1: Suniva, un regalo del sol

Notas: En esta historia nos remontamos a un mundo que no existe, a un pueblo inventado por mi, por tanto los nombres han sido cambiados de la siguiente forma.

Sunitas = Pueblo del sol (Sun significa sol en inglés)

Tom Kaulitz = Tomeu

Bill Kaulitz = Suniva / Wehl

Georg Listing = Serge

Morgan Freeman = Moham / Sacerdote de Suniva

Shine on me” Fic de MizukyChan

Capítulo 1: Suniva, un regalo del sol

Vivir en la sociedad sunita era bastante simple, nacías, te era heredado un nombre, crecías hasta llegar la adolescencia, jugando, comiendo, siendo un humano más, pero al llegar a tus veinte soles, eras presentado al sacerdote, para ser examinado como posible ofrenda al gran Suniva, representante del sol en la Tierra.

Como cada miembro de la tribu, Tomeu había asistido cada año a la ceremonia del sacrificio, sin tener claridad, en su niñez, de lo que ello significaba. Desde pequeño se había dedicado a repetir la frase que sus padres le habían enseñado: “la ofrenda al gran Suniva, nos garantiza prosperidad y fertilidad en las cosechas”.

No fue hasta que cumplió quince soles, que cuestionó la solemnidad de la ceremonia, cuando la hermosa hermana de su mejor amigo, Serge, fue escogida para ser sacrificada. Tomeu abrazó a su amigo hasta que dejó de llorar la partida de la dulce chica de cabello castaño y bellos ojos verdes.

Para cuando cumplió los veinte soles, Serge, él y un grupo de sunitas renegados, idearon un plan para terminar de una vez por todas con los sacrificios. El plan era simple, no sería necesario hacer una ofrenda, si no había representante del sol a quien ofrecerla, por tanto, asesinarían al gran Suniva.

Por su edad, Tomeu estaría dentro de los candidatos para la ofrenda y tendría la oportunidad de estar cerca de Suniva. Él sabía que no podría llevar ningún objeto que pudiera dañar la integridad del hombre, pero confiaba en que la fuerza de sus manos y brazos fuera suficiente para extinguir la vida del ser que había llevado tanta muerte a su pueblo.

Tomeu se despidió del grupo de rebeldes con el juramento de hacer lo mejor por su pueblo y, en silencio, caminó hasta los aposentos del sacerdote, quien recibía a cada candidato, lo enviaba a ungir y luego lo entrevistaba para escoger al más calificado para la ofrenda.

Ese año, los candidatos eran cinco, tres mujeres y dos hombres. Tomeu los observó y sintió el ardiente deseo de golpearlos, porque parecían dispuestos a morir sin siquiera dar pelea, sin hacer valer su derecho a vivir. Tomeu quería vivir, deseaba continuar viendo los bellos amaneceres en el monte, junto a su amigo Serge, mientras dirigían las ovejas por los campos más verdes. Él deseaba pasar los veinte soles y conseguir una mujer para tener sus propios niños y, por sobre todo, deseaba ver crecer a sus hijos sin temer que algún día serían ofrecidos a un dios extraño. Porque, ¿qué clase de dios pedía a sus hijos entregar sus vidas a cambio de abundancia en los cultivos?

Tomeu sacudió la cabeza cuando los eunucos del palacio lo llamaron para su ritual de limpieza, los siguió en silencio, mirando todo el lujo que había a su alrededor. Su pueblo no era pobre, pero nadie vivía con tanto esplendor como el gran Suniva. Permitiendo que la ira burbujeara en su interior, Tomeu se dejó limpiar y ungir con los aromáticos aceites que le permitirían entrar en comunión con los últimos rayos del sol.

Cuando el ritual hubo concluido, fue guiado junto con los otros candidatos, a la parte alta del templo, justo detrás del altar en el que el escogido sería sacrificado. La luz del sol se acabaría pronto, pero no había duda que la posición del altar era espléndida para apreciar los rayos del astro rey. Se sentó sobre un suave cojín y miró el sol del atardecer. Era hermoso, cálido y le hacía sentir lleno de vida. Inspiró profundamente y dejó que la luz se filtrara por sus orbes.

En medio de su meditación personal, tuvo una visión. Un hermoso joven de cabellos dorados, con los ojos más bellos que hubiese visto nunca, eran de un color caramelo que casi imitaba al tono del sol del atardecer, sus labios eran igual de bellos, perfectos y armoniosos con el resto de sus facciones, y un lunar, un punto oscuro dentro de toda esa perfecta claridad, algo que obligaba a bajar la mirada a los labios, bajo los cuales estaba ubicado.

El joven de cabellos dorados resplandeció ante él, justo en el ocaso del sol y lo miró fijamente, como analizando sus intenciones, viendo directamente a su alma. Tomeu se sintió expuesto, pero de una forma agradable, mostrando sin miedos al ser de luz, sus temores y la razón por la que estaba ahí.

