17: Muerte necesaria

Lazo de Sangre” Fic Twc de MizukyChan

Capítulo 17: Muerte necesaria 

—Haremos una alianza —dijo solemnemente Jorg—. Juraremos proteger a los Kaulitz, aun a costa de nuestra propia vida.

Los hermanos vieron con ojos atónitos cómo cada uno de los allí presentes se puso de pie y apretó la mano del “vampire” más antiguo, sellando la promesa de salvaguardar la vida de los gemelos.

—Está hecho.

—Debemos detener a Constantine —alegó rápidamente James—. Él me estuvo espiando y me descubrió hablando con los elegidos sobre Ann.

—Y el muy maldito intentó matar a James —intervino Seth apretando los dientes y los puños.

—Eso significa… —dijo la rubia—, que no le importaba matarte a ti también Seth —el aludido asintió.

—Él es el vampiro más fuerte   —añadió la pelirroja Jess.

—Seguro ahora mismo va en dirección a su Eminencia   —agregó James.

—Yo lo detendré  —Se ofreció Jorg.

—¿Cómo? —preguntó preocupado el de rastas, ya había pasado bastante tiempo, desde que el vampiro se fue de allí.

—Ataque psicológico  —respondió Gustav por el otro.

Jorg cerró los ojos y no se movió de su lugar. Todos los presentes confiaban en sus habilidades, pero para los G’s y para los gemelos todo eso era nuevo y poco creíble. De pronto, abrió los ojos.

—Ya está —susurró con una sonrisa—. Hay que recogerlo, debe estar en alguno de los pasillos.

—Valentine y yo iremos —Se ofreció Selene—. Me aseguraré de no dejar rastros —En dos movimientos, ninguno de los dos “vampires” estaban allí.

—Bien —Volvió a hablar Jorg—. Ahora, sólo nos queda matarlo y convencer a su Eminencia de que fue algún tipo de accidente.

—¿Matarlo? —Sorprendido por esas palabras, Bill se levantó del piso—. No podemos matar así como así.

—Si no lo hacemos nosotros Kaulitz, ellos nos matarán a todos —comentó Seth—. Ya viste lo que pasó con James, fue atacado estando solo, sin poder defenderse, y si él muere, yo también  —Los gemelos asintieron.

—Ellos no tendrán problema en matar a alguno de ustedes para complacer a su Eminencia —afirmó Jess al comprender la gravedad de aquella traición—. Constantine está deseoso de poder, siempre fue así con él.

—Por eso le llaman el cazador de monstruos —Continuó Ann—. Aunque el verdadero monstruo es él.

—¿Y cómo se mata un vampiro? —cuestionó Tom, de pie al lado de Bill— ¿Estacas? ¿Crucifijos? ¿Balas de plata?

—No hijo —dijo Jorg con una sonrisa—. Lo único que funciona tanto con vampiros como con “vampires” es el sol. Lo expondremos a la luz solar y ya está.

—¿Qué le ocurrirá?   —Volvió a preguntar el de rastas.

—Como toda criatura de las sombras, el sol las vuelve cenizas —aclaró el “vampire” más viejo—. Ya tienes la solución chico, si puedes sobrevivir al sol, entonces… serás inmortal   —Su voz sonó tan seria, que los hermanos se estremecieron.

—Los G’s nos contaron de una leyenda sobre unos “Caminantes” —dijo el pelinegro.

—“Los Caminantes” —Se sorprendieron los allí presentes—. Sería genial que ustedes tuvieran esa habilidad, de soportar el sol, entonces ni siquiera nos necesitarían, podrían defenderse de todos —Terminó James.

—Aún no lo hemos intentado —aclaró Tom—. Me gustaría hacerlo.

—Tú no correrías peligro Tom —explicó Jorg—. Eres el lazo de Bill, por lo tanto, sigues siendo humano, pese a que compartes muchas de las habilidades y poderes de tu gemelo.

—Pero…

—No podemos arriesgar a Bill  —Concluyó Seth.

—Claro que no —Corroboró el rastudo.

—Pero sólo lo sabremos si me expongo —Se quejó el pelinegro, irritado de que hablaran de él, sin pedirle su opinión— ¿Qué tanto podría pasar?

—Si te expones y te quemas un brazo, por ejemplo —comenzó a explicar Jorg—. La única forma de recuperarte sería beber abundantemente de tu lazo, pero como tú estarás débil, él no podrá reponer sus fuerzas a través de ti, hasta que finalmente el lazo muere y a causa de ello, el “vampire” también.

—Está claro entonces —aseveró decidido el de rastas—. Bill no se expone y punto.

