Polvo de Estrellas 21

Polvo de estrellas”

Drabble 21: Conocimiento

Dicen que el conocimiento te abre puertas, pero para Bill no fue así, su corazón se angustió terriblemente al repasar rápidamente la historia mundial del planeta Tierra. Por alguna razón que él aún desconocía, su cerebro funcionaba mucho más rápido que el común de los humanos, pese a estar usando un cuerpo mortal como ellos. Sus ojos leían velozmente, hasta derramar lágrimas por todas las calamidades que los terrícolas habían enfrentado a lo largo de su corta existencia en el planeta azul.

Los desastres naturales eran espantosos, terremotos, tornados, arrasando pueblos completos, extinguiendo vidas inocentes sin ninguna posibilidad de salvación. Eso era tan triste de ver y sin embargo… inevitable, pero lo que llenó de angustia el corazón de nuestro pelinegro, fue ver como la humanidad se tornó tan agresiva, que con cada nuevo descubrimiento tecnológico o científico, se crearon armas cada vez más letales con el fin de aniquilarse mutuamente.

Bill no soportó más y cerró de golpe la pantalla del laptop, perturbando a Tom que jugueteaba con su guitarra. El rastudo lo miró de frente, vio sus ojos anegados de lágrimas y sus temores se hicieron reales.

Sabía que no te gustaría la Tierra —dijo en un susurro, dejando la guitarra en la cama y sentándose en el piso, junto a su amado.

Es terrible —susurró el pelinegro, con la voz entrecortada por el llanto.

Lo sé, pero no podemos juzgar a todos los humanos por los errores de unos cuantos —Explicó sabiamente el rubio, acariciando la espalda de su Bill.

El holocausto de los judíos… —murmuró, sin atreverse a terminar.

Horrible… lo sé, que bien que no vivimos en esos tiempos Bill —dijo besando su cabello—, ahora todo está más tranquilo —El pelinegro levantó el rostro para verle, más esperanzado—. No te aseguro que no hay violencia, pero ya no, a ese nivel.

Gracias Tomi —El aludido sonrió y tomó una caja de pañuelos para limpiar la nariz de su adorado alienígena.

¿Encontraste algo que te gustara y que no fuera muy violento? —preguntó el humano, para relajar el ambiente.

Sí, eso, lo que tú haces…, la música —Sus ojos brillaron al comentar su descubrimiento—. Pude leer unas partituras de Beethoven y es simplemente hermoso.

¿Pudiste leer partituras? —Tom lo miró con los ojos como platos, Bill sólo había estado frente al computador por media hora, cómo había podido leer música e investigar sobre los judíos en tan poco tiempo.

Sí, no es tan complicado, es sólo un sistema diferente al binario, es musical —dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

¿Y puedes tocarla también? —preguntó emocionado el rastudo, acariciando la mano de su pequeño.

No estoy seguro, recuerda que me estoy acostumbrando a este cuerpo llevo aquí sólo una semana, pero creo que si sigo las instrucciones, podré hacerlo sin mayores problemas —Tom estaba con la boca abierta, como puedes leer partituras y tocarlas, sólo siguiendo instrucciones, sin haber hecho un curso antes, Dios, Bill lo sorprendía cada día más.

¿Te gustaría intentarlo?

Claro —Ambos sonrieron y escucharon los gritos de Simone para que bajaran a cenar.

&

Simone no sólo salió a comprar nuevas prendas de ropa para el nuevo integrante de la familia, aprovechó la oportunidad para viajar al pueblo vecino donde le habían practicado la inseminación artificial.

Tuvo muchos problemas cuando pidió la información del donante de la esperma, es decir, del de su hijo, ya que había firmado previamente un convenio de confidencialidad, como todas las pacientes, sin embargo después de hablar con el médico y explicarle que quizás su hijo estaba enamorado de un posible hermano, esto le ayudó a obtener la información que deseaba.

Señora Kaulitz, el donador murió hace bastante tiempo, según nuestros últimos registros, y su esperma fue congelada únicamente en este centro y fue ocupada sólo con sus ensayos. ¿Recuerda cuántos fueron?

Cinco, sólo en el último pude embarazarme —respondió ella, recordando.

Y ese fue el límite —dijo el médico leyendo un expediente—. Todas las muestras fueron ocupadas en usted, eso puedo garantizarlo.

¿Cree que él tuvo sus propios hijos, antes de morir?, ¿hijos naturales? —preguntó aún temerosa. Amaba ver a Tom feliz, pero si Bill fuera su hermano, ambos quedarían destrozados, ella no lo echaría, jamás le cerraría las puertas de su casa a alguien tan adorable como el pelinegro, pero sí tendría que poner un alto a “ese” tipo de relación.

No señora Kaulitz, como le dije, nuestros informes indican que él falleció apenas realizó la donación, si tuvo algún hijo natural, debería ser por lo menos cinco años mayor que Tom.

Bien, muchísimas gracias doctor —ella le extendió la mano y salió rápidamente de la clínica.

Ya en su auto, suspiró, soltando toda la tensión que tenía acumulada desde que vio la semejanza entre los chicos, la primera vez que Bill llegó a su casa. Ahora estaba tranquila, cuidaría al pequeño como a su propio hijo, si es que Tom se lo permitía, ya que el rastudo tenía una extraña manía de estar pegado a él todo el tiempo, Simone no pudo reprimir una sonrisa al recordar a su hijo babeante y sonriente por aquel chiquillo que parecía más bien sacado de una colonia de inmigrantes.

Bien, ahora les prepararé una deliciosa cena —Y con una enorme sonrisa, regreso a casa.

&

Después de una comida abundante y muchas risas por parte de la madre de Tom, los chicos volvieron a su cuarto para seguir con las lecciones de música. El rastudo tenía unos programas básicos de música en el laptop y le explicó a Bill como usarlos, lo dejó leer las instrucciones y luego le vio teclear, cual si fuera un experto, en cosa de quince minutos, el pelinegro le pedía al humano un teclado para practicar.

Tras desempolvar el teclado que Tom tenía en la buhardilla, Bill se sentó cómodamente frente a él y leyó las partituras que Tom había impreso para “sus prácticas” y al rato apareció Simone en la puerta, sorprendida por escuchar una melodía tan hermosa en su casa.

Bill aceptó los elogios, encantado y luego sintió mucho sueño.

&

En la cama, el pelinegro abrazaba a Tom con cariño y le susurró al oído que quería usar su voz, habían visto unos videos en youtube y él quería cantar para acompañar a Tom con la guitarra.

La música clásica es maravillosa, pero no es mi estilo —dijo Bill sonando como un adolescente normal, Tom no pudo evitar sonreír ante su pensamiento.

Lo que tú digas cielo, mañana intentaremos trabajar en equipo.

No será difícil, porque nosotros somos uno —dijo orgulloso el hermoso alien.

Tienes razón. Te amo —Y tras un beso fugaz, ambos se durmieron.

Continuará…

¿Será ese el inicio de Tokio Hotel? Jejejeje eso lo veremos en la continuación. Y gracias por seguir leyendo este fic, formado por pequeños drabbles.

Escritora del fandom

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