En este capítulo, comienza la competencia de las bandas. Una mujer interpreta “I’m A Slave for you” de la sexy “Britney Spears” Pueden escucharla antes o después, de que se diga. Disfruten su lectura.
“Head Over Feet”
Capítulo 6: “Clase de Música”
& Tom’s POV &
No podía evitar sonrojarme cada vez que Bill me sonreía, miraba sus labios y recordaba como de esa boca se escaparon sonidos de placer justo en frente de mí aquella noche. Estaba perturbado, necesitaba una tía buena lo antes posible y follar hasta el cansancio. Sé que era cruel, pero lo necesitaba con urgencia, algo de normalidad a mi vida, volver a sentirme hombre, un “macho” joder y no un maldito gay que se sonroja pensando en Bill.
Qué bueno que hoy empiezan las clases en la Universidad. La verdad no es tan así, tendremos una asamblea todas las carreras y luego inscribir los ramos y esas cosas.
Como nos dijo Gustav, en la asamblea nos explicaron sobre los créditos faltantes y de las tres asignaturas que completarían la carrera. Se nos advirtió que tendríamos que dar audiciones y que los que fueran rechazados tendrían que esperar un año más para graduarse. Que cabrones.
Como imaginé Bill captó muchas miradas de chicas guapas y hombres que de seguro lo confundieron con tía, pero todo estuvo calmado.
Al medio día ya los cuatro estábamos desocupados.
—¿Vamos a comer? —Sugirió Georg.
—Sí, me muero de hambre —respondió Bill, pero yo me sentía igual.
Nos dirigimos a un restaurant que era del papá de Gus. Nos atendieron como reyes y nos pusimos manos a la obra con lo de los ensayos, sabíamos que ninguno de nosotros podía darse el lujo de retrasar la graduación, teníamos que quedar sí o sí.
—Estuve hablando con unos tipos que también quieren entrar a música —dijo el rubio.
—¿Y?
—Ellos no saben nada de nosotros así que vamos bien encaminados.
—¿A qué te refieres? —Pregunté curioso.
—Que todos le temen a un grupo en especial.
—¿A quién?
—Se hacen llamar “Snakes” y su líder, la vocalista, lo tiene todo.
—¿Qué, es perfecta? —Pregunté en tono burlón.
—De hecho, sí —dijo Georg—, así que no vayas a caer en la tentación.
—Ja, ja, ja. —Me puse a reír, pero Bill se puso serio.
—Se llama Jessica Swan, es alta, delgada, pelo largo y negro, enormes tetas, con una voz preciosa.
—Estás hablando de Bill con tetas, hombre. —Seguí riendo, para relajar el ambiente, pero Bill me pateó por debajo de la mesa.
—Cállate y escucha. —Gruñó sin mirarme.
—Perdón… —Volví a sonreír. Ya quería ver a esta chica “perfecta”.
—Tiene un gran talento como líder, le va bien en sus materias, pero el año pasado no pudo entrar a la clase de música y se retrasó, Por lo que ahora va con uñas y dientes a ganar. De hecho ha buscado a los integrantes de su grupo con pinzas. Su grupo será nuestro rival más fuerte.
—En serio, Tom, no caigas en sus redes. —Advirtió Georg, alzando el dedo índice.
—¡Que NO lo haré! Si alguien cae… será ella, no yo. —Sonreí como galán.
—Esto no es un juego de machos, Tom. ¡Compórtate! —Mandó Bill, muy serio.
&
Pasaron dos días, hoy miércoles tendríamos clase de música. El salón estaba lleno. Seguro había 200 personas ahí.
La profesora se presentó y presentó dos colegas más. Nos explicó como funcionaría la asignatura. Nos evaluarían con proyectos y el ganador de la audición sería la banda oficial de la Universidad, tocaría en todas las fiestas y obtendrían puntaje adicional si llegaban a tener problemas en alguna otra asignatura. Todo era genial. Nos dio tiempo para que charláramos con el resto de los alumnos como preparación para la audición del viernes.
&
Por fin viernes. Los ramos son horriblemente difíciles, solo quería descansar el fin de semana.
Ahora estábamos completamente centrados en la audición. Todos los grupos tenían un horario, a nosotros nos tocaba a las cinco de la tarde y justo después venían los “Snakes”
Entramos antes al auditórium, para ver a los otros grupos. Había algunos talentosos, pero nosotros somos buenos. Me sentía confiado.
Nos fuimos a preparar y vi a Bill pasearse de un lado a otro.
—Cálmate —le dije con suavidad.
—No puedo, tengo un mal presentimiento —respondió mirando el piso. Le sostuve las manos y me vio.
—No va a pasar nada, estamos juntos y somos muy buenos.
—Pero…
—Pero nada, hagamos esto y después nos vamos al albergue ¿ok?
—Sí. —Le acaricié la mejilla y sonrió.
Nuestro turno…
¡Genial! No había otra palabra, los tres profesores aplaudieron y la gente que estaba presente, también lo hizo. Me sentí mucho más confiado. Pensé que no solo habíamos aprobado, sino que también seríamos la banda oficial.
(Tema musical)
La música del siguiente grupo comenzó a sonar, mientras volvíamos a ponernos entre el público, pero esta vez estábamos al frente, queríamos examinar a nuestra banda rival. Estaban muy bien distribuidos en el escenario.
La chica estaba de espaldas y dijo unas frases. Que voz tan sexy…
La tía era guapísima y, en cierta medida, era verdad que era ver a Bill hecho mujer. Jodidamente sexy, ya me estaba excitando, pero ¿por qué? ¿Por qué era Bill con tetas? No lo sé.
La chica me miró y se acercó a mí. Me estaba cantando a mí, de una forma muy sensual y empezó a contornearse bailando y a levantarse la pequeña falda que tenía puesta lo suficiente para alterar la imaginación. Dios, parecía una actriz porno.
Podía sentir la mirada de Bill en mí, bueno no estoy seguro, a lo mejor también veía a la chica, yo qué sé. Empecé a pasar la lengua por el piercing de mi labio, la chica sonrió mientras cantaba. Esta era la jodida medicina que necesitaba, me la llevaría a la cama nada más terminara su canción, estaba decidido, así me probaría a mi mismo que sigo siendo hombre, que me siguen gustando la tías.
No podía dejar de mirarla, estaba hipnotizado. ¿Sería así Bill bailando? De nuevo Bill, tengo que sacarlo de mi cabeza.
Siento que Bill sale del auditórium y yo… quiero seguirlo… de verdad… pero la chica… me muestra el escote… le guiño el ojo y vuelve a sonreír…
Sentí un golpe en el brazo y un susurro—. Ve por Bill. —Me mandó Gustav, mortalmente serio.
—¡Anda, ve! —Fue otra orden, pero de Georg.
La música seguía sonando a mis espaldas y al cerrar la puerta, vi a Bill caminar lentamente por el pasillo, las manos colgando a sus costados y la cabeza gacha. Me acerqué con cuidado.
—¿Estás bien?
—No… —respondió tartamudeando. Estaba llorando, instintivamente lo abracé.
—¿Qué pasa? —Le acaricié la espalda.
—No puedo competir con una zorra como esa, se comprará al jurado con su actuación pornográfica, hasta tú estabas babeando, te vi.
—Tú eres diferente —dije sincero—, no necesitas competir con ella, tu talento es innato.
—Pero ella llama mucho la atención. ¿Viste sus tetas? Por Dios eran tamaño jumbo.
—Ya deja de compararte, tú no tienes tetas, eres un tío, joder, además eres genial. No necesitas vestirte como una zorra para mostrar lo sexy que eres ¿ok? —Ya… lo había dicho… estaba arruinado.
—¿En serio crees que soy sexy? —Preguntó, secándose las lágrimas.
—Claro que lo eres, siempre te he dicho que no puedo confiar en las mujeres porque ellas se valen de su cuerpo para escalar en la vida, tú no, tú tienes esa ingenuidad y simpatía que te hacen único.
—¿No lo dices solo para que deje de llorar?
—Claro que no, soy tu BFF, no te mentiría nunca.
—Gracias. —Me abrazó y ambos sonreímos.
La puerta se abrió y salieron nuestros amigos, nos soltamos y reímos. Creo que somos cómplices.
—¿Todo bien? —Preguntó Gus.
—Perfectamente —contestó Bill.
La puerta volvió a abrirse, pero esta vez salió la chica de los “Snakes”.
—Hola —dijo acercándose a mí, ignorando al resto.
—Hola soy…
—Thomas Trumper, lo sé, yo soy Jessica Swan. —Me besó la mejilla.
—Jessica.
—Jess, dime Jess.
—Bueno Jess, estos son mis amigos.
—Sé quiénes son, son buenos, escuché su canción, eres un excelente guitarrista.
No podía dejar de verla, me había hipnotizado de nuevo.
—Tú también cantas bien —dije tratando de hacer conversación.
—Me gustaría mostrarte unas partituras, ¿puedes venir?
Yo dudé, pero es que se veía tan buena con esa mini falda.
—Está bien. —Me tomó de la mano y me llevó por el pasillo. Giré la cabeza y todos estaban furiosos. Seguro tendría problemas con Bill, pero es que ahora solo deseaba volver a sentirme hombre, quería enterrar mi cara en esos enormes senos.
Entramos en un aula vacía y no lo pensé dos veces, tomé a la chica por la cintura y la besé con pasión. Ella no se resistió, en verdad era una zorra más, pero no me importaba, ella era lo que necesitaba, si no podía estar con Bill para no ser gay, entonces estaría con su versión femenina. Estoy enfermo, pero quiero mejorarme.
Nos dimos dos buenos polvos, Jess quedó muy satisfecha y yo me quedé con una sensación de vacío en el pecho. Tal vez no fue una buena idea después de todo. Intercambiamos teléfonos y quedamos de acuerdo para hablar de música.
Al salir del aula veo mi reloj. Las 7 ¡Mierda! Bill debe estar solo, esperándome.
Corrí al auto… no estaba.
Llamé a los G’s y me dijeron que estaba furioso, que me llamó traidor de banda y se fue en taxi porque debía ir a un lugar especial.
¡Rayos! El “Hogar de Cristo” Dios mío Bill fue solo a ese lugar tan peligroso y yo que le prometí que siempre estaría con él. ¿Y si le pasa algo? ¿Y si está el cabrón violador de nuevo? ¿Y si golpea a Bill? Dios mío, ¿y si lo viola a él?
Aceleré lo que más pude y llegué al albergue. La hermana me miró seria y me pidió que estacionara el auto en el lugar de siempre y que me llevara el otro, porque Bill se fue caminando.
Imágenes de Bill siendo golpeado o abusado me llenaban la cabeza. Si algo malo le pasaba no me lo perdonaría nunca.
Estacioné el auto y empecé a andar. Había chicos en el suelo, completamente drogados, me agaché y le pregunté a uno que ya conocía.
—Gabriel… Gabriel. —Le moví.
—Tom, amigo.
—¿Has visto a Bill?
—Está cerca del río, está muy triste.
Corrí hacía las orillas de un riachuelo y ahí estaba, sentado en el suelo con la cabeza entre las manos, de nuevo llorando.
—¿Bill? —Le toqué el hombro, él se puso de pie y me abrazó.
—Está muerta. —Lloró en mi cuello.
—¿Quién? —Le acaricié la espalda, desconcertado con esa frase.
—Ana, la chica que salvaste el primer día que vinimos. —Ese fue un golpe bajo.
—¿Cómo?
—Estaba embarazada y se hizo un aborto fallido, se drogó y se desangró aquí —dijo entre hipidos, llorando.
—¿Bill? Mírame.
—No quiero, tengo mucha pena y estoy enojado contigo. —Seguía en mis brazos.
—Lo siento.
—Ya es tarde, me dices que no me compare con la zorra y te vas con ella.
—Bill… yo.
—¿Eres hombre? Lo sé, pero nos vas a traicionar, te irás con los “Snakes”
—No, claro que no. Me fui con ella por… una calentura, es todo, jamás te dejaría, aunque tenga que perder mi graduación.
—No sé si creerte.
—Mírame… ¿por favor? —Levantó el rostro, pero seguimos abrazados.
—¿Qué?
—Tú eres cien veces mejor que cualquier zorra con tetas enormes y mini falda.
—Pero no puedo ser tu novia.
—No, pero somos BFF que es mejor, hasta hemos dormido juntos, joder.
—Es verdad.
—Cálmate y vamos a ayudar a los chicos.
—Está bien… ¿Tomi? —Lo miro—. Gracias por venir después de todo.
—Te di mi promesa, siempre estaré para ti.
Lamentablemente el clima no pensaba lo mismo, nos cayó una lluvia horrible. Nos apresuramos a trasladar cuanto chico pudimos, pero se nos hizo de noche y debíamos regresar. Bill y yo estábamos realmente mojados.
—¡Achuuu!
—Oh no, Bill, te resfriarás —dije preocupado.
—Siempre me pasa, a lo mejor esta vez no me enfermo por estar haciendo una buena obra.
—No creo en las bendiciones del cielo.
—¡Achuuuu!
—¿Lo ves?
—¡Achuuuu! Yo sí creo en Dios, le pedí un ángel y te envió a ti.
—Ya te dio fiebre, estás delirando.
—Es verdad, Tomichu, eres mi ángel.
—Estamos en la calle, aquí soy Tom, ¿recuerdas? —Suspiré—. Ya vamos a casa, tenemos que se sacarte esa ropa mojada.
—Lo que tú digas. —Se fue bromeando y estornudando todo el camino.
—De verdad creo que tienes fiebre, Bill —dije, llevándolo a su pieza.
—Estoy un poco débil —respondió, estaba muy frío.
—Déjame ayudarte. —Le comencé a desvestir—. Rayos, Bill, estás helado.
—Y tú dices que tengo fiebre. —Rió, como si fuera una buena broma.
—Ven, a la tina. —Lo llevé al baño completamente desnudo y le preparé la tina.
—Está caliente.
—Para que recuperes el calor.
—Una vez leí que lo mejor para calentar a alguien es el cuerpo humano.
—Entonces me duermo contigo, pero primero te pondré el pijama y te traeré algo de comer.
—Gracias, Tomichu.
—Billucho, por favor no te enfermes. —Le pedí tomando sus manos.
Fui a la cocina y calenté un vaso de leche, tomé unos biscochos y los subí.
Bill no lucía muy bien. Mis padres no estaban y pensé en llevarlo al hospital.
—Toma Billucho, cómete esto. —Acomodé la bandeja en su regazo—. Creo que te llevaré al hospital.
—¡No! —Gritó—. Odio los hospitales, por favor no, Tom, cuídame tú, pero no me lleves al hospital, se me pasará lo prometo, pero no me lleves con los “mata sanos”.
—Está bien.
—Gracias. —Siguió comiendo, hasta no dejar nada—. Estaba delicioso.
—Ahora a dormir. —Le toqué la frente—. Tienes fiebre, pero tu cuerpo está helado, que raro.
—¿Duerme conmigo? —Hizo un puchero.
—Está bien. —Me quité la ropa, me quedé en bóxer y me metí a la cama con él.
—Abrázame. —Así lo hice, una extraña sensación me invadió.
—¿Te sientes mejor? —Le acaricié la espalda.
—¿Cómo estuvo?
—¿El qué?
—El polvo que te diste con “Jess” —dijo modulando el nombre.
—¿Por qué lo preguntas?
—No lo sé, es la primera vez que te veo tan embobado, olvídalo.
—Estuvo bien, solo eso, no fue nada.
—¿Por qué?
—Porque pensaba en otra persona. —Dios, metí la pata.
—¿En quién? —Te moviste para verme directo a los ojos.
—En un amor platónico, alguien a quién nunca tendré.
—No lo entiendo… tú puedes tener a quien quieras. —Me abrazó más fuerte.
—Uno no puede manejar los sentimientos.
—Lo siento… si te sirvo de consuelo, yo te doy todo mi cariño.
—No es un consuelo, tu cariño es muy importante para mí. Ahora duerme.
—Apégate a mí que tengo frío y tú estás calientito.
—No podemos estar más juntos ja, ja, ja. Ya duerme.
—Hasta mañana, Tomichu.
—Hasta mañana, mi Billucho.
& Continuará &
¿Sanará Bill durante la noche? ¿O su resfrío se pondrá peor? ¿Qué hará Tom para cuidarlo? Espero les guste y sigan leyendo. Besos y gracias por la visita.