—De acuerdo  —dijeron todos, menos el pelinegro, quien miraba al piso molesto.

«Yo también tengo opinión»  Se quejó con Tom en su cabeza.

«Sólo hazme caso Bill, por favor» Pidió el mayor en su mente. Ya tenía suficiente estrés encima, como para lidiar con el testarudo de su hermano.

—Ya es tarde —dijo Jorg una vez más—, sugiero que nos retiremos a descansar y mañana nos reunamos en la entrada al despuntar el alba, no piensen en nada cuando se dirijan a ese lugar, para que nadie pueda interceptar sus pensamientos.

—Bien  —Aceptaron y lentamente comenzaron a retirarse.

—Kaulitz —Les llamó Jorg—.  Debo pedirles un favor.

—¿Qué?  —preguntaron a la vez.

—Aliméntense muy bien esta noche —dijo suavemente y ambos jóvenes se sonrojaron hasta las orejas—, me temo que desde mañana tendremos que estar sumamente alertas.

—Lo haremos Jorg, gracias —respondió el mayor, rodeando los hombros de Bill con su brazo, guiándolo de vuelta a su habitación.

Al entrar en el cuarto 483, los gemelos se abrazaron casi con brusquedad. Tom, completamente cargado de emociones, simplemente no podía aceptar el hecho de que en algún momento uno de ellos fuese a morir. No podría resistir una existencia sin Bill a su lado y tampoco quería pensar en dar su vida, porque abandonarlo sería igual de doloroso.

—Te amo, te amo, te amo… —susurró como un mantra tantas veces como pudo hasta que los labios del menor se posaron en los suyos y los reclamaron en un beso.

—Cálmate Tomi…

—No puedo… —Se separó de su gemelo y se sentó en la cama, con la cara entre las manos, sintiéndose miserable y derrotado.

—Sé lo que te tiene así —asumió el pelinegro y se puso de rodillas en el suelo, justo frente a su hermano, para tratar de encarar su mirada.

—No, no lo sabes.

—Claro que lo sé… puedo sentirte dentro de mí, sé exactamente cómo te sientes ahora  —Le obligó a verle—.  Y no te puedes rendir Tom… no sin pelear.

—Pero… aun si todos los “vampires” de aquí nos apoyan… ¿qué es lo que pasará Bill?, ¿por qué mataremos a Lilith gritando “venganza”?, ¿a quién vengaremos? —El de rastas paseaba su mirada por cada una de las paredes de la habitación—. Esto me supera Bill, si algo malo te pasa… y te puede pasar…

—No soy tan débil, ¿sabes?   —Le reclamó el menor.

—Claro que lo sé y justamente por eso te puede pasar algo, porque no dejas de protegerme a mí… te debilitas por mi culpa, siendo que yo soy tu guardián —Se quejó Tom, poniéndose de pie y paseándose por el cuarto.

—No es cierto.

—¿A no? ¿Y lo de Jorg? Te estabas muriendo de hambre y no me dijiste nada y ahora mismo —El rastudo arrugó el ceño—. Curaste a James y estás igual… tienes hambre y no me has dicho nada.

—No era el momento   —Se defendió el menor, completamente sonrojado.

—¿Y cuándo lo será Bill?, ¿cuándo estés a punto de morir? —El estrés del mayor se estaba volviendo ira, hasta que el pelilargo se puso de pie y le dio una sonora bofetada.

—¡Cálmate! —Le gritó, causándole tal sorpresa que lo dejó inmóvil y mudo—. Así estás mejor   —Sonrió y procedió a dar besos de mariposa en la mejilla agredida.

—Lo siento.

—Claro que lo sientes, ven aquí —Le guió hacia la cama—. Sigamos el consejo de Jorg.

—Alimentarnos…

—Sí… —Gimió suavemente el menor en la oreja de Tom.

Tras amarse intensamente y saciar su hambre, los chicos yacían en los brazos del otro acompasando sus respiraciones, pero pese al cansancio ninguno de ellos podía dormir.

—Vamos a matar a alguien —susurró de pronto el menor, sintiendo una sobre carga de emociones que iban en contra de todo lo que le habían enseñado en su antigua vida, en su vida como humano, donde la vida… era preciosa.

—No Bill. No lo haremos nosotros —Trató de confortarlo en de rastas, comprendiendo exactamente lo que su gemelo sentía.

—Pero seremos cómplices, ¿no es lo mismo?  —Volvió a quejarse el pelinegro.

—Es complicado, pero si esto te sirve de consuelo, piensa que al ser un vampiro… ya está muerto —explicó el mayor, en tono de broma para aliviar el ambiente, pero no funcionó.

—No juegues Tomi… estoy preocupado.

—Comprendo Bill, no creas que no tengo sentimientos —Tom dejó de abrazarlo para girarse y mirar el techo—. A veces… —Su cuerpo se tensó—. A veces pienso que tengo todas las emociones juntas… que… no sé, que voy a explotar… porque aquí todos son fríos y ¿cómo no? Ya están muertos, no hay nada humano en ellos, Jorg lo dijo en la lavandería. Es como si fuera el único humano aquí, porque no podemos contar con su Eminencia, aparte de parecer momia, sus intensiones de matar a uno de nosotros sólo para cobrar venganza y acabar con Lilith, es… estúpido.

—Tomi… —El menor se giró y se acunó en el pecho de su gemelo.

—Tú también tienes corazón Bill, pero…

—Lo sé… me he portado fríamente también.

—Más que eso… me asustas Bill.

—No es mi intensión.

—Lo sé, pero lo haces… ocultas cosas importantes como tu hambre, por…

—Protegerte.

—Eso… y no debes hacerlo —dijo ya sin enojo, Tom besó la frente de su hermano—. No te arriesgues más por mí cielo, no podría perderte. Te amo.

—Y yo a ti. Trata de dormir.

Ninguno lo hizo.

Gracias a las virtudes de su nuevo cuerpo y su auto regeneración, ninguno de los gemelos mostraba señales de fatiga, pese a haber pasado en vela gran parte de la noche.

Se reunieron con todos los demás seres en la entrada del monasterio, tal como habían acordado. Allí se dieron cuenta de que no conocían a una pareja presente. Tom arrugó el ceño en dirección a ellos y trató de indagar quiénes eran, y al hacerlo, el varón se acercó.

—Tienes razón al verme con esa cara chico —comentó el hombre, con una sonrisa—. Soy Valentine, un “vampire”, y ella es Selene, mi lazo, es humana, o tan humana como se pueda mantener, ya sabes   —Le guiñó un ojo.

—Soy Tom   —Le extendió la mano para saludarle—.  Y él es Bill.

—Hola chicos, lamento que nos conozcamos bajo estas circunstancias —dijo la hermosa mujer de ojos azules.

—Es cierto  —Asintió el pelinegro—. ¿Dónde está Constantine?

—Lo trae Jorg, debe estar por llegar —explicó Valentine—, debía asegurarse de que nadie le viera. Ann le está ayudando.

—No estés tenso  —dijo suavemente Selene a Bill.

—¿Cómo no estarlo? —respondió él, apretando las manos—. Mataremos a alguien.

—Es duro verlo de esa manera, pero velo desde esta perspectiva: “si lo dejas con vida, él podría ser quien le quite la vida a tu gemelo” —Los ojos de Bill se abrieron grandemente. Era absolutamente cierto.

—Tranquilo  —Le susurró Tom al oído, al verle perder los colores—. Ahí vienen.

Los hermanos se sorprendieron al ver que Ann caminaba en frente y tras ella el cuerpo de Constantine venía flotando o levitando, gracias al poder psíquico de Jorg, quien cerraba la fila, vigilando que nadie los fuera a descubrir.

—¿No hubo problemas?  —indagó Jess.

—No, al parecer nadie sospecha nada —respondió la rubia, soltando el aire que traía presa de la tensión.

—La puerta   —Gritó Jorg.

—Yo la abriré —Se ofreció James, viendo que era uno de los pocos humanos presentes.

—Yo te ayudo   —Gritó Selene acercándose a él.

—No podemos ayudarte en esto  —dijo Jorg al rubio y a la chica.

—¿Por qué?  —preguntó Bill al más viejo.

—Porque la cercanía del sol nos debilita, incluso con un solo haz luminoso, podríamos estallar en llamas  —aclaró Jorg.

—Pero la puerta es muy pesada para ellos —Reclamó el pelinegro, al ver los esfuerzos infructuosos de los otros humanos.

—Yo les ayudaré  —afirmó Tom, caminando hacia ellos, pero fue detenido por la muñeca.

—No te dejaré  —gritó Bill—.  No te mancharás las manos de sangre.

—Lo hago por ti, por nosotros.

—No… ¿dónde están los G’s? Gustav es más fuerte  —pidió desesperado el menor.

—Están con su Eminencia, los mandó a llamar esta mañana  —Les dijo Jorg.

—Calma Bill, no pasa nada —El de rastas se soltó del agarre y caminó hacia la puerta.

—A las tres —dijo James, a los humanos a su lado—. Uno, dos… tres

Empujaron con todas sus fuerzas, pero la puerta del monasterio era demasiado pesada. Construida como fortaleza en la antigüedad, era un punto impenetrable. Sin embargo, Tom confió en todo el poder que ahora compartía con su “vampire”, recordó la super velocidad cuando entrenaron con los G’s y pensó que tal vez, si se concentraba en ello, podría tener algo así como “super fuerza”.

