“Tomi y CereBrill” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 4
Georg soltó un sonoro bostezo y Gus decidió que era todo por el día, se quitó los lentes, para frotar sus ojos y sugirió—. ¿Qué tal si vamos por una cerveza?
—Sip, me vendría genial, estoy muerto.
—Bien, voy al baño y nos vamos. —Mientras el rubio salía del salón, Listing marcaba el número que conocía de memoria.
—Sí, deseo ordenar una pizza… —Después de dar las instrucciones, se espantó ante el grito que pegó su amigo—. ¡¿Qué?!
—¡Georg, qué has hecho!
El castaño corrió hasta su colega y lo miró sin entender. Gus levantó su temblorosa mano y señaló la jaula de sus mascotas roedoras. Geo vio a sus peludos ratones pegados a la pantalla y luego.
—¡Waaaaaaa! ¡Qué rayos están viendo! —Tomó el monitor y prácticamente lo arrancó de los cables.
Los ratoncitos giraron para ver a su papi Geo con la cara totalmente roja y la respiración agitada.
—¿No me digas que les pusiste un video de la caja negra, Geo? —preguntó Gus, esta vez quitándose las gafas con un gesto cansado—. Sabes lo que hay en esa caja, tonto.
—Pero el CD decía “instrucción sexual” y era de la escuela… —Trató de explicarse.
—¡¿Serás idiota?! ¡Es porno, tonto, todo comienza como en la escuela! —Volvió a ponerse sus lentes y achinó la mirada, buscando una explicación—. ¿Y qué esperabas lograr, eh?
—Yo, yo, yo. —El castaño no paraba de tartamudear.
—¡¿Tú, qué Georg?! —Casi gritó el rubio.
—Quería enseñarles sobre sexualidad. —Gus se pasó la mano por su corto cabello rubio y trató de respirar para no golpear a su colega.
—¡Son ratones!
—¡Son mis hijos! —Se defendió el otro, sacando pecho.
—Pues, acabas de traumar a tus hijos de por vida. —El rubio sacudió negativamente la cabeza y soltó un suspiro—. Mejor vamos por una cerveza.
—Espera… —Pidió el castaño, sintiéndose terriblemente culpable ante la palabra “trauma”. Se acercó hasta la jaula y miró los ojitos saltones de sus ratitas blancas—. Chicos, no vayan a investigar a la caja negra, ¿está bien? No deben ir a la caja negra, porque hay cosas que no son apropiadas. No vayan ¿ok?
Nuevamente, el rubio quiso golpear a su colega y que se suponía era científico como él. Pero para no lastimar sus sentimientos de “padre”, le dio unos golpecitos en el hombro para llamar su atención.
—¿Geo? ¿Recuerdas las clases de psicología infantil? —El castaño iba a asentir, pero luego negó—. Bueno… jamás debes usar la palabra “No” con los niños, Geo. Debes usar las frases en positivo, porque ellos no comprenden el “No”.
El castaño otra vez, sintió que su cara se calentaba hasta el punto de ebullición y volvió a mirar a la jaula, donde sus ratoncitos parecían estar teniendo una extraña y chillona conversación.
—¿Crees que lo arruiné, Gus? —El rostro apesadumbrado del castaño, logró hacer que Gustav sintiera compasión y negó.
—Vamos a beber amigo, ambos lo necesitamos.
Cabizbajo, Listing aceptó y tras quitarse la bata blanca, caminó detrás de su colega.
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Incluso antes que las luces del laboratorio se apagaran, los dos ratoncitos blancos chillaban en una acalorada discusión. Tomi agitaba sus brazos de arriba abajo, tratando de explicarle a Brill que la comida era muy emocionante y que sin duda, podrían conquistar al mundo, si probaban los alimentos y controlaban los más deliciosos.
—¡No, Tomi, sólo quieres lamerme la piel, lo que dices es sólo una excusa! —Gruñó molesto el menor de los gemelos, cruzando sus cortos bracitos ratoniles.
—¿Por qué dices eso? —Tom se pasó la lengua por los labios repetidas veces, haciendo que Brill retrocediera un paso.
—Justamente por eso que haces, Tom. Te saboreas con sólo mirarme.
—Eso es porque tú sabes muy rico. —Y para probar su punto, dio un paso al frente y le dio un gran lametón a la ratita blanca—. Mmm, mejor que el queso blanco.
—¡Deja de hacer eso, Tom!
—Lo haré si me lo haces tú, así verás que no miento CereBrill. —Tom se alejó un poco y estiró la trompita, para recibir un lametón de su gemelo.
Brill lo miró y quiso darle una bofetada, pero al ver como Tomi cerraba los ojos, concentrado, mientras esperaba su lamida, se tragó el orgullo y se acercó lentamente, hasta darle un lengüetazo al otro.
Tom chilló de gusto y tras pensarlo bien, Brill aceptó que el mayor tenía razón, era agradable dar esos lametones. Dio un nuevo paso y otro lengüetazo fue depositado en la mejilla del alto ratoncito, haciéndole saltar de felicidad.
—¡Yey! Estoy listo para conquistar el mundo —dijo Tom usando su colita, para abrir la reja de su cómoda jaula.
Antes de conquistar el mundo, investigaremos algunas cosas de la “caja negra”…
—Tan… tan… tan… —Tom canturreó como película de terror. (Nota1)
—¡Hey! ¿Por qué pones efectos especiales del fin del mundo? —preguntó CereBrill, girando para ver a su hermano de frente—. No puedes ser pájaro de mal agüero. —Levantó el dedo índice en forma de advertencia.
—Pero papi Geo estaba muy nervioso cuando mencionó la “caja negra” y tío Gus lo regañó. Así que… debe ser malo. —Tom tenía los ojos muy abiertos, como temeroso, sabía que cuando tío Gus decía algo, era como si el mismo Brill lo dijera, sabía que debía obedecer al humano rubio.
—Sí, pero el humano Gus también ha dicho que sus inventos son perfectos y no lo son. —CereBrill negó con la cabeza y luego le dio un lametón a su hermano para tranquilizarlo y… en parte porque le comenzaba a gustar la idea de las lamidas—. ¿Confías en mí?
—Sólo si haces eso otra vez. —Brill se acercó y le dio otro lengüetazo—. Ahora sí.
—Entonces vamos a investigar la “caja negra” y luego de eso… —Brill empuñó una mano y se lamió los labios—. Probaremos el BDSM.
Tom no entendió nada de las últimas letras, ladeó el rostro mirando a CereBrill y comentó—. ¿Eso se come?
—Oh sí… te comeré Tomi jajaja… —Su risa sonó maniática y Tom volvió a poner sus efectos especiales.
—Tan… tan… tan…
Luego de dos segundos, Tomi se aburrió de estar de pie, escuchando la risa loca de Brill y al recordar su nuevo nombre “CereBrill”, pensó en los cereales y le dio un laaargo y húmedo lametón en pleno rostro ratonil.
—Tengo hambre —afirmó el ratón larguirucho, porque el otro lo miraba confundido.
—Creo que debo aclararte algunas cosas, Tomi. —El aludido asintió entusiasmado, como si fuera a recibir una lección sobre los diferentes y sabrosos tipos de queso. Juntó sus dos manitas y esperó, con una sonrisa—. Primero, mi nombre “CereBrill” no tiene nada que ver con los alimentos para desayunar.
—Mmm cereales mmm —Pasó su pequeña y rosada lengua por su hociquito.
Brill alzó una ceja y pensó en una caricatura que alguna vez vio su padre Geo en el canal Fox, sobre un ser sub-normal de color amarillo, calvo, con una familia disfuncional, que siempre buscaba rosquillas y cerveza… Romero, Tomero o algo así… (Nota2)
—Cof, cof… —El ratón menor carraspeó, para volver a atraer la atención de su peludo hermano y cuando los ojos de Tom dejaron de verse glaseados, continuó—. Olvidemos lo del nombre. —El otro asintió fascinado—. Quiero que dejes de darme lengüetazos, cada vez que pienses en comida, ¿está bien?
Tom ladeó la cabeza, no comprendía a qué se refería su gemelo con la palabra lengüetazo. Y mucho menos entendía por qué los asociaba a la comida.
—¿Qué es eso, CereBrill? —El ratón menor alzó una ceja—. ¿Qué es un langue…?
—Lengüetazo —Tom asintió, esperando una explicación.
Brill le explicó científicamente y con algunas señas, a qué se refería, pero Tomi seguía sin comprender. Así que para simplificar las cosas y ahorrar tiempo, ya que había notado que el laboratorio estaba en penumbras, decidió mejor mostrarle. Se acercó hasta su larguirucho y peludo gemelo y le dio un húmedo lengüetazo en pelo hocico.
—Ooohhh. —Tom le dio una gran sonrisa a Brill y negó con la cabeza.
—¿Qué sucede ahora? —indagó el menor de los ratones, achinando sus pequeños ojitos.
—Ese no es un langue… —Sintió que su propia lengua se enredaba al tratar de pronunciar la palabra.
—¿A no? —Brill se pasó la mano por la cara, como había visto que el humano Gustav hacía, cuando Georg lo exasperaba.
—No, tío Gus dijo que eso era un “beso de ratón”. —Movió la cabeza en forma afirmativa, repetidas veces—. Eso es muy diferente, un beso es algo bueno y no algo de comida.
Brill supo en esos instantes, que no habría nada para hacer cambiar a su hermano, o quizás sí… si trabajaba por las noches reparando los errores que cometía el humano en sus inventos, podría utilizar el ADN para mejorar la capacidad intelectual de Tom. Era una buena idea.
—Es hora de irnos, Tomi.
—¿Y qué haremos esta noche, CereBrill? —preguntó curioso el desgarbado ratoncito, siguiendo de cerca de su gemelo.
—Lo mismo que hacemos todas las noches, Tomi. —Empuñó la mano y la alzó por sobre su cabeza—. Husmear en la caja negra y luego… tratar de conquistar el mundo.
& Continuará &
¿Creen que logren cambiar adecuadamente en este nuevo intento? ¿Qué cosas raras encontrarán en la caja negra? ¿Qué pasará cuando Georg se emborrache, creen que el cuente todo a Gus? No se pierdan el siguiente capítulo. Besos y gracias por visitar el sitio.