23: ¿El hombre de mis sueños?

Fashion” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan

Capítulo 23: ¿El hombre de mis sueños?

I used to cry myself to sleep at night. But that was all before he came. I thought love had to hurt to turn out right. But now he’s here It’s not the same. He fills me up. He gives me love. More love than I’ve ever seen. He’s all I’ve got, He’s all I’ve got in this world. Cause he’s all the man that I need.

(Solía dormir llorando por las noches, pero eso fue antes de que él llegara. Pensé que el amor debía doler para que estuviera bien. Pero ahora que él está aquí no es lo mismo. Él me llena, él me da amor. Más amor del que nunca vi. Él es todo lo que tengo. Es todo lo que tengo en este mundo. Porque él es todo el hombre que necesito)

(Sábado, día de la reconciliación)

Después del momento tan especial que Bill y Tom compartieron, exhaustos por aquel intenso y deseado orgasmo, ambos cayeron en los brazos del mundo de los sueños.

Cerca del mediodía, el celular del pelinegro comenzó a sonar fuertemente y gruñendo, por el molesto ruido, el cantante, bajó de la cama y revisó sus pantalones en busca del aparato y contestó sin mirar la pantalla.

Hola… —su voz sonaba ronca por el sueño que aun le embargaba.

Bill, hijo ¿estás bien? —preguntó Simone muy preocupada.

Estoy bien, mamá —contestó con un bostezo.

¿Dónde estás?

Mmm —el menor quería mentir y afirmar que estaba con Andi, su madre ya había notado que ya no mencionaba a Tom en sus conversaciones diarias, y en más de una ocasión, ella le preguntó qué había sido del chico de rastas.

Andreas llamó preguntando si ya habías llegado, por eso sé que no estás con él —comentó la astuta mujer, esperando escuchar lo que ella ya sospechaba—. ¿Estás bien, hijo?

Sí, mamá, estoy con Tom, estoy bien.

Oh… —fue lo que dijo ella, sonriendo—. ¿Ya arreglaron las cosas?

¿Eh?

Nada, hijo, sólo quiero saber que estás bien —dijo ella ocultando una sonrisa, aunque Bill no pudiera verla a través del teléfono.

Gracias, mamá, estoy bien, te lo aseguro. Tom me ha cuidado, nada ha pasado —confesó él, aunque el sonrojo en sus mejillas le contradecía, pero su madre no necesitaba enterarse de los detalles.

En esos momentos, Tom abrió los ojos y escuchando la conversación se sentó en la cama y le quitó el celular al cantante.

Hola, señora Kaulitz, soy Tom Trumper.

Hola, Tom —la mujer quería hacer preguntas, pero se abstuvo, tal vez no era el momento adecuado, pero el chico fue quien abrió la posibilidad con la siguiente frase.

Señora Kaulitz, me gustaría poder conversar con usted, ¿sería posible que nos reuniéramos hoy? —Preguntó apretando la mano del pelinegro, quien le miraba sin entender.

Claro, Tom, si gustas puedes venir a almorzar con Bill ahora mismo.

Genial, muchas gracias, en una hora estaremos allí. Gracias.

Adiós, Tom —la llamada terminó y el pelinegro le miraba expectante.

¿Qué planeas? —preguntó con una sonrisa.

Debo hacer las cosas bien, Bill —dijo y lo sentó en sus piernas, besando suavemente sus labios—. No te dejaré escapar esta vez, mi pequeña “diva”.

En fin —le dio un piquito—, tenemos una hora para arreglarnos. Necesito ducharme, estoy… pegajoso —sonrió y sus mejillas se volvieron a teñir de rojo al recordar lo que habían hecho.

&

Antes de llegar a la mansión Kaulitz, Tom insistió en detenerse en una tienda para comprar unas rosas para la mujer. Bill no entendía qué pretendía Tom con todo eso, es más, el cantante siempre pensó que el rastudo temía a sus padres y los evitaba siempre que podía. Sin embargo, allí estaba, haciendo toda clase de cosas para agradar a su madre. Terminó por alzarse de hombros, quitándole importancia y seguirle como siempre.

