Niños Psíquicos 1

Niños Psíquicos”

Capítulo 1

& Tom Knight 17 años &

Entré a la casa como hacía siempre, pero esta vez ya no lograba escuchar los llantos lastimeros de la mujer. Caminé por la sala con dirección a la puerta que bajaba al sótano. La abrí viendo mis manos más pálidas de lo normal, mi corazón bombeando a mil, sabiendo de antemano lo que encontraría allí abajo.

Encendí la lamparilla con dificultad y una vez iluminado todo… bajé las escaleras. Todo desde allí me era desconocido, nunca había podido entrar a ese lugar, la puerta siempre estaba cerrada, pero no esta vez.

Seguí bajando, lentamente. Al llegar al final, encontré un bulto deforme y enorme, cubierto por una bolsa negra. Debía sacar el plástico, pero no quería, sabía lo que vería y mi mente ya no daba más… no quería retener en mis pupilas la desgarradoras imágenes de la muerte.

Miré hacia abajo y encontré mi respuesta, el líquido espeso, ya coagulado me confirmaba que lo que estaba cubierto era un cuerpo, y por la forma amorfa del mismo, supuse que estaba mutilado.

«Dios mío, tengo que salir de aquí» Grité en mi cabeza.

Retrocedí sobre mis pasos y llegué a la entrada de la casa, luego caminé hacia el cruce de calle más próximo para ver el nombre del lugar y… desperté.

Me senté en la cama respirando con dificultad. ¿Por qué? ¿Por qué sólo podía ver los nombres cuando ya estaban muertos? ¿Por qué no podía ayudar? Mis manos sudaban, miré el reloj las 3:00 am, la hora del diablo.

«¡Maldición! Siempre lo mismo» Gruñí en medio de la noche.

Bajé a la cocina por un vaso de leche. Traté de no hacer ruido, pero mi madre llegó a mi lado.

¿Has soñado de nuevo? —preguntó con preocupación en su voz.

Ya ha acabado —dije resignado—. Ha muerto —No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas. Mi madre se acercó y me abrazó con ternura.

Iremos a la policía mañana —comentó segura, yo sólo asentí sin dejar de derramar lágrimas.

¿Por qué mamá? ¿Por qué se me da este maldito “don” si no puedo salvar a nadie? —Sorbí mi nariz y me pasé la manga por la cara limpiando mi llanto.

No lo sé cariño. Pero piensa en esto… ¿cómo se sentirían esas familias, si nunca encontraran a sus seres queridos?

Es un buen punto, pero la forma de encontrarlos es realmente terrible —expresé mirando el piso, recordando el bulto deforme.

Lo sé, pero al menos pueden sepultarlos y dejarlos descansar en paz.

Chicos —Era papá—. Sé que está buena la charla, pero aún queda noche para que descansen. Vamos Tom —Me tomó de los hombros y me llevó a mi habitación.

Gracias papá —Le dije sincero.

¿Quieres que me quede un rato más? —preguntó cubriéndome con las cobijas.

No es necesario, ve a descansar.

Está bien, hasta mañana.

&

El resto de la noche, la pasé recordando los sonidos lastimeros de aquella mujer. De pronto Isabelle apareció.

Hola —Le dije bajito, ella movió su cabeza en señal de respuesta y se quedó allí en la esquina de mi habitación, mirándome, velando mi sueño, tal como hacía desde siempre, cada vez que me sentía triste o asustado.

&

Por la mañana, agradecí que fueran las vacaciones de verano, así no tendría que lidiar con ningún compañero que me preguntara la causa de mis tan grandes ojeras. Desayuné apenas y mamá me llevó a la estación de policía.

Comandante Sanders, ¿cómo está? —Le saludó mi mamá como siempre muy cordial. El hombre se veía realmente bien. Tenía 35 años, su pelo rubio muy corto y unas gafas negras que le hacían lucir inteligente y despiadado.

Señora Knight, Tom, qué bueno que vinieron. Supongo que me ayudarán con algún nuevo caso ¿Estoy en lo cierto? —Yo asentí y me hizo pasar a su oficina, mi mamá prefería esperar afuera y no tener que oír los sórdidos detalles de un homicidio.

Dime Tom —Respiró hondamente—. ¿Qué ha sido esta vez?

Es una mujer.

Muy bien continúa.

La he soñado por algún tiempo —Hizo un ademán para que continuara con mi relato—. Nunca la vi, sólo podía entrar a la casa y… yo sabía que estaba en el sótano, ella lloraba.

¿Y? ¿Y eso se detuvo?

Anoche ya no lloraba.

¿La liberó?

No.

¿No?

Entré al sótano y había una enorme forma cubierta por un plástico negro. Había sangre debajo de él.

¿La mató?

Seguramente la mutilo.

¿Sabes dónde está? —Asentí mirando mis pies.

No sé exactamente dónde es… sólo vi el nombre de la calle más cercana. Es St. Hellen Street.

St. Hellen Street —Anotó rápidamente en su libreta.

La casa tenía por número el 31.

Nº 31 perfecto. Gracias Tom, desde aquí lo veremos nosotros.

¿Podría…?

¿Qué? —Le miró bajando el auricular del teléfono.

Podría llamarme después, me gustaría llevarle flores.

Por supuesto. Gracias Tom. Eres muy valiente.

¿Me puedo ir ahora?

Sí, y gracias de nuevo.

