20: Posibles Consecuencias

Lazo de Sangre” Fic Twc de MizukyChan

Capítulo 20: Posibles Consecuencias

 &   Año 2001   & 

Los G’s no podían creer la violenta reacción que tuvo Bill al ver que su gemelo estaba en la línea de ataque, ellos sabían que Tom no estaba en peligro real, él era lo suficientemente fuerte como para defenderse, sobre todo de un humano. Pero también comprendían que un “vampire” perdía la razón cuando se trataba de un ataque contra su lazo.

De cualquier manera, sabían que un asesinato era causa de graves problemas, sobre todo ahora. Si su Eminencia moría, el caso quedaría a cargo del siguiente sacerdote, alguien a quien ellos no conocían, quien no conocía a los elegidos, que podría imponer un castigo que desmoronara aún más la estabilidad emocional de los gemelos, y eso, era algo que los G’s no permitirían.

Gustav, miraba los restos mutilados de aquel cuerpo y sintió nauseas, sin embargo, había algo raro allí y sintió que su lazo sabía algo al ver cómo observaba con atención.

—¿Qué sucede Geo?   —Se acercó a su lado y tomó su mano.

—Busco algo…

—Buscas… ¿por qué?

—Creo que Bill se descontroló porque sintió algo maligno en este hombre —aseguró el castaño, agachándose para inspeccionar la sangre en el piso.

—Creo que no estás en lo correcto Geo, Bill sólo enloqueció porque intentaron atacar a Tom, ya sabes que quedaron demasiado sensibles desde aquel incidente con Constantine   —comentó el rubio, agachándose junto a su lazo.

—No Gus. Bill ha estado mucho más emocional desde ese entonces, creo que quería recuperar su lado humano, por eso pienso que debió sentirse intimidado por este hombre, para haber reaccionado como lo hizo.

—¿Intimidado?  Pero si los gemelos son muy fuertes.

—Por eso creo que hay algo más sobre él… mira… —Tomando la misma piedra filosa en forma de cuchillo que Bushido sostenía, Georg tomó sangre del piso—. Este color no es normal.

—Dios mío… —Jadeó el rubio, al darse cuenta que su lazo tenía razón, la sangre generalmente toma una tonalidad oscura al caer a tierra, pero ésta estaba completamente negra y espesa, parecía petróleo en sus dedos.

—Debemos hablar con Jorg.

—¿Crees que él sabe algo?

—No estoy seguro, pero él ha estado en el monasterio mucho más tiempo que nosotros, seguramente habrá oído hablar de este hombre, de por qué estaba aquí oculto y…

—Qué es en realidad, porque no es humano… por lo menos… no completamente.

Tras mirarse con incertidumbre, los G’s se limpiaron el polvo en los pantalones y llamaron telepáticamente al “vampire” más antiguo, pero al no poder lograrlo, intentaron llamar a su mujer, Ann.

En lo que a los G’s le pareció una eternidad, la mujer rubia llegó acompañada de Jess, la vampira pelirroja que habían convertido a Seth y James.

—Oh Dios mío —exclamó Jess al ver el desastre en el suelo—. ¿Qué ha ocurrido?

—No estamos completamente seguros —Comenzó el rubio—. Íbamos con los gemelos a ver a su Eminencia y decidimos tomar este atajo, entonces una puerta se abrió de la nada y este hombre salió reclamando que Bill era suyo.

—Bushido… —susurró  Ann y vio en dirección de la puerta oculta en la roca.

—¿Bushido? —preguntó el castaño.

—Continua, luego les explico —pidió la rubia.

—Como era de esperarse —Siguió Gus—. Tom se interpuso y este hombre le atacó, pero no alcanzó a hacerle nada, porque Bill enloqueció y lo desmembró.

—¿Bill hizo algo así?  —cuestionó sorprendida la pelirroja.

—Estoy seguro que este hombre, no es un hombre normal —dijo Georg—, y creo que Bill sintió eso también y antes de que esta criatura le hiciese algo malo a Tom, prefirió destruirlo.

