5 Pumba y los tíos G’s

Pumba y sus amigos” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan

Pumba y los tíos G’s

Después de algunos “cuchi-cuchi”, los papis decidieron que llevarían a sus mascotas al estudio para avanzar en las grabaciones. No era la primera vez que Pumba iba, pero no estaba tan entusiasmado como su hermano mayor, quien no paraba de lamerse el hocico y dar ladridos de gusto, sacando carcajadas de sus padres.

—Ya… ¿me vas a contar o qué? —preguntó el cachorro, en el asiento trasero con la cabeza baja. Todavía no le gustaban los viajes en esos monstruos metálicos, llamados “autos”.

—¿Qué te cuente qué?

—¿La razón por la que estás tan feliz?  Ni siquiera podemos estar todo el día con los papis. No podemos entrar en esos cuartos de cristal.

—Es que estarán los tíos G’s    —contestó y sus ojos brillaron de emoción.

—¿Y…?

—Los tíos G’s comen “patitas de pollo”.

—¿En serio nos volveremos caníbales por las patitas de pollo? ¿Tan sabrosas son en realidad?  —Pumba no se sentía muy convencido y le seguía causando asco la idea de comerse a otro animal vivo.

—No serás caníbal, pequeño. Es más, te aseguro que no podrás comer solo una. Tío Gus dijo una vez “son adictivas” mhmh… —Se lamió el hocico, cosa que solo incrementó las dudas de Pumba y su vientre gruñó de hambre.

Al entrar, siguieron muy ordenadamente a sus padres, hasta que se reunieron con los otros humanos y sus queridos tíos G’s. Pumba y el moteado corrieron hasta los jóvenes y buscaron cariños, los cuales les fueron otorgados de inmediato.

—Hola campeones. —Saludo tío Gus y susurró en la oreja de Durkas—. Luego te daré algo rico para comer, amigo.

—Guau.    —Gritó el perrito bicolor, llamando la atención de todos.

—Ni se te ocurra darle de comer barbaridades a nuestras mascotas. —Advirtió Bill con el semblante muy serio.

—Hey, ¿por qué las amenazas?  —preguntó Georg con tono juguetón.

—No queremos ver morir a nuestros pequeños, ahogados con un hueso de pollo.

—¿Pollo? Con que era cierto que nos darán patitas de pollo —dijo Pumba a su hermano mayor, mirando expectante y ya salivando ante la idea de comer algo nuevo y delicioso.

—Ñami, ñami, ñami. Te lo dije. Venir al estudio es lo mejor que nos puede pasar en la vida.

—¿Por qué?

—Escucha al tío Gus, él siempre lo saca a la luz.

—¿El qué?

—Escucha Bill, que tú seas vegetariano, no significa que tus perros también lo sean. Por naturaleza les gusta la carne. ¿A qué sí, Durkas?

—¡GUAU!  —Ladró muy fuerte y esta vez, Pumba apoyó a su compañero, haciendo reír a todos los adultos.

—Mi pequeño, Pumba. —Bill lo tomó en sus brazos—. No le hagas caso a estos humanos come carne.

Pasaron algunas horas y decidieron hacer un receso. Entonces, Durkas llamó a su hermanito menor y le dijo—.   Ponte detrás de mí y haz lo mismo que yo.

El cachorro hizo lo que le mandaron, pero la posición resultó un tanto incómoda para él—. Mhm, brother, creo que esto no va a resultar.

—¿Por qué?

—Porque no tengo una buena visión desde aquí… de hecho, es un poco… vergonzoso.

—Tú solo observa y aprende.

Pumba se quedó allí y solo pudo sentir el delicioso aroma que se desprendía de una caja. Su boca comenzó a salivar de inmediato, de forma incontrolable y su estómago rugió.

De pronto, el perro moteado tenía algo en el hocico y salió huyendo de allí. El cachorro salió persiguiéndolo, necesitaba entender qué era ese olor maravilloso y que le provocaba esas sensaciones tan agradables en la barriga.

—¡Dime!  —Exigió a su perruno colega, quien estaba afanado con su patita de pollo en el hocico—.   ¡¿Qué fue lo que hiciste?!

—¿Acaso no me viste?

—Solo te vi el rabo desde esa posición y aunque no lo creas, yo también tengo uno y no le veo la gracia ver otro.

A regañadientes, Durkas dejó su presa y miró al pequeñín—. ¿Te acuerdas de esa vez en que te comiste los zapatos nuevos de papi Bill?

Pumba se cubrió el rostro con una patita. ¿Cómo podría olvidar ese terrible día? Su adorado padre lo regañó por primera vez en su perruna vida.

Durkas observó su pose y sonrió—. Debes poner esa misma cara con los tíos G’s y ellos te darán cualquier cosa deliciosa que estén comiendo. Te lo aseguro. Ve, ahora.

Pumba corrió de regreso al salón en el que estaban los tíos y puso su carita de regaño.

Georg soltó un suspiro muy femenino y bajó la mano a la cajita que tenía más de esas presas olorosas. Con cuidado de no morder al humano, Pumba la cogió en su hocico y salió al mismo lugar donde estaba su hermano.

El cachorro sintió que había conocido el cielo. La comida que le daban sus padres era deliciosa, en especial las galletas que conseguían cuando hacían “cuchi-cuchi”, pero las patitas de pollo eran la gloria.

Cuando por fin terminó de comerla y roer el hueso, preguntó—. ¿Por qué estamos escondidos?

—Porque ya viste a nuestros padres, no les gusta que comamos esto.

—¿Y por qué no?  Es buena comida, muy buena comida. —Se saboreó el hocico.

—Porque si no masticas bien los huesos, te puedes morir.

Pumba se congeló y puso cara de pánico—.   ¿Estás hablando en serio?

—Sí, pero eso no pasa nunca.

—Ya veo. —Con la misma rapidez con que el pánico apareció, desapareció. Era mejor pensar en el paraíso provocado por comer esas patitas de pollo, que pensar en que podrías llegar ahí a causa de ellas. Que irónico sonaba todo. De todas formas, las patitas de pollo se relacionaban con el paraíso.

De pronto la puerta se abrió muy lentamente.

—¡Escóndete!  —Mandó Durkas a su hermanito.

—¿Campeones, están aquí?  —Era la voz de tío Gus. Al reconocerla, ambos canes aparecieron—. Buenos chicos, están muy bien escondidos. —Les acarició las cabecitas— Les dejaré esto, ¿ok?  —Era la caja y tenía más patitas de pollo, a los perritos les brillaron los ojitos—. Compartan, ¿está bien? Pero por lo que más quieran, no se vayan a ahogar. No quiero morir a manos de Bill.

—Guau   —respondieron ambos animalitos, agitando las colitas.

—Yo los distraeré, mientas ustedes almuerzan. —Con una sonrisa, tío Gustav dejó la habitación.

—Adoro a los tíos —dijo Pumba y procedió a sacar una patita de pollo, muy crocante y deliciosa.

&   Continuará   &

Es cierto que los perritos pueden morir por un hueso de pollo astillado, pero no me pude resistir a escribir esto con un toque de humor. Espero les haya gustado también. Besitos para todos y gracias por visitar la página.

Escritora del fandom

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