Salí del lugar un poco más aliviado, mi mamá me tomó de la mano y cuando llegábamos a la puerta un muchacho delgado de cabello negro largo venía entrando, era muy, muy guapo y luego vi una sombra negra cerca de él. Él me miró fijamente y me sonrió.

Hola Isabelle —Él saludó al aire y me paralicé. Nadie salvó mamá y papá sabía de la existencia de Isabelle y sobre todo, NADIE la había visto antes. Me volteé rápidamente y le vi entrar a una de las oficinas.

Mi corazón latía muy rápido, me sentía ¿cómo decirlo? Descubierto.

&

El Comandante Gustav Sanders llamó inmediatamente a la patrulla forense y tras ubicar la dirección, emprendió su marcha con dirección a ella. El rubio confiaba plenamente en las habilidades de Tom y desafortunadamente todos los hallazgos encontrados resultaron verídicos, no imaginaciones de adolescentes, como algunos agentes comentaban. En ninguna de las escenas del crimen pudieron rescatar a alguien con vida.

Llegó al Nº 31 y al ver el estado de la casa por fuera, solicitó refuerzos, tal vez el asesino decidiera volver y deshacerse por completo de su víctima, uno nunca podía estar seguro. Y como policía, estaba entrenado para pensar de ante-mano cualquier posible situación, buscando siempre, atrapar al culpable.

Esperó una patrulla de refuerzos y entró, un olor a muerte le inundó las fosas nasales y caminó directo al sótano, siguiendo las instrucciones de Tom. Entró y encendió la lamparilla, bajó seguido de otro oficial y al ver el bulto, lo descubrió dejando ver pedazos de carne ensangrentada. Se llevó la mano a la nariz para evitar que el olor llegara tan directamente y salió de allí.

Volvió a llamar al forense, quien llegó 10 minutos después, alegando que el tráfico estaba fatal. Los peritos entraron y lo que más les llamó la atención fue una marca que encontraron en la muñeca de la víctima. Una “flor de lis”.

El rubio sabía de otro caso que ya llevaba dos años investigando a un asesino en serie, quien antes de desmembrar a sus víctimas, les tatuaba a fuego una “flor de lis”. Tomó su celular y llamó a la central.

Habla Sanders, dime Marita, ¿quién está a cargo del caso “flor de lis”?

¿El del asesino en serie? —preguntó a través del aparato.

Ese mismo.

Déjeme ver —Se oía como la mujer tecleaba la información en su computador y luego respondió—. El agente Lancaster.

¿Georg?

Exacto Georg Lancaster.

Gracias Marita —Colgó y se apresuró a regresar a la estación. Sería para él un honor, trabajar con George Lancaster. Además, sabía que el otro policía también se valía de gente paranormal para resolver sus casos. Dio un gran suspiro y manejó de regreso.

& Bill Thompson 17 años &

Me sentía contento por haber visto a ese chico tan guapo en la entrada de la Estación, nunca había visto a alguien de mi edad ahí, que se viera decente y no un puto criminal. En definitiva, aquel chico no tenía nada de criminal, ropa de rapero, pero nada malo. Y cómo se sorprendió, cuando saludé a esa presencia “Isabelle”. ¿Sería su ángel de guarda? ¿O sólo un fantasma? Quién sabe, en fin…

Di un sonoro suspiro y entré en la oficina de Georg. Él me miró y sonrió.

¿Cómo estás Bill? —Saludó con una voz cálida.

Mucho mejor, gracias.

¿Tienes ganas de trabajar?

Sabes que aquí no puedo hacer nada —respondí mirando el piso.

Tengo unas muestras del último lugar que examinamos.

Ajá —dije sin verdaderos ánimos.

Bill —Le miré y él me mostró verdadera preocupación en sus ojos—. Si ya no quieres hacer esto, no lo hagamos y no te atormentes más, ¿ok?

Claro que quiero ayudar… es sólo que…

¿Qué…?

Ver gente muerta no es muy agradable y menos cuando han sido asesinadas por un puto desquiciado —Mis ojos estaban llenos de lágrimas.

Lo sé, por eso… si no quieres —Se pasó la mano por el cabello—. Si por mí fuera, te quitaría ese karma y te dejaría ser el chico dulce, que en realidad eres —Sonreí.

Lo haré Georg.

¿Seguro? —Asentí—. Está bien, toma esto —Justo en esos momentos, sonó su teléfono y él lo cogió en seguida—. Lancaster aquí. ¿Qué? ¿Seguro? Muy bien —Y colgó, se veía muy emocionado.

¿Buenas noticias? —pregunté curioso.

En realidad malas. Han encontrado otro cuerpo con la “flor de lis”

Dios mío.

Y está cerca. Un niño con tus mismas habilidades dio el aviso esta mañana.

¿Qué? ¿Otro… niño psíquico?

El Comandante Sanders está a cargo de esa investigación, pero me acaba de llamar para que avancemos en esto juntos. Y quiere que nos juntemos los cuatro.

¿Los cuatro?

Nosotros dos, Tom y tú.

¿Tom? ¿El chico de rastas?

No estoy seguro, sé que se llama Tom Knight. ¿Te animas?

¿A qué hora?

Todos a las 11.

Bien, nos vemos mañana, entonces.

& Continuará &

¿Cómo se comportarán los chicos mañana? ¿Entablarán amistad? ¿O sus vidas son demasiado extrañas para que algo tan normal como la “amistad” esté presente? No se lo pierdan y bienvenidos a este extraño fic.

Escritora del fandom

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