Besos de Cumpleaños

Administrador: Misaki tenía la antigua página TwincestLand (com) que cerró hace varios años, afortunadamente ya trabajaba con ella en las publicaciones de fics TWC, por tanto me autorizó a guardar sus obras y compartirlas en mi web.

(One-Shot de Misaki)

«Besos de Cumpleaños»

& By Tom &

Era un día especial por la mañana, ya me había levantado, me encontraba totalmente echado como oso en mi enorme cama. Efectivamente, hoy cumplo 21 años de edad, pero no solo yo los cumplía.

Le había comprado un lindo brazalete con su nombre, escondido en el cajón de mi mueble de noche, en cuando mis ojos se acaben de adaptar a la luz que se escuece de entre las cortinas, le iría a despertar para dárselo.

Entre mis pensamientos de que haríamos hoy, escuche algunos ruidos de fuera de mi habitación, de seguro ya se había levantado el también, muy tarde para mis pensamientos.

Estaba en una encrucijada, quedarme echado aquí en mi cama bien a gusto, o ir a donde el. Pero, como soy yo, se me ocurrió una mejor idea.

—Bill!!!— Pegue un grito desde mi cama, tras varios segundos, nadie respondió. –Bill!!!—reitere un poco mas fuerte, ese cabrón me tenía que oír.

—que!!!!— wow, esta vez no tardo ni medio segundo en responder, pero su respuesta no me fue la mas prometedora, me acomode en mi cama pegando la espalda a la cabecera para sentarme.

—ven!!!— grite por ultimo, antes de estirarme a mi mueble de noche y sacar esa cajita con forro plateado en la que se oculta su regalo de este año. Me di cuenta de los pasos que se acercaban a mi cuarto, rápidamente me acomode en mi sitio, ocultando la cajita entre mis colchas.

En cuanto lo vi entrar por la puerta de mi alcoba, me cabree, no llevaba maquillaje y tenía ojeras del tamaño de Francia, algo inusual tomando en cuenta el día que es.

—Que quieres….— claro, estaba de malas, en fachas y amargadito por la mañana.

—Hay perdón…— el estaba de malas, y un Bill de malas es igual a no buen tiempo de nada.

—que quieres….— reitero, se me hacía extraño su comportamiento, analice la situación.

1.— Hoy es 1 de septiembre.

2.—Bill por la mañana enojado (muy inusual “sarcasmo”)

3.— yo…me cabreo…

Genial, eso no me sirvió de nada.

Necesito más información….

—Que paso?, por que ese genio?….—

—que te importa.— me miraba fijo a mi, en sus ojos se dibujaban pequeñas calaveras que me decían “muerte”, me dio miedo, y su pose de “niño chulo yo aquí mando” con sus manos en la cintura me fastidiaron.

Me levante de golpe de la cama, arrojando la colcha a por un lado y me puse a su altura.

—oye, que te pasa!?— quería una respuesta y la exigía ahora.

En cuanto lo encare, lo mas típico de el, me dio la espalda y el muy digno se marchó.

Ahora mi indagación es:

.—Algo le paso a Bill y o es tan malo o tan vergonzoso que no me quiere decir.

.— O como segunda opción….

De que hablo!, segunda opción? Bill no me esconde nada! Sea lo que sea que le haya pasado lo ha puesto así.

*Ni por ser hoy, lo voy a dejar con sus problemas*

Me encamine a la puerta en bóxers y mi ancha camisa, estaba decidido a buscarlo, y de la nada entro casi trotando a dos metros de mi, volvió a entrar a mi habitación.

Me ubico a dos segundos que su visión le permitió y me miro, tenía una expresión un tanto diferente más como de enojo, fastidio y me apuntaba con el dedo, moviéndolo de arriba abajo con una clase de tic nervioso, y ay si estaba seguro de que armaría una escenita. Lo feo aquí es que no se que de….

Abrió la boca, y aun con su tic nervioso estaba a punto de hablarme, pero se quedó en el intento, porque de inmediato la volvió a cerrar, me seguía mirando y así como si fuera el correcaminos escapando del lobo, huyo por la puerta como hace no más de 1 minuto.

*¿Qué coño?*

“Que le paso, o mas bien que le hice a….”

Y como novedad, volvió a entrar en la misma posición, con su mismo tic, solo que esta vez si cambio algo.

—Sabes que Tom!— ahora si hablo! , a la distancia a la que se encontraba de mi, pareciera que me esta gritando. (Me estaba gritando con un tono bastante histérico).

“Solo le podía mirar y prestar atención”

—ahhh!!!!— continuo con un leve grito que se estrelló en mi cara, y por tercera vez salió a paso veloz, esfumándose, planeaba seguirle, tras solo ver como se alejaba de mi.

“Si pudiera describir mi estado es: MEGA CABREADO”

Me quede hay parado, que mas podía hacer….

Y que creen…. Si… volvió a entrar.

*Ahora, me toca a mi, descubrir que le pasa a Bill*

En cuanto lo vi entrar, y de la misma forma que antes, me adelante a los hechos, ya que si continuaba, el entraría y saldría tantas veces que cumpliría 22 antes de que pudiera saber que a pasado. Lo tome por los hombros en cuanto estuvo mas cerca, le mire fijo a la retina y con la mejor voz posible que pudiera.

—Bill, cálmate y dime que te pasa.—

Se quedo cayado, respiro, y hasta pude sentir como sus hombros se alivianaron.

Al parecer no fue buena idea, hubiera preferido esperar a tener 22. Ya me estaba mareando, Bill me dijo que me sentara en la cama, y solo podía ver como danzaba de un lado para otro, lo conozco está nervioso por la forma en que se agarra las manos y anda en círculos por la habitación.

—Bill ya me vas a decir?— me estaba fastidiando, claro que tenía curiosidad pero estos jueguitos suelen hartarme.

—si, mira…. —

Le miraba aténtenlo, esto es algo nuevo para ambos, siempre que queremos decirnos algo solo lo decimos, no ay mas vueltas al asunto. Observe como respiro profundo antes de hablar.

—quiero que me des 10 minutos de pura honestidad.—

—Cómo?— me cabree mas si cavia, ya no entendí a donde iba con eso.

Se acercó a mi de casi una zancada que me izo dar un pequeño bote en mi lugar sobre la cama.

—en los próximos 10 minutos, quiero que seas totalmente sincero a lo que te pregunte.

Son solo 10 minutos Tom.—

—ok?…

—No puedes mentirme.—

—Ok…— esto era serio. Lo sabía por el tono en que me hablaba.

—Solo me puedes responder con si o con no, ok?

—ajam…

Me miro fijo, el sabía que no le mentiría.

—Recuerdas nuestro cumpleaños número 12?

*Dudas*

—A dónde vas con eso?

—Tom! es si o no!

—aahh… vale …vale. Si – asentí.

—Ok

—Recuerdas que dijimos antes de dormirnos ese día?

Que si recuerdo? mmmmm …… me lo pensé un tanto, creo que esa noche… esa noche le prometí a Bill que lo cuidaría siempre, ya que el tenía mucho miedo con eso de la banda.

—Si, si me acuerdo.— El asintió

—Recuerdas que me as dicho antes de cada concierto?

—Que todo saldrá bien?

—Si

*Más dudas*

—Bill que pasa?

*Ignorado*

—Recuerdas cuando hace dos años te dije que eras… lo que más quería.—

Un mudo en mi garganta se apodero de todos mis sentidos, en cuestión de segundos.

—Si. Sabes que te lo dije enserio…

—Si

—Bill…

*Recuerdos*

—Recuerdas que en nuestro cumple 19 la pasamos solos tu y yo en el hotel viendo pelis.

—Lejos de todo y todos.

—Fue mi mejor cumple.

*Confesión*

“También fue el mío”.

—Última pregunta.

No me gusto el tono en que lo dijo, y de la forma en que se levantó y se alejó tomando camino a mi ventana.

—Tom…

Me quería ir de ahí, no estaba seguro si quería seguir ahí. Pero algo me dijo que me quedara, algo mas grande que yo, me mantuvo ahí.

—Cuanto me quieres…— Su tono de voz se escuchó como el suave susurro de aire entre hojas.

Se supone que tengo que ser sincero, pero nunca lo e sido en ese sentido con el.

“Empezaría ahora?”

—Mucho.

—Mucho cuanto…— no se qué me preocupaba más, que Bill no me miraba y estaba divagando dándome la espalda disque viendo mi decoración o la pregunta que me había hecho.

—Mucho Bill… eres lo mas importante para mi.— mis piernas tomaron conciencia propia y me hicieron levantarme y quedarme detrás de el.

“Sentí que era tiempo… algo me lo indico…”

Fue como si al fin pudiera entender mil cosas que Bill no me decía pero por sus acciones lo entendía. Como en esta ocasión, y como si el también entendiera lo que siempre e sentido por el.

“Algo me lo decía y me lo gritaba al oído, ya dile!”

Me acerque despacio, mi corazón se aceleró, lo podría escupir y ver como late de lo cerca que lo siento de la boca, mis preocupaciones solo era una.

“¿Estoy en lo correcto?”

—Bill…— repetí su nombre en un susurro solo el y yo lo habríamos escuchado. El no se movía estaba quieto atento a lo que dijera, o eso me parecía. —Quieres que te sea sincero…me lo has pedido—

“Algo que nunca habías echo”

—Si

Dude mucho en decirlo, me lo pensé varios segundos.

“ Pero sabia que este era el momento.”

—Te amo.

*La única verdad*

Tan así de simple lo solté, lo dije, me sentí… incomodo, ya que Bill no decía nada, solo se quedó ay parado frente a mi, dándome la espalda, es un momento incómodo y es raro entre nosotros, mucho para seguir siendo sincero.(Nunca estamos incómodos con el otro, por nada).

