17: Cacería demoníaca I

Notas: Hola gente bella, este capítulo no tiene banda sonora, pero sí harán todos los preparativos para el inicio del fin. Espero les guste. A leer.

Maldición II: Cazadores de Demonios” Fic Twc / Toll de MizukyChan

Capítulo 17:  Cacería demoníaca 

—¿Eres… Miguel?  —Preguntó con sus manos temblando.

—Sí, lo soy. —Un inmenso silencio llenó la habitación. Todos los ojos estaban fijos en el pelinegro.

—Eso cambia mucho las cosas Bill, perdón, Miguel. —Concluyó Biagioni de un modo ceremonioso.

—Mientras esté con ustedes seguiré siendo Bill, solo Bill. —Puso realce el pelinegro.

—Él es mi Bill. —Afirmó el de trenzas sosteniendo su mano—. Pero por favor, continúen con sus noticias.   —Pidió.

—Bueno, nos hemos reunido con los cazadores, con varios de ellos, y nos hemos contactado con los demás sacerdotes de Europa y ya hemos sacado el total de los demonios cazados y los que faltan.  —Informó el Padre Jost.

—¿Y bien? —Insistió el pelinegro.

—Tenemos registro de 18 casos exitosos —continuó Biagioni.

—Dos fueron catastróficos, murieron cuatro cazadores. Por lo tanto nos quedan ocho demonios en toda Europa.  —Explicó Jost.

—Todos están buscando al resto de los demonios. Aunque creemos que al verse disminuidos, se organizarán para atacar en grupo. Lo peligroso del asunto es que si deciden atacar en grupo, los cazadores serán presa fácil.  —Sentenció Biagioni.

—Tiene razón, Padre —dijo el de trenzas—. Si los cazadores andan en parejas no podrán hacer nada contra ocho demonios.   —Apretó la mano de Bill.

—A menos que… —comenzó el pelinegro—, que solo se dediquen a observar y cuando los encuentren, se comuniquen con nosotros.  —Expresó con una sonrisa.

—¿Y eso por qué? —Lo miró expectante su pareja.

—Porque he recuperado mis poderes, podré enfrentarme a ellos —respondió como si fuera obvio.

—Son ocho demonios, Bill, ¿estás loco? —Casi se atraganta el trenzado—. Aquella vez que nos topamos con el ying yang de las brujas, Vasariah casi muere, no puedo ponerte en peligro.  —Concluyó y lo miró con el ceño fruncido.

—Tomi, mi amor. Yo soy más fuerte que Vasariah, tengo un grado superior y mis poderes de sanación están al 100%, y si algo llega a pasarme, te tengo a ti para que me protejas —dijo dándole una mirada sincera.

Tom le sonrió, pero dentro de sí sabía que él era solo un humano y la única vez que luchó frente a los demonios por su propia cuenta, utilizó su fuerza demoníaca, la cual no quería volver a ocupar.

—Te entiendo, cariño, pero de todos modos no me gustaría exponerte tanto. ¿Podríamos reunir a la mayor cantidad de cazadores y atacar también en grupo? —Quiso proponer.

—Es una buena idea, Tom, pero y ¿si los demonios quieren desplazarse rápido para evitar ser atacados? —Expuso Biagioni.

—Habría que llamar a los grupos que estén más cerca del lugar de aparición y atacar allí.   —Volvió a intervenir Tom.

—Es más o menos lo que planeamos —dijo el padre Jost.

—Pero Tom, con este nuevo descubrimiento sobre Bill, tendremos la ventaja —Explicó Biagioni.

—Sí, Padre, pero como le dije, no hay que exponer a Bill a riesgos innecesarios —Afirmó tajante el de trenzas.

—Es un trato. Hablaré ahora mismo con los demás. Y mientras esperamos, seguiremos quedándonos en esta casa. Pueden irse a descansar chicos. —Terminó Biagioni.

—Buenas noches. —Se despidió la pareja y tomados de las manos se retiraron a su habitación.

—¿Bill? —Llamó el de trenzas al cerrar la puerta tras de sí.

—¿Mmm? —Giró el pelinegro.

—De verdad no quiero que te expongas, cielo —dijo. Le abrazó y besó su frente.

—Lo sé, lo sé. —Gimió el pelinegro en su cuello.

