“Maldición” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 4: Obsesión maldita
—¿Vas a matarme?
—Algo así —la chica se derrumbó inconsciente y el joven reía en el espejo.
& Normal POV &
El joven de trenzas se levantó perezosamente, pero con una gran sonrisa en el rostro, a pesar de que su adorado Bill aún estaba en sus sueños, lo sentía cada vez más fuerte y eso le alegraba. Ahora lo único que debía hacer era terminar su falsa relación con Sofía, para no volver a enfadar a su ahora novio oficial. Como si el destino leyera su mente, el timbre sonó y al abrir la puerta se encontró con su prometida, quien tenía un extraño brillo en los ojos.
—Hola Sofía, pasa —la chica hizo caso sin emitir una palabra. ¿Te pusiste contactos? Tus ojos azules están cafés.
—Sí Tomi —el chico se sorprendió.
—¿Por qué me dices Tomi?, siempre me llamas Thomas, siempre dices que Tomi es infantil.
—Eso no importa —se puso de pie, como buscando llegó a la habitación. Tom la siguió extrañado por el comportamiento inusual de la joven.
—¿Estás bien?
—Ahora lo estoy —lo abrazó con fuerzas, enterrando su cabeza en el cuello de su pareja.
—Sofía, necesito hablar contigo —la chica lo besó con desesperación y aunque él trató de negarse, sus instintos le llevaron a corresponder el beso. Sofía lo empujó hacia la cama y siguió en su frenética búsqueda de contacto. Rozó su sexo con el de Tom— Biiiiilllll —gimió él en su boca.
—Síiiiiii —contestó el gemido con su propio jadeo.
—Dios ¡NO! Ya basta —sacó a la chica con cuidado, pero con decisión—. Sofía escúchame —Tom se paseaba de un lado para otro con las manos en la cabeza, mientras Bill, en el cuerpo de la chica sonreía burlonamente—. Esto tiene que terminar.
—¿Por qué Thomas? —dijo fingiendo tristeza.
—Porque estoy enamorado de alguien más.
—¿Es acaso ese tal Bill? —Inquirió la chica—, ¿quieres a un hombre? ¿Eres gay Thomas?
—Calma, voy a ir con calma —seguía paseándose y luego se sentó al lado de la chica que fingió una profunda decepción—. Primero, estoy enamorado de un hombre, su nombre es Bill.
—¿Y qué tiene Bill que no tenga yo?
—Tú te pareces mucho a él, pero no puedo compararte con él, él es simplemente único. Es un amor hermoso y terrible a la vez.
—¿Por qué? —Bill quería realmente sacar el mayor provecho de este cuerpo que poseía.
—Es hermoso porque él siempre ha estado a mi lado, siempre me ha protegido, a veces de maneras misteriosas y oscuras, pero siempre lo ha hecho por mi bienestar.
—¿Y por qué es terrible?
—Porque no podemos estar juntos, yo lo amo, pero también lo deseo carnalmente, lo anhelo y quiero estar con él y ser uno. Él a veces me trata como un bebé, pero soy un hombre y quiero también hacer algo para estar juntos para siempre —el chico en el cuerpo de Sofía sonrió satisfecho.
—Entonces ya no hay nada que hacer —miró el suelo, fingiendo resignación.
—Así es. ¿Quieres… quieres que te lleve a casa? Debo ir al hospital ahora.
—Sí, gracias —el chico de trenzas miraba fugazmente los espejos de su vehículo buscando a su tan ansiado Bill, pero éste yacía a su lado en el cuerpo de su ex novia. Condujo en silencio y al llegar se sintió un poco triste por la chica.
—Sofía, si hay algo que pueda hacer por ti, lo haré encantado —dijo mirándola y le dio una suave y sincera sonrisa.
—¿Que tal un beso de despedida? —Sugirió la chica.
—Eso no, lo siento.
—Está bien, perdí, lo reconozco, no hay nada que hacer. Adiós Thomas.
—Adiós Sofía —la chica se bajó del carro y el trenzado emprendió el rumbo al hospital, confundido ante la resignación de su ex novia.
Al entrar a la casa, exhausto de la posesión que acababa de realizar, Bill abandonó el cuerpo de la chica, éste cayó inconsciente al suelo, mientras el joven la observaba desde el espejo de la sala. Los minutos transcurrieron y el cuerpo empezó a moverse.
—Hasta que despiertas niña tonta —la chica al escuchar la voz que la aterrorizó en sus sueños, se levantó de golpe y miró en todas direcciones.
—¡Déjame en paz maldito engendro! —gritó al aire.
—En el espejo, tonta —dijo el moreno con fastidio y burla.
—¿Qué le hiciste a Thomas? Bastardo usaste mi cuerpo, dime ¡¿qué le hiciste?! —Sofía enfrentó a la imagen.
—Mi querido Tomi está bien. Lo amo demasiado como para hacerle algo malo, ¿acaso eres tonta de verdad?
—Tú no lo amas, tú eres un ser maligno, tú estás obsesionado con Thomas.
—¿Obsesionado… yo? —se llevo la mano al pecho, fingiendo indignación.
—Sí, es una obsesión maldita, como todo lo que te rodeas, ¡tú estás maldito! —gritó sus últimas palabras. Pero lo único que consiguió fue enfurecer a la imagen.
—Ya basta… puedo confiar en Tomi, pero no en ti, tendré que eliminarte.
—No puedes matarme desde ahí —lo provocó la chica.
—¿A no…? —el pelinegro se tocó la mandíbula como planeando algo—. Se me ha ocurrido una idea —dijo malignamente, con una mueca en el rostro.
—Me voy, no dejaré que le hagas algo a Thomas —dijo decidida, pero al tratar de salir de la casa, un solo gesto de Bill bastó para detenerla en el acto.
—No niña, no te escaparás. A ver… —dijo pensando—, primero una carta suicida. Vamos hazla —la obligó a buscar uno de sus cuadernos de la Universidad—. Escribe chiquilla “Adiós a todos… por fin he encontrado a Dios” —la chica trataba de luchar contra la fuerza que dominaba su mano—. Vamos tonta, hazlo bien —la sacudió con fuerza—. Continúa “Hoy me reuniré con Jesús llevando sus mismas marcas, llevaré mi estigma personal e iré al cielo”
—¡Noooo! —gritó la chica, horrorizada ante esa idea.
—¿Que sacas con oponerte? Yo venceré al fin.
—Eres un maldito.
—No chica tú estás maldita ahora jajajajaja —rió como un demente—. Y ahora, ve por algo muy, muy filoso… debemos trabajar en los estigmas querida jajajajaja —la chica dominada por esa fuerza con la que era cada vez más difícil luchar, se dirigió a la cocina y tomó un cuchillo grande, muy grande.
—Aquí está —contra toda cordura, la chica se abalanzó contra el espejo y lo quebró.
—Jajajajajajaja Toda esa energía que posees me será muy útil. ¡Quítate la ropa! —mandó desde los restos del espejo, que ahora estaban multiplicados por todo el cuarto. La chica que ya no podía luchar y obedeció sumisamente, quedando desnuda—. Vete a tu pieza, allá haremos el ritual, tontita.
—Deja de decirme tonta.
—Bien, como quieras PUTA, porque eso es lo que fuiste para mi Tomi, la PUTA que se parecía a mí —esas palabras arrancaron lágrimas de los azules ojos.
—¡Ya basta! —pidió ella sollozante—, él siempre estuvo obsesionado contigo.
—No es obsesión, es amor, nos hemos amado desde que éramos niños, él me buscaba en sueños y yo lo protegía.
—Los dos están malditos.
—Tal vez sea la “Maldición del amor”
—Estás loco, ¡eres un demente! —lloró la chica—. Mátame de una vez —suplicó.
—¿Sabes que podría romperte el cuello y terminar con tu sufrimiento?.
—Por favor —rogó Sofía, con la cabeza baja.
—Pero a mí… me gusta ver sangre —la chica abrió los ojos desmesuradamente—jajajajajaja
—No por favor.
—A ver… tu amadísimo Jesús fue crucificado y coronado con espinas. Qué tal si te haces unas marcas como de espinas en la frente.
—No… por favor —suplicó la chica.
—Ya cállate —dijo con fastidió Bill—, ya haz lo que te digo, no tengo todo el día —con manos temblorosas Sofía tomó el cuchillo y se lo llevó a la frente, rasgando la piel de una sien a la otra, sólo sollozos escapaban de su boca, ya que el pelinegro le impedía hablar. Gotas del líquido rojo caían por el hermoso rostro de la mujer—. Y ahora los pies —la chica movía frenéticamente la cabeza, negando, suplicando clemencia, pero todos sus ruegos eran completamente ignorados por el chico de la melena de león, cuyos ojos mostraban un brillo insano y maligno—. ¿Cual primero? ¿Izquierdo o derecho? ¿Izquierdo o derecho? —repetía en su broma interna, lleno de un humor negro que sólo las criaturas de la noche podrían apreciar—. ¡IZQUIERDO! —gritó y el cuchillo se precipitó sin piedad sobre el empeine del mencionado pie, traspasándolo por completo.
—¡AAAAAAHHHHHH! —fue el gritó que se escapó de la boca de Sofía, acallado de inmediato por el moreno.
—No, no, no, sin ruidos PUTA, no queremos alarmas a los vecinos, ¿cierto? Jajajajajaja —se reía burlonamente—. Y ahora el ¡DERECHO! —nuevamente sin compasión el cuchillo atacó el otro pie, atravesándolo sin aviso alguno. La sangre fluía a borbotones de ambas extremidades—. Bien, querida PUTA, tu salvador recibió la famosa y muy ambicionada “lanza de Longinus” así que ése será nuestro próximo punto —la chica tomó el puñal y de un certero golpe rompió una de sus costillas—. No pienses en desmayarte, aún quedan tus hermosas manitos. Jajajajajaja.
& Tom’s POV &
Al entrar a la habitación de mamá, me sorprendí de hallar allí a mi amigo Gustav, pero lo que me alteró fue verlo tan preocupado. Mi madre se veía tranquila durmiendo, entonces no entendí la tristeza de mi amigo.
—Hey Gus, ¿cómo estás? —pregunté entrando del todo en la habitación.
—Ah Tom, eres tú —dijo apenas levantando la mirada.
—¿Y a quién esperabas? ¿Qué haces tan temprano?
—Vine a ver a Simone, ya sabes… ella es muy especial para mí —mi amigo siempre tuvo problemas con su madre alcohólica, pero no importara lo grave de la situación, él siempre encontró ayuda y apoyo en mi madre.
—Sin embargo, hay algo más, ¿cierto?
—Se trata de Isabelle.
—¿Que hay con tu novia?
—Últimamente ha estado rara, en la madrugada me llamó porque se sentía mal y la traje.
—¿Está aquí?
—Le hicieron unos exámenes, ahora está durmiendo.
—¿Y qué tiene?
—Un bebé.
—¡¿Qué?! —no lo creía, a lo mejor entendí mal.
—Está embarazada.
—Dios mío… —lo vi muy mal y decidí preguntar—. ¿Y para ti eso es bueno o malo?
—No lo sé.
—¿Cómo que no lo sabes? Amigo, un bebé es algo serio, no se puede devolver.
—Isabelle y yo no hemos estado bien los últimos meses. No creo que la ame.
—¿Entonces por qué la embarazaste?
—Ella dijo que fue su culpa, pero que entenderá si no lo quiero.
—Dios mío Gus es un bebé, no se trata de un regalo que puedas devolver, no puedes ni pensar en no quererlo, o un aborto, eso es un crimen —dije paseándome por la habitación.
—Lo sé, me haré cargo, eso lo tengo claro, pero no sé si podré seguir con Isabelle.
—Lo siento amigo. Y dime, ¿cuánto tiempo de embarazo tiene?
—Más de cuatro meses.
—Tanto, ¿y no se dio cuenta?
—Es primeriza, no tenía cómo saberlo, además se sentía culpable por mí.
—Pobrecita, lo siento amigo, si hay algo que pueda hacer, sólo dilo.
—No hay nada. ¿Y tú cómo estás? ¿Por lo se Simone? —bajé la cabeza, en realidad no había podido pensar muy bien las cosas, todo estaba revuelto en mi cabeza y en mi corazón.
—La verdad, no sé cómo estoy.
—¿Cómo es eso?
—Estoy muy triste, porque voy a perder a la persona que más me ha querido en la vida, pero a la vez…
—Pero…
—Estoy contento porque Bill llegará pronto —dije casi sin pensar.
— Tu famoso amigo Bill… a quien nadie conoce
—El mismo —siempre les hablé a mis amigos sobre Bill, pero obviamente omitiendo los detalles de que sólo lo veía en mis sueños y a través de un espejo.
—Vaya, ahora sí que me pondré celoso. Tú estás realmente obsesionado con él. Lo conoces desde que éramos pequeños, lo conociste a él incluso antes que a nosotros.
—Sí, éramos sólo niños.
—¿Y nunca perdieron contacto?
—No, todas las noches nos hablamos, y me dijo que pronto podría viajar y venir conmigo —suspiré de la emoción que me embargaba, el sólo pensar en que Bill estaría a mi lado era…
—Tom… —me miró fijamente—, hablas de él como un enamorado.
—Es que yo… —quise, por primera vez, decir la verdad.
—Lo amas, ¿verdad? —asentí—. ¿Y Sofía? ¿Ella es muy linda?
—Esta mañana terminé con ella. Anoche hablé con Bill y decidí estar libre para esperarlo.
—Eso es bastante fuerte amigo.
—¿No me vas a echar en cara que soy un marica o algo por el estilo?
—Uno no elige de quien enamorarse amigo —bajó la cabeza, no será que él…
—¿Gustav? —me miró—, no… olvídalo.
& Padre David Jost’s POV &
En cuanto llegué al Vaticano me dirigí a la oficina del Cardenal Falacci, él ya estaba al tanto del caso Kaulitz y me concertó una entrevista apenas llegara a la ciudad.
—Eminencia —le saludé.
—Dejémonos de formalismos y vamos al grano.
—¿Hay víctimas?.
—Aun no.
—Entonces no es tan poderoso —dijo respirando de alivio.
—La verdad es que algo o alguien lo hizo lo suficientemente fuerte como para darle una metástasis fulminante al cáncer de Simone.
—Comprendo.
—Eminencia si no logramos saber quién le está dando tanta energía no podremos detenerlo —dije nervioso, sin ocultar mi nerviosismo.
—Hemos tenido más casos en estos últimos años.
—Lo sé Eminencia, por eso vine a pedir ayuda, yo solo no podré con el enemigo.
—El caso más reciente lo atendió el Padre Pompozzi, aquí en Roma.
—El resultado fue…
—Un desastre lo sé, pero fue lo único que pudimos hacer. Ya le avisé de su venida y le pedí que le acompañara a Alemania.
—Gracias Eminencia.
—Sin embargo, también irá con usted el Padre Biagioni.
—¿El experto en exorcismos?
—El mismo. El Padre Biagioni conoce el lado más vil del demonio, le será de utilidad. Se quedarán con usted, el Vaticano correrá con los gastos de toda la operación. Y Padre… si hay que sacrificar al gemelo vivo… no dude en hacerlo. —sentenció fríamente.
—Pero Eminencia, Simone ha sufrido todo este tiempo para protegerlo, no podemos simplemente sacrificarlo, como a un peón del ajedrez —me quejé, conocía a Simone, ella era mi amiga, y no quería fallarle en lo único que ella me pidió… proteger a su sobrino.
—Si el demonio absorbe al Kaulitz vivo, su poder será ilimitado, la mortandad será enorme, sin mencionar que soltará una serie de entes malignos expertos en poseer humanos.
—Entiendo Eminencia, pero…
—Más vale perder a uno, que a un millón, es cuestión de lógica.
—Aunque no es lo que enseñó el Buen Pastor.
—Padre Jost, en nuestra posición debemos velar por las 99 ovejas restantes y la descarriada… darla por perdida.
—Pero Tom Kaulitz es un buen chico Eminencia, he seguido su vida con detenimiento y es un alma digna de ser salvada.
—Haga todo lo posible entonces Padre, pero si ve que se sale de sus manos, entonces corte por lo sano.
—Me pide que lo mate así sin más, es un crimen Eminencia.
—Gozará de total inmunidad ante la ley Padre, no será juzgado, ni condenado.
—Pero… ¿Y mi alma?
—Estará limpia, pues está al servicio de la Iglesia. Calma David, sólo haz lo que te digo.
—Está bien Eminencia —contesté resignado y bajé la cabeza.
—Padre —me sujetó las manos—, su prioridad es salvar almas, si Kaulitz cede ante el mal, la perderá, pero si él perece antes de que eso ocurra, entonces su sacrificio no habrá sido en vano —Asentí, eso tenía lógica—. Vaya a descansar, por la tarde nos reuniremos con sus compañeros.
—Sí Eminencia —salí de allí sintiéndome completamente inútil. Sabía que en cierto modo Su Eminencia tenía razón, pero matar a Tom significaba traicionar la confianza que Simone depositó en mí. Debo hablar francamente con Tom y explicarle que corre grave peligro.
& Continuará &
¿Gustó? Espero que sí. ¿Qué harán los tres curas para mantener la paz? ¿Realmente matarán a Tom? ¿Logrará Tom reunirse con Bill en la realidad? ¿Seguirá asesinando gente el gemelo maldito?