Entre en pánico, ya no decía más, se quedó ay parado, yo al ver que no se movía, me espante, y se que una vez que uno da un paso, no puede volver.

Hasta que oí decirle algo, que lo dijo tan bajo que no lo escuche.

—que?

—también yo…

Me perdí en el punto de la conversación en que yo creo que es lo que creo y Bill cree lo que no se que creo.(o algo parecido).

Bill se dio vuelta y lo mire al rostro con el esplendor de luz detrás de el (ese que venía de la ventana). No me gusto nada su expresión… lloraba, se le corrían las lágrimas por las mejillas a gran velocidad.

Me sentí culpable, por esa expresión en el, pero, algo me decía que no eran lágrimas de tristeza.

No sostuvo mi mirada, supongo que por que me mantuve sereno, sin ninguna clase de expresión en mi rostro. En cuanto vi como sus ojos marrones en vez de verme a mi, miraron el suelo sentí como un mágico impulso que corrió por mi, me obligo a que me acercara a el, le mire con cautela, mientras me aseguraba de que el no se movía, solo se quedó ay, esperando a que yo hiciera algo.

En cuanto lo tuve enfrente a centimetritos de mi, le llame. –Bill…— le llame con toda la cautela del mundo.

El por su parte no me respondió, pero yo sabía exactamente lo que tenía que hacer.

Tome su rostro entre mis manos, con un leve movimiento para arriba ubique de nuevo sus pupilas con las mías, e hice lo que solo me atrevía en sueños. Entre cerré mis ojos, le bese, solo rose mis labios con los suyos, me percaté de que el estaba tenso, petrificado como momia.

Entre beso, respiración y sus lindas caricias, lo recosté con cuidado en mi cama.

*Era un sueño de cumpleaños* (esos que quieres que se hagan realidad)

Lo besaba, con ganas, llevaríamos unos buenos 10 minutos besándonos. Perdidos en el mejor sueño de todos. En un movimiento que no podía predecir, sus manos me empujaron por los hombros y me obligaron a alejarme de el, me preocupe pero aun así accedí a su petición y me eleve con mis propias manos sobre el colchón sobre el. En un movimiento rápido sus manos se fueron a detrás de su cabeza, curiosamente saco de entre mis cobijas todas enredadas una caja un tanto arrugada (muy familiar para mi). Me aleje un poco más de el, y me senté a un lado.

Al ver su expresión de sorpresa por la caja arrugada, tenía que decirle que era, ya la había descubierto.

—Es tu regalo.

Me miro confuso, pero no tardo ni 10 segundos en emocionarse y abrirlo. Como era de esperar al mirarlo, sonrió y con mucha prisa se colocó su nuevo accesorio.

—Me encanta, gracias.— Lo miraba puesto en el, yo sabía que le gustaría, conozco muy bien los gustos de mi hermano. Pero, esa luz y felicidad en su rostro se apagó en cuestión de segundos.

—Que pasa…

—No te compre nada— su rostro mostrada una tristeza y desilusión de mil niños pequeños sin sus chupetes, me conmovió.

*Yo quiero un mejor regalo de ti.*

—Regálame veintiún besos.

Como era de esperarse. Se coloro. Rojito como tomatito.

*Sabía que no se resistiría*

Por cómo me miraba, se lo pensó.

Con pena en sus ojos, los cuales iba cerrando lentamente con forme se acercaba a mí, yo por mi lado para hacerle aquello mas fácil, también me acercaba a el.

Fue un pequeño pico en que me dio.

—Uno.— le oí decir después de alejarse lo suficiente para hablar, con su cálido aliento chocando en mis labios. Sentí como en la cama, se acomodó mejor para estar mas cerca mío. Y volvió a plantarme un pico.

—Dos.— Reitero. La acción pasada, solo que esta vez abrí los ojos, al escucharle decir el segundo número. Y me di cuenta que el también me veía.

Se acercó de nuevo y por tercera ves dejo el sabor de sus labios en los míos. Con la excepción de que en el tiempo en que me planto el beso, ninguno cerró los ojos.

—Tres.— De esa manera continúo, ambos mantuvimos los ojos abiertos, y Bill se separaba entre pico y pico de mi, para poder ir diciendo el numero en que iba.

Nuestras pupilas se habían acostumbrado a mirar al otro, mientras que ambos sonreíamos, entre número y número. Y pronto llego a los diez y nueve.

Me dejo un beso más lento, con una velocidad de 2 segundos mas que los otros.

—Veinte.— Faltaba uno….

*El mejor regalo que me has dado en todo este tiempo*

En cuanto se acercó a mi, para darme el último beso, no lo resistí, pase mi mano por

su nuca, y lo atraje a mi, para ya no dejarlo escapar, para poder pasar otros mil años a su lado. Claro que con cada año, aumentaría “mi regalo”.

Yo siempre estuve en lo correcto. Lo amo y el a mi, y por veintiún años lo hemos sabido. No hacía falta decirlo…

Feliz Cumpleaños Hermano…

F I N

Gracias por la visita.

Publico y rescato para el fandom TH

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