“Polvo de estrellas”
Drabble 24: Alerta
La tripulación de la nave estaba completa y entusiasmada por la nueva misión asignada. Pero sin duda los más alegres eran los G’s, aunque por razones completamente diferentes al resto de los miembros de ella.
—¿Crees que podríamos hacer contacto con Bill? —preguntó Geo, en un momento a solas con su compañero, quien de inmediato arrugó el ceño.
—No lo creo amigo. Sabes que aun están haciendo investigaciones sobre la infección de los registros akásicos —Advirtió Gus—. Sin embargo… nunca se sabe —La otra entidad brilló de alegría.
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La nave cumplió con su misión por un mes, cuando recibieron nuevas instrucciones. El encargado de recepcionar toda la información abordo era sin duda Gustav, quien tenía un mejor manejo en todo lo relacionado con los cristales de información, por lo tanto al leer el mensaje cifrado, palideció.
Tras sacar una copia del texto completo, procedió a eliminarlo del todo y se dirigió rápidamente a su compañero, quien al ver su estado se preocupó.
—¿Qué pasa Gus? —preguntó, al llegar a un lugar más solitario.
—Lo descubrieron Geo.
—¿El qué?
—El montaje, la supuesta muerte de Bill —Ahora eran los dos quienes habían perdido el brillo de sus auras—. Toma, lee esto. El otro obedeció.
—Son órdenes para investigar el tercer planeta del sistema solar, por posible intervención extraterrestre —Leyó mecánicamente Geo—. Santo Dios terrestre —gimió casi perdiendo el aliento—. ¿Qué hacemos?
—Por el momento eliminé el registro, nadie sabe de esta búsqueda, sólo nosotros
—¿Qué crees qué pasó? —preguntó preocupado Geo.
—Seguramente hicieron un seguimiento de ADN en el lugar del accidente, al no encontrar ningún tipo de rastro, ni de Bill, ni de ningún miembro de la armada, pues… es cosa de sumar uno más uno —Gus miró por una de las redes de comunicación y tuvo una idea—. Tenemos que contactarlo Geo.
—¿Ah?
—Debemos advertirle a Bill que lo buscan, ya sabes qué pasará si lo descubren.
—Lo matarán y posiblemente maten también a su gemelo —Geo se estremeció de sólo pensar que pudieran matar a dos inocentes sólo por haberse enamorado.
—Voy a salir —dijo resuelto Gus—. Fingiremos que estoy indispuesto y me llevaras en una nave auxiliar, mientras los demás realizan sus tareas del día. Usaremos tu nuevo sistema de camuflaje.
—¡Estás loco!, pero claro que lo haremos. Maldición estoy emocionado —dijo feliz Geo, aumentando su brillo de manera intensa.
—Eres el único capaz de dirigir las naves de manera perfecta. Tendrás que llevarme al bosque en el que dejamos a Bill.
—Por supuesto. Podremos realizar un aterrizaje perfecto si logro encontrar el rastro de la nave en que Bill bajó aquella vez.
Pasaron sólo un par de minutos más ajustando detalles y dejando todo listo para su propia misión de rescate.
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En la Tierra, un mes después de la llegada del pelinegro, la banda juvenil ensayaba feliz, sus nuevas canciones, cuando de pronto Bill cayó desmayado. Tom se aterrorizó y estuvo a punto de llevarlo al hospital cuando el pelinegro volvió en sí.
—¿Estás bien cielo? —Rodeado por sus amigos, el moreno miraba a los P’s y susurró.
—Tom, creo que debemos regresar —Sin decir una palabra más, el rastudo cargó a su novio hasta el auto y emprendió el regreso, dejando a sus amigos sumamente preocupados y confundidos.
—¿Qué ha pasado amor? —preguntó el humano dentro del coche.
—Creo que Gus me ha contactado de alguna forma que aun desconozco —El rastudo detuvo el auto en la orilla de la calle y abrazó a Bill protectoramente.
—¿Estás seguro?
—No puedo estarlo.
—¿No estarás conmocionado por el parecido de los G’s con Peter y Paul? —Insistió el rastudo, no quería más problemas intergalácticos y sabía que si los G’s volvían a la Tierra innecesariamente, significaba solamente una cosa… “problemas”
—No lo creo Tomi, fue muy clara su presencia. Creo que debemos ir al bosque.
—Bien —Sin cuestionar a su novio, Tom emprendió el viaje al bosque, que tantas veces les sirvió de lugar de encuentro, a él y a su amado pelinegro.
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En el bosque, una entidad luminosa, se había transmutado, haciéndose sólo una brisa cálida, incapaz de ser descubierta por el ojo humano.
—¡Gustav! —gritó el pelinegro, corriendo sin parar hasta el lugar donde estaba su pequeña nave, aún oculta de los terrícolas.
—Bill… —Se oyó una voz en el viento, incluso Tom fue capaz de percibir el sonido con el nombre original de su novio.
—Aquí estoy Gustav —dijo finalmente el chico, sonriendo y tomando una gran bocanada de aire, para recuperar el aliento.
—Estás en problemas amigo —susurró la voz.
—Amigo, ¿podrías usar la metamorfosis para que Tom pueda verte? —Pidió amablemente el pelilargo. Y al cabo de unos minutos, una intensa luz se hizo presente y ésta se convirtió, lentamente en un cuerpo humano, desnudo, rubio y corpulento. Tom se quedó de piedra.
—Es igual a Paul —dijo fuertemente, cayendo al suelo por la sorpresa. Gus le vio y escuchó sus palabras, sorprendiéndose también y sonriendo.
—¿Conocen a mi gemelo? —preguntó sin poder ocultar la emoción de sus palabras.
—Sí Gus, el tuyo y el de Georg, curiosamente los dos estaban juntos y conocen a Tomi, y tienen aproximadamente la misma edad —comentó feliz el pelinegro—, es como si todo estuviera previamente escrito, aquí le llaman “destino”.
—Wow, creo que he leído sobre eso en alguno de los cristales —Informó el rubio, quedándose quieto, pues en esta nueva forma física, le era muy difícil moverse.
—No puedo creerlo —dijo el rastudo, poniéndose de pie nuevamente—. Gracias por ayudar a Bill a llegar a mí nuevamente —dijo Tom, abrazando al rubio.
—Siempre ayudaré a mis amigos, por eso estoy aquí. Ya no están a salvo —dijo sorprendiéndolos a todos—. Por eso he regresado. Han descubierto el engaño Bill, saben que no estás muerto, y han puesto en marcha un plan de búsqueda, vendrán a la Tierra a buscarte amigo —El rostro de la pareja se ensombreció.
Continuará…
¿Podrán hacer algo para salvarse? Los G’s están agotando los recursos, pero ¿qué pasará si los descubren a ellos también? ¿Serán condenados a morir también? No se pierda la continuación. Besotes