Entonces, el ser de luz le mostró su identidad. Suniva. Él era la encarnación de dios en la Tierra, el regalo del sol, quien debía morir en sus manos.

Suniva no estaba molesto por leer su alma, al contrario, estaba agradecido por mostrarle el pesar de su pueblo, el temor de perder a sus hijos, el deseo que tenían de vivir. Suniva extendió sus brazos a Tomeu y lo envolvió en su infinita luz.

Tomeu sintió toda la creación en ese abrazo. El amor infinito del dios sol por sus hijos, el calor que provee para otorgarles vida, como se abstiene de brillar intensamente para no carbonizarlos, como ayuda en el movimiento del planeta para la concebir las estaciones. El pecho de Tomeu se llenó con el amor de dios por sus hijos, incluido él mismo.

Cuando sus ojos volvieron a conectar con Suniva, comprendió que aquel sería el último sacrificio requerido a su pueblo, el suyo. Y aceptó encantado.

Cuando el sol finalmente descendió, los candidatos fueron llevados ante el sacerdote, quien los entrevistó uno por uno, para decidir quién sería la ofrenda del amanecer siguiente.

&

El sacerdote entró en los aposentos de Suniva, con la cabeza baja, en señal de sumisión, y se inclinó devotamente a los pies del sillón en el que el joven descansaba.

¿Qué te tiene tan triste, Moham? —Preguntó el rubio sin desviar la mirada de la ventana.

Tú sabes muy bien que acongoja mi alma, amado Suniva —respondió el hombre.

Mañana, Tomeu y tú cambiarán de estado —anunció el joven, llevando los ojos al sacerdote—. ¿Le temes a la muerte, Moham?

Sabes que no, señor —contestó el hombre, levantando un poco la mirada—, pero temo lo que sucederá con el pueblo.

Eso no es algo por lo que debas preocuparte, Moham, aunque comprendo tu pesar —los ojos del muchacho mostraron una angustia infinita—. Los cambios son dolorosos, pero necesarios.

Suniva extendió la mano, para tomar la del sacerdote en la suya, la acarició, recorriendo con el indice cada arruga y lunar de aquella mano morena.

Me gusta tu color de piel, Moham, eres tan diferente a mi, oscuro como la noche, mientras yo soy claro como la luz del sol —sonrió, sin alzar la vista de las manos unidas—. Eres uno de mis hijos favoritos.

Señor —la voz de Moham adoptó un tono suplicante—. Por favor, señor…

Sshh, Moham, no sufras —susurró el muchacho—. Ya está todo decidido. Tomeu ha llegado para cumplir con su destino y el mío. Él será quien me libere.

Los otros candidatos también son buenos, Suniva. Si tan sólo eliges a uno de ellos, el destino podría cambiar —imploró el hombre, mirando al joven con las cejas unidas, en actitud suplicante.

Háblame de los otros, Moham —pidió el chico de cabellos de oro—. ¿Qué te gusta de ellos?

El sacerdote sabía que en realidad no había nada bueno en los demás candidatos. El otro chico de veinte soles sufría de una tristeza infinita y sería feliz dejándose sacrificar, que continuar con su existencia miserable. Y las mujeres no tenían nada de especial, no había nada en la nueva generación que fuese digno de ofrecer al dios sol. Tomeu era el único que poseía ganas de vivir, el único que tenía un espíritu vibrante en el pecho, el único digno de volver a dios.

Ellos… —su voz vacilante hizo sonreír a Suniva, quien le miró y alzó una ceja.

¿Lo ves?

Nunca creí que Tomeu sería quien terminara el ciclo, no después de descubrir que participaba con los sunitas rebeldes —confesó el sacerdote.

Suniva amplió su sonrisa y asintió—. De hecho, fue justamente eso lo que lo convertiría en la clave de todo. ¿Le has permitido ver a sus amigos?

Lo hará. Están siendo vigilados, pero Serge no se ha dado cuenta de nada y Tomeu, bueno, él ya ha tocado tu gloria —respondió.

Bien, Moham, ahora has que los guardias vayan a sus puestos y todos los demás, deben ser enviados a descansar. Necesitarán sus fuerzas mañana por la mañana.

Lo haré, señor… —Moham se levantó y caminó hacia la puerta, pero antes de salir, regresó dando grandes zancadas y abrazó al joven de cabellos dorados—. Gracias… por todo.

Suniva correspondió su abrazo y sonrió—. Nos volveremos a ver, mi amado Moham, mi hijo amado.

&

Tomeu miró las estrellas y supo que era momento de reunirse con Serge. Debía asegurarle que todo estaría bien, que el plan aunque modificado se cumpliría. Él no mataría a Suniva, pero los sacrificios terminarían… con su propia inmolación.

Notó que el resto de los candidatos estaban ya dormidos, así que se deslizó silenciosamente por la habitación hasta salir al corredor, ocultándose entre las sombras, hasta llegar a una salida del palacio.

Silbó, para dar a conocer su ubicación y sonrió al ver la cabeza castaña de su amigo, asomarse por entre los árboles. Caminó a paso firme hasta él y lo abrazó con fuerzas.

Temí que te hubieran descubierto —dijo Serge a modo de saludo.

Lo hicieron —respondió Tomeu, sin dejar de sonreír.

El ceño del castaño se apretó y, tras abrir y cerrar la boca, logró preguntar—. ¿Y qué sucedió?

Suniva terminará con los sacrificios —dijo con una calma tan grande, que Serge sintió que su pecho se hinchaba de alivio.

¿Cómo lo sabes?

Él me lo dijo. O más bien, dios me lo dijo a través de él.

Serge volvió a fruncir el ceño—. ¿Qué? ¿Cómo es posible? Creí que Suniva no era…

Lo sé, yo era parte de los rebeldes, ¿ya lo olvidaste? —Tomeu soltó una risita baja y luego se puso serio—. Todo terminará, Serge. Mañana por la mañana, con el último ritual, con la última ofrenda.

¡¿Qué?!

Todo cambiará a partir de mañana.

¿Pero, qué? ¿A quién?

A mí. Yo seré la ofrenda del sacrificio —dijo Tomeu con calma.

Es mentira —afirmó el castaño, pero sin fuerza en la voz—. Debe serlo. Es una artimaña para que vayas como cordero a la muerte, sin resistir.

Tomeu puso la mano en el hombro de su mejor amigo—. No lo es, Serge. He visto la verdad en los ojos de Suniva. Y yo he aceptado.

No…

Se oyó un ruido de pasos a la distancia y Tomeu ocultó a su amigo entre los árboles—. Vete y se feliz.

Tomeu retrocedió sobre sus pasos hasta estar de regreso en el palacio, caminando en silencio por los corredores, hasta que un destello de luz lo distrajo, guiándolo hacia otro sector. La luz desapareció frente a una puerta. Entró.

Te estaba esperando, Tomeu.

El joven abrió grandemente los ojos al ver al representante de dios allí.

Yo seré quien realice el sacrificio.

Tomeu respiró profundamente y asintió, dando pasos ligeros hasta el bello joven de cabellos dorados.

& Continuará &

¿Les ha gustado? Se viene la parte tierna de la historia, lo que no he parado de sentir en el pecho gracias a la música de Starset. Gracias a todos por venir a leer y nos encontraremos muy pronto con el capítulo final.

Escritora del fandom

9 Comments

  1. Justo algo así leía en la mañana en otra historia: la ignorancia o la creencia de ciertos pueblos de que con sacrificios humanos a los Dioses todo puede cambiar.
    Aquí Tom parece que está felíz por ser el elegido que acabe con esa tradición Pero.. cry por más que parece es por haberse enamorado del «sol» no dejs de ser triste..a esperar por la conclusión!
    Gracias por lq nueva historia y la inspiración @❤❤

    • Tom se enamoró del sol, eso es cierto, cuando ves como es una persona, lo único que quieres es estar a su lado, para siempre.
      Como mencioné, pese a lo horrible que pueda ser el sacrificio humano, este fic es amor, así que no creo que tenga un final triste. Al menos no desde mi punto de vista.
      Gracias por el apoyo, como siempre, Ady.

  2. Dios mio, como me haces sufrir Mizuky. Me quedé con una sensación rara en la panza.
    Parece que Tom acepta todo, pero esa conversación entre el sacerdote y Bill… no me da buena espina.

    • No puedo adelantar hechos, pues es un two-shots, lo sabrás todo en el siguiente capi.
      Besos y gracias por el apoyo.

  3. OMG !!!! que belleza !! Tom se ha enamorado a primera vista .. y porque no Suniva tambien ? gracias Mizu por este bellisima two shot ! felicitaciones !!!!

    • En este capítulos vimos a Suniva como el representante del dios sol, pero en el siguiente lo veremos más humanos y sabremos lo que siente por Tom. No te preocupes, mi querida Julie, sabes que amo el twc en todas sus formas, y no los pondría indiferentes en ninguna historia.

  4. Bxjftxveuzveuzvey starset amo a ese grupo lo amo

    • También, estoy absolutamente enamorada de su estilo, de sus letras y de lo que desean proyectar con eso de «ayudar a extender el mensaje»

  5. Esta mini historia la leí y me gustó mucho, habla del amor de hermanos y aunque Bill no lo quería hacer con esa intención, Tom no dudo ningún segundo en salvar a su hermano… Bonita historia 🙂

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