Hola gente bella, en este capítulo no tenemos música, pero suceden cosas muy inesperadas. Apuesto a que no tienen ni idea XD pero en lugar de dudar, los invito a leer. Besos y gracias por la visita.
“Head Over Feet”
Capítulo 19: “Verdades”
& Simone’s POV &
Ya había pasado un mes desde la última vez que estuve en Berlín, mi esposo llegará mañana, pero aún no es muy tarde, así que pasaré a darle un beso de buenas noches a mi hijo, Tom. Me sentía tan orgullosa de él, por fin nos presentó una novia formal y tras hacer algunas llamadas, averigüé que la familia Swan es también bastante adinerada y la chica es muy buena en la Universidad, así que escogió a un buen partido. Y bueno la chica no se quedó atrás al conquistar al heredo Thomas Trumper, el soltero joven más codiciado de toda Alemania, junto con William, claro está, su familia es también muy famosa en el mundo de los negocios, por eso Gordon y yo accedimos de inmediato a cuidar a su hijo, aunque los chicos prácticamente se cuidan solos, nosotros casi no pasamos tiempo aquí, en fin “business are business”.
Me dirigí a la habitación de mi hijo totalmente relajada, le daría una sorpresa, ya que no nos esperan hasta mañana.
Abrí la puerta con cuidado y la escena que se desplegó ante mí, me dejó helada. Mi hijo acostado en la cama, con William sobre él, besándose lenta, pero apasionadamente. Lentamente las manos de Tom se metieron debajo de la polera del otro y este gimió, sin pudor alguno, sin abrir los ojos mi hijo le susurró.
—Te amo, bebé. —Y yo ya no pude soportar más.
—¡¿Qué demonios significa esto?! —Grité.
—¡¿Mamá?! —Se soltaron y se sentaron apenados en la orilla de la cama.
—Señora Simone.
—Calla, William. ¿Tom, qué estabas haciendo? —Estaba muy alterada.
—Madre, no quería que te enterarás de este modo, pero creo ya ha llegado el momento de la verdad.
—¿De qué estás hablando? —Espeté, apretando los puños. Los chicos se tomaron de las manos y Tom empezó a explicar.
—Verás, mamá, me he enamorado…. Me he enamorado de Bill.
—Eso no es cierto, tú tienes novia y William también.
—No, mamá, Bill y yo somos los novios. —Me mostraron sus argollas.
—Pero a ti te gustan las chicas y William, por mucho que parezca una, no lo es.
—No ofendas a Bill, madre, es lo único que te voy a pedir.
—No, no, no espera ya entiendo, es por su cosa de BFF, estás probando tener a un chico, pero finalmente volverás a estar con tu novia y me darás nietos, ¿es eso, verdad? —Dije, tratando de convencerme a mí misma.
—No, mamá. Lo mío con Bill es muy serio.
—¡No! —Grité—. Mi único hijo no puede ser un homosexual.
—Y no lo soy, solo quiero a Bill.
—¿Tienen idea, el parcito, lo que su jueguito le puede costar a sus familias?
—Por eso lo hacemos en secreto, no queremos avergonzarlos.
—Pero ya son una vergüenza.
—¡Mamá!
—Déjame hablar —le interrumpí—, tanto esta familia como la de William perderá credibilidad, cuando la gente se entere que los herederos no son de confianza.
—Pero lo somos, en la Universidad hemos demostrado que somos, creo que los mejores, no puedes mezclar las cosas.
—No seas ingenuo, Tom, los socios son conservadores, no van a aceptar que un par de mariquitas administre su dinero.
—Sin ofensas madre.
—¿No has pensado cómo les dirá la gente? Serán el hazmerreir de la sociedad.
—Ya basta madre. ¿No vas a apoyarme? Soy tu hijo, tu único hijo, ¿no quieres que sea feliz? ¿No has pensado que con Bill me has visto feliz? ¿O acaso el dinero es más importante?
—Claro que te quiero, hijo, pero no quiero que sufras y una vida de homosexual no te hará feliz. Ahora, William, quiero que hagas tus maletas y vuelvas con tu padre, yo lo llamaré y le explicaré la situación. Tal vez estar separados les haga entrar en razón a ambos.
—Sí, señora —respondió William, saliendo de la habitación.
—Bueno madre, ¿dijiste todo lo que tenías que decir?
—Por ahora.
—Entonces te pido que te retires, porque me pondré a empacar.
—¿A empacar? ¿Por qué?
—Porque me voy con Bill, estás loca si crees que dejaré ir al amor de mi vida.
—No, Tom, no te vayas o, o, o…
—¿O qué, mamá? Ya me has tratado como lo peor, ¿qué más malo que eso puede haber?
—¡Te desheredo! —Grité furiosa, usando ese recurso como última instancia.
—No, Tom, quédate. —Entró William, así que había estado detrás de la puerta, oyéndonos.
—Por favor, mamá —dijo irónico y se rió—, eso es patético, ya te dije que soy bueno, con mis notas puedo conseguir una beca para seguir mis estudios y pues puedo trabajar, no soy un inútil, nunca lo he sido.
—Tom, no… —suplicó el moreno.
—¿Ves, William, lo que le haces a mi hijo? —Voy a usar la sicología—. Si tú no estuvieras, esto no pasaría.
—¡Basta, mamá!
—Si tú lo dejas, él volverá a ser el de antes, si lo amas lo dejarás. —El joven tenía los ojos llenos de lágrimas, ¿acaso lo amaba de verdad?
—No, madre, si me ama, estará conmigo en las buenas y en las malas. —Ahora el joven sonrió.
—Bueno, si eso es lo que quieren, no los retendré más, pero no voy a tolerar que se le siga faltando el respeto a esta casa.
—Entonces nos vamos.
Salí de la pieza completamente shockeada, me fui a mi habitación a llorar, me sentía traicionada por mi hijo. ¿Qué pasará con mis nietos? ¿Quién heredará las empresas? Necesitaba a Gordon, pero ahora no podía llamarlo, seguro estaba en el avión y no recibiría la llamada, además no podría hacer nada desde allí, solo quedaba esperar hasta mañana, mi esposo sabría qué hacer, yo me doy por vencida.
Aunque no puedo creer que mi niño, mi machito, mi joven mujeriego, estuviera embobado con William, es verdad que el chico tiene facciones delicadas y parece una chica, pero claramente no lo es y por mucho que se amen, la sociedad es cruel contra las parejas homosexuales. ¿Acaso ellos no han pensado en eso, en cómo la alta sociedad los tratará?
Para mí sería aun más insoportable verlo sufrir por eso. Llamaré a Jorg Kaulitz, para que haga entrar en razón a su hijo y al fin me devuelva al mío. Sí, eso haré.
& Tom’s POV &
Billy temblaba en mis brazos, estaba aterrado. Pero me tenía a mí.
—Billy, ya cálmate —le dije acariciando su espalda.
—Tal vez debo irme solo. —Me miró y sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Amor, ya te dije las personas que se aman están juntas en las buenas y en las malas.
—Pero te van a desheredar, tú eres muy cómodo y siempre has tenido todo.
—Hey, hey, ya basta —le reprendí con suavidad—, como ya dije, no soy un inútil. Y si es por estar contigo, vale la pena intentarlo. Vamos Bill, ¿quieres intentarlo conmigo?
—Contigo soy capaz de todo.
—Bien, empaca unas mudas de ropa y te vienes para acá.
—Sí.
Nos demoramos poco en empacar y nos fuimos a un hotel, era muy tarde para molestar a Georg, creo que él nos podría tener en su departamento hasta que encontremos algo. La verdad mi mente estaba funcionando a cien, para armar un plan y poder subsistir con Bill, ya que lo más seguro es que sus padres también lo deshereden. Pero lo haría, formaría una familia con él, él sería todo para mí, aun me olvidaría de mi propia familia para tenerlo.
Nos registramos en el hotel, pedimos una habitación matrimonial. Llegamos arriba y Bill me abrazó.
—Tengo mucho miedo, Tomichu.
—Lo sé. —Acaricié su sedoso cabello.
—No estoy seguro de cómo van a reaccionar mis padres.
—Pero debes ser valiente, no dejes que te convenzan de dejarme. Billy si te pierdo ahora, mi vida dejaría de tener sentido, te lo juro, esta es la primera vez que me enamoro y ahora que por fin estamos realmente juntos como pareja, me muero si te pierdo, si te alejan de mí, te buscaría por todo el mundo y me enfrentaría al mismo diablo, incluso a Dios si él me dice que está mal. Porque este amor que siento por ti, no puede estar mal, es demasiado hermoso, saberte mío hace que me den ganas de despertar en las mañanas, tú me haces querer ser un hombre mejor.
—Tomi, eres tan cursi a veces.
—Lo sé y es por tu culpa.
—Acepto encantado esa culpa. Tomi… hazme el amor, porque no sabemos qué vendrá mañana y quiero estar contigo hoy como si fuera mi última noche en la tierra.
—Ven acá.
Le besé apasionadamente, ambos lo deseábamos, ambos lo necesitábamos. No sabíamos qué traería el futuro, pero estábamos juntos, eso era lo más importante. Tenía que amarlo, demostrarle que nada podría cambiar lo que sentíamos el uno por el otro. Tenía que hacerle sentir todo mi amor en aquella entrega. Tenía que hacerle sentir amado, así como yo me sentía cada vez que su boca conectaba con la mía, cada vez que sus dulces y delgados dedos me acariciaban la espalda, tenía que lograr que fuéramos uno.
Nos despojamos lentamente de nuestras ropas y puse mis manos callosas en su espalda, le besé el cuello, su lugar sensible, gimió sonoramente.
—Te amo, Billy.
—Y yo a ti, Tomi.
Lo deposité suavemente en la cama, me puse entre sus piernas y me apoyé con las manos entre sus brazos, le besé cada rastro de piel, dejando rastros de humedad, mi niño gemía bajo mío y eso solo aumentaba mi excitación. Bajé hasta su obligo y con mi lengua delineé la estrella tatuada que tenía, seguía gimiendo. Bajé aun más y lamí su miembro.
—Ohhh, Tooommmiii.
Seguí ahí un rato y bajé, abrí sus nalgas y besé su entrada, se estremeció como siempre hacía, lubriqué mis dedos y lo besé mientras comenzaba mi intrusión.
—Te amo, bebé —dije en un susurro, respirando en su boca.
—Ahhhhh.
Seguí moviendo mis dedos, hasta que me miró y me dio a entender que estaba listo. Volví a estar entre sus piernas y entré en él suavemente.
—Mmmmm Biiiiill.
—Toooommmiiii.
Empecé a embestirlo despacio, y a medida que sus jadeos se hacían más fuertes, aumenté la velocidad, sus hermosos soniditos de placer me estimulaban y ya sentía que estaba cerca del final, Bill se derramó en nuestros estómagos y al contraerse me hizo venir a mí. Iba a salir de él, pero me detuvo.
—Espera… quédate un poco más… quiero ser uno contigo.
—Ya somos uno, aquí. —Toqué el lado de su corazón.
Me desprendí de él con suavidad y me volví a recostar a su lado.
—Tengo mucho miedo de mi familia, pero junto a ti, todos los miedos desaparecen.
—Contigo a mi lado, nada podrá estar mal, Bill.
—¿Estás seguro? —Preguntó angustiado.
—Al 100%
—Te amo.
—Y yo a ti, ahora duerme porque mañana será un día muy complicado.
—Lo sé.
Nos abrazamos como siempre hacíamos y nos dormimos.
A la mañana siguiente, recibí una llamada de mi padre. Acababa de llegar de su viaje y mi madre ya le había puesto al corriente de la situación. Me pidió que después de la Universidad fuera con Bill a casa. Que necesitábamos hablar. Le expliqué a mi Billucho, pero solo logré ponerlo nervioso.
Las clases de la Universidad se me antojaron eternas, ya que estaba muy preocupado por la reunión familiar. Le acariciaba la mano a Billy para bajarle un poco la ansiedad y a la hora del receso del almuerzo, nos juntamos con nuestros amigos.
—Bien chicos, ¿qué demonios les pasa? —preguntó Gus con ojos acusadores.
—Nos echaron de casa —respondí tranquilamente.
—¡Dios! ¿Acaso los descubrieron? —Volvió a preguntar el rubio.
—Así es —dijo mi moreno—, la mamá de Tom nos vio besándonos.
—Chicos, ya sé que soy medio desordenado, pero tengo varias piezas en mi departamento —comentó esta vez Georg—, pueden vivir conmigo.
—¿En serio? —preguntó mi niño con los ojos ilusionados.
—Gracias Georg, pero solo será hasta que encuentre trabajo y pueda alquilar uno —dije con decisión.
—¿Cómo que encontrar trabajo? —Preguntó el castaño arrugando el ceño.
—Me desheredaron —contesté con simpleza.
—Y seguro que conmigo pasa lo mismo —agregó mi Billucho.
—Miren chicos, esto es muy complicado, pero nosotros les ayudaremos en todo lo que podamos —dijo el rubio.
—Esta tarde iremos a casa, a una reunión familiar, seguro también estará el papá de Bill y ahí se desatará el infierno.
—En todo caso —dijo el castaño—, tenemos créditos extras por la clase de música, así que pueden obtener becas, tenemos muy buenas notas.
—Ese es nuestro primer plan —Afirmé, mucho más calmado.
—Gracias chicos, por su apoyo —dijo mi moreno.
—Nosotros supimos de su amor desde que los vimos, así que lo menos que podemos hacer es apoyarlos —comentó Gustav, ajustándose las gafas.
—Gracias, una vez más —repetí—, ahora volvamos a clases.
El resto de la tarde se pasó volando y ya era hora de ir a la supuesta reunión. Nos subimos al auto y tomé la mano de Bill.
—¿Estás bien, cielo? —le pregunté con suavidad.
—Un poco nervioso, pero sea lo sea que vaya a pasar, no dejaré que me separen de ti.
—Bien dicho. —Le besé y manejamos a casa.
.
—Chicos, pasen por favor. —Era mi padre, lucía relajado, como si ya se hubiera tomado una decisión.
—Papá —dijo Bill yendo a abrazar a su padre.
—Mi niño. —El hombre le revolvió el pelo. ¿Qué estaba pasando? Yo pensé que estarían todos agresivos y dispuestos a todo con tal de separarnos—. Te he extrañado, pequeño.
—Y yo a ti, papá.
—En fin, debemos conversar algo muy serio ahora, William.
—Entiendo. —Se separó de él y se vino a sentar a mi lado, instintivamente nos tomamos las manos.
—Hablamos con Simone y de la situación tan comprometida en que los encontró —dijo papá, y solo entonces me fijé que mamá no estaba.
—Y que nos corrió de la casa.
—Chicos, tienen que pensar en el tremendo shock que fue para ella el encontrarlos “juntos”.
—El caso es que ya deben saber que Bill y yo nos hemos enamorado y no estamos dispuestos a separarnos —dije resuelto y directo al grano.
—Comprendemos y estamos de acuerdo.
—¡¿Qué?! —Exclamamos los dos igualmente sorprendidos.
—Hemos conversado con Jorg y nos hemos dado cuenta de los cambios que han tenidos ustedes, en sus personalidades. Y que esos cambios han sido absolutamente para bien. Nos referimos a que William siempre fue muy retraído y tú un mujeriego sin sentimientos, y el tenerse el uno al otro les convirtió en mejores personas. Aunque yo siempre me creí que era por su cosa de BFF, pero si esa súper amistad evolucionó en un sentimiento amoroso, bueno no hay nada que podamos hacer para destruirlo.
—Y tampoco queremos hacerlo —dijo el papá de Bill—, nos gusta verlos así, felices y contentos, el problema es que la sociedad o más bien la “alta sociedad” pone muchas trabas a las personas, digamos, distintas. Entonces ustedes deberán ganarse con mucho esfuerzo un lugar ahí. De partida, tendrán que ser los mejores en la Universidad y salir con honores.
—Estamos trabajando en ello —dijo Billy.
—En fin, los apoyamos, pero les pediremos que sean discretos con su relación —agregó papá.
—Entendemos —dije, sin evitar tener una sonrisa enorme en mis labios.
—Ahora, tu madre, Tom, es un poco más delicada y como lo dijo ayer, no quiere que se le falte el respeto a la casa, así que les pagaremos un departamento para que vivan solos.
—¡Wow! —Exclamamos nuevamente los dos.
—Tendrán que demostrarnos que son capaces de vivir solos y no que morirán en el intento.
—No somos inútiles, padre, Bill y yo podremos hacerlo bien.
—Eso espero —dijo Jorg.
—Toma, Tom, usa mi tarjeta para comprar los muebles.
—¿Y el departamento? —Pregunté desconcertado.
—Oh, eso ya está listo —respondió Jorg—, aquí está la dirección. —Le dio una tarjeta a Bill.
—¿Tan rápido hicieron todo? —Preguntó mi pequeño.
—Claro, no podíamos dejarlos viviendo en un hotel.
—Gracias, papá. —Se abalanzó en un abrazo a su padre.
—Bien, creo que eso es todo —dijo mi padre.
—Muy bien, gracias papá, gracias por todo.
—Solo, no me decepciones. —Pidió, dándome un abrazo.
—No lo haré… ¿vamos, Bill?
—Sí, Tom, vamos.
Salimos de la casa con una enorme sonrisa y con muchas ganas de empezar esta nueva vida juntos.
& Continuará &
¿Gustó? Apuesto a que quisieran esos padres, yo por lo menos sí, si los mío se enteran que escribo twincest me matan jajaja.