Hola, mamá —llamó Bill desde la entrada, mientras hacía pasar a su Tomi.

Por aquí, chicos —llamó la mujer desde el comedor.

Los chicos caminaron hasta allí y vieron que todo estaba sumamente arreglado, Bill frunció el ceño, su madre sólo arreglaba de esa manera cuando su padre invitaba a sus socios a la casa, personas importantes, y se preguntó qué tramaba la mujer con esta puesta en escena, ¿acaso pretendía intimidar a Tom? ¿Hacerle sentir mal e inferior? Sintió un escalofrío y trató de ignorar los nervios que todo ello le estaba causando.

Hola Bill, Tom —saludó ella acercándose a los jóvenes y besándoles en la mejilla.

Señora Kaulitz, esto es para usted —dijo el rastudo galantemente, entregándole las rosas, finamente atadas.

Rosas, que lindas, muchas gracias, Tom —dijo ella oliéndolas—. Las pondré en agua. Por favor, tomen asiento —les pidió y se retiró a la cocina.

Regresó de allí con las flores en una fuente muy delicada de porcelana blanca y la puso en un costado de la mesa, para seguir admirando su belleza y deleitándose con su aroma.

Son muy lindas, Tom —volvió a repetir—. Bueno, espero les guste la comida.

Fueron atendidos por las empleadas de la casa, y conversaron de cosas triviales, del tiempo, de las próximas competencias deportivas y de la escuela. Cuando llegaron al postre, Simone fue a lo que le interesaba y preguntó.

¿Qué querías decirme, Tom?

Oh… —el rastudo se puso rígido en la silla, Bill lo notó y tomó su mano por debajo de la mesa, para darle valor—. Verá, señora Kaulitz, desde hace un tiempo Bill y yo nos conocemos y yo… he desarrollado sentimientos profundos por él, no quiero que se vaya a ofender por mis palabras, sé que soy hombre y todo es un poco raro, pero yo… me gustaría pedirle autorización para que Bill sea mi novio formal.

Tomi… —el pelinegro se llevó las manos a la boca por la sorpresa y sus ojos se llenaron de lágrimas de la más pura emoción.

Oh… —Simone sonrió al ver la expresión en el rostro de su hijo. Además desde aquel accidente en auto, ella sospechaba que los sentimientos de los chicos eran mutuos—. ¿Bill? —le llamó, pues el chico parecía haberse ido al cielo y estar en su nube privada—. ¿Tú, estás de acuerdo con esto?

Mamá, claro que sí, yo… estoy enamorado de Tomi.

Esta vez fue el turno de Tom de sonrojarse y se acercó para darle un piquito a Bill en los labios, mientras Simone quería correr en busca de la cámara, para tomar una foto de recuerdo de este momento tan especial. Ella sabía de las dos ocasiones en que su hijo terminó con el corazón roto y temía que hubiese ocurrido lo mismo con el rastudo, ya que hacía un tiempo en que Bill no hablaba de él en casa, seguramente estuvieron enojados, pero todo eso había quedado atrás para dar paso a una relación sólida, que ella sin duda apoyaría.

Bueno, Tom, sólo debo pedirte que cuides muy bien a mi hijo, sé que ya están a un paso de convertirse en adultos y quiero que sean muy responsables con sus hormonas juveniles y usen lo que corresponde para sus relaciones sexuales —dijo Simone con ganas de largarse a reír por hacer sonrojar a los dos chicos.

¡Mamá! —gritó el pelinegro, rojo hasta las orejas.

No quiero que Bill vaya a quedar lastimado por hacerlo sin la adecuada protección —continuó la mujer, viendo como ambos chicos estaban casi morados de la vergüenza. «Ah… eso es muy divertido jijiji», siguió sonriendo mentalmente.

¡Mamá! —volvió a gritar Bill.

Pero Bill, estoy velando por tu bienestar, no quiero que no puedas caminar después de hacerlo.

¡Mamá! —el menor se tapó la cara con ambas manos.

No se preocupe, señora Kaulitz —titubeó el de rastas, completamente rojo—. Yo me encargaré de cuidar a Bill, después de todo soy su guardaespaldas —dijo con una media sonrisa.

Y Tom… —le apuntó con el dedo índice—, si haces llorar a mi hijo… te perseguiré hasta el fin del mundo —amenazó la mujer con una mirada asesina—. Y te castraré.

Descuide, señora Kaulitz, amo demasiado a mi pequeño, no podría lastimarlo a propósito —afirmó, y Simone sonrió complacida al escucharle decir “mi pequeño”.

Entonces, tienen mi bendición. Pueden ser novios.

Gracias mamá —dijo el cantante, saltando de su silla, para abrazar a su madre.

&

Después de tan extraña comida, los chicos quisieron salir a pasear como novios, pero no alcanzaron a salir a la calle, cuando escucharon que Andreas llegaba, bastante agitado.

¿Dónde está? —gritó y entró al comedor, con una asustada empleada detrás.

¿Qué pasa, Andreas? —preguntó Simone de forma educada.

Estaba preocupado por Bill, señora —respondió él, calmándose un poco al ver a la madre del cantante.

Aquí está, está muy bien, y llegaste justo a tiempo para enterarte de la gran noticia, Andreas —dijo la mujer con un brillo malicioso en los ojos.

¿Qué noticia? —preguntó él, al ver a Tom también allí sentado.

Nuestro Tom, aquí presente, ha pedido permiso para ser el novio formal de Bill, ¿no es maravilloso? —dijo ella, con una intención oculta, quería provocar al rubio y su hijo lo notó.

¡¿Qué, es cierto?! —preguntó directamente a Bill.

Sí, Tomi y yo somos novios —dijo sonriente.

El rubio apretó las manos y frunció el ceño, saliendo de allí completamente furioso, Bill se sintió mal, pues a pesar de todo, Andi había sido su amigo desde hacía años, así que decidió seguirle y explicarle.

Lo alcanzó en el frente de su casa, cuando estaba a punto de subir a su auto. Lo tomó de un brazo para voltearlo.

Andi…

¡No te entiendo! —dijo furioso—. Ayer fuimos a tomar para celebrar que ya no estabas con él y ahora… son novios —dijo sarcásticamente.

Andi, no te enojes, por favor. Tú ya sabías lo que sentía por él.

¿Y yo? —Preguntó tomándolo por los hombros—. ¿Qué hay de mis sentimientos?

Andi…

El rubio se acercó para besarlo, mientras el moreno trataba de moverse, pero la presión en sus hombros era dolorosa.

¡Déjalo! —gritó Tom, acercándose a ellos, soltando a Bill del duro agarre.

¡Tú no te metas!

Este es mi asunto ahora, Andreas, porque Bill es mío.

Con un fuerte empujón, el rubio corrió a Tom, aprovechando el momento para robarle un beso al pelinegro, pero antes de que pudiera reaccionar, el de rastas le dio un puñetazo en pleno rostro, tan fuerte que por poco cae al piso.

Ya te lo advertí, Andreas, o te comportas como un amigo para Bill, o simplemente no lo verás más —dijo él sobreprotectoramente, dejando claro que era una advertencia.

El rubio, se limpió el labio que sangraba y entrando en su auto, salió de allí a toda velocidad. Tom tenía su mano alrededor de la cintura del cantante, quien se llevó la mano a los labios, temblando.

No lo entiendo —susurró el pelinegro. Tom al escucharlo, lo abrazó.

Tranquilo, esto no es tu culpa, Bill —le aseguró el mayor, acariciando su espalda

No creí que Andi hiciera eso, es mi amigo —dijo el moreno, buscando la mirada de su novio—. ¿Qué hago ahora? Es mi amigo, siempre estoy con él.

Amor, lo que dije fue sólo para asustarlo, yo jamás te prohibiría verlo, no soy tan egoísta, sé que lo quieres tanto como yo quiero a Gabriel —le besó la frente—, sólo quiero que te cuides ¿sí? No quiero que a mi novio le estén robando besos, porque hay algo que aprendí duramente este último mes.

¿Qué?

Cuando se trata de ti, soy extremadamente celoso y un Tom celoso, es peligroso —dijo tratando de hacer reír a su pequeño.

Aawww Tomi —se besaron largamente allí, en pleno jardín, mientras Simone los veía con una sonrisa desde la ventana.

&

Los chicos pasearon tomados de la mano, con una sonrisa pintada en el rostro por estar en compañía del otro, esta vez sin temores, y sin ocultar sus verdaderos sentimientos.

Tom sabía que el pelinegro disfrutaba de las películas románticas, así que decidió llevarlo al cine a ver el estreno de “Blanca nieves y el cazador” (sé que ya no es estreno, pero… imaginen que lo es jijiji), él pensaba que no había nada mejor que ver un cuento de amor, en tiempos modernos, era como su propia historia, ya que en la antigüedad, lo más seguro es que hubieran tenido que simplemente suprimir aquellos sentimientos, para no acabar muertos a manos de una multitud homofóbica enfurecida.

Mientras las luces se apagaban y ellos se tomaban de las manos, el mayor pensó «Fui realmente un estúpido. ¿Qué habría pasado si no le digo a Bill que lo amo? Lo más probable es que ese rubio descolorido se hubiera aprovechado de su corazón roto y de su “amistad” y lo habría llevado a la cama. ¡Maldición! Lo odio»

Bill, por su parte, pareció sentir la incomodidad del rastudo y girando en su asiento, le robó un piquito, haciéndolo sonreír. Se sintió poderoso, ya que con sólo un beso le devolvía la alegría a su novio. Le encantaba esa clase de poder, esto no se podía comparar con el “supuesto poder” que tenía en la escuela, siendo la “diva”, y sin duda estaría feliz de pasear de la mano de Tom por los pasillos, mientras todo el resto de los estudiantes los mirara con envidia. Y si los “pretty people” decían algo, pues… se podían ir al infierno, él nunca cambiaría a Tom por popularidad, eso estaba decidido.

&

Cuando se hizo de noche y los chicos, abrazados salían del cine, el mayor sentía mariposas en su estómago y sonrojándose preguntó.

¿Te quedarías conmigo esta noche, pequeño? —Sus mejillas ardían, sin duda deseaba pasar la mayor parte del tiempo con él, aunque estaba aterrado de pensar en intimar con su sensual cantante.

Bill levantó la mirada, estando igual de sonrojado que el mayor y asintió—. Pero debo avisar a mi madre y buscar algo de ropa.

Claro, vamos.

Siguieron caminando en un cómodo silencio, sonriendo cada vez que sus miradas se encontraban y deseando que sus pasos los llevaran más rápido hacia su esperado destino.

Al llegar a la mansión Kaulitz, Bill fue en busca de un cambio de ropa, mientras Tom se quedó fuera hablando con Saki, el guardia de seguridad de la casa.

Hola Tom, hace tiempo que no te veía por aquí —le saludó cordialmente el adulto.

Sí. Bill y yo estábamos un poco distanciados, pero ahora todo está bien —respondió el rastudo con una sonrisa.

Parece que todo va más que bien, por lo que pude apreciar —Tom de inmediato se sonrojó, eran muy obvios.

Es que ahora, Bill y yo somos novios —dijo tímidamente.

Ya veo, pues, me alegro que seas tú chico —le guiñó un ojo—. Apropósito, buen golpe.

¿Eh?

El que le diste al rubio, Andreas.

Oh… —se volvió a sonrojar, pero luego al recordar el por qué del golpe apretó los puños—. Ese tonto.

Lo sé. Debes cuidar a Bill, ese chico no me gusta, pero soy sólo un empleado y no puedo hacer esta clase de comentarios —dijo el hombre, dándole un golpecito en el hombro al chico—. Pero estoy seguro que la señora Simone sospecha lo mismo que yo.

Oh…

&

Mientras, dentro de la casa, Bill iba a saludar a su madre en su cuarto y se dio cuenta que hablaba por teléfono con Gordon. Sonrió, sería genial darle las nuevas a su padre, además estaban hablando con el altavoz, pues su madre se estaba desmaquillando, sería genial compartir ese momento los tres, sin embargo, algo lo detuvo.

Sabía que eso pasaría —gruñó su padre en el teléfono—. No quiero que Bill se involucre con gente como Trumper.

El menor se quedó estático fuera de la puerta y apretó los puños, ¿cómo su padre hacía esa clase de comentarios, después de que Tom lo salvara del accidente con Bushido?

Esos chicos pobres siempre buscan engatusar a niños ingenuos como Bill para aprovecharse de su popularidad y sobre todo, aprovecharse de su dinero —habló fríamente el hombre.

¡Gordon! —le reclamó la mujer—. Eso no es cierto. Tom es un buen chico.

No lo conoces Simone, yo investigué sobre él. Es pobre, está estudiando en la misma escuela de Bill por una beca y además es huérfano —explicó el adulto—. Lo más probable es que utilice a Bill para conseguir que con el apellido Kaulitz pueda entrar a alguna universidad prestigiosa.

Creo que lo estás juzgando injustamente, Gordon —dijo la mujer, tomando el celular y silenciándolo.

Ahora Bill no podía seguir escuchando, pero aquellas palabras quedaron impresas en su cabeza.

&

Una vez en el departamento del rastudo, ambos chicos cenaron comida china instantánea, entre bromas y risas, pero cuando se metieron a la cama, los temores les llegaron a ambos, dejándolos en silencio, mirando el techo.

¿Tomi? —llamó el menor, girando para abrazar a su novio.

Dime, pequeño —contestó, correspondiendo el abrazo.

¿Podemos… sólo dormir esta noche? —Preguntó temeroso a ser rechazado por esta extraña petición, sobre todo por el gran placer que habían sentido juntos esa misma mañana al experimentar con sus cuerpos.

Claro, bebé, no tenemos que forzar las cosas —le besó la frente.

Pero la verdad era que Tom estaba aterrado de iniciar un contacto íntimo con el pelinegro, por varias razones, como el temor que tenía de tocar a Bill y su miembro, no estaba seguro si podría ver directamente el pene de otro hombre, sin aterrarse por esa experiencia y, aparte de hacer el ridículo, hacer que Bill se sintiera rechazado. Además, si lograba atravesar esa primera etapa, no tenía idea de cómo cuidar a Bill para hacer el amor con él. Es cierto que con Xaviera había experimentado de todo, incluido el sexo anal, pero estaba seguro que con un chico era diferente y tenía miedo de lastimar a Bill y generarles un trauma a ambos por una mala experiencia. Suspiró resignado.

Te amo, Bill —susurró y el menor levantó la cabeza para verle.

Lo sé, Tomi —respondió, pero las palabras de su padre se repetían sin cesar en su mente y tuvo temor de que su adorado guardaespaldas le estuviera utilizando.

& Continuará &

¡Pucha! Ahora es Bill quien tiene dudas de la sinceridad de Tom, ¿podrá eso ser un problema en su relación? ¿Qué pasará en la escuela? ¿Será Bill capaz de estar con Tom ahora que duda de él? O ¿preferirá seguir con el grupo de los “pretty people”? No se pierda la continuación.

Escritora del fandom

4 Comments

  1. El capítulo de quedó muy bueno ya espero con ansias el próximo capítulo ❤️ me esta gustando mucho está historia

    • De verdad me hace muy feliz leer tus comentarios.
      Gracias por el apoyo y espero te siga gustando el fic

  2. Pero en q cabeza cabe q Tom lo utilizaria no quiero q se complique todo pero seguro q si…🤦‍♀️ falta mucho 😭😱

    • Cierto, falta mucho. Es uno de mis fics más largos 🙂

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