9: Leo tu mente

Lazo de Sangre” Fic Twc de MizukyChan

Capítulo 9: Leo tu mente 

Una vez en la habitación 483 de aquel frío y oscuro Monasterio, los gemelos se sentaron en la cama y miraron el lugar con ojos curiosos. Tom siendo el más audaz e impredecible, se puso de pie y tocó cada muralla, buscando algo inexistente, algo que los traicionara y pusiera a su Bill en peligro.

—¿Qué haces? —cuestionó el menor al ver la intranquilidad del rastudo.

—Busco —respondió sin mirarle, aún palpando cada fría y rocosa pared.

—¿Qué buscas? —Insistió el pelinegro, con una sonrisa tímida, se sentía excitado, pero le avergonzaba ser directo con Tom y pedirle que le tocara, después de todo, sólo habían confesado sus sentimientos la noche anterior.

—Algo —contestó el mayor, aún sin mirarle, pero sintiendo de pronto unos extraños cosquilleos en su bajo vientre.

—¿Qué algo? —Volvió a preguntar Bill, hasta que su hermano le encaró.

—¿Quieres jugar? —preguntó al descifrar las intenciones del menor, quien se sonrojó de inmediato.

—¿De qué hablas? —dijo apartando la mirada y jugando con el dobladillo de su camiseta.

—Ya sabes de qué hablo —Se acercó a él cual felino y se sentó a su lado en la cama—. Hablo de… seguir experimentando con nuestro lazo —Movió el piercing de su labio sugestivamente, provocando al menor.

—¿Crees que podamos? —dijo tímidamente el pelinegro.

—Claro que sí, ya oíste a la hermana, es algo normal, los “vampires” necesitan estar con sus lazos y… —Lamió el lóbulo de Bill—. Conectarse.

—Mmm   —Gimió bajito el pelilargo.

—¿Quieres conectarte conmigo pequeño? —Tom le miró alzando las cejas.

—Tomi… yo… me da vergüenza… ya sabes… no tengo experiencia.

—Jamás sientas vergüenza conmigo Bill, yo te pertenezco y tú para mí eres lo más sagrado, eres la perfección hecha persona, eres mi otra mitad, mi alma gemela, eres mi lazo de sangre —Terminó con la mirada llena de deseo y se lazó contra su gemelo, besándolo apasionadamente, mordiendo su labio inferior, para oírle gemir, pegándolo de espaldas en la cama.

—Tomi… —Jadeaba Bill, cada vez que se alejaba para respirar.

—Sí… gime para mí —pidió entre gruñidos, mientras sus manos se desplazaban por cada rincón de la espalada del menor.

—Me oirán  —Temió el chico.

—No cielo, las paredes son de roca, nadie podría oírte, sólo yo soy el afortunado —Le miró y le dio un casto beso en los labios.

Al estar más tranquilo y al estar completamente cegado por el placer de las caricias que Tom le propinaba, Bill vocalizó todas sus emociones, calentando con cada gemido al rastudo.

—Te amo Bill —Gruñó el mayor, metiendo sus manos bajó la camiseta de su hermano, tanteando por fin esa piel cremosa y blanquecina que tanto había deseado de esta manera carnal, y que sólo por las extrañas coincidencias del destino,  podía disfrutar mediante esta nueva forma de esclavitud.

Se preguntó mentalmente si su cuerpo también se fortalecería, para estar a la altura de su gemelo y poder luchar contra aquellos enemigos de las tinieblas, que cada vez aparecían con más fuerzas. Su mente recordó primero al rubio Lestat con su provocación para que Bill le dejara morir, y luego a Lilith, poseyendo su cuerpo sin ningún tipo de contemplación.

—No te preocupes por eso ahora Tomi… —Gimió el pelinegro, leyendo exactamente lo que su gemelo pensaba.

—¿Qué? —preguntó confundido el mayor, pero sin dejar de juguetear con el lóbulo de la oreja de su hermano.

—No pienses en otras cosas, aquí estoy yo —Bill se separó un momento para conectar sus miradas y Tom vio en sus ojos… deseo, amor y… confianza.

Por sobre todas las cosas, Bill siempre confiaría en su hermano mayor, siempre recurriría a él para todo, siempre le amaría. Tom no pudo reprimir una sonrisa y susurró un te amo, tímido y cálido.

Al estar de acuerdo, el menor  levantó la cabeza para aprisionar el labio inferior del rastudo y atraerlo con sus manos para volver a iniciar el beso, que les tenía los cuerpos calientes.

—Quítate esto Tomi —pidió el pelinegro, luchando con las camisetas enormes de su gemelo.

—Ya —Accedió el mayor, quitándoselas a toda velocidad, liberando sus rastas de la bandana y la gorra que las mantenía presas y fijas en su cabeza.

—Me gustan cuando están sueltas —dijo Bill sujetando una gruesa y rubia rasta entre sus dedos. Tom bajó su rostro, para que ellas acariciaran suavemente el cuello y clavícula del más delgado—. Mmm y también me gustan cuando se mecen cuando me embistes con fuerza —Le miró sin ningún tipo de timidez y sacando su lengua sugestivamente—.  Dame tus dedos.

Tom tragó grueso, su pequeño hermanito estaba mostrándose como él siempre soñó, audaz, salvaje y sin tapujos a la hora del sexo, eso le gustaba, pero le aterraba a la vez. Él quería hacer disfrutar a Bill, que su gemelo amara hacer el amor, pero que fuera sólo con él, no quería ni imaginar que SU pequeño, alguna vez, se entregara a otro hombre o mujer, si eso ocurría, él perdería todos los estribos y sería capaz de… matar.

—¡Tom! —Gritó el menor, sentándose rápidamente, empujando a su hermano que estaba sobre él—. Tom, reacciona —Le abrazó con insistencia y el rastudo correspondió el abrazo.

—¿Qué?

—No pienses eso. No ensucies tu mente. No los dejes pervertirte.

—¿Qué? —Volvió a repetir el mayor, sin tener claro qué ocurría y por qué su gemelo decía eso.

—Es lo que dijo el hombre viejo… Su Eminencia —Bill se separó para verle a los ojos— ¿Recuerdas sus palabras? Ellos dijeron que no estábamos corruptos…

—“Aún” —Tom terminó la frase por él y comprendió todo. Se sintió un idiota.

—No dejes que ellos entren en tu mente Tomi, sólo yo debo estar allí. Yo te amo y siempre lo haré, estamos juntos en esto ahora y para siempre —Volvió a abrazar a su hermano con fuerzas, siendo inmediatamente correspondido.

—Lo siento   —Se disculpó.

—No, no lo estés, estamos aprendiendo. Ya nos haremos más fuertes.

—Tú ya lo eres Bill, puedes leerme tan fácilmente.

—Es que te amo tanto.

—Pero yo también te amo… y mucho —Se quejó el mayor, agitando la cabeza y sus rastas en el proceso.

—No se trata de eso Tomi, sólo siénteme, y podrás leerme también, porque yo jamás me negaré a ti, puedes estar dentro de mí, en mi mente y en mi cuerpo —dijo lamiendo su mejilla de una manera muy sexual.

—Ggrr  —Gruñó el mayor, bajando su mano hasta la espalda baja de Bill.

—¿Por qué mejor…?

—Sí…

Tom apretó su agarre en la cintura del pelinegro y devoró sus labios con saña, llenando la boca de su gemelo con su lengua dominante y demandante. Bill gemía para él sin contenerse, sabía que eso provocaba a su Tomi y le agradaba sentir su duro miembro presionando contra él.

«Mi cuello»  Pensó el moreno, tratando de hablar a la mente de su hermano.

El de rastas reluctante dejó su boca y bajó por el níveo cuello de Bill, sintiendo las instrucciones de su gemelo en su cabeza. Besó y succionó con pasión, sabiendo de antemano que a la mañana siguiente su piel estaría regenerada y ninguna marca lo delataría.

«Tan rico»  Volvió a pensar el menor y el rastudo vocalizó su respuesta.

—Nada es tan rico como tú Bill —Y regresó a su tarea de besar y lamer todo rastro de piel que le fuera mostrada.

Bajó hasta el pecho de su hermano y mordió los pequeños pezones, provocando un profundo estremecimiento en el menor, quien de inmediato posó sus manos en las rastas de  Tom y le ayudó a bajar hasta su ombligo… su estrella y…

—Dios… —Gimió fuertemente al sentir toda la calidez de la boca de Tom en su miembro palpitante.

Devoto por brindarle placer al menor, Tom se esforzó en tragar todo lo que fuera posible de su hermoso Bill, sin embargo, no era un experto en esto y el reflejo de su garganta lo obligaba a detenerse, pero al pelinegro no parecía importarle, para él, el tener a su hermano de esa manera era lo principal.

«Entra en mí Tomi»  Pidió en su cabeza.

—Debo prepararte —dijo el mayor, levantándose de su lugar entre las piernas del menor.

—No, hazlo así, quiero sentirte de golpe y  bien duro —dijo con su voz sexual. Tom le dio una sonrisa lasciva y aceptó.

Levantó las rodillas de Bill, dejándolo completamente expuesto ante él, y guió su miembro a la rosada entrada, que estaba sumamente cerrada, dudó por un momento, pero el pelinegro insistió en su cabeza «Hazlo Tomi, probemos» Sin volver a dudar, rozó la  entrada y empujó.

—Aahgg —Gimió el rastudo. Era tan apretado y caliente, que sintió que se correría sin siquiera haber entrado del todo.

—Fuerte Tomi  —pidió el moreno y entonces el mayor empujó hasta el fondo.

—Dios.

—Sí, sí, sí —Jadeó el menor con los ojos apretados—. Me has llenado por completo —Suavemente abrió los ojos, encontrándose con los de su igual completamente negros, como los suyos.

—Eres delicioso.

—Y tú mmm eres mi hombre.

Tom se acercó a besar a Bill, sin romper el contacto visual, se miraron fijamente con sus ojos completamente oscurecidos y rozando sus labios dijo.

—Ahora veo lo que tú ves.

—Y sientes lo que yo siento.

Completamente de acuerdo el uno con el otro, se besaron apasionadamente, mientras instintivamente el cuerpo de Tom comenzó a moverse dentro de Bill, lentamente, para poder seguir besándose.

«Muérdeme» mandó el mayor en su mente y de inmediato los incisivos del pelilargo aparecieron, buscando el lugar adecuado para hacerlo. Tom giró su rostro, ofreciendo su cuello masculino, quien de inmediato fue atacado por la boca ansiosa del menor, en una mordida brusca, ardiente y llena de lujuria.

—Aahhh —Gimió Bill al sentir en su lengua el sabor único de la sangre de su lazo.

Tom por su parte, sintió todo el deseo que Bill en aquella mordida y su miembro aumentó de tamaño dentro del cuerpo de su gemelo.

—Aaahhh —Gimió esta vez el menor, al sentirse invadido por algo más grande. Separó su boca de la mordida y lamió la pequeña herida para borrar la marca.

El rastudo comenzó a moverse más fuerte sobre el cuerpo de su hermano, ambos embriagados de placer. Bill parecía sentir que el miembro de Tom lo tocaba en lo más profundo de su cuerpo con el más mínimo movimiento, se sentía en las nubes.

«Ahora tú Tomi, muérdeme»  Pidió el menor en su cabeza.

Tom dudó un instante, él no era el “vampire”, pero jamás le negaría nada a su gemelo, se acercó a él sin dejar de penetrarlo con fuerzas y abrió su boca, mostrando unos brillantes e impresionantes incisivos, casi tan largos como los de Bill. Mordió su cuello y entonces pudo sentir por sí mismo todo lo que ser un “lazo” significaba.

El placer fue tan exorbitante que ambos gemelos terminaron, expulsando su cremosa esencia con fuerzas y en abundancia.

Tom soltó el cuello de su pequeño hermano y lamió las heridas como Bill hacía con él. Su respiración estaba completamente errática. Miró a los ojos de su gemelo, viéndolos de color avellana, sonrientes y cálidos. Acunó su mejilla con su mano y susurró.

—Te amo más que a nada en la vida.

—Yo igual.

Se abrazaron y el mayor no dejaba de acariciar la espalda del pelinegro, repartiendo besos en su frente y en su pelo, susurrando de vez en cuando cuanto le amaba. Estuvieron así, hasta que el sueño los invadió.

&

En la fría oficina de Su Eminencia, unos sacerdotes cubiertos con grandes y oscuras capuchas, se arrodillaban frente al anciano.

—Tenemos malas noticias Señor —dijo una voz rasposa, quizás alguien mayor.

—Dime Jorg, ¿qué has averiguado? —preguntó el viejo, girando un anillo de oro en uno de sus delgados dedos.

—Los gemelos son muy inestables, sobre todo el mayor —respondió el sacerdote, sin levantar la cabeza.

—¿A qué te refieres Jorg?

—Intenté probarlo y sus pensamientos se corrompieron fácilmente.

—¿Cómo lo probaste?

—Con su amor por su gemelo. Esa es su debilidad, si alguien se acerca a Bill Kaulitz, Tom enloquecerá, será el fin de la misión.

—Su Eminencia —intervino el otro sacerdote— ¿Está seguro que desea entrenarlos?

—Tienen que luchar contra Lilith  —comentó el anciano.

—Pero ya son una amenaza así como están. Si les damos más poder, ellos… podrían ser peor que Lilith y usted lo sabe, por eso están aquí.

—Sebastian —habló nuevamente el viejo—, todo tiene una razón de ser. Si la misión falla, ustedes serán los encargados de destruir a los Kaulitz.

—Pero tal vez, ellos nos maten a todos antes de que algo así pase Su Eminencia —dijo Jorg sin contemplaciones.

—No se apresuren —Insistió el anciano—. Ellos no están corruptos aún, podremos manejarlos y guiarlos en nuestra propia conveniencia. Sólo encárguense que los enviados especiales no se enteren.

—¿Gustav y Georg? —preguntó Jorg.

—Si ellos se enteran de que los hemos utilizado, ellos mismos acabarían con nosotros —dijo burlonamente el anciano—. Ahora, vayan a descansar y cambien de turno para mantener a los Kaulitz vigilados.

—Si su Eminencia —los sacerdotes se levantaron y se retiraron con prontitud. 

&   Continuará   &

Yo sabía que era una trampa. ¡Malditos curas! En fin. ¿Vieron la nueva unión de los twins? ¿Por qué Tom tiene colmillos también? ¿Por qué ellos podrían ser peores que Lilith? No se pierdan la continuación.

Escritora del fandom

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