“Polvo de estrellas”
Drabble 16: Simone
Los chicos esperaron en el bosque hasta que llegara la noche y así poder cubrir sus rastros y evadir las miradas curiosas que verían a Tom cargar a un chico extraño, casi desnudo.
—Me da mucha pena esto Tomi —dijo bajito el alien, hundiéndose en el cuello del rastudo—, no quiero ser una molestia para ti.
—No lo eres mi amor —Le aseguro el humano, reacomodándolo en sus brazos—. Ya casi llegamos.
Unos cuantos metros más y llegaron a una hermosa casa. Bill miró todo con sorpresa y extrañeza. Era raro para él que los humanos aun quisieran vivir en forma aislada, cuando sería mucho más simple vivir en compañía, sin mencionar la enorme cantidad de recursos energéticos que podrían ahorrar al hacer eso, pero… otra vez su mente le recordaba que ellos aún no evolucionaban.
—Voy a ponerte de pie cielo, para poder abrir la puerta —Le señaló el rastudo, buscando su confirmación. Bill asintió y trató con todas sus fuerzas, de no caerse de bruces al tener los pies en el piso. Sus manos aferraron el marco de la puerta, como si se tratara de un salvavidas y allí se quedó… petrificado.
—Tengo miedo Tomi —susurró.
—Tranquilo —Le calmó su pareja y procedió a abrir la puerta. Volvió a tomar a Bill en sus brazos y entró a la casa—. ¡Mamá! —llamó fuertemente y ésta casi corrió desde la cocina a la sala, preocupada por la repentina partida de su hijo aquella tarde.
—Tom ¿qué fue lo que pasó? —Se congeló en sus pasos al ver a su hijo cargando a una jovencita en sus brazos—. ¿Qué? ¿Quién?
—Mamá, él es Bill —dijo lentamente, caminado hacia el sofá, para poder acomodar a su invitado.
Simone le siguió los pasos en silencio, un poco avergonzada por confundir al amigo y supuestamente novio de Tom, por una chica. «Fue el cabello» Se dijo mentalmente para justificar su error.
Una vez todos sentados, Simone recorrió los rasgos del alien con su mirada. Sus brillantes ojos café, que huían de ella… temerosos, su fina y respingona nariz, sus pómulos bien definidos, sus afiladas facciones y el color rubio opaco de su cabello.
—Oh Dios mío —susurró ella al comprenderlo todo. «Es igual a Tom» Nuevamente dijo en su mente, esta vez con un grito ahogado.
—Mamá, Bill ha sido rescatado de su casa por servicios sociales, pero no tiene dónde quedarse —Comenzó a relatar Tom, tratando de sonar convincente, sabiendo que cualquier titubeo, haría desconfiar inmediatamente a su madre.
—Comprendo —Le ofreció una sincera sonrisa al joven alien y éste se sonrojó fuertemente, cosa que a ella le pareció adorable—. Puedes quedarte aquí Bill, serás bienvenido el tiempo que gustes.
—Gra… gracias —dijo tímidamente el chico, llevándose un mechón de cabello detrás de la oreja, acentuando más el parecido entre ellos.
—¿Quieres comer algo pequeño? —preguntó amablemente, podía comprender lo mucho que este chico significaba para su hijo, lo sabía por cada pequeño roce que Tom le propinaba a Bill.
—Sí mamá —contestó el rastudo por ambos, el hermoso alien sólo se sonrojaba con cada nueva cosa que veía y experimentaba.
—Les prepararé algo —Ofreció Simone, encaminándose a la cocina, llena de dudas y temores.
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La mujer recordó cuando hace años, su hijo le preguntó si ella al estar embarazada, había tenido gemelos, ella negó, pero él insistió nuevamente, cambiando un poco la pregunta a, si había tenido más hermanos. Y ahora… todo tenía sentido, Bill era físicamente igual a él, por esa razón Tom pensó que era su hermano perdido y al recibir la negativa de ella, se dio permiso para amarlo como su pareja.
—Oh Dios mío —Volvió a susurrar.
El problema radicaba en que ella misma ya no estaba segura de que existiera algún grado de parentesco entre ellos. Su propio y único hijo, fue el resultado de una inseminación artificial, cuyo donador era anónimo. Una verdad dolorosa, que nunca le reveló y que ahora podría pasarles la cuenta.
Simone recordaba los días de su juventud, al estar recién casada y las ganas que tenían, ella y su marido, de tener un bebé… que nunca llegaba.
Esperaron años y nada daba resultado, finalmente Gordon y ella, decidieron someterse a pruebas de fertilidad, resultando en la esterilidad de su marido.
El médico les ofreció el sistema más moderno e infalible para embarazarla y Gordon aceptó gustoso, él la amaba y amarían a ese pequeño como si fuera de ambos.
Lamentablemente, Gordon no alcanzó a ver a su amado hijo, murió en un accidente a los cinco meses de gestación. Simone quedó destrozada, pero siguió adelante por su bebé y no tuvo que preocuparse por nada material, porque su esposo la dejó bien asegurada.
«¿Y si son hermanos?» Se preguntaba, una y otra vez, en su cabeza.
Continuará…
Prácticamente lo son jejejeje, pero ¿Qué hará Simone con esta información? ¿Le contará a Tom, para que se aleje de Bill? ¿Qué hará Bill si lo separan de Tom? Está en un planeta que no conoce y ni siquiera puede controlar su cuerpo. No se pierda el siguiente drabble. Y no olvides hacerme feliz con un comentario.