—¿Entonces, por qué insistes en hacerlo? —Preguntó Tom, separándose y estableciendo contacto visual.

—Porque quiero que esto termine para que podamos ser felices —contestó el pelinegro como si llevara bastante tiempo pensando en esa respuesta.

—Yo soy feliz solo por estar contigo —comentó el trenzado, besándolo castamente.

—Yo también, pero quiero volver a casa, a estar cerca del espejo donde te conocí, quiero que tengamos un perro, quiero que seamos una familia, Tomi. —Pidió con los ojos llorosos.

—Te amo, mi pequeño.   —Besó las lágrimas que caían.

—Y yo te amo a ti.   —Se abrazaron fuertemente.

—¿Qué te parece: Scotty? —Preguntó de repente el de trenzas sin soltar el agarre.

—¿Scotty? —Repitió confundido el pelinegro.

—El nombre de nuestro futuro perro —contestó Tom, soltándose un poco y mirándolo a la cara.

—Me encanta. —Lo besó— Mhm —Gimió al sentir su boca invadida y se dejó llevar.

—Oh Bill, déjame amarte.   —Pidió jadeante el trenzado.

—Hazme tuyo, Tomi. —Se volvieron a besar, pero con mayor intensidad, jadeando mientras sus lenguas se frotaban dándoles placer. Las manos de Tom comenzaron a bajar por la espalda de su pareja hasta sus caderas y lentamente bajó hasta sus nalgas y apretó con suavidad—. Mhmm —Volvió a gemir el pelinegro y separándose un poco, le quitó el chaleco a su Tomi y luego la camisa, dejándolo expuesto. Puso sus labios en su pecho y lo besó, haciendo que el trenzado sintiera miles de mariposas en su estómago.

—Ah mi amor, te amo tanto. —Y volvió a unir sus labios, esta vez con más ternura, y con sus manos acariciaba el pelo de su amado. Se separó de él y comenzó a desnudarlo—.   Eres tan bello   —dijo al verlo totalmente expuesto ante él.

—Tú también lo eres —respondió el moreno y le quitó el pantalón a su Tomi.

—Ven aquí. —Le cogió la mano y lo llevó a la cama. Lo tendió con lentitud y se puso sobre él—.   Quisiera que siempre estemos así  —agregó y le volvió a besar.

—¿Cómo así?   —Preguntó su pelinegro.

—Así, amándonos. —Confesó y le besó, acercándose lo suficiente para frotar sus miembros.

—Aaahh —Gimió el pelinegro al sentir las olas de placer que su amado le brindaba. Tom con una mano cogió su erección y la llevó a la entrada de Bill— Espera —Se separó de él y se incorporó. Tom lo miraba sin entender hasta que el moreno se llevó su miembro a su boca.

—Ggrrrrr —No pudo evitar soltar un gemido ronco, no se imaginó que su pequeño haría eso, pero obviamente no le desagradó. Bill siguió prodigándole atención, hasta que el trenzado sintió que era suficiente, él quería disfrutar estando dentro de su pequeño y hacerle sentir bien a él también—. Ya, mi amor —Lo detuvo con cuidado y le besó, sintiendo su propio sabor en la boca de su amado. Le volvió a tender en la cama y se sonrieron.

—Te amo tanto, Tomi —dijo el moreno, mientras el de trenzas lo penetraba con suavidad. Al estar dentro del todo se detuvo.

—Y yo a ti, te amo con todo mi ser —respondió, tratando de reponer su respiración que ya se encontraba agitada.

—Muévete, amor mío. —Pidió con una dulce sonrisa el moreno y Tom comenzó con un lento vaivén. Sus respiraciones comenzaron a alterarse— Aaahhh, más Tomi, más —Pidió el pequeño apretando los brazos de Tom. Él aumentó la velocidad y besaba a su amado, friccionando su miembro con sus estómagos, causándole más placer si se podía.

—Es tan delicioso. —Gimió el de trenzas en su boca, lo que le causó una sonrisa al pelinegro.

—Estar contigo es delicioso —respondió, mientras las embestidas se profundizaban y eran más veloces. Sus cuerpos ya no resistirían tanto placer y los dedos del los pies del pelinegro se curvaron llevándolo al clímax— Aaahhh —Gritó y al hacerlo, apretó su cuerpo haciendo que su pareja viera estrellas.

—¡Dios!   —Terminó el trenzado completamente agotado.

—Oh Tom, has estado magnífico. —Jadeó el pelinegro abrazando a su amado. Tom salió con cuidado de su cuerpo y se puso de lado para no aplastar a su pequeño.

—Tú has estado maravilloso. Nunca me cansaré de hacerte el amor  —Confesó y le abrazó a su cuerpo.

—¿Tomi? Debo decirte algo, pero no quiero que vayas a enojarte. —Pidió con los ojos cerrados.

—Puedes tener confianza en mí, cariño —contestó, besándolo suavemente.

—Esto es serio   —dijo el moreno cambiando su semblante.

—Prefiero enterarme por ti y no por otro medio.  —Afirmó el de trenzas.

—Bien. Aquí voy. Tomi, yo… no voy a envejecer. —Soltó y apretó los ojos como esperando una terrible reacción de su pareja.

—¿Qué? —Preguntó suavemente el de trenzas, dándole confianza a su pequeño para que se explicara mejor.

—Esta mañana, al recordar mi identidad como Miguel, pude recordar también que soy cimiente eterna, por lo tanto no moriré de una manera natural. —Terminó el pelinegro.

—Mi amor. —Lo besó—. No me temas, esto no tiene que ver contigo o con nosotros, es algo que traías desde antes.   —Acarició su mejilla.

—¿No estás enojado conmigo? —Preguntó abriendo los ojos.

—No, cielo, me alegra que me lo hayas contado, pero me  pregunto… ¿estarás dispuesto a verme envejecer y morir? —Indagó Tom, poniéndose de repente melancólico pues no quería abandonar a su amado y dejarlo en soledad.

—Estaré contigo toda la vida, Tomi y si mueres, te llevaré al cielo y estaré allí contigo —El pelinegro prácticamente saltó y se puso sobre su amado.

—Te amo, Bill, mi dulce ángel. ¿Bésame? —Pidió y se fundieron nuevamente en un beso húmedo y caliente. Al separarse ambos gimieron—. Si sigues, así te volveré a hacer el amor —dijo pícaro el trenzado y Bill alzó una ceja.

—Por algo lo estoy haciendo —respondió a su pareja, lamiéndose los labios.

—Ya verás, pequeño travieso. —Se movió, dejando a Bill bajo su cuerpo y besándolo con pasión. Volvieron a amarse en las penumbras de su habitación y luego presa del cansancio, se durmieron.

Tres días después, estaban todos reunidos, desayunando. Tom y Bill no dejaban de sonreírse cada vez que se miraban, los sacerdotes también se contagiaban con la alegría de ambos, hasta que un celular sonó.

Al reconocer el sonido—. Es el mío —comentó Biagioni cogiendo su móvil y se retiró para contestar.

—Se ven muy felices esta mañana  —dijo el padre Jost bebiendo café.

—Es que estos días han sido muy “normales” —respondió Tom.

—Y nos encanta estar así —agregó el pelinegro, mordiendo su tostada.

—Chicos —llamó Biagioni entrando a la cocina—. Tenemos problemas. Hay indicios de actividad demoniaca, son por lo menos dos demonios —dijo, terminando su café.

—¿Dónde?  —Preguntó Tom dejando las tazas en el fregadero.

—En el pueblo vecino. Somos los más cercanos   —comentó.

—Salimos de inmediato —dijo Jost, siguiendo a su compañero.

—Hay que cargar las armas.  —Agregó Bill, guardando unas tostadas para el viaje.

—Se acabó nuestra normalidad —comentó Tom, ayudándole a Bill con las tostadas.

Fueron a la habitación y tomaron sus bolsos, ya listos para cualquier emergencia. El pelinegro tomó su katana y bajaron a la camioneta.

—Nosotros vamos primero para indicar el camino.  —Sentenció Biagioni.

—Sí, señor. —Bromeó Tom y subieron a sus vehículos.

Manejaron por media hora y apenas entraron al poblado, sintieron las señales demoniacas. El pelinegro se tensó.

—Son más de dos, Tomi —Afirmó, mirando a los alrededores. Había un sol luminoso brillando en el cielo y sin embargo el frío era considerable.

—Se huele en el ambiente —dijo Tom, cerrando las ventanas—. ¡Este lugar apesta! —Exclamó, mirando de reojo a su pareja, sin soltar el volante.

—Creo que es una trampa, Tomi, ellos han preparado esto para que viniéramos —susurró el pelinegro, intranquilo en su asiento.

—Reunámonos con los demás cazadores y planeemos una buena estrategia, para que esos malditos se arrepientan de lo que sea que han planeado, Bill. —Le infundió ánimos el de trenzas, su acompañante asintió.

Siguieron su camino hasta una casa cercana a una iglesia y se detuvieron. Bajaron con los sacerdotes y entraron. Se encontraron con Chantelle, quien los saludó de beso en la mejilla a ambos y les sonrió.

—¡Vamos a vengar a mi hermano! —Exclamó, sonriendo.

—Te lo prometo —Afirmó seriamente el pelinegro, con Tom a su lado.

—Chicos, les presento a John, el padre de Chantelle y Jonathan —Explicó el padre Jost.

—Mucho gusto, muchachos. —El hombre los saludó con la mano—. Les explico, llevamos aquí dos semanas investigando unas señales demoniacas, pero que no mostraban a ningún demonio, decidimos seguir aquí hasta que finalmente se presentó, sin embargo con la intensidad que se puede sentir en todo el ambiente, pensamos que se les ha unido un segundo ser del inframundo —dijo el hombre de los cabellos canos.

—Si me permiten —intervino el pelinegro—, creo que son tres, no estoy seguro de por qué, pero debemos estar preparados para un ataque por tres flancos.  —Concluyó.

—¿Eres Miguel, cierto?  —Preguntó John.

—Prefiero que me llamen Bill. Simplemente Bill —contestó sonriendo tímidamente.

—Si Bill lo dice, entonces prepararemos una estrategia para un ataque de tres demonios.  —Afirmó el hombre.

—Gracias —dijo tímidamente el moreno, su pareja le apretó la mano.

—Bien, ya sabemos que nos enfrentamos a tres demonios, pero ¿cuáles? Nosotros hemos descubierto dos casos de personas muertas que creemos fueron hipnotizadas con música.   —Prosiguió el líder.

—¿Cómo pueden saber eso? —Peguntó el de trenzas.

—Justin, nuestro otro aliado, que aún no llega, le practicó la autopsia a los cuerpos y ambos tenían los oídos hechos pedazos.   —Informó John.

—“Soplo” —dijo el pelinegro, llamando la atención de todos en la sala y al notarlo, procedió a explicar—. “Soplo” es el nombre de un demonio antiguo, procedente de   la India, que hipnotiza a sus víctimas con música, se las lleva sin violencia y posteriormente les quita el alma dejando sus cuerpos intactos, para que no haya forma de reconocerlo.   —Terminó su relato.

—Bien, perfecto. Teniendo el nombre del demonio podremos hacer el exorcismo sin problemas.   —Sonrió Chantelle.

—Uno menos.   —Apuntó Tom, sonriendo también.

—¿Hay alguna información de los otros demonios? ¿O alguna otra muerte extraña? —Pidió saber el moreno.

—Nada, solo que hace dos o tres días, las noches se han vuelto insoportablemente frías y el olor a putrefacción se ha intensificado. Además de eso, nada —contó John.

—Por la noche mhm, creo que hay un demonio —Pensó el pelinegro, cerrando los ojos, recordando—. Podría ser “chernobog”, su nombre significa “el dios negro”, su poder se intensifica en la noche y aumenta la maldad gracias a él —Explicó, tratando de ayudar en algo.

—¿“Chernobog”? No tenemos registro de un demonio con ese nombre —dijo pensando Biagioni, sacó una pequeña libreta de su bolsillo y revisó.

—Dígame, señor John, ¿ha aumentado la delincuencia en las últimas noches? —Preguntó Bill para comprobar sus sospechas.

—Sí, Bill, las noticias confirmaron que en solo una semana la delincuencia había aumentado a niveles alarmantes.   —Confirmó el hombre.

—¿Ha muerto gente a causa de eso?  —Siguió preguntando el pelinegro.

—Sí, pero como era a causa de la delincuencia no investigamos más allá —respondió John.

—Las víctimas son las que pierden el alma en este caso. Es realmente triste, pero es también la táctica que usa este demonio para que no se sospeche de él —Aclaró Bill, arrugando el ceño.

—¿Bill, cómo sabías de este demonio?  —Preguntó el padre Jost.

—Hace muchos años, en la época romana, apareció y tuvimos muchos problemas para mandarlo de vuelta al infierno, por eso lo recordé —respondió con un aire de tristeza.

—¿Luchaste contra él, Bill?   —Preguntó Tom, sosteniendo su mano.

—No, si lo hubiera hecho, no habría perdido tanta gente. Finalmente Gabriel lo desterró —contestó, mirando a Tom con tristeza, él le dio una sonrisa para darle ánimo.

—Gracias a tus conocimientos, Bill, ya hemos reconocido a dos de los tres demonios —dijo Chantelle, trayendo una charola con tazas de café para el frío.

—¿Hay algo más que nos pueda servir? No importa que parezca insignificante —Preguntó el pelinegro, John arrugó el ceño tratando de recordar algo que se le hubiera escapado.

—Los perros aúllan mucho por la noche, fuera de eso no sé que más pueda darte, Bill —respondió, rindiéndose el hombre.

—¿Los perros? —Preguntó ladeando la cabeza.

—Sí, los condenados no me dejan dormir por la noche, aúllan como si estuvieran frente a Satanás mismo.  —Completó la frase.

—¿Padres, han escuchado de “Irvene”, el dios perro? —Preguntó mirando a los sacerdotes.

—Es egipcio   —dijo Jost.

—Claro, si no lo nombras, jamás lo habría pensado, Bill.  —Confesó Biagioni.

—¿Quién es “Irvene”? —Quiso saber el de trenzas.

—Una criatura que tiene apariencia humana y puede convertir se en un perro del infierno.  —Explicó Jost.

—¿Algo así como un hombre lobo? —Preguntó Tom.

—Algo así, Tomi, la diferencia es que el “Irvene” en su forma humana, te ofrece tratos a cambio de tu alma.  —Informó el pelinegro.

—Como venderle el alma al diablo.  —Sonrió el trenzado.

—La diferencia Tomi, es que “Irvene” es muy mentiroso y viene a recogerte antes de que se cumpla el plazo señalado en el supuesto contrato y te arrastra al infierno. Las personas desaparecen a veces desde sus propias casas y nadie sabe a dónde fueron —Terminó el moreno.

—Claro que no saben, pues están en el infierno  —comentó la rubia.

—Así es.   —Terminó el padre Biagioni.

—Con los tres nombres, solo tendremos que esperar a que aparezcan y poder hacer las trampas a tiempo, para realizar el ritual. —Finalizó John con un brillo de triunfo en los ojos.

—Tendremos que patrullar y usar carnadas   —dijo serio Biagioni. No le gustaba la idea de exponer a alguien como carnada, mucho menos ahora, después de la reciente muerte de Jonathan.

—Tom y yo seremos las carnadas —dijo Bill con seguridad.

—Será muy arriesgado —Afirmó paternal el padre Jost.

—Somos los más fuertes —agregó Tom, seguro de sus palabras.

—Solo deben asegurarse de plantar rápido las trampas, mientras nosotros entretenemos a los demonios, porque sin duda atacaran los tres cuando sientan que estamos aquí —dijo el pelinegro, pero la verdad es que sabía que los demonios ya habían detectado su presencia y lo atacaría específicamente a él.

—No te preocupes, Bill, estamos ansiosos de matar a estos malditos engendros que se llevaron a mi hermano —Afirmó la rubia seria.

—Puedes estar seguro.   —John le dio la mano.

—Y obviamente puedes contar con nosotros.  —Le aseguró Biagioni y Jost asintió.

—Como dos de los tres demonios atacan durante la noche, esperaremos para hacer las patrullas —Sugirió Bill, levantándose—. ¿Vamos Tom a dar un paseo? —Pidió, dándole la mano.

—Claro, cariño. —Y se fueron a pasear por las calles de este nuevo pueblo, esperando el encuentro que tendría lugar esa noche.

&   Continuará   &

¿Qué hará Bill para proteger a Tom de los tres demonios? ¿Qué hará Tom para ayudar a Bill en la lucha? ¿Podrán detener a los tres demonios? ¿O perderán a alguien en el intento? No se pierdan la continuación. Besos y gracias por la visita.

Escritora del fandom

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