Polvo de Estrellas 29

Polvo de estrellas”

Drabble 29: Mientras hay vida, hay esperanza

Los G’s se valieron de su fortaleza física, para poder salir del bosque, robaron unas prendas que hallaron en el jardín de una casa cercana al bosque y salieron en busca de la casa que tenía rentada.

No es por ser intruso chico —dijo el taxista, mascando goma de mascar y viéndolos extrañamente por el espejo retrovisor—, pero a pesar de estar en una sociedad liberal, no deberían usar faldas.

¿Qué? —preguntó el castaño, mirando la tela que cubría ligeramente sus piernas.

Tú jovencito, eres muy guapo y si alguien te ve así, te podrían hacer algo malo.

Mi amigo tuvo un accidente con su vestuario, por eso está usando una falda —Le defendió el rubio al darse cuenta de su error, pero tan pronto llegaran a la casa podrían usar las ropas que ya previamente había comprado por internet.

Bueno, es su problema.

Gracias por su amabilidad —dijo sonriente Georg, no pensó que apenas llegara a la Tierra, sería recibido por la extraña hospitalidad de sus habitantes.

&

Al llegar, los chicos, recogieron todos los paquetes acumulados en la entrada de la casa y procedieron a abrir todo lo que necesitaban con suma urgencia.

¿Iremos hoy donde Simone? —preguntó el castaño sin ocultar su temor.

Sí, mientras más pronto mejor —respondió el rubio—, pero iremos de noche.

Si ellos la vigilan, sabes que la noche no será un obstáculo —comentó el castaño, ajustándose unos jeans negros.

Hice unos arreglos en los registros akásicos, antes de abandonar la nave. Estarán ciegos por un tiempo, por lo menos lo suficiente para dejarnos actuar —Completó el rubio.

Eres un genio Gus, no sé como ellos nunca lo notaron —dijo el chico, palmeando la espalda de su amigo.

&

Cuando el sol se ocultó, y las sombras de la noche hicieron su aparición, los G’s salieron de la casa con sumo cuidado, cojeando mayormente al no estar acostumbrados a sus cuerpos humanos y a la gravedad de la Tierra.

Tomaron un taxi sin dificultad y le entregaron la dirección de la madre del gemelo de su amigo. Estaban alejados de aquella casa y les tomó algo de tiempo llegar y cuando al fin bajaron del auto y miraron el cálido hogar, se tomaron las manos.

¿Podríamos enloquecerla con la verdad? —dijo temeroso el castaño—. ¿O le borramos la memoria?

No será necesario. Le explicaremos todo.

Pero va contra las reglas —Casi gritó Geo.

¿Acaso no hemos roto ya, casi todas las reglas? —El otro chico bajó la cabeza y asintió—. Vamos, sé que ella nos entenderá, al menos por lo que nos ha contado Bill, ella es una buena mujer.

Caminaron a paso lento, hasta la puerta y tocaron el timbre. Sintieron como los pasos se acercaban y en un rápido movimiento ésta se abrió.

¿Peter, Paul?, ¿qué están haciendo aquí, es tarde? —Les saludó ella con una gran sonrisa en su rostro.

Necesitamos decirle algo —habló el rubio tratando de hacer contacto visual, pero hallándolo extremadamente difícil dada la situación.

¿Es sobre Tom y Bill?, ¿los han visto?, ¿están bien? —preguntó ella apretando sus manos en el delantal, que colgaba de su cintura.

Simone, calma por favor —dijo lo más tranquilo que pudo el castaño—. ¿Podemos entrar?, esto es algo complicado.

Oh, claro, claro, pasen niños —dijo ella, dándoles espacio por la puerta y cerrándola tras ellos con un ligero clic—. Tomen asiento —Les pidió, una vez en la sala.

Simone, esto es complicado —dijo el rubio ajustándose unas gafas nuevas.

¿Ellos están bien? —Fue lo primero que salió de la boca de la mujer.

No lo sabemos, pero queremos asegurarnos de que tengan un futuro —dijo el chico.

Oh Dios mío, eso sonó muy malo —dijo ella apretando aún más el delantal.

Primero que nada debemos aclarar que nosotros no somos ni Peter, ni Paul —dijo el castaño, tanteando el terreno y ver la reacción de la mujer ante esta inesperada noticia.

Mmm —Ella los miró detenidamente y tras un suspiro dijo—. ¿No es una broma? —Los chicos negaron con la cabeza—, ¿Ustedes son como Bill y Tom?

Exacto —dijo el rubio sin poder evitar su entusiasmo, esa primera respuesta les daba pie, para seguir hablando—. Bill es de nuestra raza.

¿Otra raza? —preguntó ella incrédula.

Más bien la misma raza, pero de otro lugar —Afirmó el castaño, tampoco podían decirle que provenían del espacio exterior.

¿De dónde? —Insistió la mujer.

