Este es uno de mis capítulos favoritos 😉
“Fashion” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 11: Monsoon
I see the dark clouds coming up again
(Veo las oscuras nubes reunirse otra vez “Monsoon”)
Tom no paraba de pensar en las hirientes palabras que fueron dichas en el último encuentro con el pelinegro, sabía que ambos estaban molestos y probablemente eso gatilló ese vómito de expresiones dolorosas.
—Es mi culpa —susurró bajito en la biblioteca.
—¿Qué es tu culpa, Tom? —preguntó de forma amistosa el dueño, que había venido sólo de paso a hacer algunos trámites y quería saludar a su más fiel empleado.
—Oh, señor Collins, lo siento, no es nada —respondió bajando la mirada.
—Mira, niño, te conozco desde hace ya un año completo, te portas mejor que propio hijo y te quiero como tal —dijo el hombre sentándose a su lado—, sé que algo te sucede, estás triste.
—Es… complicado —asumió el rastudo abrumado por las emociones.
—¿Es una chica?
—No.
—Entonces está bien, las chicas son las complicadas, todo lo demás tiene solución —bromeó el hombre.
—No es una chica —suspiró el joven—, es más complicado que eso.
—¿A, sí?
—Es Bill… —explicó y el rostro de su jefe se ensombreció.
—Bill Kaulitz es un problema de grandes proporciones, Tom, odio decir esto pero “te lo dije” —el mayor le palmeó la espalda al ver el sonrojo en las mejillas del chico—. ¿Qué hizo esta vez?
—Nos peleamos —Tom jugó con sus manos—, más bien fue mi culpa.
—¿Qué hiciste o más bien, qué NO hiciste? Porque ese chiquillo es una “diva” y prácticamente tienes que leerle la mente para saber qué quiere —el mayor en realidad no estaba muy contento con la amistad de los jóvenes, siempre pensó que el pelinegro era una “mala influencia” para el ingenuo de Tom.
—Él no es tan malo en realidad, señor Collins, sólo hay que comprenderlo —le defendió el rastudo.
—Dicen que a las mujeres no hay que comprenderlas, sino quererlas. Tú aplicas ese dicho a este niñito —ambos rieron ante eso.
—En serio, Bill es un gran amigo.
—¿Y por qué pelearon?
—Su banda “The beautiful people” tiene una entrevista hoy en televisión —el hombre asentía prestando atención—, desde hace un tiempo Bill tiene que salir con este otro artista “Bushido”, para aumentar su popularidad.
—¿Acaso Bill es gay? —preguntó casi horrorizado el señor Collins—. Eso explicaría lo de su maquillaje.
—Bill no es gay, o por lo menos, no que yo sepa —dijo el de rastas, aunque recordó la conversación que tuvo con el menor sobre Oscar Manzur y frunció el ceño.
—¿Tom? —le llamó el mayor al ver que se iba a las nubes—. ¿Y por qué pelearon?
—Nunca me gustó ese Bushido, trata a Bill como si fuera su pareja.
—¿Y no lo es?
—No —dijo más fuerte de lo que deseaba, el hombre lo miró pensativo—, es sólo por la banda, por eso se obliga a salir con él.
—¿Y cuál es el problema? —para el mayor, la actitud de Tom era la de un novio celoso.
—Yo soy el problema. Me enojé con Bill, porque después de la entrevista él debe irse con Bushido para aparentar que siguen con una especie de romance —Tom empuñó las manos hasta que sus nudillos se veían blancos—. Yo… desconfío de ese hombre.
—¿Por qué? —insistió, cada vez más convencido de que Tom estaba celoso.
—Ya intentó propasarse con Bill una vez —el hombre abrió grandemente los ojos y asintió—, por eso le pedí a Bill que no se fuera con él, que saliera de la televisora con la banda, seguro con sus guardaespaldas… pero él.
—Se molestó.
—Dijo que era parte de su trabajo.
—¿Y? —insistió el mayor.
—Le dije que tal vez él sí quería ser la perra de Bushido.
—Oh no. ¿Y qué hizo?
—Me abofeteó —Tom bajó la mirada avergonzado.
—Me temo Tom que… te lo merecías.
—Lo sé… y ahora estoy preocupado hasta los huesos —el chico levantó la mirada y se topó con los ojos sabios del hombre—. ¿Qué puedo hacer?
—¿A qué hora es la entrevista? —Tom miró su reloj.
—Ahora mismo.
—Bien, no te contestará el teléfono, así que tomarás tus cosas e irás a pedirle disculpas apenas salga de allí —dijo el hombre totalmente resuelto.
—Pero mi turno aún no termina.
—Yo te cubro.
—Pero estará lleno de fans, no podré acercarme —Tom estaba nervioso, pero ansioso.
—No seas negativo. Te ves llamativo y estoy seguro de que él te reconocerá.
—¿Cree que me perdone? —su voz sonaba temerosa.
—Claro que lo hará, escoge bien tus palabras y haz que ese chiquillo no pierda un gran amigo —el hombre le dio un abrazo y le palmeó la espalda—, y deja los libros aquí, necesitas estar allá lo antes posible.
—Gracias, señor Collins —los ojos de Tom se humedecieron—, sus palabras me hicieron recordar a… mi padre.
—Es un gran honor. Ahora ve…
Tom salió casi corriendo de la biblioteca.
&
Las nubes en el cielo estaban completamente oscuras y una gran luz se vio. Tom apretó los dientes, sabía que a Bill no le gustaban las tormentas eléctricas, seguramente se pondría nervioso al escuchar los fuertes truenos que ya se dejaban oír. Apresuró el paso, tendría que caminar por lo menos veinte minutos para llegar a la estación, su corazón estaba apretado y lo único que pensaba era en llegar a tiempo para pedir disculpas.
&
Caminó a toda prisa, la lluvia aun no caía con fuerza, pero sus ropas estaban bastante mojadas.
Al llegar se dio cuenta de la cantidad de personas reunidas a la entrada del canal, todas esperando por sus preciosas estrellas. Tom miró en todas direcciones sin estar seguro de dónde ubicarse, hasta que tuvo una idea.
Con su capacidad atlética, se subió a un árbol que no estaba muy cerca, pero por su altura, cualquiera podría verle.
La banda “The beautiful people” y Bushido salieron de la estación fuertemente custodiados por sus guardaespaldas.
—¡Bill! —gritó Tom lo más alto que pudo y envió el mensaje que tenía en su celular.
El pelinegro, que siempre llevaba su celular en el bolsillo, lo leyó “mira al árbol de tu derecha, Tom” y elevó la vista, encontrándose con los castaños ojos de Tom, no pudo evitar una sonrisa.
—Perdón —moduló el rastudo y su amigo sonrió.
Pero muy a su pesar, Bushido tomó la mano del pelinegro con fuerzas, con intención de llevarlo hacia su vehículo. Bill negó con la cabeza y trató de llamar a David, su representante. Tom observaba a la distancia y veía como a través de una sonrisa con los dientes apretados, Bill discutía, seguramente no quería irse con el gigantón. Tom apretó los puños de la indignación y vio como obligaban a su amigo a entrar en el auto.
—¡Rayos! —golpeó la rama con todas sus fuerzas y luego bajó del árbol, ya no había nada que hacer. No quería volver a casa, así que pese al cruel clima, caminó.
&
La lluvia caía cada vez más fuerte y sus ropas se empapaban cada vez más, pero eso no le importaba, un dolor en su pecho le decía que algo andaba mal. Apretaba los dientes, quería llamar a Bill y ya sin poder aguantar tomó su celular, pero justo cuando iba a marcar, su amigo le llamaba.
—¿Gabriel?
—Dios, Tom, ha pasado algo terrible —la voz de su amigo sonaba aterrada, causando que la tensión que él tenía sobre sus hombros, sólo se intensificara.
—¿Qué pasó?
—Es Bill, tuvo un accidente.
—¿Qué?
—Un fan los iba siguiendo a lo lejos y vio como el auto de Bushido se volcaba. Ya llamaron a emergencias, pero hay un problema con el tráfico y tardarán en llegar.
—¿Dónde están?
—Cerca del mirador “Amantes”.
—Voy para allá.
—¿Qué? ¿Cómo?
—Corriendo —cortó rápidamente y se puso en marcha.
Las calles estaban resbalosas por las grandes cantidades de agua que seguían cayendo, pero eso no le importaba, lo único que estaba en su mente era llegar a Bill.
&
El pelinegro sentía que la cabeza le punzaba. El maldito de Bushido había alterado el plan de su manager y lo estaba llevando contra su voluntad a un mirador, pensando en sacar partido del solitario del lugar. Bill no podría hacer ningún tipo de acusación en su contra, puesto que eran una pareja pública, nadie creería que había algún tipo de abuso.
Pero cuando el hombre comenzó a toquetear a Bill, mientras conducía, el peli-largo no tuvo más opción que forcejear con él, hasta que Bushido perdió el control del vehículo y se volcaron.
Bill giró la cabeza apenas y vio como su acompañante tenía un feo golpe en la frente, que sangraba bastante.
—Te lo mereces, cabrón —dijo con la voz rota, le dolía todo.
Llevó la mano al lugar que más le dolía y vio con temor que también sangraba. No podía moverse, estaba atrapado.
I’m staring at the broken door. There’s nothing left here anymore
—Tom… Tomi… —las lágrimas no tardaron en hacerse presentes.
Con el accidente la radio se rompió y el silencio fue roto por un intenso trueno, sobresaltando al cantante dentro del maltrecho vehículo.
—Tomi… This place is cold it’s making me insane.
El pelinegro miraba como la lluvia caía, nublando todo a su paso, no lograba ver nada.
—Nadie sabe que estamos aquí, podrían pasar horas para que nos encuentren —susurró el joven, tratando de mover sus brazos, pero el cinturón de seguridad y la bolsa de aire, lo tenían completamente inmovilizado.
Sentía que perdería el conocimiento en cualquier momento cuando una voz le despertó.
When I lose myself I think of you
—Tomi… Dios, me estoy volviendo loco —murmuró.
—¡Bill! —oyó un grito desesperado.
—Tomi… —dijo lo más fuerte que pudo.
—Bill, ya estoy aquí —le oyó decir al otro lado de la puerta.
Escuchó ruidos y movimiento, pero nada sucedía.
—¡Maldición! —gritó el chico rastudo al otro lado.
—Lo siento, Tomi… —susurró el menor dentro del vehículo.
—Bill no puedo sacarte, si rompo los cristales te podría lastimar, pero escuché las sirenas cuando venía en camino —le habló el chico—. ¿Me escuchas?
—Tomi… —era lo único que salía de los labios del menor.
&
Los paramédicos y un camión de bomberos llegaron para rescatar a las estrellas. Con el instrumental necesario, no les tomó mucho tiempo sacarlos de ahí.
—¿Bill, estás bien? —preguntaba Tom caminando cerca de los paramédicos.
—Tomi… —susurraba el peli-largo.
—Señor, por favor, déjenos hacer nuestro trabajo —le pidió el hombre con amabilidad.
—Déjeme ir con él —suplicó Tom con los ojos aguados.
El médico, al verle con las ropas completamente mojadas, asintió y tras acomodar a Bill en la camilla, Tom se sentó cerca de la puerta para no importunar.
—Tomi… —seguía susurrando el chico entrando en la inconsciencia.
—¿Eres pariente de él? —preguntó el médico.
—Soy su amigo.
—¿Y cómo llegaste hasta aquí?
—Corriendo.
—Hay un monzón allá afuera —dijo el médico con una sonrisa.
—Cruzaría cualquier monzón con tal de verlo bien —respondió Tom, sujetando la helada mano del pelinegro.
&
En pocos minutos llegaron al hospital y Tom fue obligado a permanecer en la sala de espera. Estuvo allí por dos horas y luego pudo pasar a la habitación donde pusieron al cantante.
—Señor Kaulitz, señora Kaulitz —saludó el chico a los adultos que le miraban en forma reprobatoria por sus ropas mojadas.
—Pasa, chico, Bill pidió hablar contigo —dijo el hombre, alentándole a entrar al cuarto.
&
Tomando una gran bocanada de aire, Tom abrió lentamente la puerta, en la cama, el cuerpo de su amigo se veía tan pequeño y frágil, que el chico no pudo evitar derramar lágrimas.
—¿Tomi? —preguntó el moreno al sentir el clic de la puerta.
—Bill… —su nombre salió en forma de sollozo y el cantante rápidamente se sentó en la cama, estaba adolorido, pero le dolía más oír el llanto de su mejor amigo.
—Tomi… lo siento… —pidió con la mirada aguada. Tom se acercó rápidamente y lo abrazó.
—Sshhh —le calmó—, ya todo está bien.
—No llores, Tomi… fue mi culpa.
—No… nada de esto es tu culpa, Bill.
—¿Por qué lloras? —pidió acariciando los brazos que lo envolvían.
—Mis padres… ellos murieron en un accidente de tránsito —lloró más fuerte—, y hoy… por un momento pensé… que te perdería también —enterró su cabeza en el cuello de Bill y lloró allí, empapándolo con sus tristes lágrimas—. No quiero, no puedo perderte a ti, no a ti.
—Gracias, Tomi… —susurró el chico cuando su amigo calmaba su respiración.
—No hay nada que agradecer. Te quiero mucho.
—Y yo a ti.
Esas palabras quedaron grabadas en la mente de ambos jóvenes, mientras se miraban con una sonrisa en los labios.
&
La puerta se abrió después de un rato y la señora Kaulitz entró con una toalla para Tom.
—Gracias, señora —dijo el chico sonrojado.
—¿Cómo fue que llegaste tan rápido, Tom? —preguntó el padre de Bill—. Los paramédicos nos contaron que fuiste el primero en llegar y que mantuviste a mi hijo consciente.
—Corrí, un amigo se enteró del accidente y simplemente corrí —dijo el chico.
—Pero hay una tormenta horrible —dijo la mujer, admirada del sacrificio del muchacho.
—Ninguna tormenta me detendría, tenía que llegar con Bill, era lo único que estaba en mi cabeza —dijo él y sin querer las mejillas del pelinegro se tiñeron de rojo, cosa que su perceptiva madre, notó de inmediato.
—¿Me das un papel, papá? —pidió el cantante rápidamente.
Running through the monsoon, beyond the world
To the end of time, where the rain won’t hurt
Fighting the storm, into the blue
And when I lose myself I think of you
Together we’ll be running somewhere new
And nothing can hold me back from you
Through the monsoon
Los adultos salieron a hacer el papeleo por la estadía de su hijo en hospital y dejaron a los chicos para que conversaran a gusto.
&
—¿Qué escribes? —preguntó Tom acercándose a la cama de su amigo.
—Nada, sólo unas ideas locas de mi cabeza.
—¿Puedo ver? —preguntó Tom tratando de leer por sobre su hombro.
—Bueno… —le extendió el papel—, son ideas que tus acciones me dieron.
—Estoy de acuerdo… —dijo al leer las líneas.
—¿Con qué?
—Nadie habría impedido que llegara hasta ti, me tenías tan preocupado —dijo el chico sonrojándose, Bill sin pensarlo, se colgó de su cuello.
—Sé que me adoras, tontito je, je, je —ambos rieron.
—Gracias a Dios estás a salvo, mi pequeña “diva” —le miró a los ojos y, por un momento, Bill pensó que recibiría un beso—, le daré un buen golpe a ese mal nacido —dijo apretando los dientes.
—Tomi —el cantante se echó a reír—, pareces un novio celoso.
—Ese idiota casi te mata, lo mataré con mis propias manos si vuelve a ponerte un dedo encima —dijo furioso.
—Eso no está en nuestras manos, Tom, es cosa de publicidad —aclaró el pelinegro.
—Pues entonces, amenazaré con matar a David Jost, si te sigue obligando a salir con ese maldito.
—¿Cuántas veces has dicho maldito? Tú no acostumbras a decir malas palabras —Tom se sonrojó.
—Creo que lo merece.
—Gracias, Tomi…
—Gracias a ti, Bill, eres tan importante para mí —el pelinegro suspiró emocionado, su corazón latía muy de prisa—, eres tan especial, casi como mi hermano.
—¿Hermano? —la alegría del moreno se desvaneció al oír tales palabras.
—Te quiero mucho —volvió a repetir Tom.
—Y yo a ti, Tomi, te quiero —le abrazó, pero el nudo en su garganta se hizo difícil de tragar.
& Continuará &
¿Por qué Bill se puso tan triste? ¿Está realmente considerando que sus sentimientos por Tom son mucho más que una simple amistad? ¿Y Tom seguirá pensando en que sólo quiere a Bill como un hermano? ¿O esos celos por Bushido van más allá de eso? No se pierdan la continuación y muchas gracias por la visita.
Ayyy Tom ya me estaba ilucionando q sientes amor por Bill pero no lo quieres como un hermano 🤦♀️🤦♀️🤦♀️ chingada suerte
Mejor sigue leyendo 🙂
Y obviamente, muchas gracias por tus comentarios