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“Fashion” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 45: Sólo para mí
LLéname la vida, dame tranquilidad, calma el temporal que hay en mi piel. Dame primaveras para disfrutar. Días que se van, no han de volver. Puede ser que la voz de tu paz y el amor me ayuden a cambiar y me hagan ser mejor. Perdona mis manías, no doy para más, no sé aparentar, soy como soy (Robbie Williams)
& Lunes por la noche &
Bill creyó que estaba soñando, su cuerpo abrigado entre las suaves cobijas, le confirmaba que estaba en una cama, pero aquel dulce sonido le hacía dudar. Era el rasgueo de una guitarra y sabía que su novio, aún no podría tocar a causa de la lesión en su hombro, pero cuando se unió una voz masculina a esa melodía, supo que era él. Sin dudarlo más, abrió los ojos y allí estaba, la espalda desnuda de su Tomi, ronroneando, mientras sus manos con dificultad, se movían sobre las cuerdas.
—Mmm —Fue lo que escapó de sus labios. Levantó la vista hacia el reloj de la mesita de noche. Era tarde.
Coz Bill you’re amazing, just the way you are
(Porque Bill eres sorprendente, así, tal y como eres)
Bill sonrió al escuchar su nombre en la última frase de la canción. Estiró la mano y acarició la espalda de su rastudo, llamando su atención.
—Lo siento, Billa. No quise despertarte.
—Si voy a despertar con tu voz cantando algo tan lindo, entonces sí quiero despertar —susurró y sonrió al mayor, quien dejó de lado el instrumento.
—Es casi medianoche, amor. Mejor descansa.
—No me habías dicho que también cantabas —Reclamó el pelinegro, abrazando a su novio, y arrastrándolo con él de vuelta a la cama.
—Claro que no canto, Billa. Mi voz parece la de un gato hambriento junto a la tuya.
—Eso no es cierto. Tu voz es muy masculina —Pasó la lengua por sus labios—. Me gusta mucho, al igual que tú… me gustas mucho.
Tom envolvió el cuerpo del menor con sus brazos y piernas y se hundió en su cuello, aspirando la esencia propia de Bill, junto a su propio aroma, el que había impreso en la delgada figura, cuando lo amó horas antes. Recorrió con sus manos la espalda del cantante, sonriendo al sentir como se estremecía, y llegó hasta sus redondas nalgas, posándose allí, ansioso.
—¿Estás…? —“Adolorido”. Quería asegurarse, pues deseaba tomarlo una vez más.
—Estoy listo para ti, Tomi —respondió el menor, tan ansioso como su novio, de volver a experimentar el placer en los brazos del otro.
&
A esa misma hora, pero en la mansión de la familia Page, varios hombres discutían un asunto sumamente importante, relacionado con el “Caso 69”.
—¿Qué opina usted, agente Zullen? —preguntó directamente el ex marine y jefe de la organización Page.
—Pienso que es lo mejor. Como ya todos saben, el grupo principal del caso de drogas fue detenido en esta ciudad y pese a que la mayoría de los delincuentes está prestando declaraciones, sabemos de antemano, que aún quedan sedes de esta banda diseminadas a lo largo y ancho de toda Alemania —Todos asintieron.
—¿Cuál es el riesgo inmediato para nuestra ciudad? —Insistió Page.
—Como Tobi mencionó anteriormente, la televisión le ha dado demasiada importancia a la participación de los jóvenes Trumper y Schafer —prosiguió Zullen—, presentándolos como verdaderos héroes juveniles, lo cual los sitúa como su próximo blanco de venganza —Finalizó el hombre, ajustándose las gafas, buscando la mirada de Gustav.
—¿Al hablar de venganza, se refiere a que intentarán asesinarlos? —inquirió Saki, empuñando las manos.
—Exactamente —continuó Zullen—. Ya todos ustedes están al corriente de la clase de organización criminal con la que tratamos, ellos han secuestrado, torturado y asesinado sin ningún tipo de discriminación, por lo tanto, lo más seguro es que quieran eliminar a los chicos como una forma de mostrar a los que fueron detenidos, que ese será su castigo si los llegan a delatar.
