4 Pumba en el parque

Pumba y sus amigos” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan

Pumba en el parque

El pequeño Pumba ya llevaba algo de tiempo viviendo con los Kaulitz, amaba a su familia, tanto humana como animal, porque ellos no eran solo perros, sino también gatos y otro tipo de mascotas que él aún estaba aprendiendo a conocer, que eran hijos de otros humanos.

Pumba dormía plácidamente en su mantita peluda a los pies del sofá, cuando un gran portazo lo despertó. Se sentó muy rápidamente y buscó a su hermano mayor, pero no estaba. Se levantó y fue en busca de respuestas, topándose en medio del pasillo con su papi Bill, su humano favorito en todo el mundo.

—Guau.   —Gritó muy fuerte, pues su papi parecía desconcentrado.

—Hey…  —La voz de Bill sonó tan bajita y triste, que Pumba quiso aullar de pura tristeza.

—Uuuuuu. —Un pequeño aullido salió sin querer de su hociquito y los brazos de su padre lo tomaron en alto.

El rubio lo llevó hasta el jardín y se sentó en el césped, aún con su cachorro en brazos.

—Tom es un tonto —dijo muy quedo—, está celoso porque hablaba con Alex por teléfono. ¿Por qué demonios no entiende que trabajamos juntos, que es natural que debamos hablar? —El ceño apretado en su rostro, preocupó mucho al perrito, quien simplemente le dio un lametón en la mejilla—.   Tú sí me entiendes, ¿verdad, Pumba?

—Guau.

Cuando volvieron a entrar a casa, lo hicieron por la puerta de cristal que da a la cocina y papi Tom estaba allí, cogiendo una botella de cerveza. Ninguno de sus padres se miró, cosa que a Pumba le pareció muy rara y triste a la vez.

—Están peleados   —dijo Durkas, al notar el desconcierto de su hermano menor.

—¿Qué es eso?    —preguntó el pequeño, pero la voz de su padre lo distrajo.

—Vamos Pumba, iremos al parque.

—Ven con tu padre.   —Mandó también el perro más grande—.  Yo me quedaré con Tom.

—¿No vienes Durkas?  —preguntó Bill, tomando las correas para atarlos, pero el favorito de Tom, se echó junto a su amo castaño, quien ni siquiera volteó para verlos—. Ok, tú te lo pierdes.

Pumba dejó que le pusieran la molesta correa en el cuello y se dispuso a salir con papá.

&

Llegaron a un parque cercano, al que siempre iban a relajarse, pero como el clima estaba frío, había muy poca gente cerca. Pumba no quería separarse de su padre, porque podía sentir algo muy raro en él, era una reacción química que se manifestaba en su delicioso aroma, que ahora se sentía diferente.

«Con que eso pasa cuando alguien se “pelea”. Creo que los papis se ven mejor y huelen mejor cuando hacen “cuchi-cuchi”» Se dijo a sí mismo y se echó a los pies de Bill, quien le acarició detrás de la orejas.

Su padre lentamente se relajaba simplemente estando allí, lejos de Tom, meditando sobre la absurda discusión. Pumba notó que las cosas estaban mejorando, pues el olor delicioso de su papi, volvía.

—Guau.    —Gritó el perrito notando algo a la distancia.

—¿Por qué no vas a investigar, amigo?   Quizás encuentras algún tesoro escondido.

Pumba sabía que “tesoro” era una buena palabra, así que se levantó y corrió hacia aquella mancha negra que se veía a la distancia, sin percatarse que su padre sacaba su teléfono móvil para inmortalizar su hazaña.

Se fue lentamente hacia la mancha oscura a la distancia, pero mucho antes de llegar a ella, esta salió disparada hacia el cielo.

—OMG!  —Exclamó el perrito con su voz interna. No podía creer qué acaba de suceder y retrocedió mirando el piso, porque no podía entender como la mancha oscura se elevó sin un humano que la sostuviera.

Caminó sin mirar, hasta que escuchó la dulce voz de su papi…

—Pumba.   —Y un beso—.   Muak.

El perrito corrió a toda velocidad—.   ¡Papi, vi un alien, de esos que tú mencionas!

Y fue recibido por los cariñosos brazos de Bill, quien le acarició para calmar su alocado corazón perruno.

—¿Quieres volver a casa?

—Guau. Sí por favor. —Por supuesto que el rubio, solo escuchó el ladrido y tras volver a atar la correa, emprendieron el regreso.

Apenas cruzaron la puerta, Durkas corrió hasta los recién llegados.

—¡Casi me muero del susto!    —Rugió Pumba a su hermano mayor.

—Antes de que me cuentes nada, ve con papi Tom y hazle cariño. Hazle saber que lo extrañaste y que quieres que venga con papi Bill. ¡Ahora, ya!

Pumba no lo pensó dos veces y corrió lo más rápido que sus cortas patitas le permitieron, hasta llegar con el castaño, a quien acarició con su cabeza.

—Llegaste, campeón.   —Saludó el adulto y acarició detrás de sus orejas.

Bill llegó a la sala, casi siendo empujado por el perrito moteado y una vez su mirada se cruzó con Tom, el tiempo se detuvo.

—Lo siento.    —Se escuchó como dijeron ambos al unísono.

Durkas como era más grande, le dio un último empujón a papi Bill, justo en el trasero. Tom rió y dijo—.   ¡Hey, que ese lugar es solo mío!

Los padres se abrazaron y Pumba fue llevado, casi a rastras hacia la puerta de la cocina, por su hermano mayor—.    Ahora cuéntame qué pasó en el parque.

—Oh… —Pumba relató su experiencia paranormal y terminó con un chillido—. ¡Y creo que era un alien!

Durkas estalló en risotadas perrunas—.  Ese no era un alien, Pumba.   —Siguió riendo.

—¿Y qué era entonces?

—Era un pájaro, un ave. Pueden volar sin que un humano los cargue como a nosotros.

—¿Un pájaro?

—Sip, son otros animales. A medida que salgas más de casa, conocerás que existen muchos animales aparte de los perros, gatos, humanos y hámsteres.

—Ohhh…  —El sonido se alargó, porque la impresión del cachorro todavía era grande. Luego reflexionó un instante y preguntó—. ¿Y por qué salió huyendo? Yo podría haber sido su amigo perro.

Durkas le dio un lametón en la mejilla y sonrió casi paternalmente—. Esas cosas son inalcanzables, Pumba.

—¿Por qué?

—Porque algunos animales, como Kazimir, los cazan y se los comen.

El cachorro puso cara de terror—. Ugh, pero comerse a otro ser es canibalismo. Eso dicen los papis.

—Para los gatos no.

—Ugh, que asco.

—No los juzgues tan pronto, pequeño. Todavía no has probado las “patitas de pollo”. —Le dio un guiño perruno, que dejó muy curioso a Pumba.

—¿Qué es eso?

—Es algo que comen los tíos G’s.

—Ohhh.

—Los pollos son otro tipo de ave, pero son condenadamente deliciosas. —Durkas se saboreó el hocico de solo recordar el sabor de las patitas de pollo.

—Ahora me dio hambre.

—Vamos a ver si ya terminaron el “cuchi-cuchi” de reconciliación, para que nos den algo rico.

—Yey!!!.

&   Continuará   & 

Ok, esta idea la saqué cuando vi el video en el que Bill saca a Pumba a un parque. No pude evitar pensar en todo ese hilo mental de las aves y las patitas de pollo que menciona Durkas al final.

Escritora del fandom

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