2: Conociéndonos

Working for Love”

Capítulo 2: Conociéndonos

& Tom’s POV &

Sentí un peso sobre mí, abrí los ojos con lentitud. Ahí estaba mi pequeño amo de llaves, no a mi lado, sino sobre mí. Me quedé quieto, disfrutando de la sensación de tener a Bill así, pero de pronto una alarma comenzó a sonar, mi pequeño movió la mano para apagar el ruido y se dio cuenta de la situación. Se sentó rápidamente aún sobre mi y se sonrojó.

Tranquilo Bill, anoche tuviste una pesadilla y dormí contigo, todo está bien —Él pareció recordar y se puso a mi lado en la cama, sólo entonces reparé que ambos estábamos sólo en bóxers, él pareció notarlo también y se sonrojó mucho más.

Yo vestir —dijo apenado.

Yo también —Le revolví el cabello y me fui a mi pieza para darme un baño.

Al salir y vestirme, vi que Bill ya me tenía el desayuno listo, no llevaba maquillaje y se veía exquisito.

Tú comer —Y así lo hice.

Está riquísimo —dije después de terminar—. Bill, hoy vendré a almorzar contigo.

¿Los dos?

Sí, los dos.

Ok.

A las dos. Ahora me voy a trabajar. Adiós.

Adiós Tom —Sonrió y fue el mejor regalo para empezar mi mañana.

&

Cuando llegué a la oficina, le pedí a mi secretaria, que buscara un instituto donde enseñarán alemán rápido y que estuviera lo más cerca de la oficina que posible.

Hola Tom —Me saludó Gus.

Amigo, menos mal que me fui ayer —Le conté todo lo sucedido con el patán de cabello rubio. Aunque omití el detalle de que dormí con mi pequeño.

¿Y no crees que ahora tendrá miedo de estudiar otra vez? Me imagino que se quedó con una especie de trauma —La verdad no había pensado en eso, mi amigo tenía razón.

Mi plan es llevarlo a un Instituto, donde esté con más personas —expliqué—. Y, lo más importante, que esté cerca de aquí. Pues, planeo yo mismo ir a buscarlo y a dejarlo —Terminé, pensando que mi idea era brillante.

¿No crees que te estás tomando demasiadas molestias? Es sólo un empleado —preguntó alzando una ceja. Gus, me conocía demasiado bien.

Es un niño Gus, está solo. Ahora, sólo me tiene a mí y debo ayudarlo.

La verdad, no creo lo que estoy escuchando —Sonrió de lado.

No importa, lo protegeré —Suspiré—. Ayer se lo prometí y cumpliré mi promesa.

En verdad el chiquillo te gusta —Era una afirmación.

Tal vez, pero tampoco me voy a aprovechar.

Después de lo que le pasó, lo más probable es que le tema a todos los hombres.

Señor Thomas —llamó mi secretaria, desde la puerta.

Pase.

Ya tengo la información que me pidió.

Dígame.

A dos cuadras de aquí, está el Instituto Berlitz, especializado en idiomas, enseña cinco idiomas, en diferentes niveles.

Perfecto, déjeme los datos.

Sí señor —Me entregó una carpeta y se retiró.

Hoy mismo lo llevaré y si él quiere lo inscribiré hoy mismo, pero si no, entonces tendré que ponerme a estudiar español.

Jajaja, estás enamorado. Cupido sí que te dio un flechazo —Se burló, sin dejar de reír, pero no podía enojarme con él, pues dentro de mí, sabía que eso, era cierto.

Bueno, tal vez sí, pero te pido discreción.

Ok, seré una tumba.

La mañana en el trabajo se pasó muy rápido y emprendí el regreso a mi hogar.

&

Al llegar a casa, fui directo a la cocina. Bill no me sintió y estaba hojeando un libro muy antiguo.

Hola Bill —dije. Me acerqué y le besé la mejilla, él se sonrojó, adorablemente. Creo que esa palabra, se pegó definitivamente a mi vocabulario.

Hola Tom. Comida lista —dijo y se puso de pie de un salto.

Mientras servía, aproveché para indagar en el libro viejo y descubrí que era un libro de recetas de cocina. Mi pequeño se esmeraba, me daba tanta felicidad tenerlo cerca.

¿Hoy comes conmigo?

Sí, Bill come Tom —Al escucharlo así, pensé que mejor yo me comiera a Bill y no pude evitar sonreír.

Nos sentamos a la mesa y sentí que toqué el cielo.

Bill, la comida está muy rica —Él se sonrojó, es tan adorable.

Gracias.

Bill tenemos que hablar —Él se puso serio—. Hoy saldrás conmigo.

¿Yo con Tom?

Sí, te llevo a mi oficina.

¿Yo limpiar oficina?

No, no, no, es una sorpresa —Él no entendió, pero asintió.

Después de la riquísima comida, nos disponíamos a partir, esta vez Bill llevaba los ojos maquillados y un poco de brillo en sus labios, se veía tan apetecible. Tomó un bolso y guardó su libro de recetas en él.

&

Aún era temprano para ir a la oficina, así que lo llevé directo al Instituto, pedí hablar con la maestra (Sí, mujer) que le haría clases a Bill y nos reunimos en una sala.

Señorita, mi nombre es Tom Kaulitz, y él es mi amigo Bill Trumper —Bill saludó con la mano—. Verá…, Bill viene de España y necesita aprender alemán lo antes posible. Pero necesito que le explique en su idioma ¿Qué es este Instituto? ¿Qué va a estudiar? —Tomé aire—. Cuéntele que va a estar con más personas y lo más importante, si quiere quedarse, ya que si no le parece entonces no lo inscribiría aquí, ¿me entiende? Quiero que él esté cómodo y si se siente obligado entonces lo cancelamos ¿Lo haría?

Claro, señor Kaulitz —Así la chica empezó a hablar con Bill.

Al principio él sólo asentía, después hablaba con la maestra, le hacía preguntas o al menos eso creo, por un momento me sentí en los zapatos de Bill, al no entender nada que lo que se decía. Finalmente dejaron de hablar.

¿Y bien? —Estaba ansioso, mi moreno me mostró una gran sonrisa.

El joven Trumper está muy feliz de poder estudiar y le quiere dar las infinitas gracias por ayudarlo tanto.

Dígale que para eso están los amigos —Ella lo hizo y Bill sonrió.

Él también me pidió saber cómo era el método para aprender más rápido, y le comenté del plan viajero, que consta en un módulo intensivo de un mes, donde se entregan los conocimientos básicos para poder comunicarse, claro que este plan es un poco más costoso.

El costo no es problema ¿Cuándo debe venir?

Serían todas las tardes de 4 a 6

¿Hay más personas en el curso? Es de suma importancia, que él NO esté solo.

Sí señor, estará acompañado. Pero señor Kaulitz, tendría que comenzar el próximo lunes, ya que esa es la fecha de inicio del próximo módulo.

Hoy es jueves, ningún problema ¿Cómo lo inscribo?

En la oficina.

¿Puedo pedirle un favor? Le puede preguntar ¿Por qué se vino a Berlín? —Ella lo hizo y el rostro de Bill se ensombreció.

El joven Trumper, dijo que su familia murió hace años y que esperó cumplir la mayoría de edad, para viajar y empezar una nueva vida. Y también dijo que hay muchas cosas que quiere contarle, pero que lo hará personalmente, apenas pueda hacerlo.

Dígale a Bill, que yo voy a ser su familia de ahora en adelante —La mujer lo hizo, con una sonrisa.

Sus ojos se cristalizaron y me abrazó, yo le acaricié la espalda y nos pusimos de pie para ir a la oficina. Tomé a Bill de la mano y no lo solté.

Hice los trámites y quedó registrado para comenzar sus clases a contar del lunes. Le volví a tomar la mano y nos fuimos al auto.

¿Estás feliz? —pregunté, mirándolo a los ojos.

Yo feliz, Tom amigo y familia.

Así es pequeño. Ahora a la oficina

&

En la oficina, al parecer Bill se sintió intimidado y no me tomó la mano, todos nos miraban con curiosidad, en verdad yo creo que todos miraban a Bill por su atuendo, a lo mejor al igual que yo pensaron que iba con una chica. Como lo veían curioso lo llevé a mi despacho, ahí estaba Gustav, que al verle se quedó con la boca abierta.

Gustav, él es Bill Trumper —Les presenté.

Hola —dijo el moreno, un poco cohibido.

Hola ¿Tú eres al amo de llaves?

Sí, yo amo de llaves

¡No! —exclamé un poco molesto—. Bill es mi amigo —El moreno se sonrojó—. Bill, siéntate ahí, mientras yo termino con el trabajo —Él no entendió, pero se sentó y sacó su libro de recetas, que apropósito estaba en alemán. Y me pregunté, si entendía algo de él.

Hombre, ya comprendo por qué estás actuando extraño, el tío está guapísimo —susurró mi amigo, cerca de mí.

Por favor compórtate, él entiende algo y no quiero que me metas en problemas.

Está bien, no te molestes. Sólo hacía referencia a lo obvio.

Estaba realmente concentrado en el trabajo, pero de vez en cuando miraba a Bill, él también parecía fascinado con su libro, pero a veces nuestras miradas se encontraban y ambos sonreíamos.

Finalmente dieron las seis y salí con Bill, rumbo al estacionamiento.

Tom, comprar cosas super —Me trató de explicar y se rascaba la cabeza. No sé por qué, eso me hacía recordar las imágenes del manga japonés.

Perfecto, vamos al super —respondí.

Yo iba feliz, para mí estar con él, era como tener una cita, además le compraría un libro nuevo de recetas.

&

Al llegar, le cogí de la mano una vez más, él no se resistió y entramos. Tomé un carrito y Bill repasaba mentalmente lo que necesitaba.

Iba poniendo las cosas en el carro. Era muy cuidadoso, sobre todo con los vegetales, los tomaba, los olía, los sopesaba y cuando escogía los ponía en una bolsa.

Yo lo miraba embobado, de hecho casi nunca entraba a un super, siempre tuve sirvientas que hacían todo por mí, y heme aquí siguiendo a mi amo de llaves, como si el sirviente fuera yo. Aunque más bien, estábamos actuando como una pareja normal, ante ese pensamiento sentí cosquillas en mi estómago. Cuando ya estuvimos listos, me dirigí a la sección de libros, Bill me miraba raro. Bingo: los encontré.

Toma Bill, regalo —Le extendí dos libros, con maravillosas ilustraciones a todo color. Su rostro se iluminó.

Comida y postres —dijo feliz.

¿Te gustan?

Yo feliz, gracias Tom —Me abrazó, con los libros en sus manos.

¿Vamos a casa?

Sí, casa

Pagamos todo y regresamos a casa. Bill corrió a la cocina, yo le ayudé a cargar las bolsas. Se puso su delantal de conejitos y comenzó a guardar las cosas.

Yo, hacer cena —dijo sonriendo.

Yo voy a tomar una ducha —Le revolví el pelo y me fui a mi habitación.

Aquella noche cenamos y reímos, prácticamente de la nada, porque no hablábamos mucho, pero me encantaba verlo tan feliz.

Me puse el pijama y salí por un vaso de agua. Al llegar a la cocina vi a Bill, sólo con sus bóxers bebiendo un vaso de leche.

Hey, está helado ¿No tienes frío? —Él no entendió y lo toqué, como pensé estaba helado—. ¿Dónde está tu pijama? —Le mostré el mío para que entendiera.

Yo no tener eso —¡Rayos! Golpe bajo, no tenía pijama.

Ven —Lo llevé a mi pieza y busqué un polerón de los míos, bastante abrigado—. Ponte esto —Él me obedeció y le quedaba tan grande que se veía más niño de esa forma. Lo abracé y lo llevé a su habitación—. Duerme pequeño —besé su mejilla.

Gracias Tom —Ahora él me besó la mejilla.

Me fui a dormir con miles de mariposas en mi estómago, parece que de verdad me estaba enamorando del chico español.

Al día siguiente tuve mucho trabajo, así que no pude almorzar con Bill, pero cuando llegué un aroma delicioso me llevó hacia la cocina.

Que rico huele —dije olfateando.

Pastel —comentó Bill, con una sonrisa.

Ah Bill, eres un encanto —lo abracé—. Te traje un regalo.

¿Regalo Bill?

Sí, toma —Le entregué un diccionario. Otra vez sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó con fuerza.

Gracias, gracias, Tom, Tom amigo, Tom familia, yo feliz.

Si tú estás feliz, yo también estoy feliz —Revolví su cabello y escuché el teléfono—. Yo voy.

.

Hola Tom

Tania ¿Por qué me llamas a la casa? —Nunca me gustó mezclar el trabajo con el hogar.

Verás, tenemos que acordar unos asuntos del contrato de los Evanz esta noche.

Pero yo ya estoy en casa.

Iremos para allá. ¿Cenamos juntos?

Supongo que no tengo opción. Adiós.

Adiós Tom —Colgué, apretando los puños.

.

Billy tendremos visitas.

¿Visitas? —Revisó el diccionario y sonrió—. ¿Cuántas? —Vaya, sí que aprende rápido.

Dos y nosotros en total cuatro —Le mostré con los dedos.

Ok, no problema

&

Al cabo de media hora llegó mi compañera de trabajo. Y para empeorar mi genio, llegó sola, me dio mala espina. Arrugué el ceño.

¿Y Georg? —pregunté, sin siquiera saludar.

No pudo venir.

¿No se supone que era muy urgente? —cuestioné con ironía.

Tranquilo, seguro que los dos podremos hacerlo bien —dijo sensualmente. Perra, esta venía a acostarse conmigo.

Cena lista —dijo Bill desde la cocina.

Tenía puesta la mesa del comedor con tres puestos, y yo le había dicho que éramos cuatro, seguro no quería cenar con nosotros.

Tania siéntate, por favor, yo ya vuelvo —Fui a la cocina y tomé a Bill del brazo—. Bill, tú comes conmigo ¿Ok?