Apretó los dientes y se concentró, sus ojos se tornaron negros, sus músculos se tensaron y comenzó a moverse. Selene cayó al suelo, James también, y Tom siguió… y siguió… cargó la totalidad de la puerta hasta, que ésta se abrió por completo.

—Tomi… —susurró sorprendido el pelinegro caminando hacia él, pero fue firmemente sujetado por Jorg, quien negó con la cabeza.

—Ha probado una vez más que ustedes están muy unidos —dijo el “Vampire” viejo a Bill—, lo más seguro es que tú también tengas esa extremada fuerza.

—¿Yo…?

—James, debo soltar a Constantine  —explicó Jorg, y esta vez Seth se tensó.

—No se dejará… —Reclamó—.  No puedes exponer a James.

—Es la única forma.

—Lo haré   —afirmó el rubio acercándose al cuerpo flotante.

En un abrir y cerrar de ojos, el poder que Jorg tenía sobre el cuerpo de Constantine se disolvió y este cayó al suelo, despertando y poniéndose en posición de pelea.

—Así que ustedes también están en esto —Gritó el vampiro furioso—. Es una conspiración —Entonces el hombre llevó los ojos a la fuente de luz y se aterrorizó—. ¿Quieren matarme?  Pues no les será tan fácil.

Se lanzó directamente sobre el delgado pelinegro, quien ni siquiera lo vio venir. Bill abrió los ojos grandemente y cuando su cuerpo se giró esperando el fuerte golpe de Constantine, una sombra se cruzó.

—¡Tom!  —Se oyó un gritó, que el pelinegro distinguió como de Selene.

El de rastas yacía en el suelo sobre el vampiro, golpeando su rostro brutalmente. Ante la atónita mirada de todos. Bill no podía creer lo que pasaba y cuando la mano de Constantine se alzó como una garra para atacar a su contrincante, corrió hacia él y le quebró la muñeca.

Sólo se oían gritos desgarrados del vampiro y fue la oportunidad perfecta de Tom y James para tomarlo y acercarlo a la puerta. Pero en un rápido movimiento, el vampiro lanzó a James contra una pared rocosa.

—¡Maldito! —Gritó el de rastas y con su recién adquirida fuerza, levantó a Constantine y lo arrojó fuera del monasterio, en pleno día.

Fue sólo cosa de segundos, el cuerpo del vampiro de inmovilizó y rápidamente hizo combustión, el olor a carne quemada era asfixiante, sobre todo, porque ese cuerpo ya estaba muerto, por lo tanto la mezcla de olores era horrorosa.

Tom era quien estaba más cerca de la escena y sus ojos veían con extrañeza todo lo que ocurría. De pronto un pensamiento entró en su cabeza. “He matado, soy un asesino”. Se sintió sobrecogido por la idea, pero luego al recordar que ese ser, habría podido matar a Bill, le dio la confianza de saber que lo que había hecho era lo correcto.

El cuerpo en pocos minutos dejó de arder y las cenizas comenzaron a expandirse por todo el lugar, incluso la ropa había desaparecido. Se quedó estático ante la imagen hasta que.

—¡Noooo!   —El grito de Seth le hizo correr hacia el interior del monasterio.

—¿Qué ha pasado?  —preguntó el de rastas, corriendo hacia su gemelo.

—El golpe de Constantine, ha matado a James —declaró el pelinegro, bajando la mirada.

—Tom, cierra la puerta  —pidió Jorg, sin poder acercarse a ayudar.

El rastudo hizo caso de inmediato, haciendo uso de su nueva habilidad y luego todos corrieron hacia el cuerpo inmóvil del rubio. Seth lo sacudió, pero ya su unión telepática le había confirmado que su lazo había dejado de existir.

Seth lloró amargamente sobre el cuerpo del rubio y cuando sus sollozos se agotaron, se levantó con lentitud y corrió hacia la puerta, la abrió con fuerzas y salió.

La misma imagen de hace sólo minutos atrás, se repetía. Un cuerpo quemándose, cenizas volando y un sentimiento de culpa inmenso.

—Tomi… —Lloró el menor en el hombro de su hermano.

—Calma… aquí estoy.

&   Continuará   &

Vaya… wow ¿Qué pasará ahora? ¿Se enterará su Eminencia de lo ocurrido? Porque ahora, no es sólo explicar la muerte de uno, sino de tres seres. No se pierda la continuación.

Escritora del fandom

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