—No podemos permitir una cosa como esa —agregó Gordon Kaulitz, tensándose de inmediato—. Debemos protegerlos a toda costa —El sólo pensar en lo devastado que quedaría Bill si algo malo le ocurriera a Tom, era insoportable.
—Los chicos deben estar bajo vigilancia —Mandó Page y el resto de los adultos asintió.
—Estoy de acuerdo —respondió Gustav—, pero dudo que Tom lo quiera.
—Le pondremos una escolta sin que él lo sepa —comentó Kaulitz.
—¿A quién pondrás? —cuestionó Page, para tener en cuenta a la persona a cargo.
—Saki —contestó de inmediato—, pero como siempre está con Bill, necesitará a alguien más —Alzó la vista, directamente al ex marine—. ¿Tienes a alguien más de confianza?
—Sí, ninguno de los chicos lo conoce, así que guardaría las apariencias —explicó Page.
—¿Quién es? —Insistió Gordon.
—Jeremy Renner, retirado de la CIA, dame un segundo —Cogió su celular y dio una breve instrucción—. Viene de inmediato.
En esos momentos, Chantelle bajaba a la cocina para tomar un vaso de leche y notó que había demasiada gente en la sala. Se acercó en puntas de pies, pues estaba vestida sólo con su baby doll para dormir. Abrió grandemente los ojos al ver a Gustav allí, junto a todos los adultos que lucían expresiones sombrías. Se preguntó qué estaría ocurriendo y decidió poner atención.
—No es bueno espiar conversaciones de grandes —dijo una voz muy sensual, justo detrás de ella. Saltó y delató su presencia.
—Jeremy, qué bueno que llegaste —Anunció Page, pero arrugó el ceño al ver a su hija en esas pintas—. ¿Chantelle qué haces aquí?
—Papá yo… —La chica se sonrojó.
—Yo me la llevo —dijo Gustav, caminando en su dirección y tomándola de la mano—. Ven conmigo —dijo bajito, pero ella asintió y, sin soltarlo, caminó a su lado.
—¿Qué ocurría allí? —preguntó la chica, cuando llegaron a las escaleras.
—Cosas de adultos —respondió el rubio, sin dejar de caminar, apretando ligeramente la mano, que repentinamente, entrelazó sus dedos.
Al llegar a la puerta de la habitación de la rubia, Gus le dio espacio para que entrara, pero ella se negó.
—Volveré a bajar y me enteraré de lo que planean —dijo con voz firme.
—Entonces me quedaré contigo, hasta que la reunión finalice —No sería una gran molestia para el chico, ya que la vista de Chantelle en esa prenda tan íntima, era bastante agradable.
—Bien —Bufó la chica y entró del todo en el cuarto, arrastrando a Gustav con ella y cerró la puerta de un golpe—. Dime, Gus… —Ella lo miró directamente, y él no se atrevió a levantar la cabeza.
—¿Qué?
—¿Por qué haces todo esto? —El chico abrió los ojos y la miró buscando detalles—. ¿Por qué te arriesgas de esta manera? ¿Por qué trabajas como si fueras uno de los empleados de papá? No lo entiendo, tú quieres ser abogado, ¿no?
—Sí —respondió tranquilamente.
—No lo entiendo.
—¿Qué buscan los abogados, Chantelle?
—Chanty, dime Chanty.
Gus rodó los ojos—. Bien, ¿Qué buscan los abogados, “Chanty”? —pronunció lentamente el nombre de la rubia.
—No lo sé… ¿dinero?
—Esfuérzate un poco más.
—¿Justicia? —Intentó nuevamente la chica.
—Exacto, busco justicia, esa es la razón por la que estudiaré leyes. Y ahora mismo, busco la misma justicia para mi amigo —Ella abrió grandemente los ojos, recordaba lo triste que se ponía Gus, cada vez que mencionaba a su amigo muerto, a causa de los traficantes—. Y si tengo que buscar esa justicia con mis propias manos, lo haré.
—¿Arriesgando tu vida? —Los ojos de la rubia se llenaron de lágrimas y Gus se sintió incómodo.
—No ha sido la gran cosa —Ella saltó de la cama y prácticamente se sentó en el regazo del rubio, abrazándolo con fuerzas.
—No creas que soy tan tonta, Gus —dijo ella, hundiendo su rostro en el cuello del chico—. Vi las noticias, vi lo que tú y Tom hicieron por rescatar al chico de la escuela, que fue por eso que dieron con esa pocilga de delincuentes.
La rubia se separó un poco, para ver a Gus a la cara y posó suavemente sus labios en los de él, fue sólo un roce. Se volvió a separar, para acariciarlo con su nariz.
—Te pudieron haber matado.
—Eso no sería de tu incumbencia, Chanty —susurró el chico, pero entonces ella se puso de pie furiosa.
—¡A veces pienso que eres un idiota, Gus! —Gritó y le dio la espalda.
El rubio se puso de pie y la abrazó por la espalda, logrando que ella soltara un jadeo ahogado. Gus besó el cuello de Chantelle y la volteó para abrazarla de frente. La chica no se conformó sólo con el abrazo y buscó sus labios, en un beso hambriento y ansioso. Sin separar sus labios, ella caminó hacia atrás, hasta que sus piernas tocaron la cama y bajó, llevando al rubio con ella, dejándolo sobre su cuerpo.
La mente del chico gritaba que se detuviera, que el señor Page estaba en la sala y que probablemente subiría a buscarle en cuanto terminaran la reunión. Pero su cuerpo le pedía más y, dejándose llevar por las hormonas, intensificó el beso y bajó su pelvis hasta embestir a Chantelle, quien gimió extasiada, por aquel simple movimiento.
Las delicadas manos de la chica, recorrieron la espalda grande de Gus, aferrándose con fuerzas a él, cada vez que sus caderas se encontraban en esa deliciosa fricción que el rubio estaba llevando tan bien. Gimió con soltura, pues hacía bastante tiempo que no estaba íntimamente con alguien, de hecho, su abstinencia era justamente causada por Gustav, desde que Bill y ella acordaron sobre la “apuesta”, ella se había obsesionado con el chico de la moto, a tal grado, que sus sentimientos habían evolucionado y ahora ella estaba convencida de que quería a Gus.
—Te quiero —susurró.
Había sido tan fácil decirlo, después de todos aquellos meses pensando en Gus, de sufrir por sus constantes rechazos, había sido tan natural pronunciar esas sencillas palabras.
—Ssshhh —Le calló el rubio, volviéndole a besar, lleno de pasión.
Ella maniobró dentro del beso, para guiar una de las masculinas manos del chico, hasta uno de senos, jadeando al sentir la calidez de sus pieles haciendo contacto.
Pronto, el movimiento de sus cuerpos, levantó el pijama de la rubia, quien se sentía cada vez más húmeda, por la constante fricción de sus caderas. Gustav se percató de este hecho y se inclinó hacia un lado, para no quedar sobre ella. Cogió una pierna de ella y la puso sobre la suya, y llevó una mano justo al centro de ella, dejándola momentáneamente sin aire, por la impresión.
—¿Puedo? —preguntó él, pasando un dedo sobre la húmeda pantaleta.
—Sí… —respondió ella, en forma de jadeo.
Gus siguió pasando sus dedos sobre la tela, sin dejar de besar los labios de la chica, sonriendo cada vez que ella se estremecía presa del placer que estaba sintiendo. El ritmo constante, logró el objetivo del chico, llevar a Chantelle a un orgasmo intenso.
Al sentir los estertores en el cuerpo más delgado, el rubio sacó la mano y procedió a cubrir con sus brazos a Chantelle. Acariciando su espalda y cabello, hasta que la respiración de ella se relajó por completo.
—Gracias —susurró, y Gus pudo adivinar que sonreía.
—Eres una mujer muy bella, Chanty —Elogió él con cariño—. No sé qué haces con alguien como yo.
Ella apretó el abrazo y besó un poco de mejilla—. Tú eres increíble, Gus. Fui una tonta al no haberte descubierto antes. Habríamos sido novios por años.
Ambos rieron y permanecieron así un rato más, hasta que la rubia recordó que sólo ella había tenido satisfacción, movió su muslo para tocar la hombría del chico, quien gimió al sentirle.
—¿Déjame tocarte, Gus? —Pidió ella.
—No es necesario.
—No se trata de eso, Gus. Quiero hacerlo —expresó ella con sinceridad, a lo que el chico sólo pudo asentir.
Se desprendieron del abrazo y Chantelle, con manos temblorosas, abrió el pantalón del chico, bajándolo, junto a los bóxers. Al ver toda la longitud del miembro, sonrió y lamiéndose los labios, lo engulló en su boca, decidida a complacer a Gus.
Durante los siguientes minutos, sólo se escuchaban los gemidos del rubio, más lo sonidos húmedos de la boca de la chica, hasta que con un gruñido ronco, Gustav terminó. Chantelle tragó todo y sonrió cuando el rubio la cogió otra vez en sus brazos.
—Eres muy buena haciendo eso —comentó, pero con un clara señal de amargura.
—He sido muy perra en mi vida, Gus y no estoy orgullosa de ello, pero si tú quieres —Se separó para verle a los ojos—. Si tú me quieres, entonces todo eso será historia del pasado, seré sólo para ti, lo juro.
Los ojos del rubio brillaron ¿En verdad quería eso? ¿Se arriesgaría a estar con una animadora? ¿Estaría dispuesto a sufrir, cuando ella le fuera infiel? La respuesta era una sola.
—Te quiero para mí, Chanty, sólo para mí.
Con una sonrisa en los labios, la chica se durmió.
& Martes por la mañana &
Chantelle despertó con una agradable sensación en el pecho. Se levantó antes de que el despertador sonara, ese sería un día espectacular.
Cuando salió de la ducha, notó un papel blanco sobre su mesita de noche. Lo tomó y sonrió al ver la letra de Gustav allí.
“Mi Chanty
Nos vemos en la escuela”
La sonrisa boba volvió a hacer acto de presencia en el rostro de la chica y con rapidez se dirigió hacia su armario, tendría que escoger un atuendo apropiado para impresionar a su novio.
&
Gustav por su parte, también portaba una sonrisa simpática en su rostro, cosa que captó de inmediato la atención de Tobi, quien se hallaba apostado en la entrada de la escuela.
—Vaya, te ves radiante esta mañana —Le guiñó un ojo—. ¿Pasaste una buena noche?
—Tan buena como cualquier otra —Se defendió el rubio, ante el tono implícito del agente.
—Vamos, no quiero detalles, sólo la confirmación de que estás disfrutando de tu juventud —Siguió bromeando, pero esas palabras hicieron sonrojar al menor—. Vaya, acerté —Alzó las manos al cielo—. Es bueno ser joven.
—Tonto —Le golpeó juguetonamente el hombro.
—Cambiando de tema, ¿sabías que Tom no vendrá en toda la semana?
—Sí, hablé con él, le extendieron el permiso médico, aunque su brazo está mucho mejor. Creo que fue obra del señor Kaulitz, para que esté más tiempo con Bill —respondió el rubio.
—Así es mejor, mientras esté en su casa, será más fácil para Saki y Jeremy poder vigilarlos.
—¿Confías en Jeremy? Nunca había oído de él —Alegó el chico.
—Le confiaría mi vida, es uno de los mejores —contestó el adulto—, y si no habías oído de él, es por el secretismo de su trabajo.
—Vaya… —Arrugó el ceño.
—¡Tobi! —Gritó una voz chillona—. ¿Qué le dices a mi novio, para ponerlo tan serio? —Chantelle abrazó a Gustav y le robó un beso frente a todo el mundo, cosa que devolvió la sonrisa simpática al joven.
—Nada lo suficientemente grave, como para que una chica linda como tú, no lo vuelva a hacer sonreír —Tobi guiñó otra vez al rubio, quien se sonrojó.
—¿Puedo llevármelo ahora? —preguntó al agente—. Quiero presumir a mi novio.
—Adelante, hazlo muy feliz.
—Lo intentaré —dijo ella sonriente y entrelazó sus dedos.
—Adiós, Tobi —Se despidió el rubio y caminó al lado de la porrista, que no llevaba el uniforme, sino unos jeans ajustados y una blusita rosa, muy sexy.
La pareja caminó con una sonrisa y se sentaron en una de las bancas de la entrada, dándose miraditas tímidas, jugando con sus dedos entrelazados, hasta que el grupo de animadoras se acercó hasta ellos.
—¿Gustav, te puedo tomar una fotografía? —preguntó una de las chicas.
—¿Por qué quieres una foto de MI novio? —Reclamó la rubia.
—Porque tu osito es famoso —respondió la aludida.
—Ahora entiendo por qué lo hiciste tu novio, a pesar de la apu… —Una chica golpeó el costado de la que estaba hablando.
Pero la palabra “apuesta” resonó en la mente del rubio, quien se puso de pie, para escapar de allí.
—Disculpen, chicas, tengo cosas que hacer —Se excusó y no fue capaz de mirar a los ojos de Chantelle, quien hervía de rabia.
—¡Heidi! —Gritó la líder, cuando su novio se hubo alejado—. ¡Eres una perra! —Algunas de las chicas, se llevaron la mano a la boca, escandalizadas por la violencia de su líder.
—Oh, por favor, como si fuera mentira lo que acabo de decir. Estás con Gustav porque es tu apuesta y ahora te aprovechas de la situación, porque prácticamente es un héroe en toda la bendita ciudad —Soltó la otra porrista, con la voz cargada de veneno.
—Eres una tonta. Gustav me gusta y si te vuelves a interponer, te arrancaré los estúpidos implantes de silicona con estas uñas —Mostró sus garras, con furia.
—Eso habrá que verlo —Gruñó la otra rubia y se fue de allí.
—¿Y Romina? —preguntó Chantelle al no ver a una de sus amigas más cercanas.
—Está con el de melena —contestó otra animadora.
—Finalmente —Sonrió la líder—. Pensé que se lo pasaría huyendo de él, sólo por lo que le dije —El resto la miró confundida—. ¿Por qué me miran así? Ella tiene derecho a enamorarse de quien sea, aunque ese hombre ama más a su cabello a alguna mujer —Todas rieron.
&
Mientras en su departamento, Tom abría los ojos con pereza y se sentó de golpe, al no sentir al pelinegro a su lado.
—¿Bill? —Le llamó, pero no obtuvo respuesta.
Se levantó, poniéndose los bóxers y caminó por todo el lugar, sólo para encontrarlo vacío. Se asustó y buscó su celular.
—¿Billa? —Saludó cuando aceptaron su llamada.
—Hola, Tomi.
—¿Dónde estás, bebé?
—No quise despertarte y me dio el antojo de comer pastel de fresas, así que estoy en una panadería cerca —explicó.
—Ok, iré por ti.
—No es necesario, cielo, no es muy lejos.
—Lo sé, pero no tardaré nada en llegar allá.
—Como quieras, Tomi.
—Bien, te amo, Billa.
—Y yo a ti, Tomi.
En cosa de minutos, el rastudo estaba corriendo por las escaleras, para ayudar a su pelinegro, tenía una extraña sensación en el pecho y simplemente quería asegurarse de que su Billa estuviera bien.
Cuando llegó a la calle, emprendió la carrera hacia la pastelería y, casi al llegar, vio a Bill caminar con una sonrisa en su rostro, pero su sentido de alerta, le hizo percibir una sombra que corría en dirección a su novio. Apretó los dientes y corrió lo más fuerte que pudo hacia él, aterrándose al ver el brillo de un revolver.
& Continuará &
¿Quién viene corriendo tras Bill? ¿Es alguien malo? ¿Podrá Tomi detenerlo y salvar a Bill? ¿Podrá Gustav perder el enojo hacia Chantelle? No se pierdan la respuesta a estas preguntas, en el siguiente capítulo. Besos a todos y no olviden comentar.