Este capítulo tiene dos temas. El primero es de Andrés de León, se llama “Si me amaras”. Y el segundo es de Bon Jovi, “I’ll be there for you”. Espero disfruten la historia. Besos.
“Head Over Feet”
Capítulo 10: “Novio”
& Bill’s POV &
—¿Tom? —Llamé, entrando en la pieza de mi BFF.
—Ducha —me respondió en un grito.
Quise entrar, pero la verdad, después de lo de la noche pasada me siento un poco incómodo. Me refiero a que Tomichu es mi amigo, no debería excitarme con él, ¿cierto? Pero no puedo evitarlo, recordar sus manos en mi espalda, sus besos y su cuerpo sobre mí, creo que si él no se hubiera controlado, habríamos tenido sexo. Sé que lo que hacemos también se consideraría sexo, pero me refiero a que en verdad habríamos tenido sexo, “todo” lo que eso incluye… y yo no hice nada por evitarlo. Es verdad que habíamos bebido mucho, pero yo lo deseaba, quería que Tom me hiciera suyo. Estoy muy jodido, mi Tomi no lo hará, está demasiado enamorado de esa chica platónica, la envidio y la odio por hacerlo sufrir, si Tom fuera mío lo haría feliz. Pero qué diablos estoy diciendo, somos hombres, ¡joder!
—Me llamó Gus.
—¿Y qué te dijo? —Salió de la ducha, con una toalla en la cintura, otra en las manos y con gotitas de agua cayéndole por el torso. Quiero tocarlo…
—Estás todo mojado, déjame secarte bien. —Le quité la toalla y suavemente la pasé por sus pectorales, sus brazos fuertes, su espalda.
—Gracias, Bill. —Me revolvió el pelo, como si fuera un niño.
—Ayer después de música nosotros nos vinimos rápido por lo de la bruja.
—Por Jess, no le digas bruja.
—No la defiendas —dije y me enfadé.
—Está bien, perdona.
Se vistió y yo no pude dejar de observarlo.
—Entonces la maestra llamó a los G’s para decirles que en la fiesta de otoño las “Snakes” se encargarán de la música movida.
—¿Qué? —Preguntó y se giró para verme.
—Y nosotros de las baladas.
—Pero eso es injusto. ¿Y cuántos temas serán?
—Cinco.
—¡Qué!
—Espera… no te enojes.
—Como no cabrearme, es injusto.
—Tomi, después viene la fiesta de invierno y ahí se cambiarán los papeles, es por lo de los proyectos.
—Oh… ya veo.
—Dijo algo más…
—¿El qué?
—Dijo que fuéramos creativos.
—O sea que inventemos nuestras propias canciones.
—Eso creo.
—Entonces tenemos trabajo… tú y yo escribiremos las letras.
—Síiiiiii —Lo envolví en un abrazo.
—Pero primero vamos a desayunar.
—Tomi… también llamaron tus padres, van a retrasar su regreso, creo que encontraron nuevos socios.
—Bueno, esa es historia vieja, nunca están en casa.
Después de comer nos fuimos de vuelta a la habitación de Tom, nos sentamos en la cama y nos miramos.
(Dar Play)
—¿De qué te gustaría escribir? —Me preguntó, viéndome a los ojos.
—De amores imposibles.
—Tú no tienes un amor imposible —dijo y me sonrió.
—Pero tú sí.
—Entiendo. —Agachó la mirada y me preocupé.
—Tom, mírame —lo hizo—. Sé que soy un hombre, pero piensa que yo soy ella… qué me dirías.
—Si me amaras —Tocas mi mejilla—, si hubiera una chispa en tu alma para iluminar mi esperanza —Rozas mis labios con tus dedos.
—Entonces sería feliz —Agregué yo, sonriendo.
—Si me amaras —Sonríes—, si hubiera una estrella en tu cielo para compartir mis deseos de estar siempre cerca de ti —Acaricias mi cabello.
—Volvería a conocer la alegría que hace tanto, tanto tiempo perdí —dije yo, recorriendo tu rostro con mis dedos.
—¿La extrañas? A tu antigua novia, Ana.
—Sí —respondí y bajé la cabeza, es mejor que creas que pienso en ella, cuando en verdad eres tú quien está en mi corazón.
—Lo siento. —Me levantas la barbilla—. ¿Seguimos?
—Porque nunca sonreiré si no es contigo —Le dije con una sonrisa.
—No quiero, no puedo, vivir sin tu amor —Me acerqué y lo besé con suavidad. Él no se alejó, al contrario, me abrazó.
Lo muevo para que se ponga sobre mí. No hay deseo, no hay pasión. Si no supiera que Tom es muy macho, diría que está loco por mí, así como yo lo estoy loco por él.
—¿Qué fue eso? —Preguntó y me miró incrédulo.
—Creo que lo necesitabas y yo también.
—Gracias, Bill.
—¿Tomi, te puedo preguntar algo? —Seguíamos acostados.
—Cuando nosotros… tú sabes… jugamos y nos besamos —Él seguía acariciando mi brazo—. ¿Lo haces solo por complacerme? ¿O sientes cosas? Me refiero a… —me sonrojé— ¿lo disfrutas?
—Bill. —Se sentó nuevamente y me miró—. Tú me viste la otra vez, si estoy con otras personas, no puedo alcanzar el clímax, pero contigo es diferente. Me gusta mucho hacerlo, quizá demasiado y a veces tengo miedo que te sientas obligado a estar conmigo cuando podrías estar con otras chicas.
—Pero no me siento obligado —respondí con rapidez y lo atraje hacia mí.
—De todos modos, si encuentras a alguien… —No lo dejé terminar y lo besé, esta vez me puse sobre él y acaricié sus trenzas—. Mejor cambiemos de tema.
—Ok.
—Poco a poco llegarás a quererme —dije como prosiguiendo con la canción—, ya verás que este amor no será platónico para siempre.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Porque el amor es más fuerte. —No estaba hablando del amor platónico de Tom, sino del mío por él. Lo voy a conquistar, aunque tenga que volvernos a los dos gay, no me importa, quiero estar con Tom y eso es definitivo.
—Mientras seguiré soñando tu amor —dijo él contra mi boca.
—Viviré para esperar que me sonrías, de noche, de día —agregué, respirando en su boca.
—Con esa ilusión… que me amaras
Nos revolvemos en la cama, pero con total suavidad, dándonos besos cortos y dulces. Me miraste con una sonrisa, así que no pude contenerme y dije—. Te quiero, Tom.
—Y yo a ti, Bill.
—¿Qué crees que digan los chicos con esta canción, la encontrarán muy simple?
—Claro que no, está preciosa, como tú —respondió, acariciando mi pelo.
.
Como era sábado iríamos con los chicos a practicar para la fiesta.
Les mostramos la canción y nos propusimos dejarla con música ese mismo día. Todo iba perfecto, hasta que sonó el celular de Tom. Se puso de pie y se alejó un poco.
—Hola, Jess.
Gruñí al escuchar su nombre, no podía dejar de verla solo como una suelta ofrecida.
—Pero el viernes es muy pronto… entiendo… ¿y no puede ser sábado? Sí me complica… ya veo, te llamaré, ¿sí? A ti también, bye. —Colgó.
—¿Qué quiere ella contigo? —Pregunté un poco agresivo, llevándolo a la cocina.
—Bill… yo…
—Dime la verdad, nosotros no nos mentimos. —Pedí, buscando su mirada, se veía preocupado.
—¿Te acuerdas que te dije que le ayudaría con su familia?
—Y que mentirías acerca de ser su novio. —Ya me estaba poniendo tenso.
—Eso… bueno la familia se reunirá este viernes en Hamburgo y quieren que pasemos el fin de semana con ellos. —Apretó los ojos, como esperando que lo golpeara.
—¡¿En Hamburgo?!
—Partiremos el viernes.
—Pero… ¿el voluntariado?
—No se puede después.
—Pero no tienes que ir, olvídalo, no tienes ninguna obligación con ella.
—Lo siento, Bill, tengo que ir.
—Pero me prometiste estar conmigo los viernes, ayudarme con el Hogar de Cristo.
—Lo siento.
—Me estás diciendo que ella es más importante que yo. —Ahora sí estaba completamente celoso.
—No es eso, yo… lo siento.
—No… Yo lo siento más. —Me fui enojado.
—¿Bill…qué te pasa? —preguntó Gus al verme así de furioso.
—Nada. ¿Georg me llevas?
—Claro amigo. —Nos fuimos.
& Tom’s POV &
No había nada que hacer, Bill estaba furioso y yo desesperado. Necesitaba ayuda.
—¿Gus, podemos hablar? —Pedí, sentándole a su lado.
—Claro hombre. —Me miró.
—Verás yo… —Empecé a mover mis manos.
—Te enamoraste de Bill —dijo como si nada.
—¿Cómo lo sabes?
—Por todo hombre… basta solo con mirarlos y se nota que lo suyo no es solo BFF.
—Pero Bill no siente lo mismo, soy solo yo.
—Ya… ¿y entonces, por qué salió furioso?
—Porque lo traicioné.
—¿Con quién?
—Con Jess.
—Oh, oh, creo que estás en problemas. Pero si dices que él no siente lo mismo, ¿por qué es una traición?
—Verás… Bill y yo trabajamos como voluntarios en el Hogar de Cristo.
—¿Qué es eso?
—Un albergue que recoge drogadictos.
—¿Y por qué hacen eso?
—No importa… lo hacemos y punto. El asunto es que yo le prometí a Bill que siempre le ayudaría en eso y bueno el próximo viernes tendré que irme con Jess a Hamburgo y él sintió que yo lo cambié por ella —dije tratando de volver a respirar.
—¿Y por qué te vas con Jess?
—Porque quedé de ayudarle.
—¿En qué?
—Mintiéndole a la familia diciendo que soy su novio, para que la dejen hacer su vida tranquila.
—¿Y por qué harías algo así?
—Bueno…
—Hay algo sucio, ¿cierto?
—Bueno yo…—Me puse rojo hasta las orejas—. Bill y yo a veces nos tocamos… tú sabes… íntimamente.
—¿Algo así como que se masturban juntos? Georg y yo también lo hacemos ¿y qué?
—Es un poco más complejo —respondí, mirando el suelo rojo como tomate.
—Ohhhhh ya veo… ¿y así dices que no te corresponde?
—Es que yo siempre le digo que es porque somos BFF y él es tan inocente que me cree. Lo sé, soy un sucio, me aprovecho de su inocencia, ya dilo de una vez.
—No creo que él sea taaaaan inocente.
—Ya basta, es mi culpa, no suya.
—Bueno, ¿pero qué tiene que ver Jess?
—Nos vio… tocándonos.
—¿Y te chantajeó?
—Más o menos.
—¿Y por qué no le dices a Bill y se acaba el problema?
—Porque él se dará cuenta de que lo que hacemos está mal y no quiero perderlo, me muero si se aleja de mí pensando que soy sucio, tú sabes lo que le cuesta defenderse diciendo que no es gay. Imagina qué va a sentir cuando se dé cuenta de que todo lo que hacemos sí es muy gay.
—¿Y qué harás?
—Pues no lo sé.
—Tengo una idea… espera. —Fue a un cajón, revolvió unos papeles y me pasó unas partituras.
—¿Qué es esto?
—Esto, amigo, es Bon Jovi, esta balada lo mata… practica un rato y cuando vuelvas a tu casa, vas y se la cantas.
—Gracias, amigo.
.
Después de unas horas regresé a casa. Ya era tarde, casi no quedaban sirvientes en pie. Fui a la habitación de Bill, tenía luz, pero la puerta tenía llave.
—¿Bill, podemos hablar?
—No quiero hablar contigo, me traicionaste.
Pude escuchar un sollozo. ¡Rayos! Fui a mi pieza por una silla, mi guitarra acústica y me puse a cantar.
(Dar play. Les recomiendo ver primero la letra y luego continuar leyendo)
La puerta se abrió poco a poco y Bill me miró. Tenía los ojos rojos e hinchados. Me extendió la mano y entré.
—Bill, lo siento. —Lo abracé.
—Pensé que era especial para ti.
—Lo eres, eres mi BFF, eres sagrado para mí.
—¿Entonces?
—Solo serán dos días y volveré para ti.
—¿Cómo voy a ayudar a los chicos?
—Bill… no quiero que vayas ese día. —Pedí, se separó y me miró a los ojos.
—Tú no vas a estar, pero no significa que yo no pueda hacerlo.
—Bill, ese lugar es muy peligroso, no quiero que nada malo te vaya a pasar, me muero si algo te ocurre.
—¿En serio?
—Bill, te quiero —Lo apreté contra mí—. Si algo te pasa… no sabría cómo seguir, ¿no lo entiendes? Estoy muy pegado a ti, ya creo que soy un adicto a ti, creo que estoy igual a los chicos del Hogar de Cristo.
—No exageres.
—Es verdad.
—Está bien… no iré… llamaré a la hermana para avisarle que no estaremos.
—Gracias, Billucho. —Besé su frente.
—Pero Tomichu… prométeme algo… —dijo y me miró directo a los ojos.
—Lo que quieras.
—¿No te acuestas con ella? —No pude evitar sonreír.
—Claro, no son mis intenciones.
—En verdad, Tomi, prométemelo.
—Lo prometo. —Besé su nariz—. Ya es tarde… ¿quieres dormir?
—¿Duerme conmigo esta noche?
—Está bien.
Nos desvestimos y nos acostamos abrazados.
—¿Tomi?
—¿Mhm?
—¿Puedes cantar el coro de la canción?
—♫Estaré allí para ti, te juro estas palabras. ♫Cuando respires, seré el aire para ti. Estaré allí por ti.♫
—Me encanta, ¿me lo dedicas?
—Ya lo hice, por eso la canté para ti.
—Pero en verdad, ¿serás el aire para mí?
—Todo, mi vida. Seré todo para ti.
—¿Si fuera chica, serías mi novio?
—Sería tu esposo, te retendría para siempre.
—¿Y tu amor platónico?
—No sería nada comparado contigo.
—Gracias, Tom. —Acaricié su espalda.
—Es la verdad.
—Tom… ¿me besas?
—Claro.
& Continuará &