Lejos, bastante lejos —Tosió el rubio—. El asunto que nos trae aquí es el siguiente —Ella apretó sus manos en el delantal, sus nudillos estaban blancos de tan presión y temor—. Simone, no estamos seguros si algún día Bill y Tom regresarán.

Dios mío —dijo ella soltando un gran suspiro—. ¿Están en peligro?, yo creo que sí, por la forma en que huyeron la última vez. ¿Creen que deba acudir a la policía?

No podemos decirte nada ahora Simone, porque nosotros aún no lo sabemos —Insistió el castaño, llevándose el pelo hacia atrás—. Pero descarta a la policía.

Pero…

Lo que nosotros queremos, es asegurarnos de su futuro —Volvió a decir el rubio.

¿Cómo? —preguntó ella, mirando el piso con los ojos llenos de lágrimas.

Tenemos la posibilidad de que ellos vuelvan a nacer —dijo Georg, mirándola atentamente, pendiente de cualquier señal que les indicara que debería huir de ahí.

¿Eh? —Ella alzó la mirada topándose con los ojos verdes del castaño.

De la misma forma en que tuviste a Tom, inseminación —dijo él, sin darse cuenta que sus manos sudaban por la tensión.

Pero… —La mujer sacudió la cabeza, recordando las palabras del doctor de la clínica—. Aún si sus palabras fueran ciertas, el médico me dijo que el donante, el padre de Tom… murió —Ella alzó la cabeza y miró a ambos chicos.

Eso no es tan exacto Simone. Nosotros tenemos la esencia de Bill y de Tom, ellos volverán a nacer de ti ¿si tú quieres? —dijo el rubio, tomando su mochila firmemente.

¿Esencia?, ¿quieres decir, la esperma? —dijo ella dudando ante las palabras de los chicos y sin embargo, deseando en su corazón que sus palabras fueran ciertas y ella pudiera volver a tener a su Tom en casa.

No Simone, no hablo de un “padre” —Hizo comillas—. Hablo de que si te inseminas de la esencia de ellos, los volverás a tener… gemelos idénticos, tal como los viste. A Tom y a Bill, tal como nosotros con Peter y Paul —Terminó el rubio, ajustándose las gafas, que por cierto no necesitaba.

Esto parece un sueño —dijo ella, tocándose las sienes, como evadiendo un dolor de cabeza.

Es más real de lo que imaginas, Simone, si no nacen de ti, no serán… cómo decirlo… no serán ellos mismos —Aclaró el castaño—. Nosotros también queremos volver a ver a nuestros amigos, por eso estamos aquí, sólo tú, nos puedes ayudar con esto, Simone.

No puedo creerlo —Volvió a repetir—, y aun si fuera posible…, si tuvieran al absoluta certeza de que tendré a mi Tomi y a Bill conmigo. Yo… —Sacudió la cabeza—. Estoy vacía, me operaron, no tengo dónde albergar a un bebé —Una lágrima se escapó de sus delicados ojos.

¿Confías en Dios Simone? —preguntó el rubio, haciendo alusión a algo que descubrió por internet.

Claro sí.

Entonces déjanos intentar algo —Ella se limpió las lágrimas y asintió con su cabeza.

Gus sacó un tubo de su mochila, algo no más largo de un celular, lo miró con asombro y luego vio a Geo buscando su aprobación. Con mucho cuidado abrió el envase y se lo entregó a la mujer.

Bébelo por favor, no te hará ningún daño —La mujer, cerró los ojos y bebió todo el contenido, que no era mucho y luego lo tragó sin sentir ningún sabor extraño, más bien, parecía un sorbo de agua.

Está hecho —dijo el castaño.

¿Qué cosa? —preguntó ella, sintiéndose de pronto muy feliz.

Tus bebés —Culminó el castaño y ella sintió una pequeña culpa en su interior.

Estoy sola —Verbalizó su preocupación.

Nosotros estaremos aquí para ayudarte Simone, seremos los tíos de los gemelos —dijo feliz el rubio—. ¿Cómo te sientes?

Cansada.

Es natural, la noticia ha sido muy extraña —Geo se puso de pie y la ayudó a hacer lo mismo—. Ve a dormir.

Mañana vendremos y estaremos pendiente —Ella sólo asentía sin decir nada del cúmulo de sensaciones que se arremolinaban en su mente. ¿Era posible?, ¿volvería a tener a su pequeño en su vientre?, ¿por qué había aceptado tan pronto?, ni ella entendía la razón, sólo sabía que su hijo debía vivir… porque si hay vida… hay esperanza.

Continuará…

Este capítulo estaba destinado a ser así… amo a Simone por ser tan comprensiva y llena de amor por su hijo y ahora por sus gemelos. ¿Cuál será el fin del fic?, ¿podrán los twins salvarse de la terrible “máquina”? ¿O simplemente morirán presa de su persecución? No se pierdan el capítulo final. Besotes.

Escritora del fandom

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *