“Polvo de estrellas”
Drabble 3: Revelación
En más de una ocasión, Tom le preguntó a su madre, si al estar embarazada de él, había tenido un gemelo que hubiera muerto. Simone respondía negativamente y acariciaba su cabeza al verle la vista nublada de lágrimas. Ella no podía tener más hijos y ver a su único pequeño anhelar un hermano, le provocaba un enorme dolor en el pecho.
Si no era un hermano, un gemelo muerto, ¿quién podría ser ese ser que se juntaba con él en el bosque?, esta pregunta, corroía la mente del pequeño Tom cada noche. Sin embargo, eso no alejaba los enormes deseos que tenía de volver a sentirlo cerca. Y aunque no podía estar seguro, sabía que aquel ser era hombre.
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Cada año, Tom Kaulitz asistía puntualmente al bosque. Cada primero de septiembre, la presencia del bosque y el niño terrestre, se unían para disfrutar de la compañía del otro.
—Te retrasaste Tom —Le regañó la voz en el viento.
—Lo siento, me castigaron en la escuela y tuve que quedarme en detención —dijo con las mejillas teñidas de rojo. Se tiró al piso exhausto, había corrido sin parar hasta llegar ahí. La presencia en lugar de abrazarlo, se puso sobre él y sus mejillas aumentaron la intensidad del color.
Con diecisiete años, sus hormonas le jugaban malas pasadas, sobre todo cuando se trataba de “su amigo” del bosque. Muchas noches fantaseaba sobre él, con poder tocarlo y tal vez… besarlo.
A pesar de tener muchas novias bonitas, dentro de sí, sabía que amaba a “su amigo”, no importándole el hecho de que fuera hombre, y menos aun, sabiendo que un pueblo tan pequeño como Loitsche era horroroso ser homosexual, Tom sentía que ese “ser” era mucho más importante que todo el mundo, y que si pudiera… se iría con él, donde fuera.
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Primero de septiembre, dieciocho años, mayoría de edad. Esas palabras le habían dado a Tom el coraje necesario para enfrentar a “su amigo” y pedirle que se manifestara en este plano.
Había investigado desde hacía bastante tiempo y sabía que venía de un planeta lejano, cada vez que se despedían en el bosque, le veía partir en una brillante y luminosa nave.
Se dedicó a investigar y a asistir a toda clase de charlas para informarse sobre los “extraterrestres”. Encontró que muchas de las cosas de se hablaban allí, eran sólo patrañas y finalmente decidió preguntar las cosas como debían ser: directamente.
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Ese día no fue a la escuela, un día más, un día menos, no importaba, esto era trascendental. Se fue al bosque desde la mañana y estuvo allí, esperando. Hasta que un ruido extraño le hizo ponerse en alerta, corrió en dirección del sonido y se quedó perplejo al ver una extraña esfera luminosa descender lentamente hasta posarse en la tierra.
Segundos, que parecieron horas para Tom, fueron suficientes para que la extraña nave se situara perfectamente en el piso y luego, como por arte de magia… se desvaneció.
Sin poderlo creer, Tom se limpió los ojos y parpadeó varias veces para asegurarse de que todo estaba allí… y sí estaban, los árboles, las plantas, pero la nave no estaba.
—Hola… —llamó, no podía llamar a “su amigo” por su nombre, porque no tenía nombre, pero sabía que él reconocería su voz—. Hola —Insistió, pero nada.
—Tom… —Le llamó, pero esta vez la voz no estaba en el viento.
—Deseo verte, por favor, déjame verte —Rogó el rastudo mirando en la dirección en que estuvo la burbuja de luz.
—No puedo Tom…
—Vamos, por favor, soy mayor de edad, soy adulto, ya no soy un niño. Yo… yo… te necesito, deseo verte… por favor —Su voz sonaba casi rota por la desesperación. Cayó al suelo y aferró sus rodillas al pecho, en una actitud completamente triste.
—Te asustarás —dijo la voz.
—No… te amo ¿recuerdas?, no me asustaré —Se llenó de esperanza y se volvió a poner de pie, dispuesto a todo para conocer finalmente a “su amigo”.
—Está bien.
Continuará…
OMG ¿es un alien? ¿Cómo será… verde y ojos grandes? Wwwaaaa no se pierdan la continuación. Y obviamente, me harán muy feliz si me dejan un comentario. Gracias por leer. Besos.