No Tom, tú trabajo, yo empleado.

No Bill, tú amigo, tú familia, tú comes conmigo ¿Ok? ¿Por favor? —pedí tratando de copiar su puchero, él se sonrojó y asintió.

Ve siéntate, yo servir.

Yo te ayudo —Ambos servimos los platos y Tania nos miró incrédula.

¿Él es tu amo de llaves?

No. Bill, ella es Tania compañera de trabajo —Les presenté—. Tania, él es Bill, mi mejor amigo —El moreno se sonrojó.

Es que, como lo vi sirviendo.

Es que él cocina muy rico y me ayuda en la casa.

¿Y qué haces Bill? —preguntó ella, con voz maligna.

Él es estudiante —respondí por él—. Viene llegando de España y ahora estudiará alemán.

Vaya ¿Me sirves vino?

Claro —Serví tres copas, Bill me veía un poco reacio, apuesto a que no bebía.

Charlamos y comimos, todo estaba delicioso, Tania se había encargado de hacerme beber demasiado, me sentía un poco más contento de lo normal. Bill se puso de pie y sonriendo anunció.

Postre.

Maravilloso Bill, apuesto que te quedó riquísimo —Apareció con una bandeja y tres platitos de tartaleta, la probamos y no pudimos evitar sonreír todos, en verdad Bill cocinaba como los dioses.

Bill, esto está buenísimo —dijo Tania.

Gracias.

Después de comer, Tania me llevó a la sala donde supuestamente trabajaríamos. Bill se encargó de limpiar todo y luego se retiró a su habitación.

Como me lo esperaba en un principio, Tania se arrojó a mis brazos. Me besó y yo, pues… estaba borracho.

Me arrastró hasta mi pieza y me tiró a la cama, me quitó la ropa y se desvistió ella misma, se montó sobre mi y bueno mi cuerpo reaccionó. Pero de pronto al verla en la oscuridad, me pareció ver a Bill y le escuché gemir, entonces perdí el control, me puse sobre ella y la embestí, la chica gemía como loca y yo pensaba en mi moreno, hasta que exploté. El alcohol aún en mi sistema me adormeció.

& Bill’s POV &

Me fui a acostar y antes de apagar la luz escuché que Tom iba a choques a su habitación, pero los jadeos de la mujer, me hicieron saber que no estaba solo.

La escuché gemir muy fuerte y pensé que Tom con ese cuerpazo debía ser muy bueno a la hora de hacer el amor, y morbosamente olí el pijama que él me regaló. Pude sentir su olor y me toqué, pensando que me hacía el amor a mí.

Tal vez estoy loco, él dijo que iba a ser mi amigo y mi familia, pero yo lo deseo como algo más, yo deseo que sea mi hombre, me seguí acariciando, pensando cómo me embestiría a mí y me vine. Con la respiración agitada, el sueño me alcanzó y dormí.

&

En la mañana, me levanté temprano, por la fuerza de la costumbre y fui a la cocina aún en pijama.

Vi salir a la mujer un poco molesta, no sé por qué. Después de todo tuvo lo que vino a buscar, me dio un poco de envidia y celos. Me di vuelta y vi a Tom en bóxer, recordé lo de anoche y me sonrojé. Él también se sonrojó y mucho, seguro descubrió que lo escuché.

Bill lo siento. No volverá a ocurrir —¿Por qué me daba explicaciones?

Tom, tu casa.

No Bill, nuestra casa ¿Somos familia recuerdas? —No pude evitar emocionarme, él al ver mis lágrimas corrió a abrazarme—. No lo volveré a hacer, no más mujeres.

Gracias Tom —Lo abracé de vuelta, me gustaba su olor, me besó la mejilla, pero accidentalmente corrí la cara y el beso llegó a la comisura de mis labios, él sólo sonrió y yo hice lo mismo.

Hoy te compraré un pijama —Me dijo al ver que el otro me quedaba muy grande, yo me aferré a él con fuerza y negué con la cabeza.

Yo querer este.

Te ves adorable con él ¿Qué te parece si desayunamos? —dijo, cambiando de tema.

¿Cambiarme primero?

No, quédate así, te ves lindo —Yo me sonrojé—. ¿No te molesta si me quedo así? —Él estaba semidesnudo, pero a mí me parecía excelente, su cuerpo era increíble.

No problema.

Preparé el desayuno y pude sentir la mirada penetrante de Tom en mí. Me preguntó ¿Qué cambió de ayer a hoy para que esté así, no sólo amable, sino un poco apasionado?

& Continuará &

¿Cuál será el cambio? ¿Será verdadero amor? ¿O sólo pasión, porque Bill es un bombón? No se pierda la continuación. Besos y abrazos.

Escritora del fandom

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