hacer. Cuando el mayor sintió que Bill estaba listo, lo dejó y se sentó entre sus piernas—. Bill, voy a entrar.
—Sí amor, seamos uno —susurró con los ojos nublados de deseo.
Lentamente Tom sujetó su miembro guiándolo hacia la entrada del moreno. Hubo una pequeña resistencia, pero pronto el pelinegro se relajó y el mayor terminó de entrar. Ambos respiraban con dificultad.
—¿Te duele mucho Bill? —preguntó preocupado el mayor, el otro negó con la cabeza.
—Dime Tomi, ¿te gusta? —Le dio una mirada adorable, sus mejillas sonrojadas, su cabello revuelto y sus labios semi abiertos, era una imagen simplemente celestial.
—Es muy cálido y apretado, siento que me moriré si no me muevo —comentó sinceramente.
—Entonces muévete Tomi —Y así comenzó un suave compás, lento y delicioso. Lo mejor fue que de pronto Tom tocó un punto que hizo que Bill viera las estrellas—. Toooomiiii justo ahiiiiii —Gimió tan alto que pensó que todos los iban a escuchar, así que decidió callarlo con un beso, mientras embestía cada vez más rápido y profundo.
El rubio sentía que Bill pronto llegaría y se acercó más a él para friccionar su miembro con sus estómagos y luego la energía del pelinegro lo envolvió y lo arrastró al orgasmo. Fue demasiado fuerte. Se quedó quieto. Besándolo y respirando a penas. No podía moverse.
—¿Bill? —susurró despacio.
—Eso fue increíble Tomi —respondó en sus labios—. Quédate allí un poco más —Enredó sus débiles brazos alrededor del torso de Tom y le acarició.
—Creo que te amo más todavía —Le dio un pequeño piquito.
—Eres todo en mi vida Tomi.
—Y tú eres el hombre de mi vida bebé —Los brazos de Tom temblaron un poco y Bill lo sintió.
—Acomódate a mi lado cielo —dijo. El rastudo salió de su cuerpo con lentitud, dejando en Bill una sensación de vacío—. Quiero estar siempre lleno de ti Tomi.
—Y yo siempre quiero ser quien te llene de amor.
—Estoy agotado —comentó el moreno, dando un ligero bostezo.
—David quiere que hagamos un experimento hoy a la hora muerta. Será mejor que durmamos aunque sea un poco.
—Pon la alarma para que nos podamos vestir antes, no me gustaría que nos vieran desnudos jejeje.
—Eres precioso desnudo Bill, pero tienes razón, no quiero que nadie más vea tu cuerpecito desnudo.
—¿Celoso?
—De ti… absolutamente —Cogió su celular y apretó algunas teclas—. Ya… la alarma está lista.
—¿Tomi?
—¿Mmm?
—Hacer el amor contigo ha sido lo más maravilloso de mi vida.
—Lo sé, para mí fue igual de intenso y perdona si te aburro diciéndote a cada momento que te amo.
—Claro que no me canso de oírlo mi vida.
—Descansa bebé.
—Buenas noches.
& Continuará &
¿En qué consistirá el experimento de David? ¿Qué pasará a la hora muerta? ¿Qué pasará entre los agentes? ¿Habrá algún avance en el caso? Todo esto en el próximo capítulo. Y otra vez, gracias por seguir leyendo y comentando. Besos.