—Estás en lo correcto Geo —afirmó la rubia—. Y creo que ahora estaremos en problemas. Debemos mantener esto en secreto.

—¿Por qué?  —preguntó Jess casi tan aturdida como los G’s.

—Bushido es o más bien “era” un híbrido —dijo ella mirando las partes sanguinolentas en el piso.

—¿Un híbrido? —preguntó Gus— ¿De qué especie?

—Humano y… Lestat.

—¿Lestat?  —exclamaron los G’s al mismo tiempo.

—¿Hablas de…? ¿Te refieres a…? —El rubio no podía terminar de procesar la información—. ¿Hablamos del mismo vampiro?

—Exactamente.

—Pero eso es imposible —anunció la pelirroja—. Los híbridos son un mito, a los vampiros los transformas, no los engendras.

—O eso es lo que les han hecho creer —explicó Ann—. Además, Bushido no era exactamente un vampiro.

—¿Quién es la madre? —preguntó curioso el castaño.

—Una mortal, ella murió hace mucho, una religiosa, no me extrañaría que hubiese estado en este mismo monasterio. Tal vez hasta la forzaron a este “experimento” —dijo asqueada de la posible explicación.

—¿Y él?… Bushido —insistió Geo— ¿Qué edad tenía?

—No sabría decirte con exactitud —Siguió la rubia, ante la atónita mirada de los presentes—. Él retuvo varios rasgos humanos, sobre todo su debilidad física frente a enfermedades. Sin embargo, su lado vampiro le llevó a sobrevivir a cada una de las pestes y epidemias, aparte de darle longevidad, pero lo que mejor utilizaba su Eminencia, era su fuerza física, superior a lo normal, pero no mayor a la de un vampiro y obviamente su resistencia al sol. Así que si necesitaba a alguien fuerte durante el día, lo usaba a él en lugar de algún vampiro.

—Espera… —dijo el castaño indignado—. Me estás diciendo que su Eminencia sabía de la existencia de Bushido y además sabía que era hijo de Lestat.

—Lamentablemente sí.

—¡Hijo de perra!   —Renegó el rubio, apretando los puños.

—¿Por qué haría algo así?  —preguntó la pelirroja.

—No lo sé —admitió Ann—, nadie lo sabe en realidad. Todos rehuían a Bushido, aparte de que el hombre estaba un poco desequilibrado, era un poco violento, nadie podría haber tenido algún tipo de comunicación con él, por lo menos no algo cuerdo.

—Esto es una locura —admitió Gus.

—Comprendo cómo te sientes —admitió Jess—. Hasta para mí, esto es irreal.

—Deben escucharme —intervino Ann—, debemos mantener esto en secreto.

—¿Por qué?

—No estamos seguros de quién tomará el cargo de líder en el monasterio —insistió la rubia y los G’s ya habían pensado en eso—. Si existía algún tipo de pacto entre Lestat y su Eminencia por la estadía de Bushido, su muerte podría significar el fin de alguna especie de tregua y con los gemelos en pleno entrenamiento, eso sería contraproducente.

—Ann tiene razón   —agregó la otra mujer.

—Estamos de acuerdo   —dijo el castaño y Gus asintió.

—Hablen con los elegidos y explíquenles la situación —pidió la mujer—. Jess y yo nos encargaremos de limpiar este desastre.

Mientras en la habitación 483, el gemelo menor se paseaba de un lugar a otro sin detenerse, tratando de calmar sus nervios y el remordimiento que su mente le exigía tras haber extinguido una vida.

—Bill quieres detenerte, me estás mareando —pidió el rastudo tumbado en la cama, con ambas manos tras la cabeza.

«No puedo» Respondió el pelinegro en su cabeza, sin poder ni siquiera articular las palabras, sus manos empuñadas y sus dientes apretados.

—Bill… ven acá   —Volvió a pedir el mayor, esta vez suavizando el tono de voz.

El más delgado se detuvo y le miró. Tom se veía igual de alterado que él, pero tranquilo a la vez, como si estuviera analizando la situación, en lugar de dejarse llevar por las emociones y la desesperación.

—Tomi… —se escuchó el pequeño jadeo del menor y el de rastas se levantó de un salto de la cama y lo cubrió con sus brazos.

—Sshh. Ya está todo bien.

—¡Nada está bien! Maté a un hombre —Fue la respuesta de Bill, casi un grito de enojo—. Ni siquiera era otro vampiro, era un hombre Tomi, un mortal, un simple mortal.

—Un mortal que amenazó a tu lazo —aclaró el de rastas, justificando lo ocurrido.

—No Tomi… no fue así. No era una amenaza, tú eres muy fuerte, casi tanto como yo, él NO era amenaza alguna para ti —divagó el pelinegro y de pronto se tiró al suelo, sentándose en él, frustrado.

—Bill… —El mayor se sentó a su lado en el piso de piedra—. Al ser tu lazo, tengo más desarrollado el lado intuitivo, pero creo que esta vez tú sentiste, al igual que yo que ese hombre…

—Irradiaba maldad   —Bill culminó la frase por él.

—Y no era cualquier maldad   —Prosiguió Tom.

—Lo sé… era… lo que sentimos en el bosque… Lestat, Lilith, no sé quién en realidad, pero era muy fuerte y peligrosa —El menor, tomó la mano de su hermano y le miró a los ojos—.  No podía permitir que ellos tomaran tu cuerpo otra vez.

—Lo sé.

—Fue como un acto reflejo, sentí esa presencia y sabía que debía destruirla, para protegerte —admitió el pelinegro—. Aunque ya no necesitas de mi protección —dijo sonrojándose.

—Es bueno saber que lo entiendes Bill. Sé cuidarme solo, pero comprendo por qué hiciste lo de hoy   —Le acercó a su pecho y le abrazó—.  Te veías tan sexy.

—¿Qué?   —dijo el moreno sonrojado.

—Eras una masa de energía Bill… Dios… estabas tan sexy —Se apoderó de sus labios y le quitó el aliento al pelinegro.

—Y ahora tengo tanta hambre   —Gimió el menor en sus brazos.

—Lo sé, puedo sentirlo.

Tom levantó a su hermano del frío piso y lo llevó con cariño a la cama, llenándolo de besos intensos y relajándolo, para que el estrés de lo acontecido se diluyera lo más rápido posible.

Sin embargo, al desaparecer las señales del orgasmo, la mente de Bill volvía a tener la claridad de siempre y los remordimientos lo envolvieron con mayor intensidad.

Tom dormía al lado del pelinegro, rodeando la estrecha cintura de éste con su brazo, pero el menor lejos de sentir la calma que ese acto siempre le causaba, se sentía desprotegido, su sexto sentido le decía que esa muerte no acabaría allí, que les traería consecuencias, que se hombre al que mató, se levantaría del polvo para reclamar venganza.

Sintió la mano moverse en su estómago y luego un tierno beso en la mejilla.

—Deja de darle vueltas.

—¿Cómo lo sabes?

—Si estás despierto, no puedo conciliar el sueño y finalmente despierto yo.

—Lo siento Tomi, no quiero preocuparte.

—Tranquilo, Bill pase lo que pase, yo siempre estaré contigo, si la muerte de ese hombre nos saca de este lugar, pues nos vamos y punto —aclaró el rastudo—, no me importa estar en otro sitio, mientras tú estés a mi lado.

—Comprendo —El menor giró para ver a su hermano y le besó—. Gracias Tomi.

&

Horas más tarde, los G’s se reunieron con los gemelos para explicarles todo lo que Ann les había comunicado esa mañana sobre Bushido y su padre, el odioso vampiro Lestat.

Lo más importante sin duda, era mantener en secreto su muerte hasta que fuera inevitable decir la verdad, pero si eso llegaba a ocurrir, tanto los Kaulitz como los G’s, estarían de acuerdo para dejar el monasterio si se lo pedía la nueva autoridad. Por ahora sólo les quedaba… esperar.

&   Año 2005   & 

—Cardenal Caro, ¿nos mandó a llamar señor? —preguntó Georg, inclinándose frente al trono del nuevo líder eclesiástico del monasterio.

—Sí, señor Listing —respondió el anciano con una gran sonrisa—. Quiero que usted  y el señor Schafer me informen sobre los progresos de los elegidos en su entrenamiento.

—Encantados señor —dijo el rubio—, pero creímos que esa era la responsabilidad del hermano Jorg.

—Sí, pero ustedes son amigos de los chicos   —asumió el anciano.

—Ya veo   —dijo el rubio.

—Cardenal, en todo lo que es entrenamiento físico, los chicos han superado todas las expectativas —informó el castaño—, podrían luchar contra un ejército completo si fuera una lucha cuerpo a cuerpo.

—Interesante   —susurró el sacerdote—. Pero eso era de esperarse, ¿cierto?

—Así es   —anunció el rubio.

—¿Qué tal la mente?, ¿podrán evitar que posean sus cuerpos? —cuestionó el anciano con seriedad.

—Absolutamente —agregó Geo—, Jorg se ha encargado de enseñar bien a los Kaulitz, aunque el mejor en ataques psicológicos es sin duda, Bill.

—El pequeño Bill —Sonrió el sacerdote—. Me alegra saberlo, él es muy jovial, me gusta su actitud, siempre saltando como un niño pequeño —dijo el hombre sin sacar la sonrisa de su rostro.

A los G’s les gustaba mucho este nuevo líder eclesiástico, en general a todos los habitantes del monasterio, les agradaba, ya que representaba lo que la iglesia debía ser, amor, colaboración, apoyo y guía. Los gemelos varias veces buscaron su consejo en caso de verse atacados por fuerzas obscuras y la respuesta siempre fue la misma.

—Si pueden evitar la violencia, evítenla.

Los gemelos sabían que a diferencia de su Eminencia, el Cardenal Caro, nunca atentaría contra la vida de alguno de ellos con el fin de forzarlos a luchar contra Lilith.

Gustav miró al anciano sonreír y carraspeando para llamar su atención, le preguntó.

—Señor  ¿Por qué nos ha llamado en realidad?

—Mi querido Gustav, siempre tan observador —El anciano sonrió una vez más—. Los gemelos vinieron esta mañana. Ellos tienen una comunicación especial con su madre, y ella les pidió una visita.

—¿Acaso Simone está enferma? —preguntó preocupado Georg, si eso ocurriera, los hermanos les habrían contado a ellos en primer lugar.

—No, no, nada de eso, ella está muy bien, sólo los extraña —aclaró el sacerdote—, pero no me gustaría que los gemelos fueran solos a su casa.

—¿Quiere que vamos con ellos? —indagó el rubio.

—Exacto Gustav, me sentiría más seguro si ustedes dos los acompañan. Confío mucho en Jorg, pero me temo que él no se lleva muy bien con los gemelos —dijo el anciano comprensivamente—. ¿Qué les parece?

—Estamos encantados Cardenal.

—Muy bien —Hizo una seña a su asistente personal para que abriera la puerta siguiente y los gemelos entraron—. Muy bien chicos, los enviados especiales han aceptado ir con ustedes a ver a su madre.

—Sabíamos que no nos fallarían   —comentó Tom, con una sonrisa.

—Saldrán esta noche  —Finalizó el anciano—.  Pueden retirarse.

&   Continuará   &

¿Qué dirá Simone cuando vea que sus hijos están igualitos después de cinco años? ¿Cuál será la verdadera razón por la que Simone pidió ver a sus hijos? ¿Aun nadie sabe nada de la muerte de Bushido? ¿Habrá verdaderas consecuencias de su muerte? No se pierda la continuación.

Escritora del fandom

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *