«Basement» Fic Toll de MaryKaulitz
Cap. 10: Desafiando a Bill
Me tumbé en mi lado de la cama, tampoco sabía si salir o no, probablemente estaría atendiendo a sus invitados y no podía aparecer ahí abajo tras lo que había pasado, Bill se había ido hace ya dos horas y le esperaba despierto, miraba para la puerta, aun me temblaba el cuerpo, no sabía si irme o quedarme, no tendría mucha escapatoria pues a penas que pisara la calle me detendrian en cualquier momento, mi vida estaba en sus manos, yo era suyo desde que le conocí y estaba condenado a él. Eran las doce y media de la noche y me estaba quedando dormido a pesar de que me moría de hambre. En un momento mientras miraba para la ventana, se abrió la puerta, no podía ser otro que Bill, eso hizo que mi corazon se fuese a salir de mi pecho, creí que me iba a morir, pero sentí como entró en su vestidor y como se metió dentro de la cama, pero distante, más de lo usual. Me acerqué un poco a él y me apoyé en su brazo.
– Aparta – me apartó de su lado
– Bill, esto, esto es injusto – casi iba a llorar otra vez
– Mañana me iré de viaje y no quiero que estes en mi casa mientras esté fuera
– Vale, ¿eso significa que seguimos juntos o no?
No obtuve ninguna respuesta por su parte, aun no sabía si iba a hablar o no, pero que yo era suyo era evidente, perdí mi dignidad en cuanto le conocí, no quise molestarle más, pero sabía que estaba cabreado. Me incorporé un poco y empecé a desabrocharme la camisa sentado en la cama, esta mierda no me dejaría moverme bien mientras duermo, me quité los calcetines y me desabroché el cinturon quitandome los pantalones quedandome en calzoncillos a su lado, me metí bien en la cama, a penas podía rozar el cuerpo de Bill porque estaba en la otra punta de la cama, y si algo era Bill, es que nunca se movía de la cama cuando dormia, ya podía yo dar miles de vueltas en la cama y amanecer en la otra punta con todo revuelto, que su zona siempre estaría impoluta. Suspiré antes de cerrar los ojos, dios como me pondría ahora mismo un polvo de reconciliación, me acerqué a su lado, y le susurré.
– Bill, tengo un poco de frio – no decía nada – Bill ¿me calientas?
– Ponte el pijama
– Calientame tú – me quedaba quieto y no decía nada – está bien soso, ¿ni siquiera vamos a hacer las paces como las personas normales? Bill, cari – me apoyé en su hombro – podrías ser un poco mas cariñoso, ni siquiera me hablas, no se porque no me hablas, de nunca me has hablado, ¿te he hecho algo? ¿eh? vida mia, ainsss esta bien, no diré nada más, pero ya sabes que puedes contarme todo lo que quieras Bill – me incorporé a mirarle en la oscuridad mientras el tenía los ojos cerrados – porque sabes que estoy aquí para lo que necesites, no te serviré de mucho, pero quiero que me expreses como te sientes cari, en todo momento, estoy acostumbrado a hablar solo, pero solo necesito que al menos me hagas saber que no me quieres solo para recrearte la vista, porque se que estoy bueno, y es normal, yo también me tendría a mi mismo para verme, pero que quiero que sepas que aquí estoy y que no te juzgo por nada que hayas hecho, que hagas o que haras, porque para mí seguiras siendo el mismo que conocí en los aparcamientos hace ya casi siete meses, bueno ya te dejo dormir, que descanses – le dí un beso en los labios
Si era obvio, perdí mi dignidad del todo, el gran Tom la perdió hace ya mucho, en la vida me había rebajado tanto, mi ego, mi humildad, mi caridad, mi todo se perdió cuando conocí a mi novio, desde entonces he sido un perrito faldero, pero es que me enamoré de él y no puedo dejarlo, si no le veo o no esta a mi lado me falta el aire, y aunque me trate como la mierda se que jamás me haría daño y perdí la cabeza por él. Miraba para el techo, no sabía que hacer, le quería a rabiar más esa noche a pesar de todo, y no sabía como demostrarselo.
– Bill, no puedo dormir, quiero que me digas algo – se dió la media vuelta dandome las espaldas – Bill, que te acabo de soltar ahí un discurso romántico y ni siquiera te has movido, Bill,Bill,Bill – tocaba su brazo
– Tom, por favor, mañana salgo temprano y quiero dormir, callate
No dije nada, me dí la media vuelta y me salian algunas lagrimas pero no pasaba nada, era verdad, a veces era un poco molesto, ya siete meses, eran meses para aceptar que mi novio no era como un novio cualquiera. Al despertar sonreí, estaba dispuesto a pedirle disculpas a Bill, miré a mi lado pero no había nadie, se habría marchado sin despertarme o darme un beso, eran casi las tres de la tarde y había dormido demasiado creo yo, me había perdido el almuerzo, al darme la media vuelta miré que Bill me había dejado una nota en su lado de la cama «Cuando te despiertes, vete, te llamaré cuando vuelva»
– imbécil
Ni siquiera un perdon, un hola, un adiós, un no se que, que se yo, ni siquera nada de nada, solamente esa puta nota y, ¿me echaba de su casa? vaya mierda de tio, era lo único que pensaba, cogí el móvil sin saber que iba escribirle pero le escribi «vete un poco a la mierda, no hace falta que me llames, imbécil sin sentimientos».
– Ohh que a gusto me he quedado – me reí
Me levanté con toda la intención de comer algo, fuí a la cocina y el servicio me hicieron de comer, estuve un rato hablando con ellos y me fuí a la ducha para vestirme, entonces Margaret tocó a la puerta.
– Pasa si ya estoy vestido
– Aquí tiene su ropa señorito Tom, le he preparado toda la ropa, esta lavada y planchada ¿donde se la dejo?
– Ahí, ahí, en mi parte del vestidor
– Pero señorito Tom, el señor me ha dicho que te ayude con sus maletas que se marchaba de la casa y no volvía nunca más.
– ¿Que?!! Mi novio es del género gilipollas, dios, que asco le tengo, me pone enfermo, deja la ropa aquí que la meto en la mochila y me piro de aquí porque es subnormal, ¿te puedes creer Margaret que es un sieso?, parece un robot, no es humano ¿verdad? ademas siempre ahí serio, serio, pues uno ya se cansa, porque yo ahí ahí dandolo todo, bueno no soy de dar, pero yo me entiendo, y ya uno pues tiene su limite, no soy de piedra y tengo sentimientos, ahora si que luego no venga diciendome que si duerme conmigo es por algo, eso se lo dices a un perro no a tu novio, desde luego es que, es que me enferma, me pone negro, fuuuuu
– Ya tiene la mochila preparada, ¿se la bajo a la entrada?
– Si si, bajala a la entrada, que ya bajo, voy al jardin a por unas revistas que me he dejado y me voy, gracias Margaret – le di un beso
– Señorito Tom, permitame decirle que el señor es una buena persona
– Siiiiii lo será con usted porque conmigo, parece ser que le olvidó
Me termine de colocar mis trenzas bien, y mi camisa, iba a hacer una ultima visita al sótano, desafiando a mi novio, esto me ponía cachondo y a partir de hoy, me masturbaría, vamos que si me masturbaría. Crucé los pasillos y puertas sin que nadie me viera, estaba decidido a ver a quien Bill tenía secuestrado o encerrado o si era un humano o que se yo, pero esta vez iba decidido a ver quien había ahí, o que cosa había ahí mientras andaba me sonó el teléfono, era Andy.
– Capullo ¿que pasa? das señales de vidas
– Joder Tom que te vi el lunes
– Y ¿que?, estamos a jueves y no me has llamado
– ¿que has hecho en estos días?
– Nada, estuve en Grecia, discuti con Bill, luego vine discutí con Bill, y seguiré discutiendo con Bill por el resto de mi vida, ahora mismo esta preparando las maletas para regresar a Magdeburg
– ¿A Magdeburg?¿Con tus padres?
– Si, no los he visto en siglos, y me va a venir bien unos días antes de empezar los exámenes
– Vale, ya me contaras, ya te veo el lunes y me cuentas
– Si si, y ¿tu? ¿que tal todo?
– Bien, visitando a mis amigos, saliendo, entrando, lo que hacen todas las personas normales
– Ya, hecho de menos eso, yo en su dia fuí persona antes de enamorarme
– Oye que Bill es muy normal hahahah que de hecho vais al cine, salis a cenar, te regala cosas por tu aniversario, y vais juntos de la mano por las calles de Berlin hahahha
– No bromees capullo, tengo un trauma, a pesar de todo, aunque este cabreado con él, le quiero Andy
– Ya pero querer es una cosa y traumatizarte es otra, Bill no te aporta nada, ni siquiera te da sexo
– Pero no necesito sexo al fin y al cabo, bueno si, claro que si, pero me aporta otras cosas
– ¿Que cosas?
– Cosas Andy, cosas, no sabrías entenderlo
– ¿Cosas de mariquitas?
– hahah calla capullo, bueno te dejo, que tengo que hacer una cosa antes de volver a casa – le colgué
Entré en el último pasillo mientras me metí el móvil en el bolsillo y abrí esa puerta blanca, bajé las escaleras sin ningún tipo de miedo, esta vez había más luz, pues era por la tarde y no se veía tan oscuro, entraba lentamente hasta que me paraba y caminaba lentamente hacia esas rejas, donde provenía la luz del día con mucha fuerza, podía ver todo, de que color era el suelo que pisaba, de que estaba hecho ese lugar, absolutamente todo, y más desde que sabía a donde tenía que ir, me puse justo al lado de las rejas, donde no podría verme la persona o personas o cosas que hubieran adentro, me apoyé en la pared y hacia como rezaba, no sabia lo cabreada que podía estar esa persona, suspiré profundamente.
– ¿Te vas a decidir a asomarte? – escuché
Continúa…
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